Volumen 14. Biografías relevantes de nuestros empresarios 2023 – Tomo 3

Sra. Natalia Baldó Morera y Sra. Fanny Ariza Lladó – Conceptfarma

NATALIA BALDÓ MORERA

Barcelona

1968

FANNY ARIZA LLADÓ

 Barcelona

1967

Socias fundadoras de Conceptfarma

 

15-2-2023

 

Los caminos de ambas empresarias acabaron convergiendo en una propuesta de compañía de servicios para la industria farmacéutica; un concepto B2B2C que se apoya en la tecnología, aunque sin renunciar al indispensable trato humano. Esa vocación de ayudar a los demás queda patente en el compromiso social de su empresa, que, más allá de su contribución al sector de la salud, también colabora altruistamente en proyectos que buscan mejorar las condiciones de vida de las personas más vulnerables.

  

 

 

Fanny: A mi padre le apodaba «la biblioteca», porque lo sabía todo y era una persona dotada de una gran inteligencia

Mi primer recuerdo de infancia está asociado a un episodio en que entraba, de la mano de mi abuelo Modesto, en una confitería de Cadaqués, donde solíamos veranear. Él era un hombre muy elegante, que vestía traje y sombrero, y a quien le encantaban los célebres taps, tan típicos de ese pueblo marinero ampurdanés. A mí me pirraban las golosinas y mi abuelo materno, el único de los cuatro a quien pude conocer, solía dar satisfacción a esos caprichos. No tuve oportunidad de disfrutar de él muchos veranos, pues falleció cuando yo apenas tendría unos siete. Él regentaba hoteles en Cadaqués, que, posteriormente, manteniendo las habituales tradiciones familiares, pasarían a ser gestionados por el hereu, mi tío, mientras que mi madre, Mari Àngels, quedaría adscrita a las tareas domésticas una vez contrajo matrimonio con mi padre, José Luis. Ingeniero industrial, compartíamos la pasión por las matemáticas y competíamos en logaritmos neperianos. Persona dotada de una gran inteligencia, le apodaba «la biblioteca», porque lo sabía todo. Era director general de una fábrica textil, lo cual le llevaba a batallar a menudo con el equipo humano. Siempre me advirtió de las dificultades de lidiar con el personal, subrayándome que detrás de cada individuo hay un mundo y un problema; que hay que saber aprender a escucharles, a tratarles y a entenderles. Me transmitió la importancia de ser capaz de fidelizar a los buenos profesionales, porque, como ocurre con los clientes, resulta mucho más difícil mantener los que ya tienes , que conseguir nuevos. También supo inculcarme los valores del trabajo y de la responsabilidad, haciendo hincapié en que, por muy brillante que pueda ser una persona, si no incorpora esas otras virtudes no logrará resultado alguno. Por su parte, mi madre siempre me prestó una especial atención, ayudándome en los deberes escolares e invirtiendo un gran cuidado en el hogar para que disfrutáramos de un gran confort. Una mujer muy presumida, alimentó en mí la vertiente más coqueta y cariñosa, al tiempo que ponía en consideración la amistad. Me recordaba a menudo que la familia te viene dada pero que las amistades las escoges; y si escoges bien, serán perpetuas.

 

Natalia: Con mi capacidad de trabajo e implicación, mis jefes ya auguraban que acabaría poniendo en marcha mi propio negocio

