Sr. Joan Ferret Piñol et alia
Sr. Joan Ferret Piñol et alia
TH, 8è VOLUM. El Procés

SR. JOAN FERRET CARBONELL Y SR. JOAN FERRET PIÑOL

FERVE

Texto del 27/04/2017

JOAN FERRET CARBONELL Y SR. JOAN FERRET PIÑOL

El Vendrell (Tarragona)

Ingeniero de formación, Joan Ferret Piñol es conocido por muchos como Joan «Ferve», el nombre de la empresa, todo un indicativo de la concepción catalana del negocio familiar. Proclama con orgullo que su padre fue distinguido con la medalla de Francesc Macià. Arraigado a la tierra e ilusionado con el proceso independentista en sus inicios, hoy lo ve demasiado manipulado y, desde el punto de vista empresarial, recela de la radicalidad de alguno de sus actores.

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Del carro al coche eléctrico

En 1925 mi abuelo, Benvingut Ferret Vidales, montó un taller especializado en la parte eléctrica del coche. Todo el mundo le decía que no tendría salida, que el carro de tracción animal aún iba a durar muchos años. Pero acertó. En 1967 pasó algo parecido cuando mi padre, Joan Ferret Carbonell, fabricó un coche eléctrico. Tardó dos años en poder matricularlo, y una vez lo consiguió, vino la Guardia Civil con una orden de la SEAT para que lo dejásemos de hacer. En 1980 lo reconvertimos en coche solar, y fue el primero de este tipo en España, a pesar de que la Universidad de Barcelona pretendiera arrogarse tal honor para un prototipo que había diseñado. FERVE (de Ferret y de Vendrell, nuestro apellido y nuestra ciudad) ya existía en los años cuarenta como marca de baterías, pero fue mi padre, en 1956, con veinticuatro años, cuando se estableció por cuenta propia, quien la impulsó como empresa optando por la reparación y la producción de cargadores y controladores de baterías para automóviles, motocicletas y camiones. Desde entonces, ha ido creciendo y cambiando de productos. En el año 2000 construimos el Ferve Center, un moderno edificio de aluminio, nuestro cuartel general. Mi padre me ha confiado las funciones de general manager pero continúa ayudándonos con sus consejos, siempre al tanto del día a día en la empresa.

Mi apodo es el nombre de la empresa

Ahora tengo cincuenta y seis años. Toda mi vida laboral y profesional ha estado vinculada a FERVE. No sabría explicar cuál es el secreto del éxito de una empresa, pero sí puedo decir que, para nosotros, FERVE siempre ha sido lo primero. Tuvimos antes calefacción y aire acondicionado en FERVE que en nuestras casas particulares. Mis veraneos, por ejemplo, los he pasado en FERVE, y mis amigos motoristas, tanto de motos trial como carretera, me llaman «Ferve». Con esto lo digo todo. Sin duda, esta intensidad la he aprendido de mi padre, un emprendedor nato que ha trabajado todos los días de su vida desde que empezara a los catorce años. Otro aspecto a tener en cuenta es que somos bastante atípicos, muy creativos, no solo en el trabajo, también en la vida cotidiana. Mi padre siempre ha sido un gran dibujante, y pinta muy bien. Mis hijos Joan Marc y Clara han heredado, también, este talento, en su caso aplicado al campo del diseño gráfico y la publicidad y a las relaciones públicas, respectivamente.

Fer país y crear riqueza

No he heredado el talento para dibujar, pero sí que me considero creativo para esbozar escenarios de futuro y anticipar hacia dónde irán las cosas. De este don dependen, en parte, las veinticinco personas que tenemos en plantilla y otras diez de una empresa asociada para los trabajos de plancha y pintura. El sentido de FERVE es fer país y crear riqueza. Nuestra finalidad no es ganar dinero. De ser así, habríamos vendido la fábrica durante la fiebre del ladrillo y nos habríamos retirado. Tenemos otro espíritu, sentido de la tradición y del trabajo, y muestra de ello es el museo que hemos montado para ilustrar la evolución de la empresa y de su diseño industrial, en el que guardamos documentos relacionados con Pau Casals o Àngel Guimerà, y lógicamente el coche eléctrico, la estrella indiscutible, al que ya he aludido. El museo, que ocupa un espacio de quinientos metros cuadrados, es nuestra declaración de principios. Nos define y nos explica.

Innovamos y vamos constantemente a ferias

Contamos con un par de mentes pensantes dedicadas solo a la innovación. Por otro lado, vamos a todas las ferias que podemos. Me gusta ir personalmente y encargarme de todo. Monto en el coche, conduzco todo un día –o dos– hasta Alemania, me pongo el mono, monto el estand, me quito el mono, me pongo la americana, atiendo a los clientes, me quito la americana, me pongo el mono, desmonto el estand, monto en el coche y conduzco todo un día –o dos– hasta casa. Me llevo siempre a mi hijo, porque ir a una feria es tan útil como un máster, y se aprenden cosas tan básicas como, por ejemplo, saber moverse por un país extranjero. Pero, sobre todo, las ferias sirven de punto de encuentro, para ver a los clientes de toda la vida y también para hacer nuevos contactos, pues el sector está en constante evolución. Empezamos a exportar en 1960. Hemos llegado a ciento catorce países, aunque actualmente nos centremos en la mitad, en lugares tan peculiares como Tahití o Qatar. Funciona muy bien, asimismo, la venta desde nuestra página web y desde Amazon.

