Entrevistada el 01/05/04,
Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Adrover
Algunos lugares parecen reunir un excepcional conjunto de privilegios: buen clima, excelente calidad de vida, abundantes recursos económicos y espíritu acogedor. Así, no es extraño que Palma de Mallorca haya experimentado un notable desarrollo y que su crecimiento, lejos de estancarse, vaya cada día en aumento. Esta situación no está exenta de inconvenientes; exige de sus responsables municipales una atención constante para diseñar las necesidades urbanísticas de una ciudad que no cesa de crecer. Por fortuna para Palma, su alcaldesa tiene plena conciencia de esos deberes.
De Consellera de Governació a Presidenta municipal
Tuve la suerte de empezar en la política activa ocupando un cargo de gran responsabilidad, como Consellera de Gobernación en el gobierno autónomo balear. Accedí al cargo en 1993, sin experiencia previa en la gestión política, aunque ya hacía tiempo que militaba en el Partido Popular, y antes había pertenecido a las filas de la Democracia Cristiana, así que mi interés por la política no era reciente. De todos modos, mi designación fue una arriesgada apuesta personal del Presidente del Govern de les Illes Balears de aquel entonces, Gabriel Canyellas, que es el personaje político que me introdujo en este mundo y al que más admiro, por ser un hombre que ha trabajado duro en la política balear; alguien que con su sensatez y sabiduría me ha dado siempre buenos consejos. A nivel personal debo agradecer también el apoyo de mi marido, una persona discreta y respetuosa con mi trabajo, algo que no siempre entienden los hombres. Sabe suplir mis ausencias y me anima a seguir adelante. En la actualidad encaro mi primera legislatura como alcaldesa de Palma, puesto en el que sustituyo a Joan Fageda, compañero de partido y persona muy querida en la ciudad, que ahora ostenta el cargo de senador.
La política se inicia en los municipios
Creo que es bueno dar los primeros pasos en la gestión pública en el ámbito de la administración local. Los políticos noveles adquieren tablas enfrentándose a los problemas, buscando soluciones, trabajando, hablando con el ciudadano de tú a tú, pisoteando las calles. Algunos, como yo, nos hemos iniciado en otros cargos de responsabilidad fuera del ámbito municipal, pero está claro que somos una excepción en el conjunto del gremio. Sin duda, la gran escuela política de gestión y trato humano es un municipio, donde el contacto directo, el cuerpo a cuerpo, resulta determinante para llevar a cabo una buena labor.
Hay alcaldes incombustibles al paso del tiempo
Esa peculiaridad de la política municipal explica que algunos alcaldes resistan cualquier cambio político y renueven varios mandatos. La clave explicativa de este fenómeno está en que son personas cercanas al pueblo, buenos gestores que intentan mejorar la ciudad y que tratan por igual a todos los colectivos sociales y a todos los ciudadanos, tanto si les han votado como si no. Mi antecesor, Joan Fageda, era buen ejemplo de esta actitud. Si hubiera querido continuar seguramente todavía sería alcalde de Palma, pues forma parte de ese colectivo excepcional de políticos que alcanzan tal grado de integración con la ciudadanía que se les vota incluso al margen de las siglas del partido con el que se presentan a las elecciones.
Apuesta por una ciudad plural
A mi llegada al Ayuntamiento las prioridades eran, y siguen siendo, conseguir una ciudad más cómoda y habitable. Para ello nos conviene mejorar el transporte público, la limpieza de las calles, el grado de seguridad ciudadana, pero también descentralizar los servicios, dotar de todas las infraestructuras necesarias a los barrios, etc. Desde entonces estamos trabajando en base a estos objetivos prioritarios. Entiendo que hay que desarrollar un modelo de ciudad plural, con barrios diferenciados que conserven su carácter propio, pero sin desigualdades en los servicios sociales.
Un verdadero pulmón verde que descongestione la ciudad
Ya están en marcha varios proyectos urbanísticos importantes para la ciudad. Por un lado se está iniciando el soterramiento de las vías del tren y la construcción de una estación subterránea de trenes y autobuses, lo que nos permitirá recuperar un espacio para ocio y zona verde que convertiremos en un gran parque central para la ciudad. Por otro lado, vamos a emprender la construcción de un nuevo palacio de congresos, que creemos que generará una oferta empresarial, comercial y turística complementaria a la que ya de por sí posee Palma. También estamos recuperando la fachada marítima de la ciudad, acción urbanística que redundará en beneficio de los valores turísticos de la localidad, y complemento indispensable para nuestras playas, que aun sin ese telón de fondo gozan de merecido renombre por sus excelentes condiciones. Desde las áreas municipales de Sanidad y de Medio Ambiente se hace un seguimiento constante de las mismas y se incrementan las labores de limpieza durante la época estival. Pero el proyecto más ambicioso de cuantos tenemos entre manos es el de la denominada Cuña Verde, cuyas obras de consolidación de la primera fase ya han empezado, y que consistirá en un verdadero pulmón verde que descongestione la ciudad, y que abarcará desde el paseo marítimo hasta el cinturón de ronda.
