Una saga familiar emprendedora de más de 150 años de antigüedad
Mi bisabuelo, casado con la hermana del conde de Egara, fundó la compañía Sala y Badrinas hace 150 años, en los albores de la industria textil catalana. Yo me incorporé a la empresa después de acabar mis estudios de Ingeniería Industrial, lo que me hizo la cuarta generación al frente del negocio familiar. Hoy ya tengo a dos de mis hijos, María José y Joaquim, la quinta generación, fogueándose en la empresa: ella llevando la administración y las finanzas y él, las riendas del Departamento Comercial. Además, mi otra hija, de 14 años, tal vez en un futuro también se incorporará al negocio. A pesar de una historia tan dilatada, la experiencia nos demuestra que cada día hemos de superarnos y empezar de nuevo.
Afrontar las adversidades sin desánimo y con valentía
Entré a formar parte de la empresa familiar coincidiendo con el hundimiento del sector textil, y estuve siete años ayudando a mi padre y a su socio a liquidar nuestra entidad. Tanto mi abuelo como mi padre eran industriales natos, de los que comprometen todo su patrimonio personal y toda su salud en la empresa; por eso su máxima era resistir y resistir. Desgraciadamente, no pudieron imponerse a las circunstancias y Sala y Badrinas tuvo que cerrar. A los 31 años me encontré con dos hijos y en paro. Fue entonces cuando, en vez de desanimarme, con la ayuda de mi padre y de su socio, el señor Sala, monté Finsa con la idea de seguir en el textil pero desde una perspectiva más tecnificada.
Del textil tradicional al tecnificado
En Sala y Badrinas siempre nos habíamos dedicado al mundo textil, fabricando tejido de pañería –para hombre– y lanería –para mujer–. Eran los tiempos en que teníamos mil empleados, cuando asumíamos todo el proceso de fabricación, desde cardar la lana hasta la expedición, pasando por los tintes y los acabados. Como todos los sectores, el textil evoluciona constantemente, y ahora en Finsa nos dedicamos a los tejidos técnicos. Para iniciarnos en ellos, hicimos una ruta por Alemania a fin de ver como se trabajaba el tejido técnico por filtración. Tuvimos la suerte de dar con dos empresas dispuestas a ayudarnos, y así empezamos.
Tejidos concebidos para filtrar
Por tejidos técnicos se entienden los tejidos concebidos para filtrar. Pueden ser sintéticos o metálicos, según la aplicación. Pongo un ejemplo de sus muchas utilidades para que se entienda mejor: una freidora industrial de patatas chips funciona gracias a una banda transportadora metálica que se sumerge en aceite a una temperatura altísima. Si el tejido de dicha banda fuera sintético, no metálico, entraría en ignición. Lo mismo sucede en las bandas transportadoras de los hornos de secado de piezas de la industria del automóvil, que es otro de los sectores para los que trabajamos; o en las de minería. Nuestros tejidos están presentes en muchos sectores, sobre todo en el ámbito de la química.
Estudiamos qué es lo que necesita filtrar el cliente para luego trabajar sobre ello en nuestro laboratorio
La filtración es muy antigua y esencial en buena parte de procesos productivos. Se filtra el aceite de oliva, los aceites industriales, el vino… Incluso se filtran las aguas residuales, separando agua y lodo, etcétera. Todos estos procesos, tan básicos y cotidianos, se hacen con filtros de tejidos técnicos. Y como puede deducirse, se trata siempre de productos hechos a medida. No fabricamos productos estándares, sino que estudiamos qué es lo que necesita filtrar el cliente para luego trabajar sobre ello en nuestro laboratorio. Iniciamos así un proceso que dura dos años de media hasta que el filtro entra en total funcionamiento.
Dos líneas básicas de negocio: Finsa Filtros Industriales y Finsa Arquitectura
Fabricamos tejidos sintéticos para filtración industrial y, en menor medida, tejidos metálicos para construcción. Cuando un cliente nos contacta, no sabemos si necesitará un tejido metálico o uno sintético, por lo que hemos de estar en disposición de poder atenderle en ambas posibilidades. Desde 1991 estamos estratégicamente asociados con GKD, una empresa alemana dedicada exclusivamente a los tejidos metálicos. Gracias a ello, entramos en contacto con el prestigioso arquitecto Dominique Perrault, quien acababa de planear una biblioteca muy innovadora construida con tejidos metálicos. La colaboración con él fue tan exitosa que nació Finsa Arquitectura, cuyos logros más importantes son los parkings de la T-2 del Aeropuerto del Prat y la Caja Mágica de Madrid.
