TH, 2n VOLUM. Rey y alcaldes

SRA. MARÍA DEL PILAR GARCÍA GONZÁLEZ Alcaldesa de Cebreros desde 2001.

Text del 27/07/05,
Fotografía cedida por el Ayuntamiento de Cebreros

Villa histórica asentada en el valle del Alberche, Cebreros ha  modernizado sus infraestructuras y servicios de la mano de su alcaldesa, María del Pilar García González. Sabedora de los valores históricos y paisajísticos del magnífico entorno natural de la localidad que vio nacer a Adolfo Suárez, trabaja desde la concordia vecinal para adecuar su municipio a los retos del presente, apostando por el asentamiento de nueva población y por el aprovechamiento del potencial turístico.

En 1983, el Centro Democrático y Social, liderado por mi primo Adolfo Suárez, propuso que me presentase a las elecciones municipales

Sinceramente, he de decir que entré en política de una manera más bien casual. En 1983, el Centro Democrático y Social, liderado por mi primo Adolfo Suárez, propuso que me presentase a las elecciones municipales. Tanto mi abuelo materno como mi padre y mi tío habían sido alcaldes, por lo que conocía perfectamente las dificultades y sacrificios de la política municipal. No obstante ello, también era consciente de la importancia del buen funcionamiento de las administraciones locales y por ello finalmente acepté, pasando a formar parte de la candidatura. Después de esta primera satisfactoria experiencia política, decidí retomar mis obligaciones personales, y profesionales en Radio Televisión Española, y apartarme de la vida pública; pero las difíciles circunstancias políticas de Cebreros contribuyeron a forzar mi vuelta, encabezando una lista electoral dos legislaturas más tarde, en esta ocasión de la mano del Partido Popular. Después de tres legislaturas en el poder, gobernamos con mayoría absoluta. El balance gestor es más que positivo porque los logros y la modernización de nuestra localidad han sido evidentes, aunque es innegable que todavía queda mucho camino por recorrer en infraestructuras, creación de puestos de trabajo, recuperación del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, etc.

Problemas por la ubicación geopolítica de la localidad

La extensión del municipio es de 136 kilómetros cuadrados y tiene 3.500 habitantes. Los principales sectores económicos son la construcción, los servicios y la agricultura. Para valorar de forma adecuada la ubicación geopolítica de nuestra localidad, debemos tener en cuenta que se localiza en Castilla León,  la Comunidad Autónoma más grande pero menos poblada, y con la partida presupuestaria menor de toda España.

Construcción de un complejo turístico con 3.000 viviendas y campo de golf

La compensación está en la ciertamente privilegiada situación geográfica de Cebreros. Nuestra villa se encuentra en la provincia de Ávila, concretamente en el valle del río Alberche, pero muy próxima a Madrid, lo que la convierte en un lugar ideal para que se instale aquí aquel tipo de población que busque salir de la presión que arrastra la vida cotidiana en la gran ciudad. Por ello, es necesario incentivar las iniciativas empresariales, en especial las turísticas, dada la riqueza paisajística, faunística e histórica de nuestro municipio, a fin de asentar nuevos vecinos de forma estable. Entre estas iniciativas destaca la construcción de un complejo turístico con 3.000 viviendas que además albergará un campo de golf.

Edificaciones tradicionales castellanas rodeadas de un variado y rico ecosistema

El municipio cuenta con numerosos atractivos históricos y naturales. En el entramado urbano, además de ejemplos de edificaciones tradicionales castellanas, se pueden visitar la iglesia Vieja, del siglo XV, la iglesia de Santiago Apóstol, del siglo XVI, cuyos planos fueron concebidos por Alfonso de Covarrubias, con una espléndida nave interior que contiene un imponente retablo del año 1625. Caben destacar además La Picota, el puente de Valsordo y la ermita del mismo nombre. El pueblo está rodeado de un variado y rico ecosistema en el que es posible practicar senderismo, parapente y deportes náuticos en los vecinos embalses de Puente Nuevo y Burguillo.

Camilo José Cela  y Cebreros

Aunque los personajes ilustres vinculados a Cebreros son abundantes, Francisco Albornoz, Marcos Villalba, Fernando Garrido, Alfonso Moreno, etc. Sin duda destacan dos que pertenecen a ámbitos muy distintos: Adolfo Suárez y el Premio Nobel de Literatura Camilo José Cela Trulock, que redactó parcialmente y finalizó su obra más conocida, La colmena, durante sus estancias en Cebreros entre el verano de 1947 y el de 1950. Ya entonces don Camilo era un personaje polémico que suscitaba controversia entre nuestros paisanos. En honor a la verdad, de un lado, hemos de reconocer que Cela siempre se mostró distante y frío en el trato con desconocidos. De otro, las condiciones sociosanitarias de nuestra localidad no eran entonces las más deseables, ausencia de agua corriente en las casas, falta de alcantarillado, etc., y el escritor lo denunciaba explícitamente en sus escritos, denuncia que no siempre agradaba a los residentes.

