Volumen 14. Biografías relevantes de nuestros empresarios 2023 – Tomo 3

Sr. Marc Senserrich Fernández – Logistock, Logística Integral

Barcelona

1969

CEO y Fundador de Logistock, Logística Integral, S.L.

 

 

 24-4-2023

Los libros le enseñaron el camino, pero fue su determinación la que le empujó a innovar en el sector de la logística; una actividad en la que su innata inclinación a ser útil y ayudar le ha permitido evidenciar su vocación de servicio. Extrayendo lecciones y experiencia de cada capítulo, este emprendedor ha superado episodios críticos reescribiendo su propio proyecto, al que ahora quiere dar un enfoque también inmologístico. La exploración de nuevos caminos se mantiene en un horizonte en el que no existen límites.

 

 

En nuestra familia, llevamos los libros en la sangre

Mi historia empezó a escribirse fruto de un romance entre una pareja que se conoció en los inicios de una editorial, Blume, en los 70. Durante muchos años, trabajarían juntos en la distribuidora de libros que mi padre tuvo la inquietud de fundar: Distribuciones Prólogo SA. Mis progenitores, Jaume y Teresa, no escatimaron esfuerzos por mí y David, mi hermano menor. Tuve una infancia inquieta, pero feliz, tanto por el amor de nuestros padres y el cuidado de nuestra paterna iaia Pepita, como por aquellos fines de semana que disfrutábamos en Hostalets de Balenyà, en un entorno de naturaleza que mitigaba los efectos de una ciudad que, confieso, me agobiaba bastante. Mi padre empezó a trabajar con 7 años en una panadería, pero trazó sus primeras páginas profesionales vendiendo libros; una faceta que le permitiría evolucionar poco después hacia la actividad emprendedora con la que quiso superar las adversas estrecheces que le había correspondido vivir. Posiblemente, sus orígenes modestos le empujaron a buscar esa solidez y que su ejemplo acabara convirtiéndose para mí en un modelo a seguir. En especial porque, ya desde muy niño, entendí la realidad y sentí querer ayudar a mis padres. Era testigo de cómo se sacrificaban para salir adelante con su Pyme y sin quererlo, me proponía siempre, en la medida de mis posibilidades, prestarles mi apoyo. Así, desde pequeño ya colaborábamos con David en el almacén de la distribuidora de libros. Nuestros progenitores consideraban asimismo que resultaba importante que asimiláramos el esfuerzo y la valía en ganarse el pan. Ni para David ni para mí aquello suponía un engorro, pues guardamos un excelente recuerdo de esos veranos, en que además de “comer polvo” en el almacén, aprendíamos trabajando. Fui muy curioso, descubriendo libros raros esotéricos, incluidas algunas ediciones prohibidas que nuestro padre conseguía importar de Argentina. Los libros corren por las venas de nuestra familia desde hace muchos años, pues todavía nuestra querida prima Maria Teresa continúa como directora comercial de Editorial Blume.

 

 

Los valores de mis padres dejaron en mí una gran impronta 

Mis padres me permitieron desarrollarme en lo que me gustaba y nunca me forzaron en los estudios tras terminar el COU. Aun así, tuvieron la capacidad para inculcarme valores a través de su ejemplo, del cual dejaban constancia a diario. La entrega y perseverancia definían el carácter firme de nuestro padre, quien hallaba un perfecto complemento en Teresa, una madre que destilaba humildad y paciencia y que aportaba al hogar la necesaria tranquilidad para lograr el equilibrio en la familia. Su impronta en mí fue muy notable, aunque también lo sería la del Sr. Juan, vecino y padre de nuestro gran amigo de infancia, Juanito, que hoy es también El Sobrino del Diablo, un auténtico cantautor de Barcelona. El Sr. Juan, que regentaba distintas zapaterías en el barrio de Horta era un hombre gentil que transmitía alegría y felicidad y que procuraba siempre despertarnos ilusión a los pequeños. Me hizo sentir protagonista muchas veces y, en cierto modo, alimentó en mí un sentimiento que recuerdo y siempre he procurado cultivar, el de intentar aportar a mi entorno las mayores dosis de positividad de que soy capaz.

