Sr. Antonio Martínez Reguera
Sr. Antonio Martínez Reguera
TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

ANTONIO MARTÍNEZ REGUERA

HL ENERGÍA

Texto del 27/11/2012

Honradez, constancia, responsabilidad y compromiso social caracterizan la gestión de este empresario gallego del sector de la producción y distribución de energía eléctrica, quien desde el ejemplo diario, propone la construcción de una sociedad más humana, basada en un sentido moral y cálido de las relaciones laborales, libres de la ciega avaricia del capital que ha hecho de la teóricamente positiva globalización un mecanismo de empobrecimiento de los más débiles.

Dilatada experiencia en empresas y asociaciones del sector energético

Desde muy niño he vivido el mundo de la empresa con gran intensidad, ya que pronto comprendí su importancia dinamizadora en una sociedad como la de los años 40, caracterizada por la escasez y la opresión. Al terminar el bachillerato comencé la carrera de Medicina, que abandoné por circunstancias personales, y me incorporé a la empresa familiar, donde tuve la oportunidad de acumular una experiencia que me facultó para desempeñar diversos cargos ejecutivos y directivos. Paralelamente a mi carrera profesional, he desempeñado una gran actividad asociativa, por ejemplo he sido socio fundador y presidente de la asociación Apyde, creada en la década de los 70 para agrupar a todos los productores y distribuidores de energía de Galicia, también de Cide, asociación que engloba a más de 200 empresas, pertenecientes a medianos y pequeños distribuidores de energía en España. Asimismo, en los años 80, junto con otras empresas creamos Engasa, dedicada a la producción energética de origen hidráulico y eólico, así como a la investigación y el desarrollo de otras formas alternativas de producción. 

Producción, distribución y comercialización de energía eléctrica

Hidroeléctrica de Laracha, S.L., nació en el año 1934 por iniciativa privada de mi padre, con el doble objetivo de suministrar energía eléctrica a la comarca de Bergantiños y de impulsar el desarrollo económico y social de la zona. Hoy, HL Energía desarrolla el ciclo completo del proceso energético, abarcando desde la producción de energía eléctrica, su distribución hasta el consumidor final y la comercialización.

Primera empresa del sector en obtener el Certificado Internacional de Calidad

La calidad del servicio que prestamos es una meta que nos marcamos de forma constante; por tal motivo, hemos alcanzado nuestro propósito de ser la primera empresa del sector en España en obtener el Certificado Internacional de Calidad, según norma ISO, que renovamos año tras año tras superar las oportunas auditorías. No es el certificado en sí lo que nos interesa –aun cuando obtenerlo haya sido una satisfacción–, sino la convicción de que los procedimientos que empleamos en cada función son los más idóneos.

Actualizarse y perfeccionarse continuamente combate la apatía

La empresa se construye en el día a día y no debe caer jamás en la rutina, pues los grandes avances tecnológicos y el afán de perfeccionamiento exigen una permanente actualización que facilite el desarrollo profesional. El trabajador, sea del nivel que sea, debe sentir un estímulo para realizar su labor y, en este sentido, debe formarse continuamente y evitar de esta forma la apatía, tan nefasta para el individuo y para la empresa.

Pioneros en la implantación de sistemas innovadores

HL Energía siempre ha sido pionera en la implantación de sistemas innovadores que se anticipan a las demandas del mercado, lo cual nos hace una entidad muy avanzada tecnológicamente y de amplia experiencia y formación, sobradamente preparada para los retos del futuro, con independencia de tener que superar, por supuesto, las dificultades implícitas en todo lo rompedor y novedoso.

El emprendurismo, una labor tan difícil como gratificante

En sus inicios, HL Energía fue concebida como empresa familiar; no obstante, y aun cuando mis dos hijas, Eva y Katia, ostentan cargos directivos, desde el punto de vista empresarial hemos procurado eliminar el espíritu familiar. Ambas están plenamente integradas en un organigrama totalmente profesional. El apego hacia el sustento de cada día y la valoración de la labor social que realiza un empresario son sentimientos difíciles de describir, y por muy poco observador que uno sea, enseguida se percata de que la actividad que desarrolla incide de forma crucial en el progreso de la sociedad, en su economía y bienestar. Es, sin duda, una labor muy gratificante, pese a los quebraderos de cabeza y sinsabores que acarrea.