Al político le gustan las grandes empresas

Abrir mercados no es fácil. La Cámara de Comercio no es un gran apoyo. Y Acció10, el departamento de la Generalitat encargado de esta tarea, ofrece ayuda, sí, pero cobrando. No creo que un servicio que se cobra pueda conside-rarse «una ayuda». Es un servicio, un «negocio» más de la Administración. Me parece más acertado descontar el precio de esa ayuda al producto. Al final, uno tiene que arriesgarse por su cuenta y riesgo, y si sale bien, perfecto. A la Administración le interesa acompañar a las grandes compañías. Las empresas pequeñas y medianas, que facturamos entre tres y cinco millones de euros, no somos atractivas para el político. No busca nuestra foto. Como máximo, en los ámbitos local o provincial, pero no en el internacional.

Más ganas e ilusión que sacrificio

Llegar a tantos países no lo hemos vivido como un sacrificio, porque vamos a trabajar cada día con ganas e ilusión. Siempre ha sido así y no sabríamos hacerlo de otra manera. Eso sí, debemos estar muy atentos a los cambios del mercado, porque lo que hoy es moda, mañana ya no lo es. Por eso es tan importante saber anticiparse y no descuidar la innovación, tener siempre en marcha la creatividad y el ingenio, y hacerlo sin perder la identidad. Estamos en los cinco continentes sin haber dejado nunca de estar en El Vendrell. Siempre hemos sido fieles a nosotros mismos, que en definitiva es de lo que se trata.

Plantar cara a Catalunya da réditos electorales

Si Mariano Rajoy hubiera aceptado el concierto económico o el pacto fiscal que Artur Mas fue a proponerle, seguramente ahora no estaríamos hablando de un referéndum. Pero el Presidente del Gobierno de España se debe a su tradición política, y no creyó oportuno, siquiera, buscar un punto de acuerdo intermedio entre ambas partes. Catalunya se sintió menospreciada, y se empezó a hablar de independencia. Esta negativa fue el auténtico detonante del Procés. No auguro ningún acuerdo en este sentido, porque con tantos casos de corrupción en la dirección del PP, plantar cara a Catalunya sigue siendo uno de los pocos frentes en el que pueden obtener réditos electorales.

Un proceso demasiado «manoseado»

El proceso independentista me sedujo cuando tomó impulso hace ya unos años. Me atraparon aquellos Once de Septiembre tan multitudinarios y cívicos, la ilusión y la fuerza colectiva que desprendían. Hoy, sin embargo, lo veo tan «manoseado» que ya no sé si quiero la independencia o no la quiero. La participación en el 9-N fue importante, pero ahora advierto mucha desorientación entre los dirigentes. Ahora, de repente, la solución es un referéndum que previamente se había descartado por imposible. Como yo suelo decir, alea iacta est. Soy catalán y Catalunya es diferente. A veces en las ferias extranjeras nos vemos obligados a poner la bandera de España, ya que nos exigen exhibirla aunque sea en un lugar discreto.

Desmovilizado por la CUP

La independencia como ideal sigue ahí, pero no sé si me gustan demasiado los políticos que quieren ponerse al frente de ella. Me imagino a algunos gober-nando, y me desanimo. La CUP y sus propuestas me desmovilizan constantemente, por ejemplo cuando habla de aumentar el impuesto de sucesiones. Lo primero que se me ocurre cuando oigo despropósitos así, que van contra las empresas, es en vender el negocio. Si quieren un país sin empresarios, que lo digan claramente. Si hoy tuviera que montar una empresa, la montaría en Castellón, en Caspe o en Perpiñán. Es triste, pero es así.

Pujol y el lastre del Made in Spain

Luego está el caso Pujol, que nos ha dejado a todos consternados. Muchas personas le tenían en gran consideración durante muchos años. Con Jordi Pujol cae toda una concepción del país, una manera de entender Catalunya que nos fue muy útil con la llegada de la democracia. Quien diga que esto no afecta al proceso de independencia está manifestando más un deseo que una realidad. Es cierto que la corrupción no se reduce a Pujol y a Catalunya. España entera, también, está llegando a límites insospechados. En 2013 fui a Shanghái. Cuando me presenté y dije que venía de España, hicieron la broma de meterse dinero en el bolsillo. Es lamentable viajar por el mundo y que te asocien con la corrupción, cuando en esta vida no has hecho otra cosa que trabajar y cumplir con tus obligaciones. Otra vez, en Tarragona, le dije a Artur Mas, cuando era aún Presidente, lo difícil que era vender con el sello Made in Spain. Ya sabemos que no podemos poner Made in Germany, que sería fantástico, pero quizá un Made in Catalonia nos ayudaría. Yo estoy convencido de que sí.

