TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

JUAN PADRÓN MARRERO

GRUPO JUAN PADRÓN
Texto del 24/01/12 .
Fotografía cedida por César Honaine.
 

Cuando Juan Padrón se casó tenía 300 pesetas y debía 1.400 del traje; a partir de ahí, con denuedo, intrepidez y tesón levantó un imperio de doce empresas, el cual, al parecer de este emprendedor nato, sería aun mayor de no ser por la legislación laboral española, tan arcaica y rígida. De ahí que abogue por una flexibilización de la misma y pida mayor firmeza contra quienes incumplen la ley, sean morosos, trabajadores absentistas o evasores de impuestos.

La gente que tiene el valor de trabajar en lo que sea debería ser un ejemplo

Creo con firmeza que el hombre serio, el hombre honrado, nunca fracasa definitivamente. Lo importante para salir adelante es trabajar, no descorazonarse y no pensar que uno solo tiene derechos, ignorando las obligaciones. La gente que tiene el valor de trabajar en lo que sea, aunque haya estudiado otra cosa, debería ser un ejemplo. Tengo siete hijos, y únicamente le he podido dar estudios a la última porque antes vendía pescado en la calle y era muy pobre. Como ellos, tampoco estudié, pero en mi caso fue mucho peor, porque nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela.

Aprovechar las oportunidades cuando se presentan

De pequeño, un señor venido desde la Península me enseñó a decir petróleo y película, términos que pronunciaba mal. Y cuando los hube aprendido bien, me enseñó a leer, lo que conseguí solo en un mes. En esta vida hay que aprovechar las oportunidades cuando se presentan.

Reconocer el esfuerzo de los que crecimos en la posguerra

No se reconoce el esfuerzo que realizamos los que crecimos en la posguerra. No lo reconocen ni nuestros propios hijos, porque cuando yo intento contar anécdotas de aquellos tiempos no suelen prestarme demasiada atención. Así que me he prometido no volver a contar algunas cosas nunca más, porque son recuerdos que aún me hacen sufrir, aunque parezcan no interesar a nadie.

Trabajar, seguir adelante y no descorazonarse

Fui muy perjudicado por la descolonización del Sahara, donde tenía negocios. Tuve que empezar de cero de nuevo. Por fortuna, la gente me ayudó. Solía comprar cuarenta máquinas por modelo a una fábrica de Madrid llamada Petacos, pero solo tenía dinero –y prestado– para comprar cuatro. Aún así, don Juan, director de Petacos, me sirvió las cuarenta, porque confió en que se las pagaría, y encima vino a Las Palmas y me trajo un millón de pesetas. Por supuesto, a un hombre así yo no le podía fallar, y por fortuna, así fue.

Un grupo con seis divisiones

El Grupo Juan Padrón lo conforman seis divisiones: recreativos y ocio, comercial, inmobiliaria, bingos, importación-exportación y hoteles. Sobre recreativos y ocio, destacaría que empecé con los futbolines y los billares, y que tengo por ellos una gran estima, porque fueron la línea de negocio que levantó mi economía tras llegar de África. En el sector inmobiliario, en cambio, me metí cuando ya no tenía que haberlo hecho. Monté un parque de atracciones y un hotel, una concesión en Las Palmas que me costó 12 millones de euros y no ha resultado un negocio. No aspiro a ganar dinero con él, simplemente a ir manteniéndolo y reformándolo. También es de mi propiedad el Hotel Santa Catalina, con 120 años de historia, donde se hospedan los reyes cuando tienen que dormir en la isla.

Me armé de valor, me fui a la China y me traje diez containers

Los bingos han sido siempre importantes para mí, pero hoy es un sector dominado por las malas artes y la picaresca. A nuestro pesar, el Gobierno no pone coto a los que no cumplen el reglamento, que perjudican a quienes sí lo cumplimos. Respecto a las importaciones-exportaciones, siempre me había dedicado solo a la maquinaria. Pero construí un centro comercial en Lanzarote y como, con la crisis, no me alquilaban los locales, decidí montar un bazar, una perfumería y un supermercado en él. Me armé de valor, me fui a la China y me traje diez containers. Hoy no podría hacerlo, porque ya no es la ganga que era entonces.

Cabo Verde, Marruecos o Túnez, destinos con una oferta turística muy parecida a la nuestra

He estado en fechas recientes en Cabo Verde –donde tengo una bolera– para vender una parcela que tengo en Lanzarote a un empresario establecido allí, y he podido constatar que las Canarias no son ya atractivas para las inversiones debido a nuestros altos sueldos y nuestras muchas leyes e impuestos. Allí en Cabo Verde, y en Marruecos o Túnez, destinos con una oferta turística muy parecida a la nuestra, las cosas son más fáciles para los inversores, puesto que los sueldos rondan los 400 euros, menos de la mitad que en España. No es extraño que los turoperadores que antes trabajaban solo en España estén cada vez más presentes en aquellos países.