Los primeros pasajes de mi vida me trasladan a la azotea de un edificio del barrio de Sant Andreu, en Barcelona, donde solíamos celebrar la verbena de San Juan. Aunque vivíamos en el barrio de Gràcia, en esa fecha nos trasladábamos ahí para disfrutar de esa noche tan especial, lanzando ensordecedores petardos. También perduran en mi memoria esos días en los que jugábamos en la calle, por encima del puente de Vallcarca, una zona con mucha inmigración andaluza, lo cual favorecía que fuéramos muchos los niños que inundábamos esos espacios exteriores. Otro recuerdo entrañable lo hallo en las visitas que, con mis abuelos maternos Ricardo y María, disfrutábamos algunos fines de semana a la calle Petritxol para tomar un suizo; o acercarnos paseando más tarde hasta el rompeolas. Mi padre, Joaquim, había estudiado Profesorado Mercantil y, posteriormente, Empresariales, y ejercía como director financiero en una empresa en la que invertía muchas horas: a duras penas llegaba a tiempo para explicarme un cuento cuando me acostaba. Con mi madre, Irene, funcionaria de la Diputació de Barcelona, tejí una complicidad muy sólida desde niña. En esa etapa ya me subrayó la necesidad de ser perseverante y honesta y, especialmente, autosuficiente en todos los aspectos, al margen de convivir en pareja o no. Ella era tan trabajadora como mi padre, vivo ejemplo del esfuerzo, pues para él no había nada valioso si no se había conseguido con sacrificio. Gracias a ese aprendizaje, siempre he exhibido un alto grado de implicación en todas las organizaciones en las que he estado, algo que siempre han valorado mis superiores. Incluso algunos de mis antiguos jefes afirman que, con mi capacidad de trabajo y entrega, ya vislumbraban que acabaría poniendo en marcha mi propio negocio…

 

Fanny: Aprendí a programar muy joven y compatibilicé la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones con el ejercicio de la docencia

La música me ha acompañado a lo largo de mi vida. Cuando era niña, mi madre, para distraerme, solía llevarme a la sección correspondiente de El Corte Inglés, donde me ponía a bailar y me convertía en el centro de atención de los clientes. Ahora disfruto a menudo acudiendo al Liceu y a representaciones a lo largo y ancho del mundo, pero el placer de la música no depende de los lugares, sino de los momentos, al ser un reflejo del estado de ánimo. Aun así, no era en esa disciplina en la que destacaba académicamente. En realidad, era brillante en matemáticas, aunque también me gustaba mucho el latín; un aspecto que un profesor me justificó diciéndome que esa lengua respondía a unos patrones similares a la aritmética. Inicié mi escolaridad en el colegio Jesús-Maria de Sant Gervasi para proseguir mi formación en la Oak House School, realizando el Bachillerato en inglés, y rubricándola en la Speh, donde estudié el COU. En casa vaticinaban que, de mayor, sería docente. No les faltó razón, pues durante años ejercí como profesora, una faceta que empecé a ejercer a los dieciocho. Mi trayectoria vino motivada porque tanto mi padre como un profesor me disuadieron de estudiar Ciencias Exactas, advirtiéndome que las únicas salidas residían en la docencia o en el ingreso en el Centre de Càlcul de Sabadell: un destino exclusivo reservado a los números uno. Ese tutor me sugirió que cursara Ingeniería de Telecomunicaciones, donde las matemáticas jugaban un componente importante. Decidida a seguir su consejo, cuando todavía me hallaba en COU me matriculé en una centro para introducirme en la informática. Aprendí a programar Basic, Cobol, Pascal… Así, compatibilicé la carrera en la UPC trabajando como profesora en una academia de barrio, que contaba con aulas equipadas con ordenadores que funcionaban con disquetes. Los alumnos seguían unos tutoriales y yo me encargaba de resolverles las dudas que les surgían.

 

Natalia: Habría que dar un sentido más práctico a las materias impartidas mediante el refuerzo de la interacción entre empresas y facultades