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FERVE

A trained engineer, Joan Ferret is known by many as Joan “Ferve”, the company name, which indicates the Catalan conception of the family business. He proudly proclaims that his father received the Francesc Maci Medal. Attached to the land and excited with the independence movement at the beginning, today he views it as highly manipulated and, from a business viewpoint, he is suspicious of the radical nature of some of its main figures.

From the cart to the electric car

In 1925 my grandfather, Benvingut Ferret Vidales, set up a workshop specialised in the electrical part of cars. Everyone warned him it was a waste of time; that the animal-drawn cart would last for many more years yet. But he was right. In 1967, something similar occurred when my father, Joan Ferret Carbonell, manufactured an electric car. He took two years to register it but once he did the Guardia Civil came along with a SEAT order stating he must stop. In 1980, we converted it into a solar car and it was the first of its kind in Spain, despite the University of Barcelona attempting to claim that honour for a prototype it had designed. Ferve (from Ferret and Vendrell, our surname and our town) already existed in the 40s as a brand of batteries but my father, in 1956 at twenty-four years old, established himself as its owner and inspired its growth, opting for the repair and production of battery chargers and controllers for automobiles, motorbikes and lorries. Since then, it has grown and changed products. In 2000, we constructed the Ferve Center, which is a modern aluminium building and our headquarters. My father has since trusted me with the post of General Manager but he continues to help and advise us as he is always up-to-date with what is happening at the company.

My nickname is the company name

I am now fifty-six years old. My entire work and professional life has been linked to Ferve. I wouldn’t know how to explain the secret to the success of a company but I can say that, for us, Ferve has always come first. We had heating and air conditioning in Ferve before we had it in our own homes. My summers were spent at Ferve and my motor biking friends, who are interested in both trial and road racing, call me “Ferve”. That says it all. I definitely gleaned this intensity from my father, who was a natural entrepreneur who worked every day of his life, from the day he began at fourteen years old. Another aspect to be considered is we are rather atypical. We are highly creative, not just at work, but in everyday life. My father was always great at drawing and he paints very well. My children, Joan Marc and Clara, have also inherited this talent, in their case applied to the fields of graphic design and advertising and public relations, respectively.

Fer país and create wealth

I did not inherit the talent for drawing but I do consider myself creative and capable of outlining future scenarios and anticipating where things will go. This depends partly on the twenty-five people on our workforce and another ten at an associated company for bodywork and painting work. The Ferve way is fer país (literally, “build a country”) and create wealth. Our aim is not to earn money. If it was, we would have sold the factory during the so-called ‘brick fever’ (fiebre del ladrillo) and retired. We think differently in a more traditional and work-oriented fashion, and proof of this is in the museum we have set up to illustrate the evolution of the company and its industrial design, where we keep documents related to Pau Casals and Àngel Guimerà, and logically the electric car, which is the undisputed star of the show. The museum, which covers a space of 500 square metres, is our declaration of principles. It defines and explains us.

We innovate and constantly attend fairs

We have a few thinkers dedicated only to innovation. We also attend all the fairs we possibly can. I personally like to go and oversee everything. I get in my car, drive for a day (or two) to Germany, put on my overalls, set up the stand, take off my overalls, put on my blazer, attend to clients, remove my blazer, put on my overalls, take down the stand, get in my car and drive for a day (or two) home. I always take my son with me as going to a fair is as useful as a Master’s degree and he learns things as basic as being able to get around a foreign country. However, above all, fairs serve as a meeting point where you can meet with regular clients and also make new contacts, as the sector is constantly evolving. We started exporting in 1960. We have managed to reach 114 countries, although we currently focus on half that number, encompassing places as distinct as Tahiti and Qatar. In addition, sales on our website and Amazon function well.

Politicians like large companies

Opening markets is no easy feat. The Chamber of Commerce is not a great support mechanism. Acció10, the department at the Generalitat charged with this task, offers help but for a fee. I don’t believe a service you need to pay for can be considered assistance. It is just another form of business for the Administration. I believe a better idea would be to discount the price of this “assistance” from the product. In the end, you have to take risks and if everything works out well, perfect. The Administration is interested in accompanying large companies. Small and medium enterprises that invoice between €3 million and €5 million are not attractive to politicians. They aren’t looking for our photographs. At maximum, they suffice in local or provincial scopes, but not in international terms.

More desire and hope than sacrifice

Reaching so many countries has not required a sacrifice but we have worked every day with desire and hope. This has always been the case and we wouldn’t know how to work it any other way. However, we must pay attention to the changes of the market as what is in fashion today may be out of date by tomorrow. For this reason it is important to anticipate the future and not neglect innovation, having creativity and ingenuity in place at all times without losing your identity. We have reached the five continents without ever neglecting our presence in El Vendrell. We have always been faithful to ourselves and that’s what it’s all about.

Standing up to Catalonia involves electoral gains

If Mariano Rajoy had accepted the economic agreement or fiscal pact Artur Mas proposed to him, we almost certainly would not be talking of a referendum. However, the President of the Spanish Government is indebted to his political tradition and did not deem it suitable, not even to seek a midway point of agreement between both parties. Catalonia felt undervalued and talk began of independence. This denial was the real detonator for the Procés. I am not predicting an agreement in this regard as with so many cases of corruption among the Partido Popular leadership, standing up to Catalonia continues to be one of the few fronts on which electoral gains can be obtained.

