TH, 2n VOLUM. Rey y alcaldes

SR. JOSÉ LUIS GIMENO FERRER Alcalde de Castellón de la Plana desde 1991.

Texto del 14/10/04,
Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Castellón de la Plana

José Luis Gimeno Ferrer ha contribuido a dar cuerpo a la ambición de los habitantes de su ciudad, el alma de Castellón, convirtiéndola en una urbe moderna y cómoda y en foco de atracción para los visitantes. La mejor muestra de la potenciación de las posibilidades de la ciudad se manifiesta en el distrito marítimo de El Grao, con sus instalaciones dedicadas al tráfico marítimo, el club náutico y la zona lúdica, un compendio de la búsqueda de un horizonte despejado para el desarrollo y la consecución de espacios para el esparcimiento de ciudadanos y forasteros y de expansión urbana equilibrada.

Arquitecto urbanista

Llevo como alcalde de Castellón más de trece años. Mi relación con la vida municipal viene de lejos gracias a mi profesión, pues he sido arquitecto municipal de varias localidades, lo que me ha permitido dirigir planes generales de ordenación urbana, y además he ocupado diversos cargos provinciales y autonómicos relacionados con mi ocupación profesional y centrados alrededor del urbanismo, la vivienda y el transporte. La actividad política la inicié en 1987 al presentarme como candidato independiente a la alcaldía de Castellón por el Partido Popular, representando a la oposición como portavoz del grupo municipal. Al año siguiente ingresé formalmente en el partido. En las elecciones de 1991 logramos alcanzar la victoria, revalidada en los años 1995, 1999 y 2003.

El municipio como escuela política

Ser concejal, y aún más, ser alcalde, de una ciudad donde uno ha nacido o reside es uno de los cargos públicos más satisfactorios; constituye todo un privilegio porque permite el contacto directo con la ciudadanía. Tanto los problemas como los resultados del trabajo se observan de forma casi inmediata, en el día a día. Reconociendo, por consiguiente, que el municipio es la mejor escuela, conviene no exagerar en este punto ya que no es la única, como lo demuestra el hecho de que hasta ahora ningún presidente de Gobierno ha desempeñado antes el cargo de concejal y que presidentes de comunidades autónomas de mucho prestigio tampoco lo han sido.

El alcalde es la persona de confianza de los vecinos

Los alcaldes, sin duda alguna, somos las personas en las que el ciudadano deposita la confianza y la esperanza para la resolución de los problemas y la canalización de sus inquietudes. Hacemos el papel de hombre bueno para el vecino, que sabe que estás a su servicio. Cuando éste tiene alguna preocupación, lo primero que piensa es en su Ayuntamiento, debido a su cercanía; aunque la competencia sobre el problema la tenga otra Administración. En cualquier caso, no podemos ampararnos bajo este argumento, tenemos que actuar, con o sin presupuesto, allegando las soluciones con imaginación para obtener los recursos necesarios. Esto que digo no es una exhibición gratuita de voluntarismo, lo cierto es que en lo últimos 25 años los Ayuntamientos hemos ido por delante de las normas legales y de las transferencias de recursos.

Ampliación del campo de acción de los Ayuntamientos

Es evidente que muchos servicios se prestan mejor a los vecinos desde las instancias municipales y que, por tanto, es preciso reforzar su capacidad. Sin embargo, no me acaba de satisfacer el término “segunda transición” que se emplea para referirse a la potenciación de los Ayuntamientos, lo considero rimbombante; parece más adecuado utilizar el concepto de descentralización, que debe consistir tanto en el aumento de las atribuciones, como en una mayor participación en los ingresos del Estado a la hora de obtener financiación para los servicios que deben atender los entes locales.

Las atenciones en servicios sociales representan la prioridad absoluta para nuestro Ayuntamiento

Durante los últimos años han surgido nuevas necesidades ciudadanas, todo ello fruto de los cambios sociales que se han registrado en Castellón, igual que ha ocurrido en el resto de España. Las atenciones en servicios sociales ho,y representan la prioridad absoluta para nuestro Ayuntamiento. En este ámbito se han alcanzado notables logros, como la creación del Gabinete contra la droga y las acciones dirigidas a la atención de las mujeres maltratadas, la discriminación por razón de sexo, las familias sin recursos y los inmigrantes, sector éste de la población que era inexistente cuando se inició el proceso democrático.

