TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

HANS MULDER

MYCSA MULDER Y CO.
Texto del 21/03/12 .
Fotografía cedida por Hans Mulder.
 

Los avatares casi novelescos de una larga vida a caballo entre varias naciones europeas le permiten al fundador de esta entidad de distribución de maquinaria una perspectiva única de realidades socioeconómicas dispares. Su fe en la creatividad española no le impide abogar por el ejemplo sueco de hacer reformas laborales y sociales. Sabe que, en tiempos de crisis, el desánimo es el peor consejero: hay que luchar, moverse, innovar, aprender, mejorar.

Una infancia y juventud marcadas por los acontecimientos históricos

Mulder es un apellido típico holandés. Mis padres llegaron sin nada a Alemania del Este a principios de los años 20 y allí nací. La Segunda Guerra Mundial supuso un enorme desastre económico y psicológico para ellos, y a mí me produjo un impacto muy grande. Mi colegio fue trasladado a los montes de Austria, donde recibí una enseñanza deficiente, pues muchos profesores estaban en el frente. El país mantuvo la educación primaria con jubilados de 70 años. Al término de la guerra, mis padres regresaron a Holanda y entré en un colegio subvencionado por el Estado holandés, el cual, en el otoño de 1945, arruinado y sin medios, inició la reconquista de su colonia en Indonesia, un proyecto absurdo. Dada mi edad de entonces, fui llamado a filas, pero habiendo sido testigo del hundimiento moral y económico de Alemania, no quise ni oír hablar de alistarme y huí a Francia.

Cambié el Canadá por Suecia

Durante 1946 viví en las afueras de París. Estudiaba y trabajaba por las tardes en las granjas de los alrededores del colegio donde me matriculé. Al enterarme de que los canadienses buscaban jóvenes europeos para poblar los pueblos perdidos en los inmensos bosques del país, decidí emigrar de Europa. Me ofrecieron un puesto de aprendizaje en Edmonton, en el interior de Canadá. El 1 de septiembre del 1947 tenía que embarcarme en Gotemburgo camino de América. Pero encontré que los suecos, al no haber participado en la guerra, vivían en un país industrializado y gozaban de un bienestar increíble. Cambié de idea y me afinqué en Suecia, donde formé con mi hermano una empresa de obras públicas dedicada a construir caminos forestales, empresa que aún funciona hoy día. Desde que estoy jubilado paso 3-4 meses al año en Suecia.

Desde muy joven abrigaba la idea de formar mi propia empresa

En Suecia empecé a trabajar con Maquinaria Volvo, empresa dedicada a los camiones y maquinaria de obras públicas, una de las tres o cuatro grandes del mundo. Para mi fortuna, recibí toda la formación obligatoria dentro de este grupo, el cual dedicaba mucho esfuerzo a la mano de obra cualificada. Estuve en Bélgica, en su departamento de exportación, y después pasé cinco años en Italia, donde me responsabilicé de la maquinaria para Austria, Suiza, y Francia. Un día surgió un problema en España y vine para resolverlo. Siempre había abrigado la idea de tener mi propia empresa. Me afinqué en España y, cuando el menor cumplió los 18, fuimos juntos a un notario y constituimos con papeles una sociedad. Era el año 1977.

Durante la Transición se perdió una ocasión inmejorable para la reforma fiscal

A la muerte de Franco, España realizó una transición política ejemplar, pero se olvidó por completo de la economía. Entonces era el momento de llevar a cabo una gran reforma fiscal, algo que no se hizo, y se perdió así una ocasión inmejorable. La posterior entrada de España en el Mercado Común resultaba una necesidad, pues el proteccionismo económico era excesivo en el país: faltaba competitividad. Nuestra empresa estaba entonces compuesta por tres o cuatro empleados. Dedicamos ocho años a preparar el terreno y, tras miles de cartas de presentación, muchas demostraciones, participaciones en ferias y aperturas de concesionarios, utilizar el tiempo disponible y formar a los empleados, en enero de 1986 alcanzamos un punto máximo de ventas, con un promedio de 400 grúas.

Especialistas en grúas hidráulicas

Las grúas hidráulicas son nuestra especialidad. Se montan sobre un camión que, por sí solo, es inutilizable. El montaje de una grúa grande representa un 30% del gasto total, ya que se realiza una auténtica transformación del vehículo. Hemos creado toda una red de concesionarios por todo el país: de nada sirve el servicio si no se halla cerca del cliente.

Como en nuestro sector no existen clientes que paguen al contado, ejercemos un poco de entidad bancaria

Sabíamos que la burbuja inmobiliaria acabaría mal. Tomamos muchas medias antes de la crisis y nunca repartimos dividendos. En teoría, un cliente puede dirigirse a cualquier proveedor y comprarle directamente la grúa, pero tendrá problemas para montarla. Nuestra función, en principio, es proporcionarle este servicio y, sobre todo, financiarlo. Nos hemos convertido poco a poco en una entidad bancaria, ya que no existen clientes que paguen al contado.

