TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

JOSEFA JIMÉNEZ MARTÍNEZ

KLÜH LINAER ESPAÑA
Text del 16/01/12 .
Fotografía cedida por Josefa Jiménez.
 

El espíritu emprendedor de Josefa Jiménez, herencia de una familia siempre vinculada al mundo de los negocios, le llevó a dejar su Granada natal e incorporarse a la entidad del sector de la limpieza que hoy dirige. Dos décadas de dedicación empresarial le dan una visión privilegiada sobre el sector productivo español, atenazado por el poder de los sindicatos, entidades que deberían reinventarse para aproximarnos a las normativas laborales de Europa.

Genes de empresaria

Mi familia siempre ha tenido negocios. Llevo lo de ser empresaria en los genes. En lo tocante a mi historial académico, cursé formación profesional. Luego inicié una diplomatura universitaria de Relaciones Laborales y diversos cursos y másteres. Tras aprobar las oposiciones, me vine a Mallorca desde Granada para participar en un proyecto dedicado a la limpieza de los aviones con una compañía aérea. Con el tiempo, fuimos constituyendo más empresas, entre ellas Linaer, para prestar servicios a otras compañías aeroportuarias de las Baleares, hasta que se acabó el monopolio e irrumpieron competidores extranjeros que se hicieron con los contratos. Ante ello, hace poco mas de 10 años buscamos un socio internacional que nos ayudara a crecer en otros sectores de servicios, como la limpieza hospitalaria, lo que dio lugar al nacimiento de la marca Klüh Linaer, S.L.

De empleados a propietarios

Mi hermana, mi marido y yo entramos en Eurobalear de Servicios en calidad de asalariados. Al poco, la empresa atravesó por graves dificultades económicas, y decidimos apostar por salvarla a cambio de una participación de acciones. Así fue como nos quedamos con la organización, hace ya 20 años. Afortunadamente, los tres siempre hemos separado muy bien lo familiar de lo laboral, y vamos a una. En la actualidad, los tres seguimos llevando las diferentes áreas de la empresa: Fernando Díaz es consejero delegado y asume todos los asuntos comerciales; Lorena Jiménez es responsable del área de administración, y yo ejerzo de gerente.

Limpieza del siglo XXI

A través de nuestra alianza con los socios alemanes de Klüh Linaer, hemos intentado aunar la tecnología alemana con la gestión española. Entre otras cosas, hemos implantado el sistema Kluh Higiene Plus de limpieza con microfibra y productos desinfectantes adecuados a los requisitos de la medicina preventiva, también basado en la prevención de riesgos laborales. Integrar esto ha sido complicado, tanto desde el punto de vista técnico como de concepto, pero hemos conseguido hacer entender a clientes y empleados que la limpieza del siglo XXI es algo mucho más profesional que un cubo y una fregona.

Apostar por un cambio de mentalidad

Aunque trabajamos con maquinaria alemana, aún no hemos conseguido importar la mentalidad de trabajo de allí, sobre todo entre los sindicatos. Nuestra mayor demanda es de limpieza hospitalaria. Normalmente, el personal pertenece al centro sanitario y son las empresas las que van rotando. Esto genera problemas graves porque las empresas estamos muy presionadas, de manera que cuando hay conflictos o huelgas acabamos firmando cualquier cosa que pidan los empleados. Los comités de empleados se creen los dueños del centro y la licitación, y suelen culpar a las empresas licitadas de todos los males, enfrentándonos a la dirección de los hospitales. Ello mejoraría si a las empresas se les ofrecieran períodos de contratación más largos, pues tendríamos más margen de gestión en el centro de trabajo implantando nuestros sistemas y organización de trabajo. Asimismo, en los pliegos de condiciones debería tenerse en cuenta que las jornadas de trabajo nunca bajen de los convenios colectivos. Y, finalmente, sería importante que la Administración velara para que dichos convenios no se pudieran llevar a cabo por presiones. Es un sector con muchos abusos, con limpiadores de primera y de segunda. Por ejemplo, un limpiador de hospital puede cobrar un 30% más que un limpiador de un colegio.

O flexibilizamos el mercado laboral o batiremos récords mundiales de paro

El mercado laboral tiene que reinventarse, hacer borrón y cuenta nueva, porque a base de parches no conseguiremos nada. O flexibilizamos el mercado laboral o batiremos récords mundiales de paro. Hoy no podemos despedir a nadie, por mucho que se lo merezca, porque en los juzgados de lo social los empresarios solemos perder casi todas las demandas que nos interponen. El gran problema es que los sindicatos están en contra por sistema de cualquier propuesta hecha desde el empresariado. La capacitación de sus negociadores muchas veces no es la adecuada: carecen de espíritu conciliador. Además, dentro de la normativa laboral, la subcontratación –el sistema de contratación de empresas como la nuestra– no está bien regulada, de ahí que no se le puedan aplicar ni la mitad de las medidas de urgencia que ahora se están implementando.