 

Si no tienes disciplina, no alcanzas tu éxito

A ello también contribuyó el deporte, en especial el atletismo que practiqué en mi infancia y adolescencia, llegando a competir en Campeonatos de Catalunya. Cuando ya nos habíamos trasladado a vivir a L’Ametlla del Vallès y empezaba bachillerato en La Garriga, tuve que dejarlo, pues las Pistas del estadio Joan Sarrahima, donde entrenaba, quedaban lejos para ir. El deporte sigue constituyendo una faceta importante en mi vida, pues regularmente salgo a correr y voy a nadar a la piscina, aunque el mar es lo mío. Pero, sobre todo, doy las gracias a mi práctica de yoga Iyengar, que descubrí hace 14 años en un retiro al que fui invitado. Sin duda alguna, la mejor metodología y escuela para ahondar de verdad en el yoga. Así mismo conocí en ese retiro también a Rebeca, quien años después se convirtió en la madre de nuestros tres hijos. Es importante para mí mantener una disciplina, dado que me aporta equilibrio y enfoque al éxito, que no es otro que el de la consecución diaria de pequeños objetivos dignos para mí. La propia neurociencia demuestra ya fehacientemente que el ejercicio físico estimula las neuronas, mejora la función cognitiva, la memoria y la atención, así como previene el deterioro cerebral de los años, algo que redunda en especial y en beneficio en quienes, como los empresarios, desarrollamos una tan intensa actividad mental.

 

 

Percibía que albergaba madera de emprendedor

Al no verme exigido en lo que al capítulo estudiantil se refiere, y dada mi inquietud por sentirme útil y aportar a mi familia, en un determinado momento decidí aparcar los estudios. Después de cursar COU, con apenas diecisiete años, decidí ponerme a trabajar y me contrataron rápidamente como comercial de productos de limpieza profesional. Fue aquella una experiencia testimonial, pues a los 3 días, ante la reacción de escepticismo suscitada de mi gran amigo Nan, tras comentarle cuál era mi cometido, se rio en mi cara y al final yo con él. Convine que quizás sería mejor acudir a la universidad, pues si aspiraba a un futuro profesional más ambicioso ese debía ser el camino. Me matriculé en Ciencias Empresariales en la Universitat de Vic, donde estudié los tres primeros cursos de una carrera que se me antojó aburrida. Visto en perspectiva, el enfoque excesivamente teórico impartido en la Facultad se revelaba estéril para mí. Decidido a compatibilizar la formación con el trabajo, y considerando que en la capital hallaría mayores oportunidades, solicité el traslado para completar la carrera en la Universitat de Barcelona. Poco después, ingresaba en Dawson Ibérica, empresa inglesa que suministraba ediciones de revistas técnicas y libros de materias muy específicas para profesionales, administraciones, Universidades, laboratorios, etc. Permanecería en Dawson durante un año, cuando tuve la oportunidad de entrar como asesor comercial en Editorial Aranzadi, la editorial jurídica española número uno desde 1929. Una oportunidad motivadora para mí en la que lograría aprender, en poco tiempo, mucho más que en los años de carrera. Había acudido a la universidad porque entendí que ese constituía el camino que correspondía para alguien que, como yo, percibía que albergaba madera de emprendedor; pero la experiencia en la Facultad resultó frustrante. Y más si la comparo con el ejercicio profesional que Aranzadi me proporcionó en los primeros años, pues me propuse profesionalizarme y ganar dinero a la vez. Pisé ampliamente la calle para encontrar clientes potenciales y llegué a ser experto en la venta a puerta fría. 

 

 

Con veintitrés años, me convertí en director comercial coordinando a personas que me doblaban en edad

