TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

CHRISTIAN ALEXANDER LINDEN

TABACOS EL GUAJIRO
Texto del 12/03/12 .
Fotografía cedida por Christian A. Linden.
 

El aroma, la calidez y el sabor del tabaco están indisolublemente ligados al archipiélago canario, donde cuentan con una industria cigarrera de amplio arraigo. Especializada en cigarros puros, esta empresa es un buen exponente de dicha tradición, y su actual director general resume los problemas de España en su pérdida de imagen y credibilidad política; un diagnóstico avalado por su condición de economista y por su privilegiada visión de doble origen hispanogermano.

Tercera generación al frente de la Industria Tabacos El Guajiro, S.A. (enseña El Guajiro)

La marca El Guajiro data de 1935 y fue adquirida por mi familia en 1947, cuando la compró mi abuelo materno. Bajo su batuta, y ayudado por mi abuela y por muy pocos empleados, la empresa fue durante una dos décadas una fábrica de puros muy modesta. En 1968 mis padres regresaron de Alemania, donde vivían y donde yo nací, y se incorporaron a la empresa, que tomó impulso y fue ganando dimensión hasta 1972, año en que inauguramos la sede que aún ocupamos. En 1978 se jubiló mi abuelo y mis padres asumieron el control de la empresa hasta hace dos años, en que se retiraron. Desde entonces soy yo quien tiene el honor y el privilegio de haber asumido el compromiso de estar al frente.

Fabricación y elaboración mecanizada de cigarros puros

No hacemos cigarrillos; nos dedicamos a la fabricación y elaboración mecanizada de cigarros puros. Durante los 15 primeros años de la historia de la empresa, elaborábamos los puros a mano, pero a partir de la década de los 60 se impuso la mecanización. Comercializamos los puros bajo dos marcas: El Guajiro y Trabucos. La marca El Guajiro es muy apropiada, ya que en Cuba esta palabra designa al agricultor que se dedica al tabaco. Respecto a la marca Trabucos, la teníamos registrada hace años, y en 2004 nos pareció oportuno repescarla para dar nombre al lanzamiento de una nueva línea de producto un poco más económico. La marca y la presentación son muy importantes en una primera instancia, pero lo verdaderamente esencial es la calidad del producto.

Es primordial mantener la tradición usando los mismos tabacos y las mismas ligas y capas

Los cigarros puros El Guajiro representan nuestra gran apuesta, un producto mecanizado de gran calidad. Para mantener la calidad y la personalidad de un puro es primordial la constancia, usar siempre los mismos tabacos, las mismas ligas y las mismas capas a fin de que el puro salga siempre igual. Quien se fuma un Guajiro hoy, la semana que viene quiere fumarse el mismo Guajiro, y dentro de un mes, también. Al fin y al cabo, lo que valora el buen fumador es el sabor de raíz. Por su parte, los puros Trabucos nacieron ante la necesidad actual de satisfacer un nicho de mercado que demandaba un producto más asequible. Ocho años después, y a pesar del advenimiento de la crisis y la pérdida de poder adquisitivo que esta ha conllevado, el balance que podemos realizar de su acogida es muy positivo.

Diecisiete referencias entre El Guajiro y Trabucos

Bajo la denominación de cigarros El Guajiro contamos con varios calibres, que van desde la Breva –que es el más grande– a los Palmeritos –los más pequeños–, pasando por los Palmeros, Especiales, Trompetas, Señoritas y Aromas, hasta un total de catorce referencias, que también incluyen puros aromatizados. La gama de puros Trabucos, en cambio, solo cuenta con tres referencias de concepción muy sencilla: T-10, Minis y Coronas.

La calidad de un puro no se mide por su elaboración a mano o a máquina

Los fabricantes de cigarros de elaboración manual suelen atribuir a sus productos una mayor calidad. Yo, evidentemente, discrepo. Tampoco afirmaré de manera gratuita que el cigarro elaborado de manera mecanizada e industrial tiene más calidad. Sin embargo, sí que es cierto que la apariencia y el acabado formal del puro mecanizado es más constante y más regular. En realidad, lo que le da la calidad a un puro es el tabaco que se usa en su elaboración y la sapiencia a la hora de efectuar la mezcla de tabaco y la liga del cigarro.

Pacto tácito entre los cigarreros grancanarios y tinerfeños de respetar una cierta territorialidad comercial

En Canarias hay diversos fabricantes de cigarros puros, centrados de forma principal en tres de las islas: Gran Canaria, La Palma y Tenerife, que son las de más tradición purera. Aun así, es cierto que la industria canaria del tabaco ha decrecido, ya que hace 40 años en Tenerife había unas 20 o 30 fábricas de puros, y hoy solo quedamos dos. Nuestros mercados naturales son Tenerife, La Palma, Gomera y Hierro aunque, obviamente, también se encuentran nuestros productos en Gran Canaria, si bien hay una especie de reparto natural entre los cigarreros grancanarios y los tinerfeños para respetar una cierta territorialidad comercial.

