JOSÉ ANTONIO DE LA TORRE GRANADO
JOSÉ ANTONIO DE LA TORRE GRANADO
TH, 3r VOLUM. El estado de derecho después de 1978

JOSÉ ANTONIO DE LA TORRE GRANADO

Texto del 30/07/2008,
Fotografía cedida por José Antonio De la Torre.

Desde el año 1971 hasta 1975, el abogado y sociólogo José Antonio de la Torre Granado ocupó la Presidencia-Alcaldía del ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna. Especialista en Derecho tributario, encuentra modélica la forma en que se produjo la Transición hacia la democracia en España y califica de extraordinaria la redacción de nuestra actual Constitución. No obstante, ve conveniente un replanteamiento político en lo relativo a la cuestión autonómica.

Una larga experiencia solventando problemas con Hacienda

Fundé el despacho en el ya lejano año de 1963. En sus inicios estuvo ubicado en San Cristóbal de La Laguna, pero en 1983 decidí trasladarme a Santa Cruz de Tenerife y, desde 1987, también tengo presencia en el Puerto de la Cruz. Llevamos el despacho entre mi hijo y yo. Ofrecemos un servicio integral a nuestros clientes sobre cualquier tipo de problema jurídico. Tras largos años de experiencia, me he terminado especializado en Derecho tributario y administrativo, principalmente en la rama urbanística, y en Derecho civil.

Vivimos la Transición con cierta inquietud justificada

Se dio el caso de que ocupé la Presidencia-Alcaldía del Excmo. Ayuntamiento de San Cristóbal de La Laguna entre 1971 y 1975. Desde esa posición, puedo decir que el período de la Transición democrática se vivió allí, supongo que como en cualquier otro punto de España en aquellos días, con cierta inquietud justificada. San Cristóbal no es una ciudad fácil de organizar debido a la cantidad de barrios diseminados por la comarca que la componen. Por lo demás, el ambiente estudiantil que se respiraba en la Universidad durante esos años puede ser calificado de tranquilo. No fue en absoluto una época conflictiva en este sentido.

Muchas más sombras que luces durante la dictadura franquista

Quizás pueda hablarse de la existencia de un Estado de Derecho en la segunda parte del régimen de Franco, pero, si así fue, sin duda se trataba de uno bastante imperfecto y que desde luego se encontraba patentemente deteriorado, pues no estaba en pleno funcionamiento jurídico. En cuanto a derechos ciudadanos, la convivencia no era ajena a una cierta solidaridad compartida. Existían pocas leyes, y la alta carga ética y moral era administrada con sensatez. En definitiva, hubo más sombras que luces en lo concerniente al Estado de Derecho durante los años de la dictadura.

Un cambio hacia la democracia considerado como un paradigma a seguir

La Transición de la dictadura al sistema democrático se resolvió de forma pacífica, respetuosa, plural, integradora y, si puede decirse así, del modo más abierto posible para todos. Fue absolutamente modélica en opinión de analistas de dentro y de fuera del país. También yo lo juzgo así. Aún hoy es considerada como un ejemplo a seguir por todos aquellos países que se hallan en la difícil tesitura de querer desprenderse de gobiernos dictatoriales. Nuestra Transición, en pocas palabras, asombró al mundo. También tuvo sus complicaciones, por supuesto, pero al mismo tiempo fue aleccionadora y provechosa para cualquier político que en verdad desee recibir lección de ella; pero tampoco hay por qué ocultar que podría haber sido aún mejor de lo que fue.

Las autonomías no se han desarrollado al unísono en España

La descentralización, en esencia, supone el reconocimiento de un determinado nivel de autogobierno para las comunidades autónomas. La cuestión espinosa reside entonces en determinar cuál es el verdadero alcance de ese reconocimiento. En principio es la Constitución quien se encarga de establecer dicho punto. Vivimos en un Estado fuertemente centralizado y sometido a tendencias centrífugas. De ahí la exigencia por parte de los gobiernos nacionalistas de mayores cuotas de decisión política y la consiguiente tensión que provocan sus reivindicaciones. Las distintas comunidades autónomas del territorio español, como consecuencia de una financiación deficiente, no se han podido desarrollar al unísono. Para vertebrar convenientemente nuestro Estado de Derecho es necesaria una gran dosis de voluntad política en pro del entendimiento, acompañada de un eficaz replanteamiento económico.

Importancia del extraordinario y modélico texto constitucional

La Constitución española, nacida para salvaguardar la dignidad individual y el respeto a la ley y a los derechos de todas las demás personas como base de una convivencia justa y en paz, conforma un texto extraordinario y modélico. Europa ha reconocido en numerosas ocasiones el buen trabajo que realizamos los españoles para crear la Carta Magna. No obstante, y atendiendo sobre todo a factores políticos y económicos, convendría retocarla un poco; no estaría de más trabajar concienzudamente para actualizar la Constitución. Se requeriría incluso procurar hacerla más atractiva de lo que es para atraer a todos aquellos que la siguen poniendo en cuestión.