La estancia en Aranzadi se convirtió en poco tiempo en un auténtico máster. Mi incorporación a la editorial con sede en Pamplona se produjo en la delegación de Catalunya, y mi cometido residía en visitar a clientes para vender los productos de la editorial. Era un momento crucial, toda vez que los famosos repertorios de legislación y de jurisprudencia que jalonaban las estanterías de todos los despachos de abogados y notarios del país estaba llamado a ser sustituido por un nuevo producto desarrollado por la Editorial: la B.D.A. (Base de Datos Aranzadi). A la oportunidad profesional se le unían las ganas exhibidas por un joven decepcionado con los estudios superiores, pero capaz de demostrar su inquietud y sus dotes comerciales. El derroche de ilusión halló recompensa, pues al año siguiente, con apenas veintitrés años, fui nombrado director comercial en Catalunya. Aquello me obligó a ingeniármelas para crear un equipo de comerciales para todo el territorio. Para lo cual recabé los servicios de «Ofertas y Demandas» de La Vanguardia, buscando candidatos con perfil en ventas y nociones en Derecho mejor. Algunos de los seleccionados superaban los cuarenta años, un hecho que provocaba la paradoja de verse dirigidos por un joven a quien doblaban la edad y que difícilmente podía darles lecciones. Fue esa una etapa en la que aprendí mucho, entre otras cosas, a defenderme en el trabajo; además amasé unos buenos ahorros y constaté mis virtudes para liderar proyectos. No obstante, al final me di cuenta de que necesitaba dar un vuelco a mi vida, pues aquella actividad empezaba a aburrirme.

 

 

He sido un empresario que rehúye de la silla a favor de la calle

Precisaba de un paréntesis personal y profesional y realizar un viaje me cautivó para poder reflexionar y decidir qué rumbo deseaba dar a mi vida. Decidí ir a la India para estar cinco semanas en Asía. Aunque la idea contemplaba una aventura en solitario, en el último momento mi hermano se ofreció a acompañarme, lo que convertiría esa experiencia en especialmente enriquecedora, dado que los primeros tres días en Goa, tuvimos tendidas conversaciones fuera del mundo conocido. Especialmente esos primeros días del viaje rememoramos nuestra infancia y convinimos juntos sin saberlo en reconocer y agradecer a nuestros padres todo lo que nos habían dado y su sacrificio personal. Fue muy emocionante ese reencuentro entre los dos y la conexión mutua y con nuestros padres en ese viaje me marcó. De algún modo, ese fue un ejercicio de reconciliación y de reconocimiento como hijos a distancia hacia nuestros progenitores. Al mismo tiempo, la estancia por Delhi, Benarés y Rajastán durante las siguientes semanas de mi viaje, significaron un punto de inflexión íntimo para mí, pues me empujaron definitivamente a conectar con lo que realmente sentía y quería hacer: mi carrera empresarial. Decidí dejar mi sueldo, la responsabilidad de gestionar un equipo de 9 vendedores en Aranzadi y un futuro prometedor que ya no tenía sentido para mí. En 1994, inicié la empresa Edilog, Logistica EditoriaL SL, que se convirtió en pionera en la prestación de servicios logísticos para el sector del libro. Recuerdo que visité durante 6 años fielmente la Feria internacional del Libro de Guadalajara (México) en donde podía establecer contactos comerciales con editores españoles y americanos, dando a conocer la propuesta de valor de Edilog, operador logístico especializado en el libro. Siempre he sido un empresario que rehúye la silla a favor de la calle, conociendo bien el mapa, pero explorando el terreno, para así detectar mejores oportunidades.

 

 

Logistock se estrenó moviendo cochecitos para bebé

Entre los principales clientes de Edilog se encontraba Masesmas, firma fundada por mi propio hermano junto a dos socios, Àlex y Marçal exitosos empresarios hoy en día con Qubiq. David, que también había desempeñado profesionalmente labores como director comercial en Ediciones B, quiso orientar la actividad de su empresa a situar los best sellers de pequeñas y medianas editoriales en los lineales de las grandes superficies como Carrefour Eroski, El Corte Inglés o Alcampo que solían nutrirse exclusivamente de títulos de las editoriales líderes como Planeta y RBA entre otras. La iniciativa tras unos años de implantación resultó muy exitosa, aprovechando el tirón de éxitos como El código Da VinciEl señor de los anillos o la saga de Harry Potter. Expedíamos muchos pedidos, a veces tráileres enteros llenos de pales de libros que solo debíamos etiquetar.  En 2007, incluso despertamos el interés de un importante grupo editorial italiano que sopesó la compra conjunta de las 3 empresas de la familia: Masesmas, Edilog y Prólogo. La operación no fructificó al final y, al año siguiente, coincidiendo con la crisis de Lehman Brothers, vimos cómo nuestros respectivos negocios zozobraban y nos veíamos obligados a cerrar, incluida la empresa de nuestro padre. Aquello, sin embargo, no me desmoralizó, pues esa misma crisis la viví como una oportunidad para reiniciar.  Lo asumí como una experiencia de la que tenía que extraer lecciones para el futuro. Decidido a continuar, pese a haber cerrado Edilog después de catorce años, y alimentando el ánimo emprendedor de nuevo, casi a los 40 años, fundé Logistock, una nueva empresa, convencido de que debía aprovechar el know how obtenido en el terreno logístico: como operador logístico con capacidad para prestar servicio a empresas de cualquier sector. Además de ciertas editoriales que continuaron con nosotros, en Logistock amplié el foco de potenciales clientes de manera considerable. Los primeros que depositaron la confianza en nosotros fue Grupo Jane, con lo que Logistock se estrenó moviendo cochecitos para bebé.

