Sr. Amadeo Casero Fernández
Sr. Amadeo Casero Fernández
TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

AMADEO CASERO FERNÁNDEZ

RECREATIVOS AMADEO TELECOM

Texto del 17-07-2012

Trabajo, esfuerzo, sacrificio y ahorro han permitido al responsable de esta entidad de telefonía móvil prosperar desde sus orígenes humildes. En su testimonio reivindica la valoración, pecuniaria pero también profesional y humana, de las plantillas para asegurar la máxima cooperación, implicación y eficiencia; asimismo, reclama que se permita actuar al actual Ejecutivo en su ahínco por atajar la grave crisis que condiciona nuestro presente y futuro.

Emprendedor precoz movido por la necesidad

Nací en Madrid en plena posguerra (1942), y empecé a trabajar cuando tenía ocho años porque mi madre se quedó sola, a cargo de cuatro hijos. Aunque no era el primogénito, sino el mediano, tenía más arrojo e iniciativa y era consciente de que había que mantener de algún modo a la familia, puesto que nuestra madre no disponía de ninguna fuente de ingresos. Comencé trabajando por la mañana de recadero espontáneo en el mercado y, a los nueve años, me hice un hueco vendiendo ajos y perejil en sus puertas. Cada mañana, muy temprano, iba al Mercado de la Cebada y adquiría estos productos al por mayor para revenderlos después al por menor. Por la tarde, en el Paseo del Prado –lugar donde la gente acomodada y el servicio salían a pasear con los niños– complementaba estos pequeños ingresos con la venta de globos, que había comprado directamente en una fábrica.

Fontanero itinerante y experiencia canaria

A los 14 años empecé a trabajar como aprendiz de fontanería, un oficio que siempre me había gustado. Cuatro años después, ya me desplazaba para realizar trabajos de fontanería por toda España: Palma de Mallorca, Bilbao, Palafrugell, etcétera. A los 21, tuve que irme a Canarias para cumplir con el servicio militar, actividad que compaginé con trabajos como fontanero para poder seguir ayudando económicamente a mi familia. Poco después de haber regresado a Madrid, volví a Tenerife como jefe del equipo de fontanería que trabajaba en la construcción del Hospital de Santa Cruz de Tenerife. Al regresar a la capital, una empresa canaria me formuló una atractiva oferta económica y me instalé en Santa Cruz de Tenerife como responsable de una compañía del sector. Allí me establecí con mi esposa y nacieron y crecieron mis dos hijos. Sin embargo, al hacerse mayores, me di cuenta de las escasas posibilidades formativas y laborales que ofrecía la isla respecto a la capital, así que empecé a planificar mi vuelta a Madrid, para lo que adquirí un piso y un local con la intención de montar un negocio. 

Inicios como empresario en el sector del juego

Instalé un salón recreativo en el local que había adquirido, al que equipé con futbolines, videojuegos, billares, etcétera. Para mí supuso un cambio importante porque abandoné la empresa en la que me había consolidado como profesional y me convertí en un trabajador autónomo. Al promulgarse, en 1981, la Ley del Juego, que hizo de las máquinas tragaperras en una opción empresarial interesante, complementé el salón recreativo con la explotación y mantenimiento de este tipo de máquinas en establecimientos de ocio. Fue un período de mucho trabajo porque por la mañana supervisaba el salón, por la tarde controlaba in situ las máquinas tragaperras y por la noche llevaba a cabo el mantenimiento de un hospital psiquiátrico madrileño que entonces dependía de la Diputación. En 1988 vendí el salón de juego y adquirí una nave que dediqué a la instalación de alarmas, emisoras y teléfonos móviles en vehículos.

Dispositivos de recarga de móviles

Mi hijo mayor, Óscar, es ingeniero de telecomunicaciones y ha trabajado en numerosos proyectos de telefonía móvil. Por ello, y aprovechando que ya nos dedicábamos a la explotación y mantenimiento de máquinas de funcionamiento mecánico, nos planteó la posibilidad de instalar y probar dispositivos de recarga de móviles de la antigua Telefónica. Enseguida percibimos las posibilidades de negocio, adquirimos dispositivos propios y ampliamos el número de operadores: se trataba de establecerse en un negocio que no necesitaba una gran inversión, aunque tampoco dejaba grandes márgenes de beneficio, pero cuyo mantenimiento y gestión podía llevarlo un pequeño grupo de personas competentes.

Tecnología accesible y de mantenimiento económico

Apostamos por las máquinas de tecnología tradicional y sencilla por dos razones: en primer lugar, porque se facilitaba el acceso a todo tipo de usuarios y, en segundo lugar, porque se minimizaba el coste de mantenimiento. La elección resultó un acierto, porque las máquinas apenas presentaban incidencias y su mantenimiento se basaba en una limpieza exhaustiva y en una puesta a punto semestral.