Responsabilidad de las empresas con su plantilla y la sociedad

Las dos cualidades que más valoro en un empresario son la honradez y la constancia, y entiendo que su actividad debe asentarse en cuatro principios fundamentales: delimitar claramente sus objetivos y obligaciones; hacer las previsiones con la mayor cautela y seguimiento; mantener un equilibrio estable en las actuaciones y, finalmente, llevar a cabo un ordenado, minucioso y permanente control de todas las funciones. No debemos obviar que la labor del empresario conlleva un altísimo grado de responsabilidad, y que cualquier decisión adoptada incide sobre toda la arquitectura empresarial, teniendo en cuenta que la empresa es el modus vivendi de los que configuran su organigrama y que está encaminada a obtener lo que la sociedad demanda, bien sea un servicio, un producto o una asistencia.

Con control eficaz, buena organización y comunicación fluida se evita el conflicto laboral

Una empresa la forman todos y cada uno de los miembros de su plantilla; de ahí que al empresario no le agraden los cambios de personal. La estabilidad y el entendimiento entre ambas partes es un beneficio para las dos. El desequilibrio es, con frecuencia, la causa del hundimiento de una compañía, algo que se puede evitar con una buena organización, una comunicación fluida y un control eficaz.

Un equipo profesional con iniciativa es esencial para el éxito de una compañía

El volumen de la plantilla debe dar perfecta cobertura a los requerimientos de la compañía, y, si un exceso de empleados ralentiza el proceso productivo y frena el espíritu de trabajo, la carencia de personal aun es peor, pues imposibilita la ejecución de las metas ambicionadas. En consecuencia, tan primordial es que el empresario tenga una conciencia muy clara y equilibrada de sus objetivos, obligaciones y previsiones, como que el trabajador se sienta plenamente implicado en el proceso empresarial, ya que un buen equipo profesional con iniciativa es indispensable para lograr el éxito de la empresa.

Sacrificio, paciencia y sensantez

La política agresiva y de desunión que practican determinados países, la falta de sensibilidad hacia los más débiles, la desintegración moral de la clase política, la especulación y el creciente paro crean inseguridad, desconfianza y temor en el mundo empresarial. Ante tal situación, debemos mostrarnos firmes y buscar nuevas vías de creación de mano de obra y bienestar, sabiendo que nuestro futuro pasará por el sacrificio, la paciencia y la sensatez. 

Consecuencias de la globalización

Tradicionalmente, las ansias de poder y la avaricia del capital han sido desmesuradas, mientras que la globalización, que parecía que iba a paliar el desequilibrio económico y social en el mundo, se ha mostrado no solo ineficaz al respecto, sino incluso contraproducente, y es, de hecho, responsable en buena medida de la difícil situación que hoy vive la Eurozona.

En los momentos más adversos, el espíritu de supervivencia humano potencia la inventiva

La crisis es indeseable, y en modo alguno se puede hallar en ella oportunidad; aun así hay que ser positivista, analizar sus causas y confiar en que el espíritu de supervivencia del ser humano suele potenciar la imaginación y la inventiva, especialmente en los momentos más adversos. Al mismo tiempo, el crac económico ha puesto en jaque la idea de que la gran empresa es capaz de cubrir todas las necesidades de la sociedad, mientras que, por el contrario, se ha visto que las pymes son las que generan mayor estabilidad y tienden a conservar al máximo los puestos de trabajo; además, el cierre de una pequeña o mediana empresa tampoco provoca un desequilibrio que perjudique directamente al conjunto de la sociedad.

Construir una sociedad racional, equilibrada y humana

Debemos construir una sociedad racional, equilibrada y humana, acercando la empresa al cliente; hemos de sentirnos protagonistas dentro del sistema, ser conscientes de que ni todos poseemos la misma formación ni tenemos igual capacidad. A las personas nos gusta recibir un trato cálido y próximo, muy alejado del que impera en la actualidad, que nos trata como a máquinas y que no dignifica a nadie.

La crisis es fruto de una construcción artificial del sistema económico, político y social

Consumir por encima de las posibilidades denota falta de sensatez, pero la crisis es responsabilidad de todos: de quienes la propiciaron, de aquellos que siguieron el juego y de los que, teniendo la obligación de controlar y administrar, o no lo hicieron o lo hicieron mal. Esta recesión, como casi todas, es el fruto de una falta de previsión y de control, y el resultado de una construcción artificial del sistema económico, político y social, que precisará de un tiempo prudencial para corregirse.

Impulsar el país mediante estrategias de calado

Más que indagar en las causas que han propiciado el estallido de la crisis actual, lo más urgente es impulsar el país mediante estrategias de calado, que pasen por controlar el mercado financiero y acabar con el fraude fiscal y la economía sumergida, y que pongan fin a la desintegración moral de la sociedad, desmantelando asimismo la burocracia improductiva propiciada por el clientelismo político.