En mi casa también se expresaron objeciones a mi inicial planteamiento universitario. Ante mi propósito de cursar Biología, mi padre me advirtió que me limitaría a la docencia, pues nuestro país no presta atención a la investigación. Había emprendido mi escolaridad en las Siervas de San José, un colegio de monjas ubicado donde ahora se encuentra el Súnion, mientras que el Bachillerato lo cursé en el colegio Sil. Crecí en un ambiente escultista, lo cual favoreció mi acercamiento a la naturaleza y que ahora halle en ese entorno la energía y la inspiración óptimas para mi desarrollo personal. El contacto con el aire libre me ayuda a relativizar los problemas, a abrir la mente y a iniciar procesos de reflexión. Aunque no he sido capaz de desplegar una vena artística, sí puedo asegurar que la pintura consigue cautivarme. Me admira la habilidad de algunas personas para plasmar en un cuadro sus sentimientos y transmitirlos en un lienzo. Empecé a trabajar siendo muy joven, ya que, desde siempre, he tenido un talante afecto al elemento comercial, al trato con las personas y a la negociación. Me inicié como dependienta de pequeños comercios en las campañas navideñas para, posteriormente, hacer lo propio, en horario parcial, en Galerías Preciados. A los dieciocho años ingresé en una compañía de circuitos impresos, determinada a conocer el entorno empresarial desde los cimientos. Coincidió con mi entrada en la UB, donde estudié Económicas. Aquella experiencia, empero, no colmó mis expectativas, toda vez que, salvo Contabilidad y Derecho Mercantil, las asignaturas se revelaron estériles, sin hallar aplicación en la experiencia empresarial real. Habría que exigir una adaptación curricular a las necesidades de las compañías, con un sentido más práctico de las materias impartidas, mediante el refuerzo de la interacción entre empresas y facultades. Mi trayectoria profesional prosiguió en una empresa del Grupo Olivetti, donde permanecí durante media docena de años hasta que me incorporé en otra compañía de tecnologías de la información, Meinsa Sistemas, manteniéndome siempre en el entorno tecnológico hasta 2003, momento en que puse en marcha mi primer negocio: Àmbit Projectes Informàtics.

 

Fanny: Viajar al extranjero y trabajar aportan unos conocimientos que no se adquieren ni en casa ni en la facultad

Más allá de los conocimientos técnicos, los titulados que salen de la universidad presentan múltiples carencias. Como profesora de un máster en Telecomunicaciones me vi obligada a suspender a alumnos cuyos trabajos contaban con graves faltas de ortografía. Esa circunstancia refleja un problema educativo de base. A las nuevas generaciones no les preocupa escribir bien y lo fían todo a la tecnología, esperando que el tratamiento de textos les advierta de los errores a corregir. No parece importarles quedar un día en evidencia al tener que efectuar una exposición en una pizarra. Por otra parte, muestran una actitud poco proclive al compromiso y a progresar en conocimiento, cuando la sociedad actual reclama un aprendizaje continuo. Se escudan en su job description para establecer los límites de sus atribuciones. «Éstas son mis skills y no deseo ampliarlas…», suelen decir. Resulta complejo fidelizar a esos jóvenes que no exhiben apego alguno a la empresa. En mi caso, una vez finalizada la carrera entré a trabajar en una empresa norteamericana en calidad de responsable de informática. Mi dominio del inglés, que en aquella época no resultaba tan común entre la juventud, facilitó mi inserción laboral en esta empresa donde tenía una manager inglesa. A la semana de haberme incorporado a la compañía, me enviaron a Northwich, una pequeña población británica, para practicar el business English. El objetivo era instruirnos en la compleja labor de la negociación. Éramos diez alumnos procedentes de diez puntos distintos del planeta que no coincidíamos idiomáticamente más que en el inglés, a fin de que este fuera nuestro único medio para comunicarnos. Nos sometían a distintas pruebas con directivos de altas compañías, a fin de resolver contratos, conversaciones telefónicas, presentar proyectos… Fue una experiencia muy exigente pero, a la vez, enriquecedora. Viajar al extranjero siempre te aporta un conocimiento y una mundología que es imposible adquirir en casa. También resulta fundamental trabajar mientras estudias, aunque el oficio a desempeñar sea ajeno a la formación recibida. Estar sujeto a unos horarios, a unas responsabilidades, a una determinada organización… es algo que no se aprende en la facultad. Valoro positivamente haber continuado impartiendo clases tanto durante la carrera como durante la posterior inserción en el mercado laboral. También ejercí como maestra en una escuela y como profesora en la European University, donde realizaba sesiones en inglés en una asignatura transversal entre Economía e Informática. Asimismo, impartí clases en La Salle, tras realizar el doctorado allí. En total, dediqué a la enseñanza unos catorce años de mi vida, algo que, entre otras cosas, se reveló muy eficaz para mantenerme al día de las novedades de un sector tan cambiante como el tecnológico.