Avance espectacular en distintos sectores

Hace 25 años las carencias de la ciudad eran vastas en materia de infraestructuras y servicios. Los Ayuntamientos democráticos han ido subsanando de forma progresiva esa laguna hasta alcanzar un avance espectacular en distintos sectores. Mejora de la asistencia sanitaria, con nuevos centros de salud y hospitales para resolver el déficit de camas. Atención a la tercera edad mediante la creación de centros de reunión y atención geriátrica. Plan de construcción de nuevos centros escolares. Compromiso con las necesidades de los jóvenes, que se ha traducido por una parte en la promoción de actividades culturales, artísticas, deportivas y lúdicas, y por otra en su participación en los asuntos públicos. Respuesta a las demandas de colectivos especiales como los disminuidos físicos y psíquicos, así como el apoyo a los planes de las Organizaciones no gubernamentales (ONG). En el campo económico se ha dado un fuerte impulso a la industria, el comercio y los servicio, que ha servido para acabar con el paro y para poder absorber mano de obra inmigrante. Incremento de efectivos de la policía local para atender los problemas de inseguridad. Así como el reforzamiento del papel de las asociaciones de vecinos y otras entidades ciudadanas de base.

La transformación urbana

En este apartado de la actividad municipal los resultados se constatan con su mera enunciación. Eliminación de las barreras urbanísticas que cortaban Castellón, como la travesía de la Nacional 340 y la valla del puerto, que ha permitido integrar el recinto portuario en El Grao, dinamizando la oferta lúdica del distrito marítimo. Desarrollo de nuevas unidades urbanísticas que han dado paso a una ciudad más cómoda, amplia y moderna. Integración de los grupos periféricos en el tejido urbano con los equipamientos que éstos requerían. Construcción de nuevos viales para facilitar los desplazamientos urbanos e interurbanos. Mejora de la situación de la Marjalería, dotando de los mismos servicios urbanos a sus vecinos que al resto de ciudadanos, con la pavimentación e iluminación de los caminos y la construcción de un gran colector. Puesta en marcha de aparcamientos subterráneos para paliar la histórica penuria de plazas de aparcamiento. Nuevas zonas verdes y de ocio en diferentes puntos de la ciudad, cuando antes solamente se contaba con el parque de Ribalta. Amplio plan de instalaciones deportivas que, partiendo de cero, actualmente es uno de los más completos de España.

Promoción del patrimonio cultural y de las fiestas populares

En el ámbito cultural hemos desarrollado un ambicioso programa de actividades promovidos directamente por el Ayuntamiento. En colaboración con otras instituciones, también se han abordado importantes proyectos de rehabilitación o construcción. Los frutos más destacados son el teatro Principal, Museo de Bellas Artes, Auditorio-Palacio de Congresos y  el Espai d´Art Contemporani. Por otro lado, se encuentra la expansión de las Fiestas de la Magdalena, cada vez más populares y participativas, lo mismo que Les Festes del Carrer.

Las obras emblemáticas

Son  dos las obras emblemáticas de Castellón a mi acceso a la alcaldía, aunque es cierto que hemos arrimado el hombro para su buen término. La primera es el soterramiento de la vía del ferrocarril que dividía la ciudad, plan que ha permitido la recuperación de las viejas instalaciones de RENFE. La otra, la verdadera apuesta de futuro de la ciudad, es la Universidad, levantada en la mitad del tiempo que inicialmente se había planificado gracias a la eficaz respuesta de la Generalitat Valenciana.

Alto grado de consenso para la reforma del Estatuto de Autonomía

Los Estatutos de Autonomía no se pueden modificar por modificar si no se sabe con exactitud qué es lo que se quiere hacer, pues pueden surgir situaciones complicadas. Hasta el presente, estas modificaciones se han hecho a través de grandes acuerdos, que han sido sustentados por un alto grado de consenso. Sin un respaldo de esas dimensiones, proceder a revisar los Estatutos sería una imprudencia. Esta afirmación, no obsta para que reconozca que todo es mejorable, pero se ha de ir muy poco a poco. Gobernar se vuelve extremadamente difícil si no hay una base amplia que otorgue autoridad moral.

