Texto del 27-03-2012
Ejemplo de transformación industrial y apertura a mercados internacionales como vía de consolidación empresarial y adaptación a los altibajos económicos, esta filial de una famosa multinacional francesa del caucho destaca, en boca del ingeniero industrial que la lidera, la trascendencia del sector automovilístico en España y la importancia de incrementar nuestra eficiencia y productividad para alejar el fantasma de la deslocalización.
De productos de caucho en general a componentes de automoción en particular
La empresa se creó en el centro de Madrid en 1917 para la elaboración de artículos de caucho y en 1924 fue adquirida por el Grupo Hutchinson; desde entonces ha formado parte de la rama química de este grupo perteneciente a la multinacional petrolera francesa Total. Al principio fabricaba todo tipo de artículos de caucho –guantes, botas, patines para carros de combate, pelotas antidisturbios, etcétera–, hasta que por fin se especializó en el sector de la automoción, primero a través de la manufacturación de los sistemas de transmisión de fluidos de baja presión, es decir, de todos los manguitos y racores del sistema de refrigeración de los motores, y a partir de 2003 produciendo elementos de perfilería para la estanqueidad de las carrocerías de los automóviles, esto es, los accesorios de caucho de la carrocería situados en puertas y ventanas que aíslan el habitáculo del exterior.
110 corporaciones integradas en un grupo multinacional
Las 110 corporaciones del grupo emplean a unas 22.000 personas en todo el mundo y están especializadas en la manufacturación de productos de caucho. Nuestra división industrial se encarga de la manufacturación de todo tipo de elementos aeronáuticos, armamentísticos, ferroviarios, automovilísticos, etcétera.
Somos la compañía de transformados del caucho más importante de España, neumáticos aparte
Como nuestros 575 empleados en las instalaciones de Madrid se dedican en exclusiva a la manufactura de componentes automovilísticos, la mayoría de las marcas son clientes nuestros, aunque los principales usuarios son Peugot-Citroën, Ford y el grupo Renault. Quizá, neumáticos aparte, somos la compañía de transformados del caucho más importante del país y una corporación destacada en el ramo del automóvil.
Extrusión y vulcanizado
La materia prima, el caucho sintético, se mezcla con otros componentes, como aceites, que originan una mezcla que extruimos, es decir, la sometemos a calor para que sea fluida y una vez temperada la moldeamos con una herramienta. Una vez hemos llevado a cabo el difícil proceso de extrusión, se realiza el de vulcanizado mediante el paso de las piezas en hornos a elevada temperatura. Gracias a esta transformación el material pasa de ser plástico a elástico, obteniéndose la forma deseada a esos perfiles. En definitiva, se trata de construir piezas complejas, que deben proteger del exterior el habitáculo de los vehículos y que determinan su geometría, valiéndonos de la extrusión y el moldeado de las esquinas.
Método de optimización laboral de origen nipón
Los escasos márgenes de beneficio del sector y la amenaza constante de deslocalización condicionan la máxima productividad y eficiencia usando las materias primas óptimas y los sistemas de manufacturación más eficientes. Somos muy competitivos porque empleamos técnicas de origen nipón de optimización de la producción, que persiguen conseguir resultados extraordinarios utilizando un esfuerzo ordinario, y que representan un 40% de aumento del rendimiento inicial solo a través de la observación y eliminación de los movimientos y acciones redundantes que alargan los tiempos de facturación: a diario analizamos de manera exhaustiva los desvíos de la jornada anterior, prevemos las posibles incidencias del día y cómo corregirlas o minimizarlas y las posibilidades de mejora de los procesos.
La amenaza de la deslocalización
España es un país puntero en manufacturación de automóviles, por encima de Francia por ejemplo, pero se ciñe sobre nosotros la espada de Damocles de una deslocalización porque los salarios del norte de África y del este de Europa son más competitivos. Sin embargo, tenemos a nuestro favor la logística, porque es difícil y caro transportar las piezas, y un mayor desarrollo tecnológico y formación de los trabajadores, que garantizan una mayor eficiencia y calidad en los componentes manufacturados.
Diseño de las piezas
Todos los componentes se diseñan en nuestras instalaciones de Alemania y Francia, que están en contacto con los centros de diseño de otras compañías, ubicadas también en esos países. A nosotros nos corresponde encargarnos de la industrialización, es decir, definir cómo se manufacturará el producto.