Presentes en España, Portugal y Marruecos

Compramos el camión y la grúa, lo que asciende aproximadamente a 150.000 euros, y ofrecemos el servicio de renting. En momentos de crisis es una ventaja, puesto que el vehículo es nuestro y lo que vendemos es su explotación. Es necesario tener una empresa con reserva de capital suficiente para poder hacerlo. Nuestros clientes son tanto empresas grandes como cualquier pequeño empresario de un pueblo que necesite grúas para cargar, descargar y elevar el material a ciertas alturas o para realizar mudanzas. Tenemos mucha clientela repartida por todo el país. Además estamos presentes en Portugal y Marruecos.

Plena confianza en España

Somos la única empresa del sector que ha logrado mantener toda la plantilla a lo largo de los años. Contamos incluso con cinco aprendices, que reciben una formación completa dentro y fuera del país; están obligados a aprender idiomas y seguir cursos nocturnos si es necesario. Esto demuestra que tenemos confianza en España y apostamos por ella. El año pasado, en concreto, invertimos cuatro millones en biomasa.

Participamos con las autoridades en programas de formación

Además de a nuestros trabajadores, formamos a nuestros clientes. Esto es algo imprescindible. En una calle estrecha llena de obstáculos no es raro que se produzcan accidentes, la mayoría debidos a fallos de los gruistas. Es un trabajo de riesgo; se llevan a cabo aproximadamente medio millón de movimientos con cargas al día y llegamos a los 80 m de altura en el montaje de molinos de energía eólica. Por fortuna, ha cambiado mucho la ley en materia de seguridad. Nosotros mismos hemos participado con las autoridades en preparar un programa de formación para prevenir accidentes.

Es peligroso ser líderes con un solo producto, hay que diversificar

Trabajamos principalmente con Palfinger, empresa especializada en grúas, y con Tadano Faun, dedicada a grúas telescópicas. Nuestra política en estos momentos es diversificar lo máximo posible en biomasa. Hemos empezado ya a trabajar con quitanieves y tenemos otros proyectos en perspectiva. Consideramos que es peligroso ser líderes con un solo producto.

Copiar las reformas laborales exitosas de otros países

La reforma laboral no está siendo realmente efectiva; se necesitarán expertos gestores para interpretarla y con seguridad va a provocar pleitos y malas interpretaciones. El Gobierno no se ha atrevido a copiar de otros países. Siempre le digo a mi hijo que se fije en cómo se venden las tortillas en Suecia. Todo está inventado ya. No veo la necesidad de querer inventar las cosas de nuevo.

En los 80, los países nórdicos ya advirtieron que el exceso de bienestar comportaba acomodación y desidia

Los nórdicos apenas han notado la crisis, puesto que tomaron muchas medidas estructurales en los años 80 y 90 al darse cuenta del exceso de bienestar en que vivían y de la gran falta de disciplina que dicho bienestar trajo consigo. Vieron un abismo a sus pies y decidieron cambiar su política económica. Allí el absentismo, por ejemplo, está castigado hoy día.

Los sindicatos hoy son organismos obsoletos

En Suecia es casi obligatorio ser miembro del sindicato, el cual colabora de forma activa con las empresas y representa a los trabajadores. En España, por el contrario, los sindicatos son organismos obsoletos que viven mentalmente en 1917; se encuentran todavía frente al Palacio de Invierno de Leningrado hablando de lucha de clases.

Una Justicia ineficaz tiene un impacto nefasto sobre la economía y el empleo

Es indudable que hacen falta muchas reformas estructurales en España. La Justicia es uno de los verdaderos problemas que se deben afrontar. Aún quedan pendientes de resolución casi tres millones de casos. En Suecia, tan solo hay unos 16.000 pleitos en espera, y ya se considera un problema grave. Necesitamos que la Justicia española se modernice y especialice, porque este enorme retraso está causando un impacto nefasto sobre la economía y el empleo.

Una gran reforma fiscal

Lo único que crearía puestos de trabajo sería una gran reforma fiscal total, porque el Estado necesita ingresos. Suecia obtiene dinero del IRPF, del IVA, que es del 25%, y de los impuestos de sociedades. Soy partidario de una amnistía fiscal para acabar con el dinero B. Aunque no sería justa, hacerlo en España sería una medida inteligente para un momento como el que vivimos.

Hay tantos impuestos de todas clases que es casi imposible ser honrado

Pagamos tantos impuestos que casi es imposible ser honrado. El éxito de la industria nórdica es que cada corona sueca del beneficio que una empresa genera está exenta de impuestos si los invierte en la empresa en los siguientes 5 años. O se pagan impuestos de sociedades o se reinvierte en la propia empresa. El Gobierno sueco, como estrategia, prefiere esto último porque crea más empleo.