FERNANDO SALAZAR RODRÍGUEZ DE MENDARÓZQUETA
FERNANDO SALAZAR RODRÍGUEZ DE MENDARÓZQUETA
TH, 3r VOLUM. El estado de derecho después de 1978

FERNANDO SALAZAR RODRÍGUEZ DE MENDARÓZQUETA. SALAZAR ABOGADOS

Texto del 26/01/2009
Fotografía: QUINTAS FOTOS.

Siempre que exista una demanda ciudadana que sea atendida bajo el imperio de un alto interés democrático, la Constitución está en condiciones de ser modificada, según la opinión de Fernando Salazar. Por otro lado, estima que el objetivo que una educación competente y responsable debe imponerse es universalizar el conjunto de saberes que imparte. Entre ellos se encuentra sin duda la lengua de los distintos pueblos, cuyo fomento contribuye extraordinariamente a aumentar la riqueza de un país.

 

El 23-F: una gran coyuntura para eliminar resabios del pasado

Todos coincidiríamos al resaltar el fallido golpe de Estado del 23-F como un momento culminante del proceso democrático. España supo hacer frente a los resabios militaristas o autoritarios de épocas anteriores y seguir su camino hacia la libertad sin imposiciones dignas de otros períodos históricos. Éramos muchos quienes entendíamos que, para establecer la democracia, había que frenar cualquier postura que respondiera a principios de mando único, y, en cambio, proponer a la sociedad española criterios de libertad de opinión y de pensamiento, los cuales finalmente prevalecieron para el bien de todos.

 

Los tiempos se imponían y Franco era consciente de ello

Opino que no se puede hablar de Estado de Derecho propiamente dicho durante el tardofranquismo. Es verdad que existieron personalidades de talante más liberal ocultas en la trastienda política del momento y que, por fortuna, consiguieron salir a la luz durante la Transición, pues antes carecían de fuerza para imponer las libertades. Entre ellos se hallaban los sindicatos, cuyos intentos por hacerse sentir eran inmediatamente abortados. Pero también es innegable que los tiempos se imponían y Franco mismo era consciente de los cambios radicales que estaban por venir. La mayoría de la sociedad española actuó con lógica para evitar una posible situación de contienda. Los propios políticos, muy juiciosamente, supieron mantener en la sombra los planes frustrados de otros dos golpes de Estado que quisieron atentar en su día contra el establecimiento de las libertades en España.

Reformar la Constitución si la sociedad así lo quiere

La Carta Magna no tiene por qué ser inamovible. Es evidente que los tiempos cambian y que, por el mismo motivo, las instituciones y las reglas del juego democrático son susceptibles de adaptarse a esas coyunturas. Siempre que haya una demanda por parte de la sociedad en este sentido, y que dicho requerimiento se atienda bajo el imperio de un alto interés democrático, la Constitución, a mi juicio, estaría en condiciones de ser modificada.

 

El Derecho constitucional que se estudiaba en la universidad era sesgado

Eran escasos y contados los profesores que se aventuraban a explicar el Derecho desde perspectivas políticas, éticas o morales. Digamos que no se penetraba lo suficiente en él como para poder contrastarlo con los principios jurídicos del Movimiento. Por su parte, el Derecho constitucional que se estudiaba en la universidad era sesgado y, por consiguiente, no daba demasiado pie a opinar sobre el mismo. Se impartía como una asignatura más, sin profundizar en honduras filosóficas al respecto. Pero en la calle sucedía lo contrario; podría decirse que se daba una realidad opuesta, que se traslucía en numerosas manifestaciones públicas, siempre objeto de aborto, que expresaban las inquietudes más vivas y emergentes de la sociedad.

 

Aproximar la administración al ciudadano es fundamental

A efectos de dar mayor capacidad de autogobierno al País Vasco, cuya autoridad autonómica tiene una gran incidencia y vinculación con la ciudadanía, en principio el Estado de las Autonomías siempre va a ser considerado absolutamente positivo. No obstante, cabe decir que la consecución del mayor número de transferencias de competencias posible aún sigue pendiente. Así, aunque todavía deba lograrse un estadio mayor de autonomía, considero que la descentralización ha servido extraordinariamente bien para alcanzar el propósito de aproximar la Administración al administrado, sin duda uno de los fines esenciales de dicho proceso. Siempre que sean consensuadas, deben quedar abiertas las puertas de la mayor autonomía y autogobierno.

 

Universalizar el conocimiento en lugar de localizarlo

Conservar la lengua propia y fomentarla contribuye extraordinariamente a aumentar la riqueza de un país. Por lo mismo, es fundamental que cada ciudadano goce de plena libertad para emplear la lengua que le pertenezca sin cortapisas de ninguna clase. Es importante comprender que en el mantenimiento y fomento del bilingüismo reside una de las mejores bazas para potenciar una lengua. La educación debe imponerse siempre como principal objetivo el globalizar o universalizar todo tipo de saberes. Localizarlos o delimitarlos, esto es, parcelar el conocimiento, es negativo para cualquier persona.