A “well-worn” process

The independence process seduced me when it gained momentum a few years ago. I was hooked by the mass, civic nature of the National Days of Catalonia as well as the collective hope and force they emitted. Today, however, I view the process as “well-worn” as I no longer know if I want independence of not. Participation in ‘9-N’ (“Citizen Participation Process on the Political Future of Catalonia”) was important but I now warn of much disorientation among leaders. Now, suddenly the solution is a referendum that had previously been discarded as impossible. As I usually say, alea iacta est. I am Catalan and Catalonia is different. Sometimes at fairs abroad we are obliged to use the Spanish flag, even if it is only in a discreet place.

Demobilised by the CUP

Independence as an ideal continues to exist but I am unsure if I am overly keen on the politicians who wish to lead it. I imagine some of them governing and I feel discouraged. The CUP and its proposals constantly demoralise me, for example, when it speaks of increasing inheritance tax. The first thing I think of when I hear nonsense like this, which goes against companies, is of selling the business. If they want a country with no businesspeople they should say so plainly. If I had to establish a company today, I would do so in Castellón, Caspe or Perpignan. It’s sad, but it’s the way it is.

Pujol and the burden of Made in Spain

Then there is the case of Pujol, which has left us all dismayed. Many people held him in high esteem for many years. With Jordi Pujol, the entire conception of the country – a way of understanding Catalonia that was extremely useful with the arrival of democracy – is destroyed. Anyone who says this does not affect the independence process is proclaiming more of a desire than the reality. It is true, however, that corruption is not limited merely to Pujol or Catalonia. Spain also understands that it is reaching unsuspected limits. In 2013, I went to Shanghai. When I introduced myself and said I was from Spain, some people made a joke about slipping money into their pockets. It is regrettable that you can travel the world and be associated with corruption when really life is a question of working and fulfilling your obligations. Once in Tarragona again, I told Artur Mas (when he was still President) of the difficulties I was facing with the Made in Spain brand. We know we cannot use Made in Germany – that would be fantasy – but perhaps we could employ a Made in Catalonia brand. I believe it would really help us.

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FERVE

Ingénieur de formation, Joan Ferret est mieux connu sous le nom de Joan « Ferve », le nom de la société, très représentatif de la conception catalane de l’entreprise familiale. Il proclame avec fierté que son père a été décoré de la médaille de Francesc Macià. Très attaché à la terre, et enthousiaste à propos du processus indépendantiste au départ, il trouve qu’il est à présent trop instrumentalisé et, d’un point de vue de chef d’entreprise, le processus émane de la radicalité de certains de ses acteurs.

De la charrette à la voiture électrique

En 1925, mon grand père, Benvingut Ferret Vidales, a créé un atelier spécialisé dans la partie électrique des voitures. Tout le monde lui disait qu’il n’y avait pas de débouchés, que la charrette, tirée par des animaux, allait durer encore de nombreuses années. Mais il ne s’est pas trompé. En 1967, quelque chose de similaire s’est produit lorsque mon père, Joan Ferret Carbonell, a fabriqué une voiture électrique. Il lui a fallu deux ans pour pouvoir l’immatriculer et après avoir réussi, la Guardia Civil lui a remis un mandat de SEAT pour qu’il arrête la production. En 1980, nous l’avons transformée en voiture solaire et c’était la première de ce type en Espagne même si l’université de Barcelone voulait s’arroger cet honneur pour un prototype qu’ils avaient conçu. Ferve (de Ferret et de Vendrell, notre nom et notre ville) existait déjà dans les années quarante comme marque de batteries mais c’est mon père qui lui a véritablement donné un nouvel élan, en 1956, lorsqu’il avait vingt-quatre ans et s’est mis à son compte : il a choisi la réparation et la production de chargeurs et contrôleurs de batteries pour automobiles, motocyclettes et camions. Depuis lors, la société n’a cessé de se développer et elle a évolué en termes de produits. En 2000, nous avons construit le Ferve Center, un bâtiment moderne en aluminium, notre siège social. Mon père m’a confié les fonctions de general manager mais il continue à participer en nous apportant ses conseils, et il est informé de tout ce qui se passe dans la société.

Mon surnom, c’est le nom de la société

J’ai à présent cinquante-six ans. Ma vie professionnelle a toujours été liée à Ferve. Je ne peux pas dire exactement de quoi dépend le succès d’une entreprise mais je peux dire que, pour nous, Ferve a toujours été le plus important. Nous avons installé la climatisation chez Ferve avant de l’installer chez nous. Mes étés, par exemple, je les ai passés chez Ferve, et mes amis motards, de trial et de route, m’ont surnommé « Ferve ». Je crois que cela résume bien la situation. J’ai très certainement acquis cette intensité de mon père, un entrepreneur de naissance qui a travaillé tous les jours de sa vie, depuis qu’il avait quatorze ans. Autre aspect à prendre en compte : nous sommes assez atypiques, très créatifs, non seulement dans le travail, mais également dans la vie de tous les jours. Mon père est depuis toujours un grand dessinateur et il peint très bien. Mes enfants, Joan Marc et Clara ont aussi hérité de ce talent, et l’ont appliqué aux domaines de la conception graphique et de la publicité et des relations publiques respectivement.

