TH, 2n VOLUM. Rey y alcaldes

SR. MIGUEL ÁNGEL GARCÍA NIETO Alcalde de Ávila desde 2002.

Texto del 19/04/04,
Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Ávila

Miguel Ángel García Nieto es un municipalista convencido. Se asomó a la política de su ciudad muy pronto, participando desde joven en las asociaciones vecinales, y, tras una larga andadura, lleva ahora las riendas de un proyecto de futuro para Ávila en el que combina la atención a los vecinos con la proyección de la población como foco de cultura. El esplendor del patrimonio artístico, el asentamiento de importantes infraestructuras culturales y hoteleras son las bases desde las que parte el dinamismo de la capital abulense.

Desembarco en la política

Mi relación con la vida municipal comienza desde la base, a partir de los movimientos vecinales, por eso el paso a la política puede decirse que fue algo natural. En el salto resultaron decisivas dos personas, Ángel Acebes y un amigo común, Antolín Sanz, quien me presentó a aquél. Ángel Acebes estaba preparando su candidatura como alcalde para el año 1991 e inicialmente había previsto que ejerciese de delegado municipal para los barrios, pero al conocerme personalmente me ofreció el puesto de la candidatura, el número once, que significaba la mayoría absoluta, la única forma de alcanzar el gobierno de la ciudad. Logramos el objetivo y gobernamos entre 1991 y 1995 con Acebes de alcalde. Fui antes concejal que militante del partido pues no me afilié hasta 1993. En 2000 salí elegido Secretario General del PP de Ávila y actualmente soy miembro de la Junta Directiva Nacional de mi partido.

Acceso a la alcaldía en unas circunstancias singulares

Empecé a desempeñar el cargo de alcalde en unas circunstancias singulares, cuando mi predecesor, Agustín Díaz de Mera, fue enrolado en el ministerio del Interior por Ángel Acebes como Director General de Policía el 31 de julio de 2002.  Posteriormente, debido al respaldo de buena parte de los vecinos, revalidé la alcaldía en las elecciones de 2003.

Municipalista convencido

Tanto mi experiencia en los movimientos asociativos de base, que arranca hace casi década y media, como en el desarrollo de la gestión municipal me han convencido de las enormes potencialidades del municipalismo. En primer lugar, el paso por un ayuntamiento, que es la mejor escuela política, imprime carácter por la progresiva identificación con una labor tan atractiva y repleta de oportunidades que ofrecer para la mejora de las condiciones de vida de los vecinos. Ese sello jamás abandonará, por alto que lleguen, a quienes en un momento de su vida se han dedicado a los menesteres municipales. En segundo lugar, está la proximidad a la realidad vital que hay que encarar a diario. Tiene, por supuesto, su cara y su cruz. El inconveniente, sobre todo en poblaciones de menor tamaño, reside en que estás las veinticuatro horas de servicio, apenas hay vida privada porque siempre se ha de prestar atención a los ciudadanos que te pueden abordar en cualquier momento y lugar. Pero es cierto también que en esa inmediatez radica el atractivo del cargo porque da a conocer las problemáticas de primera mano y permite actuar de manera inmediata procurando la solución.

Segunda descentralización

España ha experimentado una transformación radical en lo que se refiere a la Administración central y a las autonomías. Ha culminado un proceso modélico de descentralización territorial. En 2004 se celebran los 25 años del establecimiento de los ayuntamientos democráticos, que han sido los grandes olvidados en la modernización de las administraciones. Hora es ya de que el proceso se complete y las comunidades se descentralicen hacia los ayuntamientos en buenas condiciones. Para que éstos satisfagan las crecientes demandas, necesitan imperiosamente recursos económicos y poder de actuación. Por eso, es imprescindible llegar de modo inmediato a un pacto local.

La asignatura pendiente del pacto local

El pacto local es la signatura pendiente más importante del Estado en cuanto a la organización administrativa. La falta de financiación está ahogando no sólo la potencialidad de la labor municipal, sino también el mantenimiento de lo que con tanto sacrificio se ha podido conseguir. En Castilla y León, donde me corresponde dirigir la mesa que trata el pacto local, llevamos más de cinco años con el asunto entre manos y no hemos logrado avanzar. Debemos obligarnos a llegar a un acuerdo de mínimos entre los distintos grupos políticos para antes de octubre de 2004 a fin de que pueda entrar en los presupuestos regionales.

Simplificación de las administraciones

Soy decididamente contrario al planteamiento de las comarcas, sólo acarrean la duplicación del gasto y luego del esfuerzo en las tramitaciones que han de afrontar los ciudadanos, cuando precisamente reclaman la agilización de la burocracia. El engorroso incremento del papeleo va en la dirección opuesta a la ansiada ventanilla única administrativa a la que cualquier ciudadano pueda dirigirse para tratar con el Ayuntamiento, la Diputación, la Comunidad o el Estado central. No obstante, en la línea de simplificar la estructura administrativa y reducir el gasto, dentro del pacto local se contempla la creación de consorcios y mancomunidades para que los municipios puedan recibir servicios de forma conjunta, como la recogida de residuos sólidos o basuras, depuradoras, electricidad, lo que supone un notable ahorro de recursos.