Subrogaciones y derechos adquiridos

Desde que se han puesto en marcha las subrogaciones y los derechos adquiridos del trabajador todo funciona igual, incluso en los centros privados o los aeropuertos. Se ha creado una generación de fijos discontinuos que, sean necesarios o no, estamos obligados a contratar, aunque baje la afluencia. En centros privados un trabajador que esté cuatro meses ya es fijo. Y no solo en limpieza; en jardinería y en seguridad sucede lo mismo.

En Alemania se aplica un solo convenio

Ahora tenemos 3.600 personas trabajando para nosotros en todo el ámbito nacional. Entre ellas hay personal subrogado, personal no subrogado y personal de la empresa. Lo incoherente es que el personal de la empresa, que tiene mayor responsabilidad, cobra menos que el subrogado. Cada una de esas 3.600 personas tiene un salario diferente, según los convenios de cada provincia, con lo cual es imposible simplificar la burocracia y actuar con coherencia. En Alemania, en cambio, se aplica un solo convenio.

Apenas padecemos absentismo

Hemos conseguido vencer la batalla contra el absentismo laboral, pasando de índices del 20% a un escaso 6%; y eso, tratándose de personal subrogado. A base de prevención y formación les hemos hecho sentir que están más capacitados para desarrollar su trabajo. Es importante que los trabajadores no se sientan como un número, que sepan que se les hace caso. También ha sido necesario convencer a los comités de empresa que la introducción de nueva maquinaria no tiene como objetivo recortar la plantilla, sino optimizar el tiempo.

Acuerdos con el Govern Balear

Mis socios alemanes no entienden cómo funcionan las cosas en España, por mucho que se las explique. Allí es inimaginable que una factura de la Administración pueda tardar 24 meses en cobrarse. Ahora estamos tratando una serie de acuerdos con el Govern Balear para tener una rotación mensual mínima de lo que contratamos, porque los pagos se nos paralizaron en agosto de 2011. Si a nosotros se nos exige que estemos al día de seguros sociales e impuestos, ellos deberían abonarnos las facturas en un plazo razonable.

Financiamos a la Administración

Como la Administración se retrasa tanto en pagar, al final las empresas nos vemos obligadas a aplicar la Ley de Morosidad y a cargar intereses. Encima, luego tenemos que acudir a un contencioso para que nos los aprueben, lo que son cuatro años más. Aunque la facturación sea alta, la liquidez no lo es, y, sin liquidez, los empresarios no podemos seguir trabajando día a día. De hecho, hacemos de banco de la Administración, la financiamos: en eso ha acabado convirtiéndose la subcontratación.

Contamos con los mejores asesores

Por fortuna, en Klüh Linaer España contamos con los mejores asesores. Han crecido profesionalmente a nuestro lado y conocen estrechamente la empresa. Lo estudian todo a fondo, están al tanto de toda la normativa, buscan las sentencias dictadas, si hay jurisprudencia… Son imprescindibles porque gestionar tanto personal, y tan diverso, plantea situaciones muy complicadas.

Con los recortes, nuevos problemas

Con los recortes nos enfrentamos a nuevos problemas. Los gobiernos deben reducir el gasto un 50% y están empezando a sacar concursos públicos con la mitad del presupuesto de antes. Como en los centros hay plantillas adjuntas, pretenden que sean las empresas las que despidan al personal sobrante a un coste que nunca han pagado. Evidentemente, estamos impugnando todos esos concursos. No queremos perder energías impugnando, lo que querríamos es hacer nuestro trabajo, pero no nos lo ponen nada fácil.

El Gobierno debería deshacer lo que hay y reinventarlo todo

Ante la crisis, Zapatero tomó medidas tarde y mal. Hubo mucha cobardía por parte de todo su gabinete. Rajoy debería deshacer lo que hay y reinventarlo todo, pues el edificio del país no funciona, hay que construir otro. Un dato elocuente: en el último año y medio, nuestra empresa ha tenido unas 350 inspecciones de trabajo. Eso solo puede entenderse por un afán recaudatorio. Tratando de esta manera a las empresas que cumplen sus obligaciones, no se construye una economía sólida. Que estemos como estamos como país se explica por cosas así.

Sindicatos solo preocupados en mantener sus privilegios

El sindicalismo de hoy no puede ser el del siglo pasado. Entonces los trabajadores apenas tenían derechos frente al todopoderoso empresario. Ahora los derechos y deberes están más equilibrado; por tanto el papel de los sindicatos debería ser más de cooperación con el empresario para conseguir mejorar la productividad y eficiencia, lo que al mismo tiempo mejora las condiciones de los trabajadores y redunda de nuevo en beneficios para la empresa y, de este modo, se asegura el mantenimiento de los puestos de trabajo a todas las partes.