 

Si eres empresario, el propósito no debes perderlo nunca

Durante la etapa de Edilog, desarrollé actividades asociadas a la propia de la logística, como Edipack (paquetería editorial) desde donde distribuíamos a diario a todas las librerías de Catalunya y Madrid a la par que recogíamos las devoluciones de todos los libreros. De este modo, optimizamos recursos, dado que el mismo transporte que realizaba el servicio a las librerías asumía la logística inversa. Todo aquello significó un buen aprendizaje también para la posterior etapa con Logistock, que en sus inicios en el año 2009 recurrió a la misma nave de 3.000 m2 anterior de Edilog en Granollers. Catorce años después, en Logistock disponemos de 32.000 m2, fruto de una visión, recursos y esfuerzo, pero también reinversiones, pues he renunciado a beneficios como socio con el objetivo de alcanzar el objetivo propuesto. Los empresarios no podemos permitirnos nunca perder el norte, nuestro propósito; además, tengo claro que cuando la voluntad es grande los obstáculos son pequeños. En mi caso, el propósito profesional reside en construir una empresa sólida y de futuro, capaz siempre de prestar el mejor servicio a sus clientes, así como generar riqueza. En la medida de mis posibilidades, que contribuya a cambiar el mundo, pues compruebo que hay muchos aspectos que me entristecen como son las desigualdades abismales, la psicopatía del poder y de los políticos, la inconsciencia sobre el cambio inminente cambio climático, el futuro laboral de nuestros hijos, los riesgos que entraña la Inteligencia Artificial, la incertidumbre económica… No es una inquietud exclusivamente personal, pues comparto este diagnóstico con muchas personas de mi edad que observan similar preocupación y mucho más como padres. 

 

Las compañías no pueden renunciar a la logística, ya que su actividad reclama movimiento

Nuestra compañía presta servicios logísticos a empresas multisectoriales que fabrican o venden en sus mercados. Las empresas que externalizan la logística necesitan los servicios de descargas de contenedores y tráileres, de almacenaje de la mercancía, de preparación de pedidos y servicios de distribución y transporte, de manera que su operador logístico se convierte de facto en su almacén, pero a costes variables en una gran ventaja competitiva. Si bien años atrás llegamos a abarcar servicios de distribución a tiendas de muebles de toda Catalunya para varios clientes del sector, con Logishome, como marca propia, la experiencia nos ha demostrado que en este sector es necesario especializarse y por ello cedimos dicha actividad de “última milla” a un colaborador que cuenta con caso 100 furgonetas dedicadas a Amazon.  Si bien años atrás habíamos asumido también la gestión de clientes B2C, servicios orientados al consumidor final, no a empresas, la hemos acabado cediendo a otro colaborador también, pues entrañaba una gran complejidad, al concebirse miles de referencias de producto y recibir centenares de pedidos diarios que reclamaban una labor de picking unitario compleja. Así pues, decidimos transformar el core business de Logistick dejando atrás los servicios de distribución de última milla y de picking para e-commerce. Enfocamos los servicios de la empresa únicamente para clientes B2B orientados a medios y grandes volúmenes de mercancía.  Gestionamos cientos o miles de pales de varios clientes, algunos rescatados del sector editorial. Cada día en Logistock entran, salen, se cargan y descargan contenedores, tráileres, camiones y furgonetas para distintos clientes. Con 3 de nuestros clientes actualmente gestionamos más de 4.000 pales sobre los que preparamos cada día los pedidos que como único destino es el almacén de Amazon de Martorelles y allí estamos también en servicios de transporte. Complementamos nuestra oferta de servicios con Logiscargo, transportes de cargas fraccionadas y completas a nivel nacional e internacional a disposición de las empresas sean o no clientes de Logistock. En conclusión, Logistock ofrece un servicio que se ha convertido en una commodity que siempre funcionará, pues las empresas, sean pequeñas, medianas o grandes, no pueden renunciar a la contratación de servicios logísticos y de transporte, ya que su actividad siempre reclama movimiento.

