TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

ISABEL MARTÍNEZ RUIZ CLEMENTE MARTÍNEZ RUIZ JESÚS MARTÍNEZ RUIZ EPIFANIO MARTÍNEZ RUIZ

GRUPO PANSTAR
Texto del 19/09/11 .
Fotografía cedida por Grupo Panstar.
 

La pasión por el mundo de la empresa y por la creación de riqueza para la sociedad enmarcan la labor de los hermanos Martínez Ruiz, que han sabido crear y hacer crecer dos imperios de la industria alimentaria a través del trabajo, el esfuerzo, el sacrificio y la capacidad para sobreponerse a las dificultades. Y todo ello desde una firme consciencia moral que les hace defender la necesidad de regenerar los valores éticos, laborales y económicos de nuestra sociedad.

Inicios empresariales de la familia Martínez Ruiz

La implicación familiar en el mundo de la empresa empezó en Burgos donde nuestro padre, Epifanio Martínez, en 1948, creó una empresa de manufacturación de pasta italiana. En los años 60, sin embargo, tuvo que suspender la producción por mandato gubernamental a causa de la falta de materia prima por las malas cosechas. Fue entonces cuando toda la familia, formada por nuestros padres y siete hijos, se trasladó a Santander. Allí crearon nuestros padres un establecimiento que ofrecía dos líneas de productos independientes: la panificadora y la pastelería. La primera nació con vocación industrial y enseguida cubrió las necesidades de los establecimientos de toda la comarca, aunque no pudo expandirse más por los condicionantes tecnológicos y logísticos de la época, que impedían preservar la calidad del pan durante los recorridos, mientras que la segunda se industrializó muy deprisa.

Creación, expansión y venta de Repostería Martínez

Con los procesos de producción pastelera industrializados por completo, nuestra familia fundó Repostería Martínez en los 70. La fórmula triunfó enseguida por la ventaja de poder comprar en todo tipo de establecimientos los pastelillos envasados individualmente. El negocio fue creciendo, logrando ser líderes hasta que en el año 2000 se vendió a Bimbo.

Transmisión de valores en el seno de la familia

Tanto nuestro padre, Epifanio Martínez, como nuestra madre, Digna Ruiz de la Peña, supieron transmitirnos a sus hijos los valores de sacrificio, esfuerzo e inconformismo. Nos enseñaron a no darnos nunca por satisfechos y a luchar por mejorar y superar las dificultades día a día. Nuestro padre, además, nos deslumbraba con sus proyectos e ideas brillantes, y todos deseábamos emularlo cuando alcanzáramos la edad adulta. Nuestra madre era la parte práctica de la fórmula, porque no solo contribuía a la prosperidad y expansión del negocio, sino que nos transmitía esfuerzo y constancia. Horneábamos el pan a mano y lo repartíamos. La mayoría de nosotros empezamos a colaborar en la empresa cuando éramos muy jóvenes, un sacrificio que nos enseñó que la unión hace la fuerza.

Implicación en un nuevo proyecto

En el año 2000, cuatro de los hermanos –Isabel, Clemente, Jesús y Epifanio– decidimos volver a empezar, tras la venta de la anterior entidad y por iniciativa de Clemente, mediante la creación de Panstar. Para ello, cambiamos nuestra ubicación, que se trasladó al Mediterráneo. Se trataba de aprovechar los avances tecnológicos en el campo de la panificación, que habían permitido detener los procesos de amasado y horneado de la masa y ultracongelarla para que pudiera reanudase su cocción en cualquier lugar a cualquier hora, de manera que el cliente pudiese degustar siempre un pan recién hecho de una calidad óptima.

No nos sentimos plenos ni realizados si no es trabajando en la empresa

Tuvimos la oportunidad de percibir un sector en franca expansión gracias a la idea de Clemente, presidente de la entidad. Tal fue el acierto que pasamos en 10 años de una facturación de 10 millones a 200. Tuvimos que echar mano del esfuerzo y el talento para llevar a cabo la nueva andadura; por suerte, para ello contamos con un excelente equipo de personas, cuyo compromiso y trabajo diarios nos permitieron conseguir el éxito, confirmando una vez más que la unión hace la fuerza. No nos acomodamos porque somos empresarios vocacionales. Nos sentimos plenos y vivos al trabajar y no nos sentimos realizados si no participamos en un proyecto empresarial. Hoy, Jesús, un maestro en la organización, es director industrial y consejero, y Epifanio, un genio de la innovación, es consejero y director tecnológico, encargándose de la innovación constante en nuestros productos y en su proceso de elaboración, mientras que Isabel, nuestra hermana pequeña, es consejera y directora general.

