Volumen 14. Biografías relevantes de nuestros empresarios 2023 – Tomo 3

Sr. Mario Camús Martínez y Sr. Jaume Taberner López – Gamo Outdoor

MARIO CAMÚS MARTÍNEZ

Palma

1977

Chief Operating Officer de Gamo Outdoor, S.L.

JAUME TABERNER LÓPEZ

Barcelona

1969

Director comercial de Gamo Outdoor, S.L.

30-3-2023

 

«Si tienes miedo a equivocarte, seguro que no aciertas»: tal es el espíritu, siempre con la mejora continua en el punto de mira, que ha llevado a esta compañía a liderar el mercado mundial de las carabinas de aire comprimido.  La Calidad y la precisión son factores que la firma tiene que garantizar en estas armas que constituyen un hobby y una ilusión, y que se alimentan con los balines que la propia entidad produce, sin descuidar, por supuesto, la seguridad: otra imprescindible clave que ha convertido a esta sociedad en una empresa de total confianza.

 

 

Jaume: «Procura ser tú mismo y alcanzar las metas a través de tu propio esfuerzo»

Soy el mediano de tres hermanos nacidos en Barcelona. Nuestro padre, Joan, procedía de una familia de Maó, mientras que nuestra madre, Rosa, era cántabra. Precisamente en Santander hallo el recuerdo más lejano de mi infancia; y no tanto porque tuviera lugar allá, sino porque lo vinculo a unas vacaciones que, según era habitual, las disfrutábamos junto a nuestra abuela en tierras santanderinas. Por aquel entonces, contaría yo seis o siete años, al regresar de aquel asueto estival y reunirnos con nuestros padres en nuestro hogar en Castelldefels, pude detectar un ambiente enrarecido. Muy pronto descubrí los motivos: mi tío paterno, Pere, con quien me unía una especial relación y que siempre exhibía un carácter especialmente cordial, había fallecido de manera repentina semanas atrás. Nuestros padres habían querido evitar frustrar nuestras vacaciones y decidieron mantener en secreto aquel luctuoso suceso. Entendieron que debían preservarnos de esa fatal circunstancia para que nuestro verano no se viera sacudido por aquella desgracia, en lo que podríamos calificar como una muestra de protección y amor. Especialmente era nuestra madre quien velaba por nosotros, dado que ella se ocupaba del hogar. Y, sin duda, Rosa ha sido una figura muy influyente en mi vida, pues, más allá de haber heredado de ella la condición de zurdo, me transmitió un sinfín de valores positivos y se reveló como la persona más generosa que he conocido nunca. «Intenta vivir con lo que tienes sin envidiar a nadie», me decía. «Procura ser tú mismo y alcanzar las metas a través de tu propio esfuerzo».

 

Mario: Detecté que algo grave ocurría cuando mis padres acudieron a recogerme a la piscina

También en mi madre, Encarna, hallo a una de las personas más influyentes de mi vida. Maestra de E.G.B., se constituyó en referencia, no solo para su único hijo, sino para centenares de alumnos a quienes tuvo la oportunidad de tratar en sus primeros pasos escolares. Si yo era consciente de que, como madre, era extraordinaria, quienes se referían a ella solo lo hacían para dedicarle sentidas palabras de elogio. Me transmitió sólidos valores que me han resultado de gran ayuda para clarificar ideas en todas las situaciones, incluidas las profesionales, pues ella me subrayaba la importancia de anteponer los principios en todo momento para así poder vivir con la conciencia tranquila. Su fallecimiento, en 2011, dejó un insustituible hueco en nuestro entorno familiar, ya que era el pegamento que nos unía. Generosa sin igual, procuraba que sus acciones no perjudicaran a nadie, aun a riesgo de que eso le afectara negativamente a ella. Mi primer recuerdo de infancia me traslada al 23 de febrero de 1981. Aún no había cumplido los cuatro y me encontraba en una piscina de Palma donde estaba aprendiendo a nadar. De repente, vi venir a mis padres, con sus semblantes alarmados y con una toalla en la mano. Algo grave ocurría, pues, al igual que ellos acudían a recogerme urgentemente para abandonar el recinto, lo mismo vi que sucedía con el resto de niños que estaban ahí, que eran recogidos por sus tutores. Minutos después, mientras jugaba en la alfombra de casa, comprobé que mantenían esos rostros preocupados siguiendo desde el sofá el relato del golpe de Estado que se difundía por televisión y que yo no acertaba a entender.

