TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

JOSÉ MARÍA LOINAZ JAIME

GRUPO CRONOS
Texto del 23/11/11 .
Fotografía cedida por José María Loinaz.
 

Redefinir la estructura del Estado, reducir el gasto público, recuperar la cultura del esfuerzo y apostar por el tejido industrial de las pymes facilitando el saneamiento de sus cuentas mediante medidas como la siempre postergada reforma laboral; tal es el camino que hay que seguir, al parecer del responsable de uno de los grupos de distribución de prensa escrita más importantes del país, si queremos ser productivos y reducir las preocupantes cifras de desempleo.

Más allá de la oferta tradicional de distribución editorial

Como Grupo Cronos distribuimos todos los fondos editoriales que se despachan en un quiosco, aunque nuestros productos van más allá de la oferta tradicional. En 2007, tras mi incorporación a la entidad, desde nuestra base de distribución en Madrid nos expandimos comprando distintas compañías distribuidoras de las provincias de Albacete, Cuenca y Toledo. Simultáneamente, creamos un operador logístico para agrupar a todos los grupos logísticos de dichas empresas, que hasta entonces se hallaban dispersos. Además, tenemos toda la distribución de prensa y revistas de la Comunidad de Madrid, donde se encuentra nuestra sede principal.

Vinculados a los grupos Prisa, Vocento, Unedisa y Godó

Llevo ocho años como director general, y veinte trabajando en el sector. Estoy al frente de quinientas personas, a las que hay que añadir un colectivo de 395 repartidores autónomos para los que representamos más del 75% de su facturación. Nuestros accionistas son grupos de prensa. Pertenecemos a los grupos Prisa, Vocento, Unedisa y Godó. En el resto de España están conformados con diferentes participaciones en función de la importancia de los diferentes grupos por áreas.

Una logística dinámica y flexible

Nos rige un sistema piramidal con dos vías de comunicación. Se inicia en el editor, que es quien desarrolla el producto y determina la tirada de cada publicación. Esa tirada se distribuye por provincias o regiones. Esto sucede a diario y es susceptible de ser alterada por cualquier noticia de última hora, por eso las estructuras de distribución deben ser dinámicas, flexibles y estar muy parametrizadas a fin de que que no se produzca ningún fallo en toda la cadena. Una vez que nos transmiten esto a nosotros, a su vez lo transferimos a nuestros puntos de venta y asignamos los productos que debemos entregar a cada uno de ellos. La mercancía, que se empieza a imprimir a las doce de la noche por multimpresión en varios centros a lo largo de todo el país, se lleva con lanzaderas desde los centros de impresión a los centros de distribución, y desde allí se distribuye con repartidores a todos los puntos de venta que exponen los productos.

El denominado flujo inverso

Una vez el punto de venta ha expuesto los productos que reciben, las distribuidoras generamos la documentación para que empiece lo que llamamos el flujo inverso, la distribución inversa, que consiste en que todos aquellos productos que no se consigan vender –ya sean diarios, semanales o mensuales– nos los devuelvan a número matado para proceder a su control mediante una lectura de código de barras. Este control determina lo que hay que abonarles a cada uno y sirve para llevar una estadística de lo que se ha vendido en los diferentes puntos de venta. Estos datos se publican en diversas webs para que puedan consultarlos diariamente los editores, que a su vez reproducen el mismo proceso con el distribuidor local.

Trabajar 362 días al año

Todo este largo circuito descrito sucede 362 días del año entre las 12 y las 6 de la mañana, y cada uno de los actores que intervenimos en él debemos cumplir a rajatabla el horario en cadena. Solo descansamos tres días: el de Navidad, el de Año Nuevo y el Sábado Santo.

Sujetos a las contingencias de la actualidad

Estamos sujetos a cualquier contingencia de la actualidad. Por ejemplo, a un cambio de tirada de un periódico por cualquier noticia de fútbol que pueda producirse al filo de la medianoche. De hecho, cualquier gran noticia, deportiva, política o de información general que se dé en torno a esa hora nos obliga a realizar grandes y rápidos ajustes en nuestra logística para que los diarios puedan estar a la venta a primera hora de la mañana como cualquier otro día, tal y como ocurrió recientemente con el fallecimiento de Steve Jobs, que se confirmó a la una y media de la madrugada, hora española.

Equipo humano de plena confianza

Después de todo lo contado se podría pensar que duermo de día. No es así. Por fortuna, tengo un horario bastante normal, porque tenemos estructurado un equipo con sus responsables de noche, en el que confío plenamente. Aunque alguna vez me han llamado a las dos o a las tres de la madrugada, no suele ser lo habitual.