 

Dar un enfoque de carácter empresarial a la Administración de Justicia

Hoy la Administración de Justicia plantea problemas con los que no se contaba años atrás. Aunque se ha incrementado notablemente el número de personal, es un hecho manifiesto que sigue sin ser suficiente. En el País Vasco se ha avanzado mucho también en cuanto a dotación material en los juzgados: contamos con edificios muy bien equipados. Falta aplicar entonces ambas dotaciones correctamente para evitar el agobio y los retrasos que se siguen produciendo. Sería necesario en este sentido instaurar un cierto enfoque de carácter empresarial en la Administración de Justicia. Por otro lado, la movilidad también constituye un handicap que milita en contra de las especializaciones. Todos los profesionales tendemos a especializarnos, pero un cambio de destino viene a frustrar el esfuerzo realizado, pues cada comunidad plantea sus propias exigencias.

 

Legislar con prudencia siendo sensibles a la realidad ciudadana

Actualmente nos encontramos desbordados por la cantidad de normas que se aprueban. Habría que buscar una fórmula para compensar esta situación. Legislar depende, claro está, del exponente ciudadano. Los medios de comunicación ponen de relevancia las necesidades de la sociedad en cada momento, los temas que preocupan a la ciudadanía. Se debe, por consiguiente, tener en cuenta todo ello a la hora de legislar, pero procurando siempre actuar con la frialdad y prudencia correspondientes, aspirando de forma humilde y digna a no equivocarse.

 

Necesidad de un asesoramiento técnico-jurídico

Las leyes se redactan en la mayoría de los casos desde una perspectiva política y no desde una técnica, como debiera ser. Es el riesgo que corre toda legislación. Para mejorar la calidad de nuestras normas, sería menester realizarlas con el asesoramiento intensivo de técnicos juristas, y no dejarlas exclusivamente en manos de los políticos. Una vez más, la prudencia se impone en la redacción del ordenamiento jurídico para que las leyes establecidas no se vean abocadas a agotarse en sí mismas.

 

La influencia mediática obliga a penalizar más de lo conveniente

Es un hecho constatado que la Ley de Violencia de Género se utiliza una vez bien y tres mal. Se trata de una norma de la que se aprovechan ladinamente muchas personas, poniendo en tela de juicio, con su simple testimonio, las conductas de otros. La influencia mediática, es indudable, obliga en ocasiones a penalizar más de lo conveniente y adecuado. Sin embargo, creo que mientras las leyes estén aprobadas, hay que cumplirlas. Pero siempre, claro está, desde la máxima reflexión posible.

 

Los expedientes de regulación de empleo están a la orden del día

La nueva Ley Concursal permite mayor agilidad que la normativa anterior. En este sentido, es un avance. Pero si bien el procedimiento concursal como tal es correcto, lo que gira alrededor del mismo, esto es, las incidencias de los trabajadores, no se están aplicando con la misma corrección: los expedientes de regulación de empleo están a la orden del día y hay empresas importantes que, aprovechando las desfavorables circunstancias económicas, están tomando medidas para ahorrarse costes a expensas de sus trabajadores.

 

Faltan convencimiento y confianza con relación al arbitraje

La sociedad aún no se ha concienciado profundamente de las virtudes del arbitraje. Se irá imponiendo, pero todavía costará conseguirlo. Aquellos a quienes se les ofrece la posibilidad de hacer uso de este mecanismo delatan su nula convicción al respecto. Sin duda sería una buena manera de desjudicializar muchas cuestiones. Las personas no tienen suficiente conocimiento ni confianza en el arbitraje. Evitar el litigio constituye una práctica habitual dentro de la profesión. Es un principio que todos mantenemos: agotar cuantos medios y medidas estén a nuestro alcance para no ir a juicio. En el despacho, fundamentalmente, me dedico a solventar temas civiles, mercantiles, de propiedad horizontal, contratos, concursos de acreedores, asuntos laborales en general, y me consta que se está intentando potenciar este procedimiento en cuestiones de propiedad horizontal, por ejemplo.

 

Considero que el Príncipe Felipe está preparado para su función de nivelador

La monarquía ha desempeñado un buen papel en nuestro país. Supo aportar la calma y el equilibrio necesarios para que se estabilizara nuestro actual sistema democrático. Me parece justo y positivo que continúe siendo la forma de gobierno en España mientras el pueblo no demande otra distinta. Además, aunque no se aprecia signo externo alguno de que don Juan Carlos pretenda abdicar en su hijo el Príncipe don Felipe, considero que éste se halla bien preparado para ejercer las funciones de nivelador político que, llegado el caso, le correspondería asumir.