 

Mario: Mi padre defendía que todo cambio constituía una oportunidad y me invitaba a abandonar la zona de confort

Con mi madre mantuve un gran contacto, ya que incluso la tuve esporádicamente como profesora. En esa etapa infantil es cuando los docentes exhiben mayor vocación, pues entraña una gran complejidad guiar a los pequeños en sus inicios académicos. A ella le encantaba, y a menudo repetía que, así, podía marcarles bien el camino; que, de lo contrario, cuando los alumnos son mayores, resulta difícil enderezar a quienes no han crecido de manera adecuada. Se sentía enormemente gratificada por la interacción establecida en el ejercicio de enseñarles a leer, una habilidad decisiva que acaba acompañándonos toda la vida. Pese a su carácter próximo, sabía ejercer su autoridad y zanjaba cualquier desorden en la clase propinando tres secos golpes sobre la mesa con una regla de madera, que lograban transformar la algarabía en un silencio sepulcral. En cambio, con mi padre, Bernardo, coincidíamos menos a causa de sus compromisos laborales. Hombre inquieto, su etapa como detective privado propiciaba rutinas atípicas: horarios intempestivos, que pudiera ausentarse del hogar dos o tres días para atender un caso o, incluso, que apareciera vestido de maneras extravagantes… Por fortuna, consiguió hallar una alternativa profesional más convencional, y que favorecía la conciliación familiar, como visitador médico, una labor que, en aquella época, no reclamaba haber estudiado Medicina. Su talante inquieto le llevaba a cambiar con frecuencia de laboratorios a quienes representar. Defendía que no había que mostrar miedo al cambio, que este constituía una oportunidad, y me invitaba a abandonar la zona de confort. Si tienes miedo a equivocarte, seguro que no aciertas. El derecho a equivocarse existe, pero en la sociedad está muy interiorizado el miedo al fracaso.

 

Jaume: Me estrené laboralmente visitando a vecinos para cobrar los trabajos realizados por mi tío fontanero

Mi padre también exhibía una personalidad inquieta. Trabajaba en el aeropuerto de Barcelona como administrativo, pero eso no le impidió demostrar su espíritu emprendedor, que se materializó cuando puso en marcha un laboratorio fotográfico de revelado en veinticuatro horas. Ese incipiente negocio se vio ampliado más tarde con el despliegue de una red comercial en Mallorca y Menorca, desde donde se enviaban los carretes a la capital catalana para su correspondiente tratamiento, en una época en la que la fotografía digital ni se esperaba y en la que tanto las tecnologías como las comunicaciones distaban mucho de las actuales. Esa coyuntura propició que invirtiéramos fines de semana enteros en Menorca: nosotros, disfrutando de las bondades de la isla, y él, manteniendo reuniones e intentando establecer nuevos clientes. Su mente siempre barruntaba nuevas ideas, más allá de lo que constituía su actividad principal. Todo ello imagino que, de algún modo, alimentó mi vocación profesional, que empezó a cristalizar al matricularme en la Facultad de Económicas. Previamente a mi desembarco en la universidad, no obstante, ya había labrado mis primeras páginas laborales, colaborando en el cobro de facturas con un tío que era fontanero. Él realizaba reparaciones e instalaciones en domicilios del barrio y, al salir de clase, me indicaba a qué vecinos tenía que visitar para que satisficieran los trabajos.

 

Jaume: La incursión en el mercado norteamericano representó el inicio de la importante expansión que adquiriría la compañía

Me incorporé a Gamo hace casi un cuarto de siglo, cuando la compañía seguía pilotada por la familia Casas. Lo hice en condición de freelance, como responsable comercial en Catalunya. Siete años después, asumí la dirección comercial en España, un cometido al que dediqué cerca de cuatro años hasta que me nombraron responsable del mercado ibérico. Otros siete años más tarde se me encomendó tutelar el mercado internacional, quedando bajo mi batuta las atribuciones de marketing y ventas. En la actualidad, soy el director comercial a escala global, habiendo ocupado los distintos peldaños en esa área de negocio específica. La nuestra es una empresa fundada en 1899, inicialmente dedicada al reciclaje del plomo. A mediados del siglo pasado, Antonio Casas, miembro de la segunda generación, decidió darle una nueva vida a dicho metal y orientó la compañía hacia la producción de balines de alta precisión. Poco después, la empresa, que había cambiado su nombre inicial (ACSA, acrónimo de Antonio Casas, Sociedad Anónima) a Industrias el Gamo, S.A., adquirió una patente para fabricar un modelo de carabina en sus propias instalaciones de Sant Boi de Llobregat (Barcelona). La tercera generación familiar, formada por Antonio, Francisco y Juan Carlos, significó la entrada de aire fresco en la entidad, sobre todo por su mayor preparación profesional. El primogénito asumió la dirección de Marketing, mientras el segundo se encargaba de dirigir Operaciones, al tiempo que Juan Carlos emigraba a Estados Unidos con el propósito de asentar su internacionalización. La incursión en el mercado norteamericano representó el inicio de la importante expansión que adquiriría la compañía. Las cifras de negocio se multiplicaron gracias a la demanda hallada en ese país. Pese a que la estructura de la empresa no experimentó una gran transformación, el esfuerzo inversor en tecnología permitió incrementar de manera exponencial la producción para poder atender las necesidades del mercado estadounidense.

