Sr. José Rodrigo García et alia
Sr. José Rodrigo García et alia
TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

JORGE RODRIGO GARCÍA y JOSÉ MANUEL RODRIGO GARCÍA

Texto del 27-09-2012

La revolución propiciada por el auge de Internet se plasma en la labor de esta agencia especializada en publicidad online y televisiva, que ofrece también un servicio creativo integral. Sus responsables son dos hermanos, cuya vocación es herencia paterna, que alertan del peligro de los mensajes catastrofistas y reiterados sobre la crisis, cuando lo más lógico sería utilizar los mass media para fomentar la recuperación de valores como el esfuerzo, la austeridad y el trabajo.

Vocación publicitaria de estirpe

Nuestro padre, José Manuel Rodrigo, siempre ha estado vinculado al mundo de la publicidad; fue presidente de Novomedia, fundador del Grupo Recoletos, fundador y accionista de lainformacion.com, presidente de Ampe y, actualmente, es presidente de Adconion. Sus hijos trabajábamos en grandes multinacionales del sector antes de decidirnos a crear nuestra propia empresa en 2003. En principio, nuestra idea era formar una agencia solo creativa para televisión, dedicada a la gráfica publicitaria y el marketing directo. Lo que nos distinguía de las multinacionales era ser más competitivos en precio y rápidos y basarnos sobre todo en el servicio, pues la creatividad se da por supuesta. Como conservábamos aún fresco el recuerdo de la crisis de los años 90, al percibir en 2007 el peligro ya próximo de un crac económico, comenzamos a reducir gastos y pusimos en práctica una suerte de “economía de guerrilla”, lo que ha propiciado que hayamos crecido de manera notable en los últimos cuatro años y que hayamos expandido nuestro ámbito de actuación. Hoy ya somos 70 trabajadores; José Manuel ejerce de director general y Jorge de director creativo ejecutivo.

De la genialidad esporádica a la creatividad multidisciplinar, constante y en equipo

Nuestra parcela laboral ha sufrido una gran transformación desde finales del siglo XX. Del modelo del gran creativo poseedor de ideas geniales, y, por tanto, muy bien remunerado, aunque tendente al trabajo inconstante e intermitente, se ha pasado al perfil de equipos multidisciplinares cooperativos y de labor diaria y tenaz, con una racionalización en cuanto a sueldos y presupuestos. Nos consideramos una agencia del mercado real. Sabemos que nuestros clientes pasan por rachas buenas y malas; por eso, además de ofrecer un servicio creativo, intentamos ayudarles a capear las dificultades que puedan atravesar. Nos sentamos a la mesa con ellos y procuramos amoldarnos a sus necesidades y posibilidades económicas. Lo fundamental es seguir trabajando.

Clientes escogidos, flexibilidad y servicio personalizado e integral

Hace unos ocho años todas las agencias de publicidad vendíamos lo mismo, un servicio que cubría un arco de 360°. Hacíamos de todo: desde un simple flyer a un complejo desfile de moda. Aunque seguimos ofreciendo un servicio completo, nos hemos centrado más en la innovación y el mundo online. Realizamos sobre todo campañas en los medios, en Internet y en televisión, y gráfica publicitaria; apenas nos dedicamos a la moda ni a eventos especiales. Cada uno tiene que dedicarse a lo que de verdad sabe hacer. Las multinacionales intentan ser buenas en todos los campos, lo cual es imposible. Tenemos cuatro máximas: pocos clientes por sector, cierta flexibilidad para ajustarnos a las necesidades de cada cliente, atención personalizada y un servicio integral.

La primera partida que suele recortar una empresa es la publicitaria

Además de nuestros clientes habituales, contamos con otros esporádicos que engrosamos participando en concursos o a través de la Administración pública. Hay que decir que ello no es fácil, pues el de la publicidad es un mundo muy competitivo, además de ser la primera víctima de cualquier crisis, dado que las empresas recortan enseguida las partidas destinadas a ella. Esto resulta contradictorio, pues atenta contra los intereses de las propias compañías, algo que tratamos de hacerles comprender con nuestro trabajo.

Diez años con Banco Popular

Nuestro principal cliente por volumen de facturación es Banco Popular, con quien llevamos 10 años colaborando. Nos encargamos desde la planificación de medios y el marketing directo hasta la publicidad televisiva. Hace poco rodamos para ellos un spot con Pau Gasol. Trabajar con grandes figuras del deporte o la cultura siempre resulta beneficioso. Pero lo esencial es hacer las cosas bien e intentar ofrecer algo muy innovador que te diferencie de la competencia.

Las agencias publicitarias no saben promocionarse a sí mismas

En el mundillo de la publicidad se suele decir que las agencias son capaces de vender de todo salvo a sí mismas, lo cual es tan curioso como verdadero. Por ello, nosotros tenemos claro que es importante promocionarnos, y que podemos hacerlo de muchas maneras; en noviembre pasado, por ejemplo, abrimos una agencia en Chile, un mercado asequible, desde el que nos estamos proyectando para introducirnos en más países de Latinoamérica.