Fer país et créer de la richesse

Je n’ai pas hérité du talent de dessinateur mais je me considère comme une personne créative : je peux faire l’ébauche de scénarios du futur et prévoir la destination des choses. De ce don dépendent, en partie, les vingt-cinq personnes avec lesquelles nous travaillons sur le site, et dix de plus dans une société associée pour les travaux de carrosserie et de peinture. La vision de Ferve est fer país et créer de la richesse. Notre objectif n’est pas de gagner de l’argent. Si c’était le cas, nous aurions vendu la société au moment de l’apogée du secteur de la construction et nous nous serions mis à la retraite. Notre esprit est différent, le sens de la tradition et du travail ; preuve en est que nous avons construit le musée pour expliquer l’évolution de l’entreprise et sa conception industrielle, et nous y conservons des documents en lien avec Pau Casals ou Àngel Guimerà, et logiquement la voiture électrique, l’étoile indéniable, que j’ai mentionnée auparavant. Le musée qui occupe un espace de cinq cent mètres carrés, est notre déclaration de principes. Il nous définit et nous explique.

Nous innovons et nous nous rendons sans cesse dans des foires

Nous avons plusieurs esprits avant-gardistes qui se consacrent uniquement à l’innovation. D’autre part, nous nous rendons à toutes les foires possibles. J’aime y aller en personne et me charger de tout. Je monte dans la voiture, je conduis toute la journée, ou deux jours de suite, jusqu’en Allemagne ; j’enfile mon bleu de travail, je monte le stand, je me change et je mets ma veste pour répondre aux clients ; je retire ma veste et je remets mon bleu pour démonter le stand ; je reprends la voiture et je conduits un jour ou deux jusqu’à chez moi. J’y vais presque toujours avec mon fils parce qu’une foire est tout aussi utile qu’une maîtrise : on y apprend des choses aussi essentielles, par exemple, que de savoir évoluer dans un autre pays. Mais les foires servent surtout de lieu de rencontre pour voir les clients de toujours, et aussi prendre de nouveaux contacts car le secteur est en constante évolution. Nous avons commencé à exporter en 1960. Nous sommes présents dans cent quatorze pays même si nous nous centrons actuellement sur la moitié des endroits aussi spécifiques que Tahiti ou le Qatar. La vente en ligne, sur notre page Web, fonctionne également très bien, et sur Amazon.

Les hommes politiques aiment les grandes entreprises

Ce n’est pas facile de pénétrer de nouveaux marchés. La chambre de commerce est très utile pour cela. Acció10, le service de la Generalitat chargé de cette fonction, offre également son aide mais elle est payante. Je ne pense pas qu’un service qui est payant puisse être considéré comme « un avantage ». C’est un service, une « activité lucrative » supplémentaire de l’administration. Je pense plus judicieux de soustraire le prix de ce service au produit. En fin de compte, il faut prendre des risques pour soi-même et si le résultat est positif, c’est parfait. C’est dans l’intérêt de l’administration d’accompagner les grandes entreprises. Les PME, dont le chiffre d’affaires est compris entre trois et cinq millions d’euros, nous ne sommes pas intéressantes pour les hommes politiques. Nous n’attirons pas leur attention. Tout au plus au niveau local ou provincial, mais pas au niveau international.

Plus une question d’envie et d’enthousiasme que de sacrifice

Toucher autant de pays n’a pas été synonyme de sacrifices : nous partons travailler chaque jour parce que nous en avons envie et cela nous enthousiasme. Cela a toujours été ainsi et nous ne saurions pas le faire autrement. Nous devons bien sûr observer avec attention l’évolution du marché parce que ce qui est à la mode aujourd’hui, ne l’est pas forcément demain. C’est pourquoi il est si important de savoir prévoir et ne pas laisser l’innovation de côté, toujours s’appuyer sur la créativité et l’ingéniosité, et le faire sans perdre son identité. Nous nous trouvons sur les cinq continents mais nous n’avons jamais quitté El Vendrell. Nous avons toujours été fidèles à nous-mêmes, et c’est ce qui est important en définitive.

Tenir tête à la Catalogne permet d’obtenir des soutiens aux élections

Si Mariano Rajoy avait accepté les négociations économiques et le pacte fiscal proposés par Artur Mas nous ne serions certainement pas en train de parler de référendum. Mais le président du gouvernement d’Espagne s’en tient à ses traditions politiques et n’a pas considéré comme opportun de chercher ne serait-ce qu’un simple terrain d’entente entre les parties. La Catalogne s’est sentie méprisée, et on a commencé à parler d’indépendance. Ce refus a été le véritable point de départ du Procés. Je ne pense pas qu’il y aura d’accord en ce sens parce que, avec tous ces cas de corruption à la direction du PP, tenir tête à la Catalogne est encore l’un des seuls points sur lequel ils peuvent obtenir des soutiens aux élections.