 

Como un picapedrero que moldea perseverante cada uno de los bloques que conforman la «catedral» grabada en su mente

Parte del éxito de la empresa lo atribuyo a la consecución de una gran infraestructura logística y los años de experiencia de todo el equipo que garantizan nuestros servicios, pero, otra parte, es el trato personal dispensado. Me considero una persona clara, cercana, flexible y apasionada, que genera empatía y facilita el entendimiento profesionalmente con clientes y proveedores. Cuando entablo conversaciones con personas del mundo mercantil detecto rápido si existen sinergias o posibilidades de entablar negocio y siempre me gusta ver opciones de colaboración con quienes encajo. En cualquier proyecto tengo en mente las necesidades, el proceso y el resultado final a la vez y me implico perseverante por conseguirlo. No es lo mío el control esmerado en los resultados y ello ha significado una desventaja también, pero no he sabido hacerlo de otra manera. Considero que todo empresario es un como un picapedrero que moldea concienzudo cada uno de los bloques que deben conformar la «catedral» grabada en su mente. Un empresario no es aquel que pica piedra por picar, sino aquel que sabe que construye una catedral. De manera que los empresarios somos picapedreros con mentalidad de arquitectos. La metáfora habla además del propósito en consolidar una empresa transpersonal, es decir, que continúe más allá de mi persona y pueda vivir muchos más años que yo, como las catedrales. Bien es verdad que las infraestructuras logísticas y la ubicación estratégica de Logistock en Granollers y en Parets del Valles junto a la autopista y en la C-17 obran a nuestro favor. Pero también siento agradecer a todo el equipo de personas que conformamos la empresa por su implicación y compromiso que nos ha dado el buen nombre en la prestación de servicios a todos nuestros clientes. Me siento orgulloso y a la vez contento también de haber podido ayudar a muchos de ellos, que llegaron a nuestro país en situaciones precarias, buscando un futuro mejor. Les reconozco que hayan correspondido a la confianza cumpliendo con su cometido en la organización que es la empresa. Sin ánimo de generalizar, igualmente, detecto que existe cierto acomodo entre nuestros jóvenes del país, fruto quizás del bienestar en que han crecido, una circunstancia que a menudo se traduce en un exiguo o inexistente grado de compromiso con las empresas que les ofrecen oportunidades.

 

 

Los pequeños empresarios nadamos en un mar de tiburones, expuestos a que nos puedan comer…

Como empresario del sector logístico, mi análisis de mercado me permite aseverar que el verdadero negocio en este sector trasciende los servicios en sí mismo y más bien se halla en la «inmologística» inherente, concepto en el que hay que encuadrar las naves e instalaciones donde se desarrolla nuestra actividad. El alquiler de las instalaciones logísticas tiene un serio impacto en la cuenta de resultados de un operador logístico, razón por la cual siempre he aspirado a poder adquirir una nave en propiedad. En este sentido, sucede actualmente que se encara una posibilidad de hacerlo realidad, pues una de las naves que alquilamos, la de Parets del Valles, de 16.000 m2, tiene problemas y, dada nuestra condición de arrendatarios, disponemos del derecho preferente de adquisición en una supuesta subasta en la que puede terminar el activo. A considerar en este sentido que en Barcelona hay una enorme escasez de suelo industrial y de naves logísticas grandes, de ahí la importancia de que fructifique esta operación inmologística.  Y es que saber comunicarse bien y acertar con las alianzas resulta vital en los negocios. Sin embargo, los pequeños empresarios tenemos siempre que andar ojo avizor, pues nadamos en un mar pleno de tiburones, expuestos a que nos puedan comer…

 