Educar a los ciudadanos sobre el beneficio que supone el cumplimiento de las obligaciones fiscales

Para construir un país de menores contrastes económicos y con mayor Justicia en el ámbito impositivo, reto que reclama a todas luces un compromiso que involucra a la sociedad entera, es completamente necesario que el abogado haga ver del mejor modo posible al cliente que cumplir con Hacienda, a fin de cuentas, nos beneficia a todos. Vendría a realizar el letrado, pues, una especie de ejercicio ministerial: el de imbuir psicológicamente al interesado de sus obligaciones fiscales. Hay que buscar mejorar la actitud de los contribuyentes a través del fomento del cumplimiento voluntario de sus obligaciones fiscales, con lo que se conseguiría reafirmar el objetivo del desempeño fiscal, el cual no se basa sino en el firme compromiso de asegurar que el dinero que aportan los ciudadanos por concepto de pago de contribuciones se vincule estrechamente al ejercicio transparente y honesto del gasto público.

Crear una Justicia más cercana al ajusticiable

Sin ninguna duda es conveniente legislar todo aquello que funciona mal o incluso regular. Es una labor que precisa mucha paciencia y constancia. Con todo, fuerza es reconocer que en España se penaliza demasiado. Esto se debe, entre otras cosas, a que desde las escuelas de abogados y desde la universidad la línea a seguir, la cual constituye casi una tradición, es exactamente ésa, la de buscar el castigo o la sanción como respuesta a casi cualquier tipo de falta. En mi opinión, sería positivo intentar por todos los medios a nuestro alcance potenciar planteamientos más familiares en vista a resolver los casos: buscar acuerdos entre las partes, esto es, crear una Justicia más cercana al ajusticiable. Para conseguir este propósito cabría empezar responsabilizando al ciudadano de sus propias acciones, es decir, educarlo en la medida de lo posible para la convivencia en sociedad.

España carece de un número suficiente de jueces

Nuestro país adolece de un escaso número de jueces. No así de abogados, en relación a los cuales puede hablarse de una auténtica inflación. La tasa de jueces por cada 100.000 habitantes sitúa a España en uno de los últimos puestos de Europa. No sólo necesitamos más jueces sino también que los que ya tenemos se hallen mejor preparados. Esta sería la forma más eficaz de evitar los atascos y las deficiencias que tan notoriamente padece la Justicia española.

El problema de la inmigración subsahariana

El proceso histórico que dio como resultado la celebre “Marcha Verde”, es decir, el intento de Marruecos de anexionarse el Sahara Occidental, se produjo cuando ya España, al haber ingresado en la ONU en 1955, estaba obligada a someterse a los principios de dicho organismo en materia de descolonización. En realidad todo el asunto fue mal llevado. Si se hubiese organizado de otro modo, probablemente ahora no padeceríamos los tremendos problemas de inmigración que tenemos que afrontar.

Reducir la pobreza del Tercer Mundo para reducir la inmigración

El fenómeno de la inmigración ha ido adquiriendo poco a poco en la Unión Europea, y especialmente en España, una dimensión directamente asociada a las crisis económicas y sociales que vivimos. Es un tema gravísimo. Se están produciendo grandes flujos de personas que, tanto a nivel nacional como regional, producen inevitablemente problemas de tipo normativo, económico, cultural y de orden público. Es un asunto que precisa ser considerado con detenimiento. Un objetivo interesante sería reducir la carga de la deuda de los países pobres a un nivel considerado como sostenible; procurar de algún modo resolver o al menos aligerar los problemas de los países emisores, aplicando estrategias de reducción de la pobreza claramente definidas. De lo contrario, pronto nos veremos invadidos y, por tanto, en serias dificultades de resolver la situación de afluencia masiva de inmigrantes.

Sería un poco precipitado que el Rey abdicara en el Príncipe Felipe

Hablar del Rey don Juan Carlos es, de algún modo, hablar también de Adolfo Suárez. Ambos, en relación con la Transición, forman una pareja indisoluble. Considero que hemos tenido y tenemos la suerte de contar con un monarca abierto, preparado, de trato agradable y, muy especialmente, cercano al pueblo. La monarquía, a todas luces, ha sido más positiva que negativa para el país. Debemos, por tanto, reforzarla y, en cualquier caso, adecuarla a los tiempos modernos. Por otra parte, me resulta difícil hablar de la conveniencia de una abdicación. Estimo que sería un poco precipitado el que don Juan Carlos abdicara ahora en su hijo, el Príncipe de Asturias. Hace falta resolver primero ciertos escollos, reforzar el edificio antes de acometer una reforma seria del mismo.