Un processus trop « instrumentalisé »

Le processus indépendantiste m’a séduit lorsqu’il est apparu il y a déjà quelques années. J’étais captivé par ces Once de Septiembre aussi massifs et civiques, l’enthousiasme et la force collective qui s’en dégagent. Aujourd’hui, toutefois, je le trouve tellement « instrumentalisé » que je ne sais plus si je veux l’Independence ou pas. La participation au 9 N était importante mais je ressens maintenant beaucoup de désorientation chez les dirigeants. À présent, soudainement, la solution serait un référendum qui avait été préalablement écarté comme étant impossible. Comme je le dis toujours, alea iacta est. Je suis Catalan et la Catalogne est différente. Parfois, dans les foires à l’étranger nous sommes obligés de mettre le drapeau espagnol car ils nous obligent à l’avoir, même si c’est dans un endroit discret.

Démobilisé par la CUP

L’indépendance comme idéal est toujours bien présente mais je ne sais pas si j’aime beaucoup les hommes politiques qui veulent la diriger. J’en imagine certains au pouvoir et je perds toute confiance. La CUP et ses propositions me démobilisent en permanence, par exemple lorsqu’ils parlent d’augmenter l’impôt sur les successions. Ce à quoi je pense en premier quand j’entends des incohérences comme celle-ci, qui vont à l’encontre des sociétés, c’est à vendre mon entreprise. S’ils souhaitent un pays sans entrepreneurs, qu’ils le disent clairement. Si je devais monter une société aujourd’hui, je la monterais à Castellon, à Caspe ou à Perpignan. C’est triste mais c’est la vérité.

Pujol et le fardeau du Made in Spain

Vient ensuite l’affaire Pujol qui nous a tous laissés sans voix. Nombreux étaient ceux qui avaient de l’estime pour lui pendant très longtemps. Avec Jordi Pujol c’est toute une conception du pays qui s’effondre, une manière de comprendre la Catalogne qui nous a été très utile à l’arrivé de la démocratie. Ceux qui disent que cela n’a pas d’impact sur le processus d’indépendance prennent leurs rêves pour la réalité. Il est vrai que la corruption ne se limite pas à Pujol et à la Catalogne. C’est l’Espagne toute entière qui atteint des limites insoupçonnées. En 2013, je suis allé à Shanghai. Lorsque je me suis présenté et j’ai dit que je venais d’Espagne, ils ont fait une blague en feignant de se mettre de l’argent dans la poche. C’est déplorable de voyager dans le monde et d’être associé à la corruption alors que pendant toute votre vie vous n’avez rien fait d’autre que de travailler et de remplir vos obligations. À une autre occasion, à Tarragone, j’ai dit à Artur Mas, lorsqu’il était encore président, que c’était très difficile de vendre avec la marque Made in Spain. On sait qu’on ne peut pas mettre Made in Germany, ce qui serait fantastique, mais peut-être Made in Catalonia serait utile. Je suis convaincu de cela.

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FERVE

Von Haus aus Ingenieur kennen viele Personen Joan Ferret nur als Joan „Ferve“, dem Namen seines Unternehmens, was die katalanische Achtung vor dem Familienbetrieb unterstreicht. Er geklärt mit Stolz, dass sein Vater mit der Medaille des Präsidenten Francesc Macià ausgezeichnet wurde. Mit seinem Land verwurzelt und vom anfänglichen Unabhängigkeitsprozess begeistert, sieht er in Bezug auf diesen inzwischen zu viele Manipulationen und misstraut als Unternehmer der Radikalisierung einiger Akteure.

Von der Kutsche zum Elektrofahrzeug

1925 gründete mein Großvater Benvingut Ferret Vidales eine Werkstatt, die auf die Automobilelektrik spezialisiert war. Alle sagten ihm, dass er damit keinen Erfolg haben würde, da die Kutsche noch viele Jahre verwendet würde. Aber er lag richtig. 1967 geschah etwas Ähnliches, als mein Vater Joan Ferret Carbonell das erste elektrische Auto fertigte. Er benötigte zwei Jahre für die Zulassung. Als er diese endlich hatte, kam die Guardia Civil mit einem Befehl von SEAT, die Fertigung sofort einzustellen. 1980 bauten wir es in ein Solarfahrzeug um, das erste seiner Art in Spanien, obwohl die Universität Barcelona sich diese Ehre für den Entwurf eines Prototyps anmaßen wollte. Ferve (aus Ferret und Vendrell, unser Nachname und unsere Stadt) existierte bereits in den 40er-Jahren als Batteriemarke. Der Anfang des Unternehmens geht jedoch auf 1956 zurück, als sich mein Vater im Alter von 24 Jahren selbstständig machte und sich für die Fertigung von Batterielade- und -steuergeräte für Pkw, Motorräder und Lkw entschied. Seit diesem Zeitpunkt ist das Unter-nehmen bei wechselnden Produkten kontinuierlich gewachsen. 2000 bauten wir das Ferve Center, ein modernes Gebäude aus Aluminium, das unser Hauptsitz ist. Mein Vater hat die Funktionen des Geschäftsführers inzwischen an mich übertragen, steht mit jedoch weiterhin mit Rat und Tat zur Seite.