2.900 puntos de venta que exigen una magnitud logística considerable

Somos una de las pocas compañías que tiene trato directo con el cliente final, que son los puntos de venta. Asimismo, también podemos considerar como clientes nuestros proveedores, los editores. A la hora de cuantificar los clientes que tenemos, la cifra rondaría los 70. En Albacete distribuimos a trescientos quioscos. Si contamos las cuatro compañías de nuestro grupo llegamos a unos 2.900 puntos de venta, incluidos los dos mil de Madrid. Es fácil de entender que distribuir los productos a todos ellos durante 362 días al año demande una magnitud logística considerable: movemos unas trescientas furgonetas directas al día y unas setenta indirectas o auxiliares.

Optimizar tecnológicamente nuestra actividad para lograr beneficios

Nuestro producto deja unos márgenes muy estrechos; por tanto, la manera de hacer negocio es moviendo grandes volúmenes. Para ello es muy importante desarrollar una tecnología que permita conseguir una mayor productividad. Toda nuestra retribución –salvo una pequeña parte– va ligada a la venta. Si la venta va a la baja, la retribución va a la baja; además, los precios son bastante estables, no se incrementan cada año. De ahí que nos veamos obligados a hacer hincapié en concentraciones o innovaciones para alcanzar la rentabilidad que nos exigen los accionistas.

Último eslabón en la cadena de un sector en crisis

Somos un sector en crisis. El formato papel está siendo amenazado por las nuevas tecnologías, lo que es especialmente grave en un país que se encuentra a la cola de Europa en lo que se refiere a índice de lectura. Y ello empeora si se apoyan demasiado los nuevos soportes en detrimento de los de siempre aún vigentes. Ante todo esto, nuestra obligación es buscar alternativas para generar nuevo negocio. Como distribuidores, como último eslabón de la cadena, somos conscientes de que debemos sumar más cosas al canal de distribución, además del producto tradicional. No tengo ninguna duda de que los formatos digitales y el formato impreso acabarán conviviendo cuando todo se estabilice, porque ambos son complementarios. Pero negar que el impacto de las nuevas tecnologías ha sido hasta ahora muy duro sería negar la obviedad.

Si hablara con Mariano Rajoy

Si tuviera ocasión de hablar con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, me centraría en aspectos que están a la orden del día en mi entidad, como la estructura laboral de la compañía, que actualmente se encuentra en proceso de reestructuración y revisión; le hablaría sobre la flexibilidad de las jornadas o sobre la del período vacacional. Le reclamaría, asimismo, que los acuerdos que tomemos en la empresa no estén supeditados a convenios de ámbito superior. No puedo entender por qué Alemania se encuentra en el pleno empleo y aquí rondamos el 20% de paro. O sí puedo entenderlo: porque tienen otro marco laboral. Se impone, pues, una reforma que esté centrada sobre todo en los hábitos de trabajo.

Sanear la economía de las empresas para que puedan invertir

Además de la cuestión de la reforma laboral, hay un problema de liquidez en el sistema. Nosotros, que hemos intentado conseguir líneas de descuento y pólizas de crédito, lo hemos vivido en primera persona. El Gobierno debe legislar con valentía para que las empresas puedan sanear su economía. Porque en tanto en cuanto las compañías no estén saneadas, no serán capaces de invertir; y, si no invierten, será imposible generar un nuevo circuito. Pero hay más medidas que se deberían tomar… La estructura del Estado tiene que definirse y el gasto público tiene que bajar porque el Estado no puede detraer recursos de la actividad privada y, si lo hace, debe destinarlos a la inversión productiva.

Una rentabilidad sostenible y ajustada en el tiempo

Para volver a producir debemos superar varios obstáculos. Por ejemplo, hay países que pagan salarios más altos a los trabajadores y sin embargo el producto final vale menos. Supongo que es porque no hay siete intermediarios en la cadena de producción, como aquí. Por lo tanto, o generamos valor añadido o no podemos competir. También se impone un cambio de cultura, de mentalidad: tenemos que huir de la especulación, de los pelotazos, y apostar por una rentabilidad sostenible y ajustada en el tiempo.

Del pleno empleo a cinco millones de parados

La negación de la crisis fue un error más del gobierno de Zapatero, un Ejecutivo que al principio de su mandato prometió el pleno empleo y que ha acabado acumulando cinco millones de parados. Más gráfico, imposible. Fue un gobierno que tampoco supo adelantarse a la burbuja inmobiliaria que todos los expertos anunciaban, y que ni siquiera ha sabido sentar las bases del nuevo modelo productivo que debe sustituir al de la construcción; por no hablar de las políticas keynesianas de gasto público, como los desastrosos planes E, que nos han endeudado todavía más sin solucionar ningún problema estructural.