Un programa llamado “Palma Habitada”
En Palma existe cierto problema de acceso a la vivienda por el elevado precio del mercado inmobiliario. Para paliar esta situación el Ayuntamiento ha creado la regiduría de la vivienda, cuya misión es facilitar fórmulas de acceso a pisos a un precio reducido para aquellas personas cuyo poder adquisitivo hoy por hoy les impide optar a una vivienda digna no ya de propiedad, sino incluso de alquiler dadas las cifras desorbitadas que se barajan en el mercado local. Se ha desarrollado a tal efecto un programa, llamado “Palma habitada”, por el cual los propietarios de viviendas deshabitadas las ofrecen al Ayuntamiento, quien gestiona su ocupación en régimen de alquiler. Se le garantiza al propietario su conservación y el cobro del alquiler, y al inquilino se le facilita una vivienda digna a bajo precio. Otra iniciativa social es la aplicación de la normativa sobre barreras arquitectónicas más allá de los edificios municipales, para lo cual llevamos a cabo una estrecha colaboración con los comercios de la ciudad incitando y promoviendo la eliminación de dichas barreras.
Buenos servicios sociosanitarios
Palma de Mallorca cuenta con unos servicios sociosanitarios de excelente calidad, y aunque las competencias sanitarias municipales son más bien escasas, procuramos mantener y ampliar en la medida de lo posible los equipamientos de que disponemos. Nuestra ciudad tiene dos hospitales públicos, Son Dureta y Son Llàtzer, y ahora hemos cedido un solar de grandes dimensiones al gobierno autónomo para que se pueda construir un nuevo hospital de referencia. El Ayuntamiento cede gustoso los terrenos necesarios para que todos los barrios de Palma tengan su centro de salud. También gestionamos centros de día para personas mayores y pisos tutelados con servicios comunes, amén de ocuparnos de las guarderías municipales, tenencia y control de animales de compañía, y de organizar en los colegios cursos de nutrición y de prevención de la drogadicción.
La ciudad necesita un crecimiento sostenible
Palma está creciendo a un ritmo extraordinario. El número actual de habitantes es de 380.000, pero esta población de derecho aumenta de forma considerable en los meses de verano, durante los cuales la población de hecho en la ciudad alcanza cifras realmente importantes. Esta situación nos causa algún que otro problema, aunque no es un fenómeno reciente y ya estamos habituados a la afluencia masiva de visitantes en los períodos vacacionales. De todos modos, desde el Ayuntamiento queremos apostar por un crecimiento de población sostenible que sea compatible con el carácter eminentemente turístico de la ciudad. Capital de ocio y de cultura, capital del deporte, ciudad de congresos, de turismo familiar… Palma es una ciudad viva que ofrece la posibilidad de disfrutar de ella cualquier día de la semana y cualquier mes del año.
Ciudad líder en turismo y comercio
En el Ayuntamiento consideramos que la ciudad se distingue en especial por su turismo y su oferta comercial, siendo ambas vertientes la base de su actividad económica. Tenemos un magnífico patrimonio arquitectónico, cuyos máximos exponentes son el castillo de Bellver —único de planta circular de Europa—, el Palau Solleric, la propia Casa Consistorial, la Catedral, el centro histórico, etc., un conjunto de edificios emblemáticos que evidentemente hay que conservar y mimar. En este sentido conviene que las iniciativas privadas vayan de la mano con las ayudas públicas. Palma tiene además excelentes espacios expositivos como la Fundación Pilar y Joan Miró o el recientemente inaugurado Museo de Arte Contemporáneo de Es Baluard. En el campo de los servicios turísticos, nuestra oferta hotelera es satisfactoria. La modernización de la misma hace años que se inició, así que actualmente podemos decir que disponemos de hoteles de gran calidad. Además, para que el turista pueda conocer nuestra ciudad el Ayuntamiento emprende iniciativas como el bus turístico, las visitas guiadas por el centro histórico o el incremento del número de oficinas de información.
Experiencia en la organización de eventos deportivos
En los últimos años la ciudad ha sido escenario de importantes acontecimientos deportivos, lo cual nos ha servido de apoyo para nuestra proyección nacional e internacional. Hemos vivido una Universiada, unas semifinales de la Copa Davis, celebramos eventos náuticos de renombre mundial como la Copa del Rey y el Trofeo Princesa Sofía. Con este bagaje pretendemos también ser subsede olímpica en la candidatura de Madrid para los Juegos Olímpicos del año 2012.
