TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

JOSEP TORRENTS COMAS

TORRENTS RESEARCH
Texto del  21/03/12 .
Fotografía cedida .
 

La innovación basada en optimizar conceptos y productos e internacionalizar empresas estancadas en el mercado nacional es el eje del nuevo proyecto empresarial de un ingeniero industrial que acumula 40 años de experiencia en la dirección de empresas. Librepensador, se posiciona contrario al despido libre, a subvencionar a los sindicatos y a contemporizar con la economía sumergida, mientras que se muestra partidario de nacionalizar parcialmente la banca.

Una vida dedicada a la dirección de empresas

Soy ingeniero industrial de formación y cursé diversos postgrados en alta dirección de empresas en las escuelas de negocios Esade y IESE. Empecé en el mundo empresarial a los 21 años, cuando se me encomendó la dirección industrial de una compañía de transformación de plásticos. Recién salido de la universidad, pasé a tener 170 personas a mi cargo. La experiencia duró siete años y me sirvió, sobre todo, para aprender a dirigir equipos. Mi último proyecto, iniciado el pasado mes de noviembre, lo constituye Torrents Research, una empresa dedicada a la creación y el desarrollo de nuevos conceptos y nuevos productos, cuyas patentes elaboramos y vendemos. Otro de nuestros frentes es auxiliar a las empresas estancadas a reactivarse buscando la apertura a nuevos mercados y ayudándolas a descubrir nuevas posibilidades para sus productos, de manera que innoven, ganen en competitividad y se internacionalicen.

Obtener el máximo potencial de las patentes

Poseer una patente es importante porque un país con patentes es un país con potencial. Pero más importante que tenerlas es moverlas. Por eso, otro de nuestros cometidos es poner en contacto a personas o pequeñas empresas propietarias de patentes, aunque con escasa potencialidad inversora o explotadora, con empresas medianas, más potentes, de aquí o del extranjero, que sean capaces de explotarlas. No solo ponemos a unos y otros en contacto, sino que también los ponemos de acuerdo.

La Asociación Multisectorial de Empresas engloba a las 500 principales firmas exportadoras de España

He sido miembro del comité ejecutivo, vicepresidente y presidente de la Asociación Multisectorial de Empresas (AMEC), organización fundada en 1970 que engloba a las 500 principales firmas exportadoras españolas, entre las que se encuentra Germans Boada, grupo del que fui director general desde 1988 hasta final del 2010. La AMEC es hoy la agrupación de las once asociaciones sectoriales que la componen, y ello le ha dado una gran potencialidad y capacidad de interlocución con las administraciones. Aún permanezco en su junta, y colaboro en cuanto puedo, pero fui su presidente durante dos mandatos –amén de los años de los anteriores cargos– y no me pareció saludable, por la propia dinámica de la entidad, concurrir a un tercero.

Nuestros clientes han venido a nosotros

Torrents Research, a pesar de su breve periplo, cuenta ya con clientes de varios países: cuatro empresas catalanas, una francesa, una vasca, dos brasileñas y una estadounidense. Lo más sorprendente es que hasta ahora no hemos tenido que ir a buscarlas: han venido ellas a nosotros, a pesar de que solo nos habíamos dado a conocer mediante un envío de comunicados a los medios de comunicación más importantes. Es justo decir, sin embargo, que de las cuatro empresas catalanas, tres están integradas en la AMEC, y que acudieron a nosotros al saber que se había creado la empresa.

Una estructura de trabajo muy dinámica

Somos pocos de plantilla, pero contamos, asimismo, con colaboradores freelance, ingenieros especializados en el sector del cliente en cuestión. Normalmente trabajamos con equipos destacados de las empresas. Estipulamos un mínimo de horas de trabajo durante un mes, que se respeta de manera muy estricta; de lo contrario, correríamos el riesgo de renunciar a nuestra propia empresa. Yo me reservo siempre el primer contacto y el seguimiento inicial, por convicción propia pero, también, porque los clientes lo prefieren así.

Ayudamos a empresas estancadas a internacionalizarse

Una empresa atrapada en el mercado nacional y con una caída drástica de ventas reúne todas las condiciones para que la ayudemos, para ser cliente nuestro. Nuestra tarea es darle pistas para cambiar el concepto o la presentación del producto o sugerirle un plan de internacionalización concreto; pero, eso sí, deben desarrollarlo ellos. También podemos presentarles un grupo importante implantado en varios países susceptible de comprarles.