Un revestimiento para edificios aislante, reciclable, limpio y estético
Finsa Arquitectura basa sus proyectos en el revestimiento de fachadas con malla metálica, que funciona como una segunda piel del edificio. Aparte de sus indudables valores estéticos, la malla protege y aísla. Si se instala separada 40 cm del muro cortina, la temperatura del interior desciende 5-6 grados en verano y aumenta 5-6 grados en invierno. Además, es reciclable y se limpia con la lluvia. Fuimos los introductores en España de este tipo de revestimientos, ahora cada vez más extendidos.
Orgullosos de nuestro Departamento de I+D
Nuestro Departamento de I+D está a cargo de una ingeniería textil ayudada por becarios de la Escola d’Enginyers de Terrassa. Es una especialidad tan concreta, que en toda Cataluña solo se forman dos o tres ingenieros textiles al año. En este laboratorio, equipado con varios modelos de filtros piloto, ensayamos las condiciones de filtración de nuestros clientes para optimizar los medios filtrantes de su proceso. También nos es muy útil para desarrollar e investigar nuevos tejidos y distintas fibras para su utilización posterior en la industria.
80% de la producción destinado a la exportación
Hemos basado nuestra internacionalización en el sistema franquiciado. Nosotros suministramos los tejidos y la franquicia los confecciona, los acaba y los entrega a su cliente. En lugar, pues, de establecer sucursales en todas las áreas que nos interesan, nos buscamos un distribuidor, vamos con él a ver a los clientes y le damos apoyo técnico. Hoy exportamos cerca del 80% de nuestra producción. Llegamos a todos los países mineros, excepto a Australia. Y ello ha sido nuestra salvación, porque en España muchas industrias han desaparecido, sobre todo en el sector de la minería.
Récord mundial de profundidad
Nuestras telas han llegado al lugar más profundo de la tierra, una mina de Sudáfrica que alcanza los 4.000 m de profundidad. Cuando drenan una mina, el agua se lleva partículas de mineral, que van a parar a las profundidades. Al cabo del año, son millones de kilos de partículas de mineral valioso. La manera de aprovecharlo siempre había sido bombeándolo hacia arriba y luego filtrándolo para recuperar los sólidos que interesasen. Gracias a los filtros que instalamos en las profundidades, estos sólidos se recuperan ahora de manera mucho más económica, porque ya no es necesario el gasto de energía para bombear.
Toda empresa que obtenga beneficios y se expanda debe ser apoyada y protegida
Aunque facturamos un 20% más en 2011 que en 2010, los bancos no van más allá de mantenernos las líneas del año 2010. Ello, por tanto, está frenando nuestro crecimiento. La falta de crédito es una de las consecuencias de la crisis. Debería hacerse un ranking de pymes que funcionan para no abandonarlas a su suerte. Una empresa que obtiene beneficios y se expande debe ser apoyada y protegida. Y si no lo hacen los bancos de motu propio, que el Gobierno les obligue. Luego, a una escala menor, están los que yo llamo héroes ocultos, empresarios que tienen de veinte a treinta trabajadores, que han hipotecado su casa para invertir en tecnología, que exportan, que son gente discreta, seria y trabajadora pero no tienen ninguna posibilidad de obtener un crédito.
Reforma laboral hecha para acabar con el anquilosamiento de las plantillas
Las empresas no pueden renovar sus plantillas porque prescindir de malos trabajadores antiguos es privativo. Si se abaratara el coste del despido, en lugar del veterano desmotivado que se resiste a renovarse, podríamos contratar a alguien con la mitad de sus años y con ganas de comerse el mundo, con lo que implicaría en aras de la productividad. La nueva reforma laboral se ha hecho para acabar con este anquilosamiento. Veremos cuál será su efectividad real.
Mal momento para combatir la economía sumergida
Con un 25% de paro tiene que haber mucha economía sumergida, de lo contrario la conflictividad social estallaría. Quizá no sea ahora, pues, el momento más oportuno para atajarla, aunque deba ser siempre combatida.
Aquí nadie es responsable
Para mí es mucho más apremiante el tema de la corrupción política, porque, si dispusiéramos de todos los millones que se han apropiado, quizá no tendríamos que andar recortando Estado del bienestar. Mis socios alemanes no entienden lo que sucede aquí, como es que nadie es detenido por este tipo de delitos, como es que nadie asume responsabilidades o siquiera dimite. Es un problema de falta de cultura y sentido cívico y comunitario que me cuesta explicarles.