Modernización de las infraestructuras

El principal déficit de Ávila, de enorme trascendencia para el nivel de vida de los vecinos y el futuro desarrollo de la ciudad, procedía de las infraestructuras. Las carencias eran tremendas en materia cultural, social, deportiva y hasta vial. Cuando llegué a la alcaldía, en 2002, la prioridad era culminar este proceso que ya está casi completo. Ahora las iniciativas se dirigen a situar a las personas en el centro de la acción política, que el ciudadano se sienta mejor atendido cuidando la calidad de los servicios. Se ha puesto en marcha el teléfono de atención al ciudadano, también una manejable página web para que se puedan efectuar y seguir los trámites desde la propia casa y estamos montando una oficina para atender las demandas de los vecinos. Las carencias en materia social, el área más potenciada, se están cubriendo con la construcción de guarderías municipales, servicios para mayores como centros de día y un gran incremento del presupuesto para empleo, una función que no corresponde al ayuntamiento pero que se ha visto obligado a encarar como tantas otras sin la necesaria colaboración de las demás administraciones.

El obispado puede facilitar que se cubran las necesidades de suelo

La ciudad tiene un población de hecho que supera los 60.000 habitantes. La principal actividad económica es el turismo. Recibimos una media anual de 700.000 visitantes, generalmente de fin de semana. En 2004 tiene su sede en Ávila la exposición Las Edades del Hombre, una riquísima muestra de arte sacro con la que pensamos alcanzar el millón de turistas, en definitiva, Ávila es una ciudad de servicios, muy pendiente de la demanda de Madrid. La reciente apertura de la autopista hacia la capital del Estado, en noviembre de 2002, ha terminado por agotar la oferta de suelo industrial de la ciudad, ocasionando un grave problema de disponibilidad de espacio al actuar como un cuello de botella para su crecimiento. Estamos apremiando amistosamente al obispado de la ciudad para rematar una operación de gran calado que cubrirá las necesidades de suelo durante mucho tiempo. Rezamos para que el proyecto salga adelante porque despejaría el futuro de la urbe. También es un importante activo de la ciudad el Centro Nacional de Formación de la Policía que implica la presencia de 4.500 agentes y futuros agentes que reciben los cursos de formación y que pronto será ampliado con la Escuela Regional de Policías Municipales.

Patrimonio cultural. La ciudad de Santa Teresa y San Juan de la Cruz

La ciudad tiene un pasado deslumbrante. La participación de los abulenses en la Reconquista fue notable, por algo se la denominó “Ávila de los caballeros”, y las propias murallas, rematadas a finales del siglo XI, son testimonio del acontecer histórico. No es lugar éste para pasar revista a la riqueza arquitectónica, pero sí quiero destacar, dentro de la herencia cultural, a dos incomparables escritores con los que alcanzó su cima la poesía mística española, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Por estas razones, no es de extrañar que Ávila sea una de las seis fundadoras del grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, tras ser designada en 1985. En términos urbanísticos, pues, el patrimonio es nuestra primera preocupación como un elemento central de atracción del turismo y también desde el punto de vista de la habitabilidad de los vecinos. En paralelo al espíritu de conservación y rehabilitación, nos hemos preocupado de que la ciudad sea un foco cultural través de la potenciación de la actividad de nuestros artistas plásticos.

Proyecto europeo de recuperación de riberas

Por tamaño de la población, ausencia de industrias contaminantes y altura en la que se ubica la ciudad, 1.123 metros, la calidad del medio ambiente de Ávila es espléndida. Por otro lado, con nuestros propios recursos, los del proyecto europeo de recuperación de riberas y los de la Confederación Hidrográfica del Duero, estamos llevando a cabo un trabajo de rehabilitación ambiental que, en distintas fases de desarrollo, comprende el cauce del Adaja, que es el río que bordea la ciudad, el parque de El Soto, a corta distancia del núcleo urbano y con una extensión de más de cinco kilómetros de largo, y los márgenes que bordean la presa de Fuentes Claras. Se trata de crear un espacio continuo con zonas de esparcimiento y ocio para disfrute de los ciudadanos.

Catorce nuevos hoteles de diferentes categorías

El avance en esta materia es muy ilusionante. Abarca dos ámbitos, uno ya tiene aplicación y el otro pronto estará ultimado. El primero procede del influjo de Madrid. Nuestra ciudad se está beneficiando de una demanda que la capital no puede absorber por entero como es la celebración de pequeños congresos que buscan una tranquilidad que la metrópoli no puede satisfacer. Para ello se aprovechan los hoteles y pequeños espacios que hemos inaugurado, entre los que está el auditorio municipal de San Francisco. De cara al inmediato futuro, tenemos en fase de entrega el proyecto definitivo para la construcción del palacio municipal de congresos y exposiciones que hemos planificado conjuntamente con la Junta de Castilla y León. El segundo ámbito es el de las plazas hoteleras. A lo largo de tres años, hasta 2007, se habrán construido escalonadamente en nuestra ciudad nada menos que catorce hoteles de diferentes categorías, una cifra impresionante si consideramos el tamaño de la ciudad.