 

Mario: Nos hemos ganado el liderato por nuestra inquietud en la mejora continua

La expansión adquirida por la entidad despertó el interés de un grupo inversor madrileño, MCH Private Equity, cuyo músculo financiero permitía acometer nuevos retos. Tras esa operación, ejecutada en 2007, los tres hermanos Casas se mantuvieron como accionistas y continuaron capitaneando la firma, pues eran ellos quienes atesoraban el know how industrial. Seis años más tarde, la empresa era adquirida íntegramente por Bruckman, Rosser, Sherill and Co. (BRS), un fondo de inversión con sede en Nueva York, y encaraba una nueva etapa con un talante distinto: un estilo más americano, más directo, haciendo gala de máxima transparencia. Si en esa segunda etapa la dirección general realizó una magnífica labor, en este nuevo ciclo se está experimentando una mejora incluso más notable. La grandeza de esta compañía es que todos quienes han estado al frente han exhibido una gran capacidad para hacerla crecer. Actualmente, estamos aplicando métodos de trabajo modernos para afrontar las nuevas exigencias del mercado y mirar hacia el futuro con garantías, conservando un liderato que nos hemos ganado a través de décadas de inversión en tecnología y también por nuestra inquietud en la mejora continua. Este éxito que es posible gracias al trabajo en equipo y a la excelente comunión que existe entre todos los departamentos: Operaciones, Finanzas, Comercial, Marketing, I+D+i, Legal… Yo me incorporé a Gamo hace cuatro años. Previamente, tras haber cursado Ingeniería Industrial en Terrassa, estuve como becario en OHL Construcciones para, luego, incorporarme a la empresa Germans Boada, donde, con solo veintitrés años, me convertí en su director más joven, al ponerme al frente de la planta de Santa Oliva (Tarragona), cuya construcción yo mismo piloté y donde permanecí por espacio de diez años.

 

Nuestras carabinas están orientadas a un público que desea practicar la puntería

En la actualidad, Gamo se dedica básicamente a fabricar carabinas de aire comprimido y balines de plomo. A esta actividad se le añade la producción residual de pistolas de aire comprimido y accesorios. El principio que inspira el tipo de carabinas que fabricamos es un cañón abatible que, al accionarlo, habilita la entrada de aire en un pequeño depósito y queda comprimido al recuperar el cañón su posición natural. Ese aire que se libera mediante el gatillo es el que impulsa el balín con el que se alimenta el arma. Estas carabinas están orientadas a un público que simplemente desea practicar la puntería o el tiro, o para adiestrarse si se plantea utilizar posteriormente un arma de fuego. La irrupción de los videojuegos y de otras alternativas de ocio ha provocado que esta noble afición por contrastar la puntería, que reclama una gran frialdad mental para conseguir precisión en el disparo (y en especial de manera repetida), haya quedado un tanto relegada en nuestro país. Aun así, continúa despertando interés y atractivo como opción lúdica. Basta con poner una carabina a disposición de un grupo de amigos, con ocasión de una barbacoa doméstica o de cualquier reunión familiar en un jardín, y retarse a disparar contra unos mondadientes para que todo el mundo se sume a probar su capacidad de acierto. Como entretenimiento, esas carabinas siguen revelándose como un hobby, con el que la gente se divierte, socializa y, al mismo tiempo, logra perfeccionar su nivel de concentración.