Me seduce explorar y potenciar los aspectos desconocidos de mi persona

En la actualidad, estoy estudiando un postgrado en PNL (Programación Neurolingüística) y en noviembre me matricularé al Posgrado de Inteligencia Emocional. Me está ayudando a relativizar creencias asentadas a la vez que abrir el mapa mental como bien se trata el tema.  Estoy disfrutando todo lo que no conseguí durante mi carrera universitaria; especialmente, por el carácter práctico con que se imparte. Me gratifica volver con 54 años al Campus un sábado entero cada 3 semanas y no es casualidad que decidiera hacer esta formación ahora, pues puede marcar un antes y un después en mi ciclo vital y profesional en este momento. No entra en mis planes la jubilación, pues me seguirá motivando la capacidad de aportar a los demás y a la sociedad en la consecución de generar riqueza, lo cual para mí es una virtud. Igualmente, también es importante para mí desarrollar otros caminos que me apasionan como persona más allá del yoga como pilar, como son la música, la expresión corporal y la percusión en especial. Años atrás, llegué a promocionar como manager a Dil Mastana, un grupo de músicos auténticos del Rajastán, que con mi querida amiga Laura, bailarina, conocimos en India. Conseguí organizar conciertos en varios Festivales y Ayuntamientos de Catalunya, Con salas abarrotadas, llegando a más de mil personas en un Festival de música en Madrid Es una idea que me gusta, poder viajar y recuperar la curiosidad de descubrir la belleza, el arte y el talento en el mundo.  En ocasiones, he detectado viajando por África auténticos artistas, también pintores que me invitaron a esta idea. Me seduce el silencio, la belleza, el arte y también explorar aquellos aspectos desconocidos de mi personalidad y potenciarlos, tanto en el ámbito personal como empresarial.

 

 

La condición de empresario reclama tanto compromiso como el de la pareja y familia.

Tras más de 30 años de dedicación intensa a la empresa, agradezco también haber sido capaz de saber disfrutar de la vida. En especial y últimamente desde mi nueva paternidad con Joel, quien vino al mundo hace 16 meses. Estoy en la realidad del día a día en el trabajo, pero también procuro encontrar tiempo para mí cada día y así puedo vivir y saborear este nuevo capítulo vital como padre. En esta primera etapa infantil de Joel. Me enamora acompañarle en su descubrir el mundo, su paulatino crecimiento y la educación que voy a brindarle, de la mejor manera posible.  Me vuelvo un niño cuando estoy con mis hijos y realmente me complace poder vivir la experiencia a mi edad, mejor que si fuera 20 años más joven.  El nacimiento de Joel completó la alegría de la relación iniciada con Lola hace 4 años, a quien agradezco de corazón el equilibrio personal que me ha proporcionado, tan necesario para un empresario, así como su comprensión ante lo que supone esta profesión. Me resulta difícil pensar en un empresario que no cuente a su lado con una pareja / familia o alguien con quien conformar un equipo de verdad.  Uno no llega a todo y debemos crear buenas alianzas para avanzar en la vida. Ser emprendedor reclama tanto compromiso como estar y vivir en pareja o formar una familia. Es necesario levantarnos cada mañana para liderar un proyecto que necesita de una energía dedicada, de igual manera que la necesita la familia.  Obviamente, también mi vínculo y buenos recuerdos de mi etapa con Rebeca y mi apreciado amigo Marcel, su actual pareja, con quien compartimos tres hijos: Lila, con diez años, y Axel y Vida, de cinco. Conocí a Rebeca en un momento crítico en mi vida, durante el cese de las empresas de la familia. Su apoyo resultó significativo en ese momento para poner en pie Logistock al poco tiempo, en el año 2009. Para los empresarios, a menudo su proyecto y su familia constituyen las dos caras de la misma moneda con la que pagamos y recibimos en la vida.  Quién sabe si el día de mañana mis hijos desearán dar continuidad a la entidad, no me importa ahora, pues son aún demasiado pequeños. Pero si sopesan esa idea en un futuro, además de facilitarles “comer polvo” al principio con tareas constructivas, contarán con la misma ayuda que siempre sentí aportar a mis padres y que a lo largo de mi vida he procurado brindar a quienes me han rodeado y necesitado.