TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

RAFAEL RAMÍREZ GARCÍA

MASOL / CODECO
Texto del 24/10/11 .
Fotografía cedida por Rafael Ramírez.
 

Los orígenes empresariales de este economista cordobés se remontan a 1969, con su tarea en la tienda familiar; una apasionante carrera que hoy se traduce en su responsabilidad al frente de varias sociedades. Lúcido e infatigable, juzga que ha llegado la hora de fomentar la vocación emprendedora, pues a su parecer aún está por construir el modelo productivo que España necesita. Firme defensor del Estado del bienestar, se opone a que la política esté supeditada a la economía.

A favor de la agrupación empresarial

Mi padre era empresario. En casa respiré, pues, el espíritu emprendedor. Me licencié en Ciencias Económicas en la Universidad de Madrid, y después hice un curso de gestión de empresas en Deusto. Entonces me trasladé a Montilla y fundé una empresa de comercio al por menor. De forma paralela, en Córdoba fui cofundador de Codeco, una central de compras que hoy tiene unos setenta socios, de la que he sido presidente durante 15 años. Codeco está integrada en la cadena Milar, lo que supone un gran valor añadido, ya que todas las empresas que forman parte de ella se benefician de las sinergias con las demás. Además, al pertenecer a un grupo hemos podido comprar mayor cantidad de productos a mejores precios y condiciones.

Expansión de Masol

Empecé mi trayectoria profesional en el año 1969 de la mano de mi padre, trabajando en la tienda de electrodomésticos familiar, Masol, de unos 400 m2. Después, nos atrevimos con una tienda de muebles, llamada Muebles Masol, y con el tiempo fuimos creciendo y diversificando, de manera que la tienda de electrodomésticos –hoy Milar‑Masol– ha llegado a duplicar su superficie hasta 800 m2, y la de muebles ocupa 3.000 m2. Asimismo, creamos otra empresa en otro establecimiento diferente para la fabricación y la venta de muebles de cocina (Masol Decoración). Por otro lado, hemos ampliado la tienda matriz de Montilla para vender todo aquello que se pueda necesitar en una casa.

Familia y recursos humanos

Somos una empresa familiar. Tres de mis hijos trabajan conmigo desempeñando cada uno diferentes funciones, según sus aptitudes. Con su ayuda me animan a proyectar el negocio hacia el futuro. A parte de ellos, contamos con unos cincuenta empleados en Montilla y veinticinco en Córdoba. Mi filosofía de empresa se sostiene en los recursos humanos: creo que sin buenos empleados, no hay empresa que funcione. Siempre he puesto mucho celo en cuidar a mi gente de confianza, y de hecho hay un ambiente excelente entre la plantilla. De todas las enseñanzas que pueda transmitirles a mis hijos, esta es la que considero más importante.

Ceder soberanía individual para mejorar colectivamente

A pesar de las evidentes ventajas, no es fácil llevar un grupo, porque la gente tiende a ser muy individualista y defiende los intereses propios por encima de los colectivos. Yo he tenido siempre un espíritu de grupo. Estoy convencido de que lo colectivo prima sobre lo individual y de que, cuando se defiende el colectivo, se están defendiendo mejor los intereses particulares. Por tanto, ceder soberanía individual no es malo cuando repercute positivamente en el colectivo, pero esto es un concepto que a veces cuesta trabajo asimilar o entender.

Comercio, instalación, fabricación y postventa

Prestamos básicamente cuatro servicios: comercio, instalación, fabricación y postventa. En las empresas pequeñas como la nuestra, unas pocas personas tienen que desarrollar el trabajo que en una empresa grande desarrollaría todo un organigrama. Dicha realidad, que a priori es un handicap, por lo que supone de sobrecarga de trabajo, acaba convirtiéndose en uno de nuestros activos más atractivos. Es importante, igualmente, saber delegar. Y no es tan complicado como parece cuando, como yo mismo, estás rodeado de gente fiel, auténticos puntales, que conocen tu política de empresa.

Revolución electrónica en el sector electrodoméstico

En el mundo de los electrodomésticos, la gran revolución ha sido la introducción de la electrónica. Una tienda de electrodomésticos que no venda artículos electrónicos e informáticos, electrodomésticos inteligentes y telefonía móvil, está desfasada y no tiene provenir. Aunque existen tiendas de informática especializadas, el grueso de las ventas informáticas se lleva a cabo en las tiendas de electrodomésticos. La telefonía móvil ha sido un buen negocio durante bastantes años. El avance tecnológico, la tecnología en general, es la apuesta verdadera y firme de cara al futuro; recordemos que constantemente surgen nuevos productos que serán demandados por el público.