Mein Spitzname ist der Name des Unternehmens

Ich bin jetzt 56 Jahre alt. Mein ganzes Berufsleben bin ich mit Ferve verbunden gewesen. Ich kann zwar nicht erklären, was das Erfolgsgeheimnis eines Unternehmens ist, weiß jedoch, dass für uns Ferve immer an erste Stelle gestanden hat. Unser Unternehmen hatte eine Zentralheizung und Klimaanlage, bevor unsere Häuser damit ausgestattet wurden. Meine Sommerfrische habe ich beispielsweise immer in Ferve verbracht und meine Motorradfreunde nennen mich „Ferve“. Dies sagt alles. Diese Intensität habe ich zweifellos von meinem Vater gelernt, ein geborener Unternehmer, der jeden Tag gearbeitet hat, seit er vierzehn Jahre alt war. Eine weitere Besonderheit ist, dass wir relativ untypisch und sehr kreativ sind, nicht nur bei der Arbeit, sondern auch im Alltag. Mein Vater ist immer ein fantastischer Zeichner gewesen und malt sehr gut. Meine Kinder Joan Marc und Clara haben dieses Talent ebenfalls geerbt, mein Sohn arbeitet im Bereich Grafikdesign und Werbung und meine Tochter im Bereich Public Relations.

Fer país (das Land aufbauen) und Wohlstand schaffen

Das Zeichentalent habe ich zwar nicht geerbt, dafür jedoch die Kreativität, zukünftige Szenarien zu entwerfen und zu antizipieren, in welche Richtung sich die Dinge entwickeln. Von diesem Talent hängen zum Teil die 25 Personen ab, die wir beschäftigen, sowie weitere 10 Mitarbeiter eines verbundenen Unternehmens für Karosserie- und Lackierarbeiten. Ziel von Ferve ist fer país (das Land aufbauen) und die Schaffung von Wohlstand, nicht jedoch, Geld zu verdienen. Im gegenteiligen Fall hätten wir unser Unternehmen während des Immobilienbooms verkauft und uns zurückgezogen. Wir zeichnen uns durch eine andere Einstellung, Arbeitsweise und einen Sinn für Tradition aus. Dies beweist auch das von uns geschaffene Museum, in dem die Entwicklung des Unternehmens und seine Industriedesigns zu sehen sind, neben Unterlagen zu Pau Casals oder Àngel Guimerà sowie dem Elektroauto als Highlight. Das 500 Quadratmeter umfassende Museum ist unsere Grundsatzerklärung. Es definiert und beschreibt uns.

Ständige Innovationen und Messebesuche

Wir verfügen über einige kluge Köpfe, die sich nur der Innovation widmen. Auf der anderen Seite besuchen wir möglichst viele Messen. Ich fahre gerne persönlich auf Messen und kümmere mich um alles. Ich fahre mit dem Wagen die lange Strecke bis nach Deutschland, ziehe mir den Overall über, baue den Stand auf, tausche den Overall durch einen Anzug aus, betreue die Kunden, tausche den Anzug wieder durch einen Overall aus, baue den Stand ab, setze mich in den Wagen und fahre die lange Strecke wieder zurück nach Hause. Dabei begleitet mich immer meine Tochter, denn Messebesuche sind so lehrreich wie ein Masterabschluss. Beispielsweise lernt man so grundlegende Dinge, wie sich im Ausland zu bewegen. Die Messen dienen jedoch vor allem als Treffpunkt, um Kunden zu sehen und neue Kontakte zu knüpfen, da dieser Sektor einem ständigen Wandel unterliegt. Seit 1960 exportieren wir unsere Produkte. Wir haben bisher in 114 Länder exportiert, obwohl wir uns derzeit auf ca. die Hälfte konzentrieren, darunter so exotische Orte wie Tahiti oder Katar. Zudem funktioniert der Vertrieb über unsere Website und Amazon sehr gut.

Die Politiker mögen Großunternehmen

Neue Absatzmärkte zu öffnen, ist nicht einfach. Die Handelskammer ist leider keine große Hilfe. Acció10, die für diese Aufgabe zuständige Abteilung der Generalitat, bietet zwar Unterstützung an, jedoch nur gegen ein Entgelt. Ein kostenpflichtiger Service kann meiner Ansicht nach nicht als „Unterstützung“ bezeichnet werden. Es handelt sich um eine Dienstleistung, ein weiteres „Geschäft“ der Verwaltung. Ich fände es besser, den Preis dieser Unterstützung gegenüber dem Produkt aufzurechnen. Schließlich muss jeder auf eigene Kosten und Rechnung Risiken eingehen. Wenn alles gelingt, perfekt. Die Verwaltung ist nur an den Großunternehmen interessiert. Kleine und mittlere Unternehmen mit einem Umsatz zwischen einer und fünf Mio. Euro sind für Politiker nicht attraktiv. Sie gehen nicht auf uns zu. Höchstens vielleicht auf lokaler oder Provinzebene, nicht jedoch im internationalen Rahmen.