 

Natalia: Hemos visto un cambio positivo en la FP, que hoy ofrece un amplio y atractivo abanico de posibilidades capaz de interconectar con estudios superiores

Nos encontramos con que las jóvenes generaciones tienen perfiles curriculares muy impresionantes, pero que, en general, carecen de la actitud adecuada; no parecen interesados en su trabajo, no se implican ni disfrutan de él, y tampoco muestran deseos de aprender y ampliar sus capacidades, solo de hacer lo mínimo que se les exige por contrato. Por supuesto, y como en todo, hay excepciones; sin embargo, ello es sintomático de un problema a nivel social, en el que la educación en valores es desatendida tanto en casa como en las aulas. En todo caso, sí que hemos visto un cambio positivo por lo que se refiere a la FP, que ya no es el cajón desastre desprestigiado donde iban a parar quienes no eran buenos alumnos, sino que ofrece un amplio y atractivo abanico de posibilidades de formación, que además puede ser continua y capaz de interconectar con estudios superiores.

 

Fanny: Conceptfarma obtuvo el premio al mejor proyecto en el máster de PDG

Mi primera relación con Natalia fue puramente comercial, pues ella actuaba como proveedora para nuestra empresa. El feeling entre ambas afloró muy pronto, como lo prueba que, mucho antes de empezar a trabajar juntas, ella me sugirió esa posibilidad. Previamente, sin embargo, yo pasaría por otras compañías, como Kawasaki, donde participé en la creación de la filial española. Más tarde, me sumé a Privalia, uno de los operadores pioneros del ecommerce. Había sido profesora de los fundadores de esa startup a partir de un proyecto de un máster. Junto a ellos, monté su estructura en Brasil y, posteriormente, en México. Una vez completada esa misión, decidí que era momento de dar un vuelco a mi vida profesional, pues me sentía muy agotada con ese ritmo de vida, en la que los viajes se habían convertido en una constante. Contacté con Natalia, quien continuaba en el mundo de la tecnología pero que alimentaba el deseo de poner en marcha un proyecto vinculado a los laboratorios farmacéuticos, dado que muchos de sus clientes formaban parte de este segmento, que iniciaba un cambio de modelo de mercado, pasando de ser meramente puntos de prescripción a puntos de venta, lo que llevaba aparejado un cambio de habilidades en el entorno de la oficina de farmacia. Estrenamos nuestra colaboración mientras ella iniciaba un máster en PDG que contemplaba como trabajo final Conceptfarma. De hecho, obtuvo el premio al mejor proyecto, lo cual nos permitió presentarlo en la Borsa de Barcelona ante los potenciales inversores.

 

Somos una compañía especializada en la externalización de servicios que facilitan la gestión de los laboratorios farmacéuticos

Podemos decir que es en 2011 cuando arranca el concepto de empresa tal y como lo conocemos en la actualidad; una compañía de servicios para la industria farmacéutica que se basa en las siguientes áreas de actividad: marketing digital, servicio de compras, acciones en el punto de venta (oficinas de farmacia), talent, y concept clinical. Nuestros recursos de marketing contemplan tanto gestión de redes externas para la formación de los farmacéuticos como proyectos de fidelización de los puntos de venta y/o al consumidor final. Aunque trabajamos para el laboratorio, que constituye nuestro cliente, nuestra área de actuación son las oficinas de farmacia. En cuanto a servicios, les gestionamos las compras de todo aquello que no forma parte de su core business, así como también el recruitment, siempre sujeto a trabajos por proyectos, como por ejemplo encontrar al personal necesario para la implementación de un nuevo software o el análisis de datos. Finalmente, concept clinical constituye un servicio integral en torno a los ensayos clínicos. Suministramos todos los materiales necesarios para realizar los mismos, al tiempo que asumimos cualquier burocracia o ajuste que tenga que realizarse en las máquinas, y abonamos los gastos en los que incurran los pacientes, como desplazamientos o dietas.