Ávila como segunda sede del Museo del Prado

La instalación de la segunda sede del Prado en nuestra ciudad es una oportunidad muy prometedora que nos inunda de euforia. El museo necesita expandirse porque ya no da más de sí, debe oxigenar su propia infraestructura, por eso van a trasladar a nuestra ciudad la escuela de restauración y documentación y el archivo de fondos del llamado Prado disperso, un importantísimo repertorio de obras de arte que el Prado tiene distribuidos por numerosos edificios oficiales y que nunca han sido reunidos para ser expuestos. Además, cada seis meses, recibiremos todas aquellas exposiciones itinerantes de intercambio con otros museos que antes se veían obligados a rehusar o desviar por la sencilla razón de la falta de espacio. Esto último reforzará el papel de Ávila como cita obligatoria para los amantes del arte, un centro de cultura que atraerá un mayor número de visitantes.

Unidad y reforma en el Estado de las Autonomías

El Estado de las Autonomías funciona excelentemente. No comprendo ahora que, con el proceso de globalización, cuando el mundo va camino de uniones más amplias, se pretenda malograr algo que funciona tan bien por un afán confederal que no se sabe a dónde nos llevará, como no sea al borde de una ruptura que pondrá en peligro toda la prosperidad que hemos logrado. La unidad del Estado no se debe poner en riesgo, aunque es cierto que se puede reforzar el sistema autonómico efectuando los ajustes necesarios. Las reformas autonómicas impulsadas por Adolfo Suárez contribuyeron decisivamente a restablecer la concordia entre los españoles, sacrificando mucho en el empeño, personal y políticamente. Suárez, un abulense de pro, es ejemplo de entrega y sacrificio en aras de la convivencia, para que los españoles pudieran vivir en paz y creo que la suya es una herencia muy valiosa que debemos conservar y que no ha sido suficientemente reconocida.

La Europa de los municipios

El espíritu europeo va calando poco a poco entre los españoles, al igual que en los otros países, según he comprobado en mis viajes. La unión de 25 estados va a cambiar sustancialmente las cosas a partir de 2006, vamos a tener que adaptarnos y  aprovechar las oportunidades que surgen de la ampliación. Soy partidario de construir una Europa lo más unida posible para que sea fuerte en el contexto mundial, pero también debe ser una Europa que mire a las regiones y no se olvide de los municipios, que son, a la postre, los núcleos sobre los que se estructuran las diferentes acciones políticas. Eso significa que han de implementarse políticas europeas que atiendan de manera puntual y eficiente al municipio.

El Rey fue y es el árbitro perfecto de la Transición y la democracia

 Durante la Transición el Rey fue el árbitro perfecto, su papel moderador y su talante fueron ejemplares. Cuando las cosas se pusieron difíciles durante el 23F y se vio obligado a ejercer el mando, supo hacerlo con decisión y autoridad evitando que unos pocos truncaran lo que tanto esfuerzo había costado. En el momento en que apareció por televisión, todos empezamos a ver la luz, se convirtió en la garantía del fracaso de la intentona golpista. La acción del Rey fue primordial y da escalofríos pensar que lo que hubiera podido pasar de no contar con una personalidad como la suya.

La monarquía parlamentaria es el mejor modelo para España

La forma en que está ejerciendo su labor el Rey, mediante el contacto con los diferentes dirigentes y dando su opinión, aunque, por supuesto, dejando que el gobierno lleve las riendas, me parece muy positiva, junto con el papel central de garante de la unidad del Estado y del modelo que se ha dado a los españoles. Soy ferviente partidario de la monarquía parlamentaria no porque por definición sea mejor que otros sistemas, sino por su utilidad para el país, porque se ha demostrado que es como mejor funciona. En consecuencia, le pediría a los que se definen como republicanos juancarlistas que se hagan felipistas.

Reforma constitucional y estatutaria

La Constitución no es intocable, pero cualquier alteración debe estar presidida por el mismo espíritu de consenso con el que se abordó su elaboración en 1978. Y lo mismo vale para los estatutos, se pueden y se deben modificar cuando haya necesidad de ello, pero no estoy de acuerdo en que haya diferencias de categoría entre comunidades, unas no se pueden beneficiar en detrimento de otras. Sobre el carácter histórico de nuestra comunidad nadie alberga dudas, pero recibimos diferente trato y eso no es justo, no deseo que mi comunidad sea más que ninguna otra, pero tampoco quiero que sea menos.

La representación autonómica y municipal deben tener asiento en el Senado

La reforma del Senado es algo indispensable, debe funcionar como una verdadera cámara de representación territorial, lo que a día de hoy aún no es. Pero no puede limitarse a las comunidades autónomas, sino ampliarse a la representación de los entes locales o de otro modo la reforma quedará incompleta y con el paso del tiempo se acusará el déficit de representación municipal.