Elevado porcentaje de inmigración
De sobras resulta conocido que la bondad climatológica de la isla, su excelente calidad de vida y las oportunidades económicas de que goza esta tierra han hecho que Mallorca se haya convertido en un importante polo de atracción inmigratoria. Desde tiempo inmemorial, la presencia de personas foráneas constituye un elemento cotidiano, y contribuye a dinamizar nuestra sociedad local. Hace años recibimos la visita masiva de ciudadanos alemanes, muchos de los cuales acabaron fijando su residencia aquí. Se trataba, obviamente, de una inmigración bien distinta de la que se produce ahora, protagonizada en su mayoría por sudamericanos y norteafricanos atraídos por un afán de mejora laboral. Pero en el fondo no somos diferentes de otras ciudades, en Palma vivimos el boom de la inmigración de forma similar a otros territorios del país, y procuramos afrontar este fenómeno de la mejor manera posible e integrarnos todos, unos intentando entender a quienes llegando de otros países nos han elegido para vivir y los inmigrantes haciendo un esfuerzo para adaptarse a nosotros, a nuestra forma de vida y a nuestra manera de ser. Para el Ayuntamiento de Palma y para su alcaldesa, quien vive en Palma es uno más entre nosotros, venga de donde venga.
Intensa relación de Palma con la Familia Real
Sirva como máximo exponente de esa facilidad que ofrece Mallorca a todos sus visitantes para que se sientan cómodos, para que se integren y consideren que éste puede ser también su hogar, la vinculación que mantiene la Familia Real con esta ciudad desde hace muchos años. La ciudad de Palma de Mallorca estará siempre agradecida al Rey don Juan Carlos I y a la Reina doña Sofía por habernos elegido para fijar su residencia de verano. Año tras año la Familia Real nos honra con su presencia, con el amor que sienten por esta tierra —demostrado incluso con la concesión de un ducado—.
El Rey es un gran demócrata
Por otro lado, nuestra gratitud hacia el Rey va más allá del hecho interesado de que nos haya escogido como lugar de veraneo. Gracias a Él los españoles tuvimos una transición tranquila y dejamos atrás los vicios de un régimen totalitario. El Rey es un gran demócrata, su figura aporta estabilidad al Estado y en momentos difíciles como el 23-F o en los trágicos acontecimientos del 11-M, supo estar cerca del pueblo y adoptar las decisiones oportunas. Esa cualidad, la de resultar decisivo en los momentos clave, es la que más lo caracteriza y por la que su reinado costará de ser olvidado. Su figura es respetada y querida porque se lo ha ganado a pulso, y éste es un hecho que, más allá de las ideologías personales, nadie discute. Efectivamente, hoy muchos republicanos admiten la presencia de la monarquía porque la institución recae en don Juan Carlos. De todos modos, estoy segura de que en el futuro el Príncipe Felipe sabrá atraerse esa confianza de los españoles cuando sea el momento de acceder al trono.
Ningún documento legal es intocable
Sobre el debate actual acerca de introducir cambios en nuestras leyes fundamentales del Estado, opino que es un proceso lógico. La Constitución no tiene que ser intocable, los tiempos cambian y las necesidades, derechos y deberes también. Lo demuestran temas como el de la igualdad de sexos en la sucesión dinástica, que será oportuno introducir en el texto. Quizás, incluso, debería haber una ley o normativa que contemplara la revisión de la Constitución cada cierto tiempo, pues me parece razonable adecuarla a la realidad como principal instrumento político que es y debe seguir siendo. En cuanto a modificar o adecuar los estatutos de autonomía, también me muestro favorable. Creo que no hay que tener miedo a los cambios o a las revisiones, siempre que sirvan para mejorar lo que tenemos. Suponen una oportunidad de progreso siempre y cuando se hagan de forma consensuada. Las autonomías en general han evolucionado desde sus inicios, y actualmente se ha reducido la distancia entre las autonomías históricas y las otras, entre las que se encuentra Baleares. Cualquier cambio que a partir de ahora quiera llevarse a cabo debe ser un cambio basado en el consenso que nos permita desarrollar hasta las últimas consecuencias el principio de igualdad y solidaridad entre todas las autonomías.
El Senado necesita cambios
Siempre he admirado a las personas que desde el Congreso o desde el Senado han trabajado y trabajan para mejorar nuestro país. Pero es evidente que el Senado necesita un mayor protagonismo en nuestra vida política y que el peso de sus decisiones sea real y efectivo, de lo contrario continuará siendo una institución vacía de contenido. Hoy por hoy, entiendo que muchas personas, a estas alturas de nuestra democracia, aún desconozcan el papel del Senado, dada la escasa repercusión de sus acuerdos. En aras de recuperar un prestigio ahora mismo deteriorado, su función en la vida política precisa una revisión urgente.
Importancia crucial de las regiones en el marco político europeo
En el marco político europeo, la importancia de las regiones se hace cada vez más patente en detrimento del tradicional centralismo de los Estados. Europa es un proyecto de todos, y en ese ideal comunitario en el que todos estamos embarcados resulta crucial para garantizar su buen funcionamiento que se respeten las diferencias y la idiosincrasia de todas las regiones que la componen. Por lo demás, la defensa del ámbito regional no debe ser identificada sin más como una muestra de antieuropeísmo. Estoy firmemente convencida de que todo lo europeo nos incumbe y nos afecta de forma muy directa. Lo que pasa en Europa pasa en Baleares, lo que se decide en Europa, también se decide en Baleares.