 

La apuesta por la digitalización incluye soluciones de Inteligencia Artificial que nos ayudarán en el lanzamiento de determinadas campañas

El nuestro es un proyecto B2B2C y 360º, de tal modo que ofrecemos servicios a profesionales para una óptima satisfacción del consumidor final. Tenemos muy claro que la calidad es lo primero, lo que significa no solo proporcionar la mejor asistencia, sino responder al 100% en caso de que surja cualquier revés: porque garantizar el éxito del proyecto de nuestro cliente es el objetivo último de la entidad. Nos hallamos en un momento en el que necesitamos expandirnos. Habíamos diseñado una hoja de ruta para internacionalizar nuestra compañía, pero la pandemia trastocó nuestros planes. Aunque superamos esa etapa sin problemas, el entorno ha cambiado, y ahora tenemos que acometer un nuevo proyecto de ampliación de mercado que, ineludiblemente, pasa por una apuesta tecnológica y por la digitalización. Disponemos de una aplicación a la que están adheridas unas cinco mil quinientas farmacias, que reciben promociones diversas. Actualmente, estamos implementando soluciones de Inteligencia Artificial. Es una herramienta muy potente que nos puede ayudar en el lanzamiento de determinadas campañas, al facilitarnos información sobre el comportamiento del consumidor y sugerirnos cuándo es el mejor momento para el desarrollo de las mismas o cuándo situar en el mercado un determinado producto; también, nos informa de cómo extraer el máximo rendimiento de la venta cruzada, al descubrirnos cuáles son los artículos asociados a una compra en concreto para podérselos ofrecer a los clientes como complemento. Creemos que la IA será tan importante en el futuro que estamos colaborando con un par de startups dedicadas a ello, lo que también nos permite aportar nuestro granito de arena en el necesario apoyo a los jóvenes emprendedores.

 

En la atención al cliente no existe máquina que pueda suplir la parte humana: la sociedad está cansada de hablar con robots que no resuelven problemas

Si bien la tecnología es importante, también lo es el trato humano. Ese aspecto lo cuidamos mucho en nuestro call center, donde contamos con cuatro personas que prestan atención a una tipología de clientes muy variada. El mundo de la farmacia, que forma parte del sector de la salud, reclama un trato muy específico, y ahí no existe máquina que pueda suplir de manera óptima la parte humana. La sociedad, en general, está cansada de hablar con robots que no resuelven problemas y solo provocan desesperación. En total, en nuestro equipo somos veintiún profesionales, con distintos perfiles: project managers, assistants, analistas de datos, administrativos… Tenemos suerte de contar con una buena plantilla. Se suele ignorar que en los proyectos de nuevo cuño hay invertidos muchos ahorros personales, muchas horas de estudio y mucho sacrificio. Nosotras fuimos antes asalariadas y empatizamos con las cuitas y quejas de quienes trabajan por cuenta ajena; pero no se empatiza con los problemas de los emprendedores. En nuestro caso, empezamos en un diminuto local, sin importar las vueltas que pudiera dar el reloj. Y gracias a nuestro tesón, hemos logrado prosperar y que la empresa en la actualidad sea el medio de subsistencia de sus empleados, lo cual no evita que mantengamos nuestras preocupaciones para garantizar las nóminas a final de mes y la satisfacción de todas las facturas, incluidas las fiscales. Esa es la otra cara amarga de la condición empresarial: la excesiva carga impositiva que soportamos las pymes. Nos esforzamos en generar ingresos para poder invertir, expandir el negocio y crear puestos de trabajo, pero la presión fiscal nos limita. A ello se le une la evolución que experimentan determinadas leyes en lo que respecta al Derecho Laboral. Hay que velar por la protección de los trabajadores, pero también hay que controlar y evitar determinados abusos.