 

Aunque constituye un hobby, una carabina no es un juguete

Si bien es la legislación de cada país la que establece en qué tipología de armas se encuadran las carabinas, la española la identifica como un arma de recreo. Se trata de un arma no letal, de venta libre a partir de los dieciséis años y que no exige permiso de armas; pero sí reclama un control respecto a su tenencia, obligándose los propietarios a darse de alta en un censo municipal a fin de que la policía local esté informada de ello. De este modo, las armerías y los puntos de venta tienen que rellenar una ficha del comprador, con sus datos personales y domicilio, que deben facilitar a las autoridades. Aunque constituye un hobby, una carabina no es un juguete; y hay que garantizar unas mínimas medidas de seguridad porque, si bien esa arma no está concebida para disparar a una persona, es cierto que puede lastimarla. También existe la posibilidad de que el propio usuario resulte herido, por un manejo inadecuado o por un fallo de la carabina. Ahí podemos afirmar, no obstante, que nuestro nivel de exigencia es máximo. Si una de nuestras armas cae al suelo, es imposible que se dispare accidentalmente con el seguro activado; e incluso resulta difícil que lo haga si no lo está. Conscientes de que el producto que ponemos en el mercado no puede acusar ni un solo fallo de seguridad, extremamos nuestros controles de calidad. Cada carabina que sale de la planta ha sido testada en la línea de producción por una máquina que verifica el disparo, el gatillo, el recorrido cinemático, la potencia…, todos los parámetros posibles para garantizar que, cuando el usuario extraiga de la caja esa arma, la pueda utilizar sin ningún riesgo. Se trata de un proceso meticuloso e infalible y, si uno de esos parámetros observa una anomalía, esa unidad es retirada de la línea de producción.

 

Un nuevo modelo de carabina PCP que se ha convertido en la más vendida a escala mundial

En nuestro catálogo disponemos de carabinas con tecnologías alternativas, como la PCP (Pre-Charge Pneumatic o aire precomprimido), las cuales facilitan la carga del arma, puesto que es esta una acción que puede resultar más dificultosa al llegar a cierta edad. En este caso, en vez de suministrar la energía mediante el abatimiento del cañón, estas carabinas disponen de una cámara estanca que almacena aire a gran presión y que, de este modo, permite realizar decenas de disparos sin reclamar ese ejercicio continuado de carga. A la comodidad se le une el beneficio de la precisión, a lo que contribuye el menor retroceso que experimenta el arma y la reducción de las vibraciones. Su precio solía ser bastante superior al de una carabina convencional, pero vimos ahí una oportunidad interesante, de manera que desarrollamos un producto innovador para democratizar las carabinas PCP y ponerlas al alcance de todo el mundo. Se dio la paradoja de que, al proponer esta opción al Departamento de Marketing Corporativo, opusieron reticencias porque incorporaba muchos componentes sintéticos: auguraron que no funcionaría. Aun así, pusimos en marcha el proyecto, y el año pasado presentábamos en la feria IWA Outdoor —el certamen líder continental del sector, celebrado en Núremberg (Alemania)— la primera carabina PCP fabricada en España. El resultado fue tan extraordinario que nuestra competencia ahora ha abrazado esta innovación y nos está copiando. Se ha convertido en la carabina más vendida a escala mundial. De hecho, los polímeros se han ido sumando paulatinamente a nuestra industria. Hace casi veinte años, el 85% de nuestras culatas eran de madera. En ese momento, decidimos incorporar este material sintético a la culata del modelo Shadow. Presentamos esa nueva versión a las tiendas y a las centrales de compra, que la desechaban, argumentando que no tendría salida; pero, con el tiempo, los polímeros se han ido imponiendo en las culatas, tanto en las carabinas de aire comprimido como en las armas de fuego. Y es que se trata de un material que pesa menos, algo que los cazadores agradecen, además de ser cómodo, no rayarse, no sufrir deterioro en la intemperie… Hay que dar paso a la innovación y adaptarse a los tiempos. Años atrás, también los televisores o los aparatos de radio eran de madera y fueron siendo sustituidos por otros de plástico, mucho más prácticos.

 

En tecnología, nuestro liderato mundial resulta indiscutible

Otra innovación reside en nuestra tecnología patentada Multishot, que permite indexar o cargar de manera automática hasta diez balines en la carabina, evitando tener que efectuar el ejercicio de la carga manual del balín antes de disparar cada uno de ellos. Esa opción plantea nuevas alternativas de juego, como el reto de quién logra acertar diez mondadientes en el menor tiempo. Hemos conseguido desarrollar esta tecnología y ya hemos alcanzado la tercera generación… mientras nuestros competidores aún no han sido capaces de reaccionar y lanzar un sistema semejante que no infrinja nuestra patente. El grado de seguridad de nuestros productos podemos considerarlo altísimo si nos atenemos al número de reclamaciones recibidas, que se reduce a una cada dos o tres años, y prácticamente limitadas a Estados Unidos y Gran Bretaña, mercados con particularidades propias. Si tenemos en cuenta que nuestra media de producción anual alcanza el medio millón de carabinas, el ratio de incidencias es mínimo. Disponemos de ciento veinte clientes en ochenta y nueve países, lo que significa tener presencia en prácticamente todo el mundo. Hay mercados en los que no entramos por los problemas que plantean, por figurar en una lista negra o por la imposibilidad de realizar acciones comerciales con ellos, como es el caso actualmente de Ucrania o Rusia. Prestamos mucha atención a la información recibida de todos los mercados en los que estamos presentes, a fin de poder atender sus necesidades y adaptarnos a ellas y a su legislación específica. Eso nos permite, incluso, personalizar nuestras carabinas para un determinado país, ajustándolas a unas características que escapan de la producción estándar. No todas las compañías tienen esta capacidad para responder ágilmente a estas inquietudes. En volumen, algún competidor americano suele pisarnos los talones, pero en tecnología nuestro liderato mundial resulta indiscutible.

