Anna Garriga Ripoll
Decana de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Girona
Interesantísima recopilación sistemática de biografías relevantes. Una gran lección. De hecho, leer tantas experiencias vitales emociona. Nos recuerda que tenemos unos empresarios que forman parte de los fundamentos básicos del país y de nuestro carácter. Nos recuerda que la cultura emprendedora y empresarial catalana se mantiene viva y se refuerza cuando hay que afrontar crisis económicas como la que ahora mismo vivimos.
Demasiado a menudo, los medios de comunicación de prensa, radio y televisión se centran en conceder más relevancia pública a los dirigentes de las grandes empresas, silenciándose la riqueza que aportan a la historia económica y empresarial catalana tantos testimonios de empresarios como los que aquí se relatan. Esta obra es imprescindible. Y debería tener muchos más volúmenes para recoger tantas otras experiencias brillantes de empresarios catalanes. Nos hace falta aprender mucho más de nuestra propia historia forjada con el esfuerzo y la dedicación. En estas páginas encontramos pequeños trozos de nuestra historia. Cómo superar múltiples retos, expandir mercados, abrir una empresa al mundo, adaptar rápidamente líneas de producción, cómo surgen ideas y nuevos proyectos o cómo la familia puede ser un elemento clave para el éxito empresarial. Hay mucho que aprender. Son testimonios de la capacidad y resiliencia de los empresarios catalanes.
Se habla de empresarios. Sí, en masculino. Los lectores verán que aparecen muy pocas empresarias. Estoy segura de que en los próximos volúmenes la proporcionalidad de género se equilibrará. La madurez de la sociedad catalana y la fortaleza y determinación que vemos en las jóvenes universitarias en nuestras aulas de economía y empresa constituyen la mejor esperanza de que las nuevas generaciones encuentren pronto sus propias experiencias empresariales con sello femenino.
Quisiera destacar que el mérito de recoger tantas biografías relevantes de empresarios tiene un elevado valor histórico. Como economistas, para poder diagnosticar bien el tejido empresarial, clasificamos las empresas por tamaño, sector, tipo. Efectivamente, hay empresas más pequeñas y otras más grandes, pero desde mi punto de vista y sentimiento solo tenemos grandes empresarios. Y digo «grandes» en todos los sentidos. Grandes por la determinación que demuestran al iniciar, impulsar, mantener y fortalecer sus empresas, los puestos de trabajo que crean y su fuerte arraigo en todas las comarcas de nuestro país.
Tengamos siempre bien presente que la suma de muchos pequeños empresarios ha hecho, hace y hará de Catalunya un gran país, fuerte económica y socialmente. Los testimonios empresariales que el lector encontrará en estas páginas han contribuido y contribuirán a impulsar un país aún mejor.
Mi deseo ahora mismo ya es que salga pronto un nuevo volumen, un nuevo homenaje a nuestros empresarios. Mi más sincera admiración para todos ellos. Es un honor para mí transmitir mi más profundo respeto y admiración hacia el empresariado catalán. Y mi felicitación a la editorial por la excelente iniciativa y su brillante ejecución.