 

Compromiso social corporativo con la mejora de nuestro entorno inmediato

La nuestra es una compañía con compromiso social, pues está vinculada a proyectos que persiguen la mejora de nuestro entorno inmediato. Uno de ellos es la Casa de Sofia, centro que contribuimos a impulsar, orientado a los niños que sufren enfermedades minoritarias. Otro proyecto social en el que estamos involucradas es Alpán (acrónimo de Alimentos Para Necesitados). Se trata de una iniciativa impulsada por el Rotary Club, consistente en la elaboración de comidas y su distribución en comedores sociales para atender a personas en situación de vulnerabilidad. Igualmente, seguimos trabajando en otros proyectos para la mejora de nuestro entorno y para dejar el mundo un poco mejor de como lo encontramos.

 

Natalia: La polivalencia y la proactividad son dos atractivos que nos distinguen del resto y nos permiten fidelizar a los clientes

Más allá de ese carácter social que añadimos a nuestra compañía, lo que diferencia a Conceptfarma es su flexibilidad, pues competimos con grandes empresas multinacionales que observan una gran rigidez a la hora de desarrollar sus proyectos. En cambio, nosotros somos una empresa pequeña, local, próxima y que se adapta a las necesidades de cada cliente, lo cual nos permite fidelizarlos: la polivalencia y la proactividad son dos atractivos que nos distinguen del resto. Otra de las claves del éxito reside en la buena sintonía que mantenemos con Fanny. Todo el mundo se sorprende que llevemos veinte años trabajando juntas y creen que somos hermanas. En realidad, nos sentimos como tales, pues nos profesamos una gran confianza y siempre hemos mantenido una relación estrecha en la que los conflictos han brillado por su ausencia. En todos nuestros correos, la otra siempre aparece en copia. Además, compartimos despacho, algo que favorece nuestra comunicación constante, nuestra posición de igualdad y el surgimiento de nuevas ideas, como cuando decidimos poner en marcha un restaurante o una entidad de atención domiciliaria a ancianos que montamos en Tarragona, ambos negocios de los que acabamos desprendiéndonos, pero que supusieron interesantes experiencias desde el punto de vista humano y empresarial. Le agradezco a Fanny, pero también a mi familia, pues yo no sería la misma sin los consejos que me transmitieron mis padres… pero también los que me trasladan mis hijos, Judit y Àlex, de 20 y 14 años, y que me enseñan a ver las cosas desde otra perspectiva.

 

Fanny: Ojalá iniciativas como este libro acaben por valorizar las aportaciones que las pymes realizan a favor del conjunto del país

Yo también tengo mucho que agradecer a Natalia y a mi familia, incluido mi hijo Rafa, quien en breve me convertirá en abuela, cuando nazca Sara. Me reconforta comprobar que él ha sido capaz de llevar una vida independiente. Como podólogo, forma parte de ese amplio colectivo de pequeños empresarios que, a diario, se levantan dispuestos a explorar hacia dónde se encamina la sociedad y qué oportunidades existen en el mercado que permitan crear riqueza y puestos de trabajo. Emprender con voluntad de mejorar tu entorno significa hacerlo con honestidad y esfuerzo, sin desanimarte, siendo flexible a los cambios del mercado y sabiendo asumir el fracaso. Lamentablemente, la figura del empresario no goza del valor que merece y los políticos no han contribuido a ello. Cabe confiar que, con iniciativas como este libro, la opinión pública acabe reconociendo las aportaciones que las pymes realizan a favor del conjunto del país.