GONZALO VIDORRETA LASA
GONZALO VIDORRETA LASA
TH, 3r VOLUM. El estado de derecho después de 1978

GONZALO VIDORRETA LASA

Texto del 21/10/08 .
Fotografía: Foto Indautxu.

Durante cinco años, Gonzalo Vidorreta Lasa ejerció como secretario de la Junta de Gobierno del Ilustre Colegio de Abogados del Señorío de Vizcaya. De esa experiencia, destaca la encomiable labor no retribuida de aquellos que dedican a las juntas muchas horas de forma desinteresada. Por otra parte, subraya la importancia y beneficio que supondría para España el que el Rey don Juan Carlos realizara el loable gesto de abdicar en su hijo Felipe.

Estudiar la Constitución fue un acontecimiento feliz

Conservo un grato recuerdo del período de la Transición. Hubo que modificar y renovar casi todo, una ardua tarea que se fue realizando positivamente gracias al esfuerzo de la mayoría. La verdad es que el proceso era algo muy esperado; se tenía la constante impresión de que las cosas podían mejorar sustancialmente. Para los que estudiábamos la carrera de Derecho, acostumbrados a pensar en la antiguas Leyes Fundamentales del Reino, el paso que suponía adentrase en todo un texto constitucional resultó sin duda emocionante y muy inspirador. Estudié Derecho en la Universidad de Deusto. Recuerdo con gran aprecio al profesor Pablo Lucas Verdú, militante del entonces Partido Socialista Popular (PSP) y feliz desde luego por el cariz que estaban tomando los acontecimientos.

 

Adecuar el texto constitucional si es necesario

Es necesario adecuar la Carta Magna cada vez que la realidad así lo imponga. No pueden contemplarse temores reverenciales al respecto. Es un texto que puede modificarse y no pasará nada grave si se hace. El pueblo español ha sabido dar la talla en numerosas ocasiones de su historia reciente y ha demostrado estar perfectamente maduro desde un punto de vista político para afrontar cualquier tipo de cambio. Más aun: creo que sería perjudicial intentar mantener cerrada a cal y canto la Constitución, podría dar la sensación de que ya todo está determinado, que no cabe evolucionar democráticamente. Ha transcurrido un tiempo más que prudente desde que se redactó y no debemos dejarnos llevar por la inercia. Hay que pedirles a los políticos la valentía de acometer esta modificación, pero lo cierto es que muchos de ellos no viven la realidad como lo hacemos el resto. Acaso piensen que gran parte de la sociedad no está preparada para ello, lo que sería un gran error.

 

Un gran esfuerzo para modernizar la Justicia

La Justicia en España sigue siendo víctima de su propia parálisis, pero es cierto que ha mejorado bastante en los últimos años. El Gobierno del País Vasco ha realizado una inversión importante en infraestructuras. Contamos con grandes edificios y medios materiales avanzados. Aun así los retrasos se siguen produciendo. Pudiera ser finalmente una cuestión de seguimiento de la oficina judicial. Quizás sea necesario un mayor control de la productividad para atajar de algún modo la demora que padecemos. Aunque cueste creerlo, hay juzgados malditos que soportan años de atraso y cuyo magistrado al cargo, después de unos meses pugnando infructuosamente por sacar adelante el trabajo, acaba, descorazonado ante la ingente labor que le asalta a diario, por solicitar cuanto antes el traslado. Esta actitud es lógica si pensamos en lo fácil que resulta en una situación semejante cometer errores sancionables que en puridad no deben ser imputables al juez sino al estado en que se encuentra el sistema judicial. Existe la figura del magistrado de apoyo, pero se está revelando insatisfactoria. De ordinario hay juzgados con jueces sustitutos, lo que evidencia trabajo de sobra por atender. Creo, en definitiva, que debe hacerse un esfuerzo notable para modernizar el sistema.

 

Todo lo que no es noticia no existe

No parece probable que los políticos se decidan formalmente a mejorar la Justicia. Hay que predicar con el ejemplo, y nuestra actual clase política dista mucho de ser ejemplar en muchos sentidos. Tristemente, vivimos en una época en la que todo lo que no es noticia no existe. Antes los jueces mantenían una sólida y rigurosa actitud al margen de cualquier tipo de publicidad. Hoy, a causa sobre todo de la influencia de los medios en la sociedad, es más difícil situarse en un segundo plano y trabajar sin presiones coyunturales ajenas a la propia Justicia.

 

Los magistrados del Consejo General del Poder Judicial deben ser nombrados por los jueces

Nunca hay que cejar en el empeño de defender la independencia de los miembros del Consejo General del Poder Judicial. Los magistrados han de ser nombrados por los propios jueces; hay que lograr que éstos realicen su labor del modo más concienzudo posible y que procuren olvidarse de los programas políticos. No creo que hacer vitalicios los puestos en el Consejo sea una verdadera solución al problema. Sólo si hubiese modo de evaluar la integridad de un juez, sería un método ventajoso. Vuelve a ser una cuestión de cuotas de poder, y la perpetuidad suele traer de la mano la comodidad. Nada peor para cualquier función social que caer en un estado acomodaticio.