Mehr Lust und Illusionen als Opfer

Die Anstrengungen, derart viele Länder zu erreichen, waren für uns kein Opfer, da wir jeden Tag mit Lust und Illusion an die Arbeit gehen. Dies war schon immer so und für uns gibt es gar keinen anderen Weg. Dabei müssen wir natürlich sehr aufmerksam auf die Marktveränderungen achten, da das, was heute in ist, es schon morgen nicht mehr sein kann. Daher ist es wichtig, Markttrends vorwegzunehmen und auf Innovationen zu setzen, die Kreativität und den Erfindungsgeist einzusetzen, ohne dabei seine Identität zu verlieren. Wir sind auf fünf Kontinenten präsent, ohne El Vendrell den Rücken gekehrt zu haben. Dabei sind wir uns immer treu geblieben, denn das ist es, worauf es letztendlich ankommt.

Katalonien die Stirn zu bieten, verschafft Wahlvorteile

Wenn Mariano Rajoy das Finanzabkommen oder den Fiskalpakt angenommen hätte, die Artur Mas ihm vorgeschlagen hatte, würden wir jetzt sicherlich nicht über ein Referendum sprechen. Der spanische Ministerpräsident fühlte sich jedoch seiner politischen Tradition verpflichtet und hielt es noch nicht einmal für angemessen, eine Mittellösung zwischen beiden Standpunkten zu finden. Katalonien fühlte sich verachtet und begann, über die Unabhängigkeit zu sprechen. Diese ablehnende Haltung war der wahre Auslöser des Procés. Ich erwarte in dieser Hinsicht keine Vereinbarung, da Katalonien die Stirn zu bieten angesichts der vielen Korruptionsfälle in der Führungsebene der PP eine der wenigen Möglichkeiten darstellt, Wahlvorteile zu erzielen.

Ein zu sehr „manipulierter“ Prozess

Der Unabhängigkeitsprozess zog mich anfangs an, als er vor Jahren an Impuls gewann. Mich begeisterten die Feiern des katalanischen Nationalfeiertags mit ihren friedlichen Massenkundgebungen, Illusionen und ihrer gemeinsamen Stärke. Heute ist er jedoch derart „manipuliert“, dass ich nicht mehr weiß, ob ich die Unabhängigkeit will oder nicht. Die Beteiligung der Volksbefragung vom 9. November 2014 war bedeutend, inzwischen erkenne ich jedoch eine Orientierungslosigkeit seitens der Führung. Plötzlich besteht die Lösung in einem Referendum, das zuvor als unmöglich ausgeschlossen worden war. Wie ich zu sagen pflege: Alea iacta est. Ich bin Katalane und Katalonien ist anders. Gelegentlich müssen wir auf Messen im Ausland die spanische Fahne hissen, da dies so vorgeschrieben ist, wenn auch an einem unauffälligen Ort.

Demobilisiert durch die CUP

Die Unabhängigkeit ist nach wie vor als Wunschbild vorhanden, mir gefallen jedoch einige der Politiker nicht, die sich diese auf die Fahnen geschrieben haben. Mir einige dieser Politiker in der Regierung vorzustellen schreckt mich ab. Die CUP und deren Vorschläge demobilisieren mich ständig, beispielsweise, wenn von der Erhöhung der Erbschaftssteuer gesprochen wird. Das erste, was mir bei derartigen für Unternehmen nachteilige Unsinnigkeiten einfällt, ist, mein Geschäft zu verkaufen. Wenn sie ein Land ohne Unternehmer wollen, sollten sie dies offen zugeben. Wenn ich heute ein Unternehmen gründen müsste, würde ich als Geschäftssitz Castellón, Caspe oder Perpignan wählen. Das ist traurig, aber wahr.

Pujol und der Ballast des Made in Spain

Dazu kommt der Fall Pujol, der uns alle erschüttert hat. Viele Personen haben ihn während vieler Jahre sehr geachtet. Mit Jordi Pujol stürzten ein Weltbild und ein Verständnis Kataloniens zusammen, das für uns nach Beginn der Demokratie sehr nützlich war. Wer behauptet, dass dies dem Unabhängigkeitsprozess nicht geschadet hätte, spricht eher einen Wunsch als die Realität aus. Wahr ist jedoch auch, dass sich die Korruption nicht auf Pujol und Katalonien beschränkt. In ganz Spanien hat die Korruption ein unvorstellbares Ausmaß erreicht. 2013 reiste ich nach Schanghai. Als ich mich vorstellte und angab, aus Spanien zu kommen, steckte man sich als Witz das Geld in die Tasche. Für jemanden, der immer nur gearbeitet und seine Pflicht erfüllt hat, ist es traurig, ins Ausland zu reisen und mit der Korruption in Verbindung gebracht zu werden. Ein anderes Mal erzählte ich Artur Mas, als er noch Präsident der Generalitat war, wie schwierig es sei, Produkte mit dem Siegel Made in Spain zu verkaufen. Natürlich wissen wir, dass wir unsere Produkte nicht mit Made in Germany kennzeichnen können, Made in Catalonia wäre jedoch fantastisch und würde uns helfen. Davon bin ich überzeugt.

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