Una mujer debe superar muchas trabas para dedicarse al mundo de los negocios

En una sociedad como la nuestra, la mujer debe superar muchas trabas si desea dedicarse a la gestión empresarial. El tesón, el entusiasmo, la inteligencia, la preparación y la confianza son las armas de las que se puede valer. Isabel tuvo la oportunidad de poder formarse y rápidamente confiamos en ella como ejecutiva. En Repostería Martínez, cuando era directora de marketing y ventas, tuvo aciertos indiscutibles, como fichar a Miguel Indurain para promocionar los productos. Al fundar Panstar los tres coincidimos en que fuese ella la directora general.

Productos con totales garantías sanitarias y de elevada calidad

El proceso está totalmente mecanizado, con lo cual hay plenas garantías sanitarias. El producto tiene las mismas características que los comercializados en las panaderías medias. La diferencia es que ofrecemos al consumidor un producto vivo de elevada calidad que puede comprar recién hecho a cualquier hora. También fabricamos repostería ultracongelada: croissant, napolitanas, etcétera, que se elaboran siguiendo procedimientos artesanales. Las piezas de pastelería también se acaban de hornear en los establecimientos para que los consumidores los puedan degustar desde su primer segundo de vida.

Volumen de producción

Las 140.000 tn anuales que producimos se gestan las 24 horas del día en nuestras 5 factorías, situadas en Girona, Valencia, Palma de Mallorca y Santander, en las que trabajan 1.000 empleados no solo de manera directa en los procesos de producción, sino también en la investigación –nunca nos cansamos de innovar–, en el control de calidad, en el reparto, etcétera.

Panadería de autor

Existe una panadería de autor exquisita que utiliza ingredientes de primerísima calidad y se lleva a cabo en unas condiciones excepcionales, pero que también se caracteriza por unos precios más elevados, de manera que se convierte en un pan de consumo ocasional. Nuestro objetivo es seguir aprendiendo de este saber hacer y trasladarlo a un proceso mecanizado, y conjugar así lo bueno de la artesanía con los avances tecnológicos.

Canales de distribución

Nuestros productos se pueden adquirir al por menor tanto en grandes cadenas de distribución como en pequeños puntos de venta; el único requisito que deben cumplir es disponer de un horno. También los distribuimos mediante el canal Horeca a bares y restaurantes y, por último, una parte de la producción se dedica a la exportación. Nuestro volumen de pedidos es tal que en ocasiones pueden salir de nuestras instalaciones un centenar de camiones diarios para cubrir las necesidades.

Parámetros de calidad del pan

Los consumidores aprecian el aroma y el acaramelado de la corteza, que confiere también un sabor muy especial, y un punto de cocción óptimo. Todas estas características se consiguen utilizando masas madres preparadas con ingredientes de calidad y sometidas a fermentaciones largas. Una calidad y forma de hacer por la que luchamos constantemente, sobre todo en estos tiempos de crisis y consecuentes guerras de precios, tratando siempre de buscar la mejor fórmula para mantener un equilibrio adecuado entre el binomio calidad-precio.

Alarmante incremento del precio del trigo

La materia prima más importante es el trigo, que nos vemos obligados a buscar fuera del país porque en España es escaso y no contiene un alto índice de proteínas que garantice un sabor óptimo; un 40% viene principalmente de Francia, América y Canadá. Por desgracia, después de 10 años de estabilidad, últimamente el precio del trigo se ha incrementado de manera alarmante: ha subido un 70% en un año, porque su mercado está siendo muy volátil al haberse convertido en un valor refugio. Las consecuencias negativas son obvias para nuestro negocio, pero resultan catastróficas en los países del Tercer Mundo, donde se padecen terribles hambrunas.

Consecuencias de la negación de la crisis

Sentimos la crisis desde el principio porque apreciamos que el consumo se retraía y se incrementaba el paro. Durante meses las autoridades negaron lo obvio, pero se repetía tanto la mentira que la opinión pública llegó a creer que era verdad. Si se hubiese reconocido la situación en su momento, hubiésemos podido tomar medidas efectivas antes.

Financiación conservadora

Nuestra situación financiera es muy estable porque siempre hemos sido conservadores. No obstante, el entorno de parálisis y de desconfianza desilusiona y pone en riesgo los logros económicos conseguidos durante la democracia. Los empresarios están actuando de manera solapada como banqueros desde una concepción solidaria del sistema económico que pretende evitar que se desmorone todo el entramado empresarial del país.

La actual situación de Occidente

En Occidente vivimos en una época de decadencia moral, económica, social y política, en la que el fin parece justificar los medios, y en la que los intereses electoralistas de los gobernantes están regidos por el corto plazo. Vivimos inmersos en un régimen de mentiras consentidas y absurdas dicotomías como derecha e izquierda, ricos y pobres… Hemos perdido el sentido colectivo del progreso basado en el trabajo y el esfuerzo individual y nuestra aspiración a gozar de un empleo estable y tranquilo ha anquilosado y pervertido nuestra economía y nuestra sociedad.