Pérdida de creatividad de la publicidad española

A tenor de los anuncios que vemos en gran parte de la televisión de nuestro país, la publicidad española ha perdido creatividad en los últimos años. Una de las posibles causas es el hecho de que hoy el cliente sabe más de publicidad que antes y no desea complicarse demasiado; prefiere apostar por fórmulas que ya se han probado efectivas, lo que hace que los spots resulten más convencionales, planos y aburridos. En cualquier caso, compañías como Audi, BMW o Coca-Cola siempre cuentan con campañas excelentes.

Criterio firme para seleccionar lo útil de lo desechable

El ser humano, por naturaleza, busca la comodidad. Antes del boom de Internet, los conocimientos nos llegaba a través de los libros o asistiendo directamente a los eventos o exposiciones. Con Internet y, posteriormente, con los smartphones, se ha producido un cambio radical, un acceso directo y continuo a la información sin movernos del asiento. Ello ha revolucionado nuestra forma de ver el mundo y de comunicarnos, pues nos mantenemos interrelacionados los unos con los otros a todas horas. Aunque es cierto que la información masiva nos impide desarrollar un método claro de pensamiento, se trata de mantener un criterio firme para decidir qué es bueno y qué no. Nos fijamos en todo: un partido de bádminton, una obra de teatro… Cualquier referencia puede sernos útil. Nunca se sabe de dónde se puede extraer una buena idea; por ello la publicidad es sobre todo una indicadora de tendencias.

La publicidad no miente: solo busca nuevas formar de comunicar una realidad

En la publicidad no se miente. Tenemos fama de inventarnos las cosas, pero estas suelen estar en el producto. Se trata de idear nuevas formas de comunicar algo. Por poner un ejemplo ilustrador: el Lactobacillus casei siempre ha existido, pero hoy se destaca su presencia en los lácteos como herramienta de venta.

El dinero fácil ha propiciado la pérdida de valores como el esfuerzo o la profesionalidad

A Alemania no le interesa que la economía española se hunda. Sus responsables políticos obran como creen en conciencia para beneficiar a toda la UE; el problema no viene de ellos, sino de nuestros gobernantes, que no han sabido ganarse la confianza de los ciudadanos. Los bancos, por su parte, tampoco se han gestionado de un modo correcto. Hemos vivido demasiado tiempo de la especulación y el dinero fácil; en consecuencia, se han perdido los valores de esfuerzo, rigor y profesionalidad.

Trabajo y austeridad

Como publicistas, creemos que se está hablando demasiado de la crisis, atemorizando al ciudadano de a pie constantemente, cuando lo que se debería hacer es transmitir mensajes que recuperaran una filosofía de la austeridad, el trabajo y el esfuerzo. Se acabó el despilfarrar: hay que acabar con los gastos superfluos e insostenibles como, por ejemplo, las duplicaciones administrativas.

España tiene muchas cosas que ofrecer

Recuperar la economía productiva es esencial. Ahora somos, sobre todo, un país de servicios. Por lo demás, tampoco sabemos vendernos y gran parte de nuestro talento se está yendo fuera de nuestras fronteras. Estamos convencidos de que España es un país con muchas cosas buenas que ofrecer, pero se halla amedrentado y acomplejado.

Difícilmente seremos productivos si dedicamos dos horas del día a comer

Necesitamos mayor flexibilidad laboral, pero, para lograrlo, es imprescindible cambiar la estructura legislativa, que no satisface ni a trabajadores ni a empresarios. Y es que difícilmente seremos productivos si dedicamos dos horas del día a comer. Quizá deberíamos mirar con atención cómo funcionan otros países y copiar su modelo, sin que nos asuste un posible fracaso de la fórmula, pues solo aprendemos equivocándonos.

Nuestro gran problema presente es la desconfianza de los mercados

El problema de España radica en la exagerada desconfianza de los mercados hacia nosotros. Somos muy conscientes de nuestro déficit y estamos actuando en consecuencia; sería el momento idóneo, pues, para recuperar el crédito. Sin embargo, la crisis del sistema financiero español tiene cerrados los mercados para nuestras entidades –salvo algún caso puntual–, lo que explica su dependencia casi absoluta del BCE; pero las inyecciones de dicha entidad no pueden suplir nuestra falta liquidez a corto plazo, de forma que la actividad económica del país permanece estancada por falta de crédito.

Un BCE que controle el flujo de capital de los países miembros

Se ha demostrado que la unificación monetaria no ha bastado para cohesionar a Europa financieramente. Parece una solución lógica, por tanto, que el BCE controle el flujo de capital de los países que no saben hacerlo y que marque las cotas para que no se produzcan desvíos injustificados.