La mitad de nuestra plantilla se emplea en procesos de I+D+I
A pesar de que nuestro grupo ya dispone de un centro investigador propio en Francia, en las instalaciones madrileñas la investigación, la planificación, el desarrollo y la innovación tienen un peso fundamental, lo que explica que alrededor de una cuarta parte de nuestros empleados estén implicados en estos procesos: 50 ingenieros, 80 miembros de los departamentos técnicos, encargados de planificar y desarrollar el futuro. 115 profesionales, en total responsables de la definición de los procesos, se encargan de la mejora productiva y de la innovación.
Legalidad, rigor, transparencia y comunicación
La tarea productiva debe partir de la legalidad, es decir, de la existencia de un marco normativo en que cada miembro conozca con precisión el entorno fijado en que se desarrolla su actividad; del rigor, como base de toda mejora; de la transparencia, porque el conocimiento rápido y exhaustivo de las problemáticas permite solucionarlas antes, y de la comunicación, fundamental para un buen trabajo de equipo.
Un equipo imaginativo y comprometido
Nuestro personal no solo está bien preparado, sino que también es imaginativo y está comprometido. Por otro lado, nuestro pundonor y el deseo de vencer el tópico de la falta de efectividad industrial española explican su elevada capacidad de esfuerzo y superación.
La industria de España es más competitiva de lo que se cree
La industria española es más competitiva de lo que creemos, pero no sabemos vender nuestros artículos ni nuestra capacidad de trabajo e innovación personal y colectiva. La prueba de esta efectividad es que, a pesar de la dura coyuntura, hemos conseguido crecer un 20% en los últimos años, gracias a las exportaciones de nuestros productos.
Producto inerte sin efectos tóxicos
La elaboración de nuestro producto no es contaminante porque no emitimos ni humos ni ningún tipo de residuos; el caucho vulcanizado es considerado un producto inerte, cuyos residuos se reciclan en la elaboración de asfaltos, parques infantiles o aislantes para los edificios.
Por la reactivación del consumo
Tal vez los recortes eran necesarios para reducir nuestro elevado déficit público, pero la superación de la crisis actual pasa por la reactivación del consumo, cuya reducción ha agravado de manera considerable las repercusiones de la recesión.
Negativa alemana a los eurobonos
La creación de la Unión Europea favoreció de un modo especial a la economía alemana, que durante años ha tenido como mercados cautivos de su poderosa y eficiente industria al resto de países europeos, en especial a los menos industrializados, pues carecían de artículos similares. La introducción de la moneda única todavía benefició más a los alemanes porque la paridad de la nueva divisa se estableció en función del marco. Por ello, tras años de amplios beneficios como consecuencia del mercado único, llama poderosamente la atención su falta de solidaridad y la dureza respecto a los países más perjudicados por la crisis y, sobre todo, su negativa a la emisión de eurobonos que permitirían el reflote de esas economías e incrementarían el consumo de esos países.
Realidad que no contribuye a una unión política y económica de Europa
Por desgracia, la dura situación que atravesamos no ha contribuido a la unificación de las políticas económicas europeas ni a la asunción de un modelo único con unas directrices claras sobre el tipo de crecimiento deseado. Seguimos yendo a la deriva y continuamos siendo demagógicos y contrarios a nuestros intereses. Un claro ejemplo lo hallamos en el campo internacional: somos unos férreos defensores del librecambismo sin comprender que la entrada de productos de otros territorios, donde los salarios y las condiciones laborales son muy inferiores, representa una competencia desleal para nuestros artículos; esta situación, en definitiva, contribuye a la destrucción de la industria europea y obvia la calidad y la total garantía de nuestros artículos. Sin embargo, a la hora de negociar, cada Estado antepone sus intereses particulares a los de la Unión y apuesta por el comercio y la defensa de sus áreas geográficas de influencia, por cuestiones históricas, políticas y económicas. Competencia sí, pero en igualdad de condiciones básicas.
Pasar de ser un país de funcionarios a un país de empresarios
Nuestra actual crisis no solo es económica, sino, sobre todo, de valores. Debemos recuperar el valor del compromiso, del esfuerzo y el espíritu emprendedor. Hemos aspirado a ser un país de funcionarios y hemos de encaminarnos a ser un país de empresarios.
Adaptación a un mercado laboral incierto y cambiante
Dado el contexto productivo actual, hemos de ser capaces de adaptarnos a un mercado de trabajo incierto y cambiante, en el que la seguridad del puesto de trabajo estará ligada a la eficiencia y la productividad, y en el que un trabajador desarrollará su trayectoria profesional en diferentes corporaciones a lo largo de su vida.