 

Un alto porcentaje del pueblo vasco votó en contra de la Constitución

Algunos recuerdan siempre que un buen tanto por ciento del pueblo vasco votó en contra de la Constitución. Opino que todo se reduce a la situación política: entonces gran parte de la población pensó que el texto constitucional era insuficiente, pero hoy se aprecia que fue un punto de partida para ir mejorando. Hay también quienes afirman que ya están todas las transferencias hechas; no obstante, existen aún bastantes competencias que le son debidas al País Vasco y que se van admitiendo en función de que el Gobierno central se vea obligado a ello por situaciones puntuales, lo cual es reconocer que efectivamente se encontraban pendientes de materializar. Convendría afrontar la ampliación del marco estatutario. Que las cosas funcionen bien redunda en beneficio de todos.

 

Fue necesario desarrollar el Estado de las Autonomías

En cuanto al Estado de las Autonomías, estimo que en su día se hizo lo que se tenía –y podía– hacer. Era necesario para el conjunto de la sociedad y creo que, por lo mismo, no hay objeciones que hacer al proceso de descentralización. Es distinto trabajar para algo tuyo que para algo que, queramos o no, se siente con mayor distancia. Ver cada día el fruto de tus esfuerzo ayuda a seguir trabajando, y así acontece cuando te sacrificas por tu propia comunidad.

 

Carece de sentido que el Senado sea una réplica del Congreso de los Diputados

Sería positiva una participación más activa del Senado en lo tocante a competencias e intereses de las comunidades autónomas. Carece de sentido que siga desempeñando el papel de inútil réplica del Congreso, cuando podría acometer otras funciones.

 

Empleo político del Tribunal Constitucional

La clase política se aprovecha del modo en que está conformado el Tribunal Constitucional para intentar solucionar a través de él algunos problemas que ciertamente no le competen. El resultado que se produce es el colapso del Tribunal con casos políticos, en detrimento de los casos particulares de los ciudadanos.

 

No se legisla en función de las necesidades de la sociedad

En principio suena coherente, que no provechoso, que a través de la normativa los partidos intenten transmitir a la ciudadanía sus respectivas ideologías. Pero ello provoca una cascada de leyes variopintas y de modificaciones irrelevantes que acaban por confundir a los abogados, fundamentalmente por la costumbre de refundir en un único texto normas concernientes a materias absolutamente diferentes. En definitiva, no se está legislando en función de las necesidades sociales.

 

Recordar el pasado histórico evitando abrir heridas

Me parece bien que se reconozca lo acontecido durante la Guerra Civil y que se dé cierta satisfacción a las personas que así lo requieran. En principio, recordar nuestro pasado histórico no tiene por qué ser negativo, pero siempre procurando no abrir heridas ya hace tiempo cerradas. Bastante traumática fue aquella época como para lanzarse ahora a pormenorizarla, en cuanto a actuaciones puntuales de ambos bandos, sin justificación suficiente.

 

Sería una acción loable que el Rey abdicara a favor del Príncipe Felipe

Aunque mantengo convicciones republicanas, reconozco que la monarquía se ha impuesto en este país gracias sobre todo a afortunadas actuaciones puntuales del Rey don Juan Carlos. Goza, por tanto, del consenso de la mayoría del pueblo español. Cuando algo es plenamente aceptado y contribuye favorablemente al desarrollo de un país, ha de ser siempre bienvenido. Lo importante es que el sistema funcione y que el pueblo se encuentre satisfecho. Por otro lado, sería una acción loable, además de deseable, que el Rey abdicara en favor del Príncipe Felipe cuando aún está en condiciones de seguir y apoyar los primeros pasos de su hijo. Supondría un gesto que sin duda redundaría en beneficio del país y ayudaría a disipar algunas dudas que existen sobre determinadas situaciones.

 

Proteger a los ciudadanos, cometido de los colegios de abogados

Desde 2001 ostento el cargo de secretario del Consejo Vasco de la Abogacía. Me declaro partidario de los colegios profesionales, en concreto de los de abogados. Desde la Administración se pretende eliminarlos, arguyendo que son corporativistas. Por el contrario, siquiera desde un punto de vista estrictamente jurídico, somos sumamente útiles, pues protegemos a los ciudadanos atendiendo sus denuncias, abriendo expedientes, controlando que los honorarios girados se acomoden a los baremos establecidos al efecto y vigilando que la abogacía funcione con honorabilidad. Actuamos, en fin, contra quienes se extralimitan en el ejercicio de la profesión.