2.500 terminales repartidos por toda España

Hoy somos la tercera empresa del sector en España. Disponemos de 2.500 máquinas repartidas por todo el país que dan servicio a la mayoría de los usuarios de prepago de telefonía móvil, ya que trabajamos con unos 110 operadores de todo el mundo. También disponemos de una página web desde donde se pueden realizar las recargas. Nos sentimos orgullosos de que nuestra actividad empresarial facilite la vida de los usuarios de nuestras máquinas, ya que hace posible que puedan recargar las tarjetas de los teléfonos de sus familiares aunque estos vivan a miles de kilómetros.

Ubicados en establecimientos comerciales de tránsito: gasolineras, colmados, estancos…

Nuestro negocio se basa en una comisión por recarga que facturamos a las compañías telefónicas; los establecimientos que cuentan con una máquina reciben a su vez un porcentaje de nuestra comisión por cedernos parte de su espacio. El beneficio directo no es elevado, pero es un servicio complementario que ofrecen a sus clientes, que se decantan por la recarga en nuestras máquinas porque les resulta muy cómodo. Los dispositivos se instalan en establecimientos comerciales de paso: gasolineras, estancos, bares, etcétera. De ahí que el tipo de local esté sujeto a las oscilaciones del mercado: durante una época era muy importante la incidencia de los videoclubs, después lo fue la de los locutorios, hoy en recesión, y en la actualidad tienen un gran peso las tiendas de comestibles de la comunidad china, ya que son establecimientos con horarios comerciales muy amplios y que desean ofrecer un servicio integral a los clientes.

Control desde las instalaciones centrales mediante un complejo sistema informático

Cada una de las recargas efectuadas y de las máquinas de la empresa se controla desde nuestras instalaciones centrales gracias a un complejo sistema informático que ha supuesto una significativa inversión para la empresa, pero que nos ha permitido mejorar la gestión y el mantenimiento de las máquinas.

Una retribución adecuada evita conflictos laborales e incentiva la productividad

Siempre he creído que pagar bien a los empleados es la forma más eficiente de incentivar su productividad y flexibilidad, de minimizar los conflictos, de garantizar su lealtad y de poder exigir desde la autoridad moral competencia y eficiencia. Si un empleado gana lo suficiente para poder vivir con cierta holgura, difícilmente promoverá conflictos. En este sentido, los empresarios españoles debemos ser críticos y reconocer que en muchos casos se ha tendido a pagar a las plantillas por debajo del nivel de las responsabilidades exigidas para saciar un afán desmesurado de obtener beneficios.

Dos hijos de los que sentirse orgulloso

Mi hijo mayor vive a caballo entre Madrid y Valencia y un día a la semana colabora con nosotros y supervisa la parte técnica. No me he planteado aún el futuro de la empresa tras mi jubilación porque deseo continuar en activo, pero las sólidas trayectorias profesionales de mis hijos, el mayor como reconocido ingeniero, y el menor como directivo de las empresas de su suegro, difícilmente harán posible una implicación plena. 

Austeridad como filosofía de vida

Siempre he creído en el esfuerzo como vía de superación personal y de generación de un pequeño patrimonio. Por ello, nunca he vivido por encima de mis posibilidades; al contrario, siempre he abogado por la necesidad de gastar por debajo de los ingresos y de dedicar una parte significativa de ellos al ahorro.

Causas morales de la crisis

Durante las últimas décadas se ha perdido la cultura del trabajo y el esfuerzo para conseguir objetivos y se ha propiciado una cultura del ocio y los derechos adquiridos. Las generaciones más jóvenes, educadas en este ambiente permisivo y corrosivo, no valoran la cantidad de cosas que poseen y son muy conscientes de sus derechos pero no de sus obligaciones.

Irresponsabilidad y cobardía de nuestra clase política

En general, los gobiernos se han guiado por motivos electoralistas a la hora de tomar decisiones y no han tenido la valentía de afrontar las grandes reformas pendientes en nuestro país. Al mismo tiempo, se ha auspiciado una política de despilfarro; de hecho, durante muchos años nuestra clase política ha propiciado la duplicidad administrativa a través del Estado de las Autonomías, gastando muy por encima de nuestro nivel de ingresos, lo que a la larga es insostenible.

Actuación del actual Ejecutivo

Las medidas tomadas por el presidente Mariano Rajoy me parecen duras pero razonables. Su efecto empezará a notarse levemente dentro de dos años, y en tres o cuatro años comenzaremos a recuperarnos. Sin embargo, cabe reconocer que no han realizado una correcta política de comunicación y que ha faltado ejemplaridad en los recortes porque han afectado muy poco a los sectores más favorecidos. Debemos reestructurar nuestro sistema administrativo, acabar con las duplicidades y finiquitar la política de subvenciones que ayuda a mantener instituciones tan poco enriquecedoras socialmente como los sindicatos.