Adolfo Suárez nació en nuestra localidad y siempre ha mantenido unos lazos muy estrechos con ella

Adolfo Suárez es el personaje más notable vinculado a Cebreros. Nació en nuestra localidad y siempre ha mantenido unos lazos muy estrechos con ella. Su disposición hacia el diálogo con políticos de toda índole y su espíritu de concordia hicieron posible que nuestro país viviese de una forma pacífica el paso a la democracia y que todas las sensibilidades políticas se sintiesen representadas de manera que se produjese una nada fácil reconciliación personal y colectiva. Sin embargo, desde mi punto de vista, su figura ha pasado de una manera más bien discreta por nuestra historia reciente y no ha recibido todos los homenajes que su trayectoria merecía.

La Transición española es obra de un pueblo, el español, y de dos brillantes figuras políticas, su Majestad don Juan Carlos I  y Adolfo Suárez

En mi familia, como en otras muchas, se produjeron pequeñas fricciones personales durante la Guerra Civil y el franquismo posterior porque no todos los miembros poseían las mismas inquietudes políticas. Sin embargo, nuestros mayores nos educaron en el respeto hacia el otro y en el convencimiento de que era necesario enterrar el pasado y mirar hacia el futuro con un talante tolerante y de concordia. Debíamos sumar esfuerzos y no perderlos en vanas controversias. La educación familiar y mis propias inclinaciones individuales explican la enorme ilusión con que viví el período de la Transición democrática. Sin duda, era emocionante percibir el esfuerzo de reconciliación que ambos bandos estaban llevando a cabo para enterrar el pasado reciente y limar asperezas en torno al futuro de nuestro país. Es evidente, además, que la labor llevada a cabo por Adolfo Suárez contribuyó aún más a incrementar mi ilusión y expectativas durante ese momento histórico. Desde mi punto de vista, la Transición española es obra de un pueblo, el español, y de dos brillantes figuras políticas, su Majestad don Juan Carlos I  y Adolfo Suárez.

Los políticos y ciudadanos  deberíamos recordar el espíritu de consenso de la Transición

Considero que la Transición es una de las etapas históricas más interesantes de nuestros cuatrocientos años de historia conjunta. En aquellos momentos, los españoles de diversas sensibilidades y regiones olvidamos nuestras diferencias y nos centramos en lo que pesa más cuantitativa y cualitativamente, nuestras similitudes, nuestro pasado en común y nuestro deseo de convertirnos en un país democrático moderno. Creo que los políticos y ciudadanos españoles actuales deberíamos recordar el espíritu de consenso de aquel período y ponerlo en práctica de nuevo. La actual crispación entre partidos y regiones, ni es fructífera ni crea la atmósfera adecuada para continuar progresando como nación.

La determinación y el firme espíritu democrático de Don Juan Carlos I impidieron que la sublevación del 23-F triunfase

El Rey, desde la calma, la resolución y el carisma, jugó un papel esencial en el proceso democratizador y normalizador de la Transición. Este protagonismo se hizo todavía más evidente en el caso de la intentona golpista del 23 de febrero de 1981. Sin duda, en aquellos momentos fue la determinación y el firme espíritu democrático de Don Juan Carlos I los que impidieron que la sublevación triunfase. Mi trabajo como titular superior de la corporación de Radio Televisión Española me permitió percibir y vivir la tensión de las horas finales del golpe de estado, cuando los estudios de Prado del Rey se encontraban repletos de agentes de las fuerzas especiales, y contribuye a que valore todavía más la valentía y decisión de nuestro Monarca.

El futuro de la Monarquía en las próximas generaciones está más que garantizado

El 23 de febrero de 1981 la Monarquía venció las últimas susceptibilidades que pudiesen existir en torno a esta institución. El pueblo español se dio cuenta del talante democrático y modernizador que contenía y su pretensión de ejercer un papel meramente simbólico en la vida institucional. Creo que en la actualidad la Corona goza del respeto y admiración por parte de los ciudadanos y que su futuro en la próximas generaciones está más que garantizado.