Ley antimonopolio que permite vender cigarros sin intermediación de los estancos

En la Península solo pueden comprarse cigarros en los estancos, que son concesiones administrativas; incluso los bares y restaurantes que venden puros deben comprarlos previamente a un estanco. En Canarias es totalmente distinto. Tenemos una ley antimonopolio que impide controlar la venta desde estancos y permite vender cigarros en todas partes. Por eso, mientras todo el tabaco que se vende en la Península está controlado hasta la última unidad, no hay datos fidedignos sobre cuántos cigarros se venden en Canarias.

Materia prima de tres continentes

En Canarias sigue cultivándose tabaco, aunque poco. El Cabildo Insular ha realizado algún intento de reactivar este cultivo, pero sin demasiado éxito, ya que los costes laborales en Europa hacen inviable la competencia con terceros países productores de tabaco. Los grandes fabricantes nos encontramos con que no hay suficiente materia prima canaria para abastecer nuestras necesidades. De ahí que el tabaco nos llegue de Cuba, Brasil, la República Dominicana y, en menor medida, de África. Las capas nos llegan de Indonesia. Nuestros cigarros son, pues, muy internacionales.

Exportamos al centro y al este de Europa y algo a América y a Asia

Exportar desde las Canarias es oneroso por un concepto del que no nos podemos abstraer: el coste del transporte. Por barco solo sale a cuenta enviar grandes cantidades, y la vía aérea es muy cara. Sufrimos, pues, un agravio comparativo en cuanto a costes con respecto a nuestros grandes competidores de Bélgica, Holanda y Alemania, que son empresas muy grandes con unos sistemas de producción muy optimizados. Aun así, vendemos a Alemania, Polonia, la República Checa, Austria, Eslovaquia y algo en América y Asia. Siempre se puede vender más, pero estamos contentos de hasta dónde llegamos.

Don Mariano Rajoy, presidente y fumador de puros

Si tuviera la posibilidad de encontrarme con el presidente del Gobierno –y fumador de puros– don Mariano Rajoy, no sabría decirle qué tiene mayor prioridad. Las soluciones a la crisis en España son muy complejas y dudo que haya un aspecto o un ámbito sobre el que se tenga que incidir en especial. Sin entrar a valorar la que se ha aprobado hace poco –de efectos aún desconocidos–, es evidente que hacía falta una reforma laboral. También resulta inaplazable que el Gobierno facilite el acceso al crédito de las empresas y las familias en términos no abusivos.

Ayudar a las empresas que arriesgan, que apuestan por la innovación y la creación de empleo

Sería deseable que el Gobierno, de alguna forma, premiase a las empresas que están apostando por mantener y crear empleo y se modernizan, porque ellas serán la punta de lanza más fiable de la recuperación de la economía nacional. Hablo en nombre de esas empresas, y también de la nuestra, que durante estos años de crisis no sólo no ha destruido empleo sino que ha aumentado su plantilla en un 25% sin ningún tipo de ayuda y afrontando, además, todas las inspecciones y los requerimientos que la Administración ha considerado oportunos.

A caballo entre España y Alemania

No me es fácil opinar acerca de la tutela que está ejerciendo Alemania sobre España. A pesar de vivir aquí desde mi primer año de vida y de ser descendiente de canarios por parte de madre, tengo pasaporte alemán, no español. Mi visión del tema es, pues, bilateral. España es un gran país, sin duda, con mucho potencial; por desgracia, en los últimos años, no ha sabido venderse bien. Un ejemplo lo ilustra: hace un par de semanas el presidente alemán dimitió por un pequeño escándalo crediticio. Era un tema menor, apenas ilegal, aunque sí censurable desde el punto de vista moral. En España, en cambio, nadie dimite, ni siquiera por asuntos graves. Esta diferencia, que parece banal, no lo es, y en el extranjero se tiene en cuenta.

Corrupción, especulación, huelgas y fiesta

España ha perdido credibilidad. No es ningún secreto que los últimos 30 años hemos sido uno de los paraísos de la corrupción política y la especulación en Europa. Como es lógico, la corrupción no es privativa de nuestro país: ninguna nación escapa a sus efectos, pero ser corrupto tiene graves consecuencias en casi todas partes… salvo en España. Luego está, además, la mala fama que sufrimos los países latinos de poco trabajadores y de muy amigos de las huelgas y la fiesta, algo que tampoco hemos sabido desmentir.

Economía sumergida, ¿un dilema?

Otra característica meridional que nos define y grava, junto con Grecia y Portugal, es la economía sumergida, un problema nada baladí porque supone un agravio comparativo respecto a los que sí cumplen sus obligaciones; sin olvidar el dinero que el Estado deja de recaudar por ello. Si ahora es el momento para abordar este tema es otro debate, porque la economía sumergida, en este contexto de crisis aguda, está evitando males sociales mayores.