La escasez de grandes empresas lastra nuestra economía

Se habla mucho de fusionar pymes para formar grandes empresas. Es cierto que la escasez de grandes empresas lastra nuestra economía, pero también es cierto que un proceso de fusión solo tiene garantías de funcionar con empresas muy punteras, de tecnología muy avanzada. Roca Corporación, que se ha expandido y ha adquirido muchas empresas extranjeras, se podría fusionar con Standard, la compañía norteamericana líder en su sector; Puig, también se podría fusionar. Pero estoy hablando de Roca y de Puig, y como estas empresas tenemos pocas. La fusión de empresas surge más de la calidad que de la cantidad. Dinamarca, Suecia y Finlandia, que son países pequeños desde el punto de vista demográfico, cuentan con muchas grandes empresas.

Ver lo que se puede imaginar

El empresario catalán y español tiene por lo general una visión limitada. Ve solo lo que se puede ver, pero no tanto lo que se puede imaginar. Es cierto que hemos sabido aprovechar el turismo, pero en realidad el mérito empresarial en este campo se puede relativizar, porque las playas formaban parte de nuestra geografía y solo hemos tenido que construir hoteles junto a ellas y esperar a que el sol siguiera luciendo. Respecto a la construcción, otra de las bases de nuestro anterior modelo económico, me temo que tardará en reactivarse. Parece ser que nos bendecirán con Eurovegas, pero en todo caso supondrá una actividad muy localizada.

Apostar por las empresas de España

Los gobiernos de España, de cualquiera de sus administraciones, no apuestan decididamente por las empresas de aquí. En cambio, se vuelcan con las iniciativas extranjeras, como está sucediendo ahora con Eurovegas. Encima, las pocas excepciones que han hecho al respecto, por ejemplo con la compañía Spanair –porque se consideraba una apuesta estratégica–, han resultado un fracaso porque se plantearon de forma errónea, y ello, probablemente, tendrá como consecuencia que en años venideros nuestros dirigentes condenen todavía más nuestro tejido empresarial al olvido.

No solo exportamos alimentos, sino también maquinaria y bienes de equipo

Todos estamos orgullosos de que se exporten nuestros vinos, cavas o jamones, pero no es tan sabido que los españoles exportamos también maquinaria y bienes de equipo. De hecho, exportamos fábricas completas, en competencia directa con los alemanes e italianos, y creo que es importante divulgarlo, sobre todo en estos momentos en que nos sentimos un poco la Cenicienta de Europa.

Zapatero, Corbacho y el IVA

En unas jornadas del Cercle d’Economia, poco después de la reelección del presidente Zapatero, tuve la oportunidad de preguntarle cuándo y cuánto iba a subir el IVA. Me respondió que no lo subiría. El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, intrigado, me preguntó por qué se lo había preguntado. Le respondí que si lo subía entonces no bajaría el consumo y además ingresaría, y que si lo demoraba, en cambio, con una crisis en ciernes, el consumo caería. Creo que el tiempo me ha dado la razón.

Recortar los sueldos implica empobrecer a los que todavía pueden consumir

Los recortes del gasto público que se están llevando a cabo deberían afectar a los presupuestos, no a los sueldos. Recortar presupuestos tiene sentido a fin de no gastar lo que se gastaba antes. Recortar sueldos, en cambio, no tiene sentido, porque se resiente el consumo. Con cinco millones de parados y millones de mileuristas, no podemos empobrecer a los que aún están en disposición de consumir.

Ni subvenciones a sindicatos ni despido libre

Uno de los problemas más graves que arrastramos como país son los sindicatos. Han engañado a sus afiliados y a la clase trabajadora. Son estructuras concebidas para mantener los privilegios de sus cúpulas apoltronadas, pues muchos de sus dirigentes hace años que no trabajan. No construyen, no proponen, no aportan. Así las cosas, soy partidario de retirarles las subvenciones y de que se nutran solo de las cuotas de sus afiliados. Dicho esto, quiero dejar claro, también, que la reforma laboral no debería haber tendido al despido libre. Se puede favorecer la flexibilidad de las plantillas de manera más mesurada.

La permisividad con la economía sumergida es un cáncer para el país

La economía sumergida no tendría que existir. Es un cáncer para nuestra economía. Se suele argumentar, con una comprensión que a mí me deja perplejo, que en el momento presente es un muro de contención de la conflictividad social. No puedo estar más en desacuerdo. Si de la noche al día el infractor fuera conminado a cumplir sus obligaciones so pena de multas severas, no tengo ninguna duda de que lo haría, porque en este país, hasta que no se demuestre lo contrario, todo el mundo necesita ingresar. Nadie dejaría de trabajar por tener que regularizarse.

Nacionalizar no es un estigma

En este país se han estigmatizado determinadas palabras, como nacionalización. Aludo a ello porque soy partidario de nacionalizar una parte de la banca. Los créditos ICO deberían ser soportados por un banco nacionalizado que compitiera, de alguna manera, con la banca privada. Es inadmisible que el dinero inyectado a la banca siga sin fluir, porque muchas empresas viables pueden acabar desapareciendo.