Quiero agradecer a Testimonios para la Historia esta iniciativa bibliográfica, que permite poner en valor la industria cosmética. Se trata de una actividad que trasciende el componente frívolo con el que, en ocasiones, se ha pretendido asociarla. Desde Natura Bissé siempre hemos reivindicado el beneficio emocional que aporta el cuidado personal, contribuyendo positivamente a nuestro bienestar y, por tanto, a un indispensable equilibrio en la vida cotidiana.
Fieles a este convencimiento y con la firme voluntad de motivar a las personas a cuidarse más y mejor, hemos concentrado esfuerzos en demostrar, con datos objetivos aportados por la neurociencia, que acudir al spa consigue aumentar el bienestar en prácticamente un 70%. Una prueba más de la vital importancia de que toda persona se regale consciente y voluntariamente un tiempo para cuidarse y buscar su mejor versión.
Es una realidad que más de la mitad de las empresas cosméticas de nuestro país están localizadas en la costa, siendo Cataluña uno de los puntos estratégicos de la industria, concentrando un 40% de ellas. Probablemente tener una fuerte cultura farmacéutica que hoy sigue arraigada en nuestro ADN tenga mucho que ver. Pero hay otro factor que, desde mi punto de vista, explica este fenómeno y es nuestro carácter mediterráneo que influye decisivamente en nuestra forma de entender la belleza y la vida. Un carácter que nos lleva a creer que para verse bien hay que sentirse bien y disfrutar y eso determina una manera de vivir y de cuidarse, de una forma natural y saludable, auténtica y honesta.
Nuestras empresas, en la mayoría de los casos, se dedican a formular, fabricar y distribuir cosmética y son lideradas por empresarios que creemos firmemente en la ciencia y la innovación como pilares de estabilidad y crecimiento. Eso nos lleva a apostar por laboratorios propios y a formar equipos de primer nivel, entre los que destacan los de I+D+i. Un cóctel ganador que tiene como fundamento la búsqueda incesante de excelencia y máxima seguridad y que resulta en cosmética de gran calidad que traspasa fronteras y conquista a las pieles más exigentes del mundo.
Sin duda, pertenecemos a una industria con mucho que ofrecer a una sociedad hiperconectada a la que le cuesta parar. Una industria que, a la vez, afronta grandes retos derivados de un entorno altamente cambiante. Tanto en nuestra empresa como en la asociación Stanpa que presido, somos conscientes de la necesidad de sumar sinergias entre los distintos actores de esta industria para hacer frente a temas centrales como la sostenibilidad. Y así lo haremos. Pero, además, debemos recordar que como empresarios tenemos también el deber de continuar trabajando en un gran legado que trascienda en el tiempo e impacte de forma positiva en las generaciones futuras.
Estoy convencida de que contamos con todos los ingredientes necesarios para hacer frente a todos esos retos y, juntos, dibujar un futuro brillante en el universo del bienestar.