Otro concepto de mueble

El concepto introducido por IKEA ha tambaleado el sector del mueble convencional. El mueble caro cada vez se vende menos, ahora tienen más salida los más asequibles y funcionales, sobre todo entre la gente joven. Este tipo de cliente compra muebles con la perspectiva de cambiarlos al cabo de algunos años. Antes, se compraban para toda la vida. Así las cosas, he tenido que ir renovando mi oferta, substituyendo unos tipos de muebles por otros. Con la crisis hemos pensado en fusionar la tienda de muebles con la de muebles de cocina, una reestructuración que nos permitirá reducir gastos fijos y de personal.

Clientela cada vez más informada

Según mi experiencia, la clientela de hoy en día ha mejorado sus conocimientos respecto a la de antes. Hace tiempo se pedían más descuentos y se demandaban prestaciones o derechos fuera de lugar, lo que a menudo era problemático. La clientela joven, afortunadamente, está más formada a la hora de comprar, tiene claro lo que necesita, va al grano y paga mejor.

Comerciales especializados

Actualmente, la figura del vendedor se cotiza enormemente. En mis tiendas tengo vendedores especializados en los diferentes tipos de productos. Conocen perfectamente los artículos y sus aplicaciones y por ello pueden recomendar la mejor compra a los clientes. De hecho, un buen comercial encuentra colocación en cualquier empresa.

De funcionarios a empresarios

Uno de los defectos que tenemos los españoles es querer colocarnos en un trabajo para toda la vida, en pos de la famosa seguridad. Eludimos así la aventura de la existencia que supone emprender un trabajo por uno mismo. En Andalucía, con un escaso tejido industrial, es donde hay un mayor número de notarios, jueces y registradores; también encabezamos rankings de funcionariado público. Muy bien, pues ahora toca formar empresarios, personas que se realicen en la vida teniendo iniciativa propia y llevándola a cabo.

La crisis actual

La gran crisis financiera que estamos atravesando en la actualidad de forma global, así como el enorme endeudamiento de todos los sectores, además de la crisis inmobiliaria, hace que nos encontremos en un momento crítico y difícil que va a requerir de mucha imaginación y de grandes sacrificios para poder superarlo.

Necesidad de cambio de modelo productivo

El principal reto que tenemos como país es saber cómo vamos a sustituir el porcentaje del PIB que antes representaba el sector de la construcción y las industrias derivadas. El estallido de la burbuja inmobiliaria se veía venir, puesto que se construyeron medio millón de viviendas más de las necesarias. La oferta no creó su propia demanda. De ahí que sea imprescindible cambiar nuestro modelo productivo. En España disponemos del turismo, que parece un valor sólido si lo cuidamos; y luego está la gran olvidada, la agricultura. Por sus excelentes condiciones climáticas, a mi parecer nuestro país podría ser una potencia agrícola mucho mayor de lo que es.

Economía de bienes y servicios versus sector financiero

Una operación bancaria, un trasvase de dinero, se realiza a la velocidad de la luz. Ello explica que ningún otro sector de negocios pueda ser más competitivo. Sin embargo, el sector financiero ha ido a ganar dinero con el dinero, a especular, cuando lo que debía haber hecho es financiar la economía real, es decir, la producción de bienes y de servicios, que es la verdadera riqueza que posee cualquier nación. La resultante de todo ello es que la diferencia entre ricos y pobres sea cada vez mayor. Y a más desigualdad, menos solidaridad. Sería una lástima que la sociedad del bienestar que hemos conseguido durante los últimos años no pudiera mantenerse en el futuro por culpa de ello.

Legislación laboral maniquea

En España hay una serie de anomalías estructurales que no se dan en ningún otro país del planeta. Ahora, gracias a la crisis, nos hallamos en una coyuntura apropiada para enmendarlas. Sobre todo, porque la gente empieza a ser consciente del desastre en el que estamos inmersos y está dispuesta a que se arreglen las cosas. Una de esas anomalías es nuestra legislación laboral, basada en la maniquea consideración de que los empresarios son los malos y los trabajadores, los buenos. Por ello adaptar mi plantilla a las necesidades actuales de mi negocio me ha supuesto un auténtico quebradero de cabeza. El mercado laboral español es rígido; requiere de una mayor flexibilidad que permita facilitar la contratación.

Es tiempo de la gran política

La economía no tiene que dominar a la política. Es el tiempo de la gran política, de una gran política que emprenda las reformas que no harán los que están interesados en las ganancias rápidas porque eso es algo que iría en contra de sus propios intereses. En consecuencia, es menester que hayan grandes líderes que potencien realmente la Unión Europea para que llegue a ser algo más que lo que está siendo; una Unión Europea con políticas económicas más afines para conseguir que nuestro continente siga ocupando un lugar destacado entre las zonas más desarrolladas del mundo.