La Ley de Costas

Lanzarote es una isla distinta, con una belleza volcánica sin parangón en el mundo, a pesar de la desidia de las autoridades que la gobiernan, que recientemente han permitido edificar vulnerando la Ley de Costas. Asimismo, se han construido urbanizaciones inmensas que no solo han estropeado el paisaje, sino que han sido negocios ruinosos. Las leyes no ayudan nada a la buena gestión urbanística.

No hay que dejar para mañana lo que puedas hacer hoy

Comparo los negocios con la caza: si la paloma te sale a lo lejos, no debes tirar para no malgastar la munición. Tienes que esperar que esté a tiro. En los negocios pasa eso también: no hay que dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Cuando las cosas están a punto y la verdad va por delante, hay que realizar la operación. Si sale bien, sale bien. Y si no, mala suerte. Ahora mismo debo 30 millones, pero no puedo pagarlos porque, a pesar de tener 150 propiedades, no consigo vender ninguna a nadie, así que tengo que ir hipotecándolas.

Presencia en los dos archipiélagos españoles

Tuve fábricas de máquinas en Barcelona y en Madrid, pero me vi obligado a cerrarlas por razones familiares. También invertí en Mallorca, donde aún tengo cuatro negocios, entre ellos una bolera y un salón de juego. Van muy bien y estoy muy contento. En Canarias tengo negocios en cuatro de sus islas: Lanzarote, Fuerteventura, Tenerife y Gran Canaria. Cada una de las Islas Afortunadas, incluidas La Palma y Hierro, tiene su propia idiosincrasia, y esa es nuestra riqueza.

De un catarro a una pulmonía

Comparo la crisis con un catarro. Si no se cura a tiempo, puede convertirse en una pulmonía, y la pulmonía puede matar. Como el Gobierno no tomó medidas en su día, ahora estas serán más drásticas, y esto va ser una guerra, metafórica o no. La sociedad española padece un empacho de derechos y por el camino se han ido olvidando las obligaciones, y ese no es el espíritu adecuado para salir de la crisis. Vaticino grandes huelgas, con razón o sin razón, que nos arruinarán aún más.

Prescindir de 30 para no despedir a cien

Sin llevar a cabo una reforma laboral en profundidad no hay nada que hacer. Marruecos se está convirtiendo en un competidor muy serio. Se están haciendo allí grandes cosas, hasta el punto que incluso los empresarios españoles prefieren invertir allí, porque las leyes no son ni la mitad de gravosas que aquí. Yo, por ejemplo, no puedo hacer una regulación de empleo porque las indemnizaciones me arruinarían. Abrí un casino en Las Palmas donde trabajan cien personas. Pues bien, para hacerlo viable, tendría que reducir un minimo de 30 personas, con la consiguiente disminución de horario. Con la legislación actual, resulta inviable y, si no puedo realizar el ERE, el Casino seguiria acumulando perdidas, que podría abocarme a cerrar. ¿No sería mejor que pudiera despedir de manera asequible a las treinta personas que no me puedo permitir, para así mantener la empresa y seguir dando empleo a las otras setenta?

Abaratar las condiciones de despido

¿Quién se atreve a crear una empresa más? Yo tengo doce y podría crear otra, pero la verdad es que me lo pienso mucho. Sin despido libre, no se activará la economía. Los Estados Unidos constituyen una de las economías más potentes del mundo porque su mercado laboral es dinámico, y el despido es fácil y nada gravoso.

Seriedad, seriedad y seriedad

Luego está el tema de la economía sumergida. A mí se me han ofrecido a veces trabajadores que me pedían trabajar sin estar dados de alta para poder cobrar a la vez el paro. Siempre me he negado. Me gusta estar dentro de la ley, y en ese sentido voy a morir con las botas puestas. Ese es el legado que les dejo a mis hijos: seriedad, seriedad y seriedad. Si me arruino, seré un arruinado honesto.

El poder político debería prevalecer sobre el financiero

Los bancos no fabrican el dinero, y han dado tanto que ahora están descapitalizados. No quiero ni pensar qué se encontraría si alguien tirara de la manta de los bancos. Han trabajado de manera tan temeraria e irresponsable que veo difícil que recuperen la confianza de los ciudadanos. Para colmo, el Estado no se ha mostrado firme con ellos, y necesitamos que este sea fuerte, porque el poder político ha de prevalecer sobre el financiero.

 Orgulloso de sus hijos, de sus trabajadores y de sus negocios

Tengo un equipo de empleados excelente porque los malos trabajadores no dejo que se queden. No admito que me tomen el pelo, y estoy muy encima de ellos. Soy de la opinión de que si no hay buen pastor, no hay buen ganado. Dos de mis hijos trabajan conmigo. También mi hija, cuando se lo permite su reciente maternidad. Estoy muy orgulloso de todos los conocimientos que ellos tienen y de los que yo carezco. También considero hijos míos a mis negocios, y si uno se desvía del camino, trato de enderezarlo igual que si se tratara de mis hijos verdaderos. Hay que luchar. Cuando yo me casé tenía trescientas pesetas y debía 1.400 del traje. Ahí empezó mi lucha.