La Constitución Europea significa la voluntad de hacer cosas juntos, como europeos

La nueva Constitución Europea es imprescindible para poder acometer las empresas y los proyectos de rango continental. Se necesita una jurisdicción que rija para todos, con unas mismas reglas. Es la forma de encarar los problemas que plantea la reciente ampliación, sin que la Unión Europea pierda consistencia y capacidad de iniciativa y se transforme en un ente difuso y aletargado, sin capacidad de maniobra por su gigantismo. La Constitución significa la voluntad de hacer las cosas juntos, como europeos que somos. En todo caso, dicho texto fundamental, y esto es una opinión muy personal, debe restringir su radio de acción en todos aquellos asuntos que afectan a la cultura y a las tradiciones de los estados miembros.

El objetivo del Senado es la representación territorial

El Senado debe encaminarse, decididamente, a desempeñar la función de cámara de representación territorial, capacidad que puede ser ejercida efectuando muy pocas modificaciones. Sin duda, el ejemplo a imitar más razonable, es el de todos aquellos países europeos en los que este modelo lleva años funcionando con toda normalidad.

La Familia Real y Castellón

El cariño y la admiración que los castellonenses  sentimos hacia la Familia Real son abrumadores. En las visitas que han realizado a nuestra ciudad, en las que también participó en su día Don Juan, con motivo de las regatas o la inauguración de la Universidad Jaume I, tanto Sus Majestades, Don Juan Carlos y Doña Sofía, como el Príncipe Don Felipe han sido muy bien recibidos y siempre se espera que vuelvan. Cuantas más veces mejor.

Monarquía afianzada en el sentimiento popular

La Monarquía está asociada a la Constitución, que cada día está más afianzada en nuestro país, lo mismo que el sentimiento popular hacia la Corona. El apoyo libre y mayoritario del pueblo español cuando se aprobó la Constitución de 1978, y con ella la Monarquía, no ha hecho más que crecer con el tiempo.

El Rey dirigió modélicamente la Transición

Durante los primeros años de la Transición, como hasta ahora,  Su Majestad Don Juan Carlos hizo lo que tenía que hacer, mantenerse al margen de la lucha partidista y procurar velar por la convivencia entre todos. Cuando gente de distinto signo político muestra su descontento con la posición del Rey, pensando que debería acercarse más a un lado u otro, es precisamente cuando mejor está funcionando la Corona, es decir como la institución neutral que contempla la Constitución. No hay detalle más revelador y significativo que éste. La Transición fue dirigida modélicamente por el Rey y sus asesores. Aunque hay que reconocer la deuda contraída por los españoles con Don Adolfo Suárez, un hombre de gran categoría con unas convicciones muy claras, que sabía que tenía que aproximar España a Europa y que cumplió excelentemente con su cometido. Es preciso puntualizar que tras él estaba Su Majestad, quien tuvo mucho que ver con todo el proceso, empezando por la misma designación de Adolfo Suárez como presidente del Gobierno.

Golpe de Estado del 23-F

El Rey mantuvo con pulso firme el rumbo hacia la democracia en aquellas difíciles horas del 23-F. Su postura tan clara y comprometida con los deseos de libertad de todos los españoles consiguió sofocar el golpe.

La Institución Monárquica ha facilitado la estabilidad política

La imagen que se ha vendido de la República y su significado ha sido siempre muy idílica y contrasta mucho con la experiencia histórica real. Las dos veces que se ha adoptado el régimen republicano en España, ha sido un desastre, menor en el primer caso si se compara con la enorme tragedia que se desató en el segundo. Los hechos son los hechos y es innegable que hasta el momento, y por lo que se percibe de cara al futuro, la Institución Monárquica ha contribuido a resolver los problemas y no a crearlos, facilitando así mismo, la estabilidad política que ha permitido una convivencia como nunca ha habido hasta ahora. Es evidente que el que quiera ser republicano está en su derecho, pero el respaldo a la Constitución y la Monarquía es apabullante, indiscutible.