Prólogo de Susana Antequena
Pueden preguntarse cómo una abogada de familia participa en el prólogo de esta obra dedicada a heroicos empresarios. Qué relación tengo, ¿verdad? Como letrada, intervengo e intento dar solución a numerosos y complejos procesos de rupturas que afectan a emprendedores y emprendedoras, viéndose repercutidos en ellos y ellas estallidos de emociones y sentimientos, pero también viéndose afectados sus negocios, sean pymes o grandes compañías. Y es que no debemos olvidar que los empresarios y empresarias son personas que también viven transformaciones personales.
Ejerzo como abogada, pero también como madre, mujer y empresaria que logra rozar el techo de cristal para romperlo en todo momento tras cristalizarse una y otra vez, cuyo constante emprendimiento y ánimo diferenciador sigue siendo efervescente desde que tiene uso de razón. Participar en esta obra, para mí supone un auténtico orgullo y honor, palabras que se me hacen cortas en el tiempo y espacio si debo transmitir mi emoción desde el momento que me invitaron a escribir el prólogo de esta encomiable obra. Actuar con honor siempre ha de ser intervenir por encima de dificultades e intereses. Es desde este prisma, donde siento y escribo las primeras líneas de este sentido homenaje al sector emprendedor de Catalunya.
Resulta sorprendente que en tiempos donde se mezclan los retos en tecnología y avances en robótica inteligente, a la vez suenan graves tambores de guerra entre Ucrania y Rusia cuando todavía no hemos superado una lamentable pandemia. Vivimos en un mundo de contrastes, donde Afganistán fue invadido por los terrores del todavía atroz mundo yihadista, apartando a mujeres, niños, niñas y hombres de una vida digna, mientras que Japón avanza en tecnologías de Big Data compitiendo a la vez con China, como líderes en tecnologías y patentes 5G. Y ello nos sorprende, mientras que Alemania no levanta cabeza por la Covid-19, país que hace 30 años nos daba lecciones por sus avances y políticas empresariales.
A pesar de todo ello, después de que la crisis sanitaria haya perjudicado profundamente a muchas empresas, el entorno de recuperación actual se presenta como una oportunidad para que los negocios se transformen y levanten como el Ave Fénix. Este es el auténtico espíritu de empresarios y empresarias: tener la capacidad de renovarse en época de crisis. Aplaudo a todo aquel empresario y empresaria que, con dificultades personales y profesionales, se levantan como héroes para sobrevivir en tiempo de pandemia con tozudos cambios sociales.
Ahora que un halo de luz asoma en nuestras vidas, tras una lucha constante en estos dos largos años de tiempos difíciles, reitero mi aplauso a todos los que seguidamente exponen sus vivencias personales, biografías, dificultades y logros. Mi más sincero homenaje a todos ellos sin evitar reivindicar, por cierto, la figura de la mujer, pues como tal, hemos creado, dirigido y organizado empresas desde hace cientos de años siendo reconocidas en débiles ocasiones, salvo las que dignamente da luz nuestro querido escritor y autor, Àngel Font. Sin él, la sombra seguiría cayendo en muchas de nosotras.