 

Mario: Quien compra barato, tiene que acudir dos veces al mercado

Siempre hemos mantenido nuestra producción en Sant Boi de Llobregat. Hubo un tiempo en que sufrimos la competencia de algunas empresas que trasladaron sus producciones a China, y beneficiarse de los precios de fabricación en Oriente. Producir en China ahora ya no resulta tan barato. Y, en cualquier caso, la calidad no es equiparable. El refranero popular afirma que, quien compra barato, tiene que acudir dos veces al mercado. Si vas a un bazar a comprar unas pilas, probablemente tengas que reponerlas antes que si optas por unas baterías fiables. Gamo no solo brinda garantía de calidad, sino también de servicio, pues los fabricantes chinos pueden ofrecer una carabina asequible pero difícilmente una pieza de repuesto en caso de surgir un problema con el arma. Hemos visto en otros sectores, como el textil o el automovilístico, que esa dependencia de la producción oriental no es beneficiosa a largo plazo y que, incluso, existe cierta tendencia a recuperar parte de la industria europea. Nuestros balines también los fabricamos en Sant Boi. Esos pequeños proyectiles, en el fondo, entrañan ilusión, porque se trata de generar diversión con esas diminutas piezas de plomo, que presentan distintas características: más pesados, más veloces, orientados a generar un orificio más grande… Incluso hemos llegado a desarrollar para el mercado norteamericano el modelo Zombie Glow In The Dark, que incorpora una punta fosforescente, especial para la práctica del tiro nocturno. Mantenemos asimismo relación con clubes de tiro. En el de Barcelona, ubicado en Montjuïc, disponemos incluso de una galería patrocinada, a modo de escuela, a fin de facilitar el aprendizaje de esta disciplina por parte de las nuevas generaciones. Esta iniciativa constituye una buena cantera para alimentar la afición hacia un deporte en que, dado que existen menos competidores, hay mayores oportunidades para acudir a unos Juegos Olímpicos que con juegos como el fútbol, el tenis o la natación. Ignoro si mi hija, Alba, de ocho años, querrá intentarlo en el futuro. Ella es lo más importante de mi vida, junto a mi esposa, Gemma, a quien le debo su apoyo constante en todas las facetas de mi vida.

 

Jaume: La felicidad es nuestro estado natural

Contamos con un equipo humano de doscientos profesionales, que puede aumentar estacionalmente hasta los doscientos cincuenta. Existe una gran fluidez comunicativa entre departamentos, lo cual favorece nuestra actividad y repercute positivamente en los resultados de la compañía. Forma parte de nuestro ADN el inconformismo secular que define a nuestra empresa y que queda plasmado en la ampliación reciente del Departamento de Proceso y Mejora Continua. Nuestro reto, ahora, reside en hacer frente al dictamen europeo de 2028 que nos obligará a excluir el plomo de los balines. Pero ello no nos asusta, sino que nos estimula, pues ya hemos superado antes importantes desafíos: por ejemplo, la pandemia, donde solo detuvimos la actividad las dos semanas estrictas a las que nos obligaron, pues enseguida, conscientes de la gravedad de la situación, nos organizamos para evitar el contacto entre turnos, de tal modo que, si se detectaba un solo positivo, quedaban confinados únicamente sus compañeros de horario. Esta coyuntura adversa no me impidió mantener mi habitual talante positivo, que me lleva a invitar a mi estimada esposa, Mònica, y a mis hijos, Jaume y Aina, a que se den cuenta de que la felicidad nos rodea, porque tal es nuestro estado natural. Orientados ambos al ámbito de la psicología, suelo subrayarles a Jaume y Aina la necesidad de apoyarse siempre en la valentía y la honradez en todas sus acciones.