Argelia García Fernández y Àngels Tadeo García
Fotografia cedida
10è VOLUM. Biografies rellevants de les nostres emprenedores

Sras. Argelia García Fernández y Àngels Tadeo García

External Financial Management , ToGrowfy, Economind Consultors, S.L.

Texto del 24/05/2018

La honestidad y el rigor marcan la vida de estas mujeres que un día decidieron unir sus esfuerzos para complementar sus conocimientos, habilidades y experiencias profesionales. Es así como brindan a los clientes un servicio completo de dirección financiera externa profesional para ayudar a las empresas a conseguir sus objetivos de crecimiento. Ahora inician la expansión a través de la fórmula de franquicia, aplicando la «Gestión Económica Inteligente», un enfoque que permite a las compañías disponer de la información completa, fiable y puntual esencial para adoptar decisiones acertadas con el fin de sobrevivir y crecer.

 

Argelia García: Empecé a tomar decisiones desde muy pequeña

Aunque nací en Barcelona, mi primer recuerdo de infancia es el de un aula soleada y alegre del Colegio de las Dominicas de Taradell, un pequeño pueblo de Osona, donde parte de la familia pasamos un año completo por prescripción facultativa, ya que uno de mis hermanos sufría una enfermedad pulmonar. Son recuerdos de sol, nieve, naturaleza y, sobre todo, mucha libertad. A esas hermanas alegres y cariñosas les sucedieron, a nuestra vuelta a Barcelona, unas de distinto estilo, que me regalaron otro tipo de recuerdo, el del día que me colocaron un esparadrapo en la boca por hablar demasiado en clase. Tenía cinco años y ya me había revelado como una conversadora impenitente, lo que no me auguraba un futuro brillante en el contexto de la época. Por ello, mis padres buscaron otras opciones más liberales para mí y me cambiaron de colegio al finalizar el curso. Con el transcurso de los años, me he ido dando cuenta de que mis padres, sin explicaciones y discretamente, intentaron que tuviera el mayor margen de libertad que la sociedad de aquellos momentos podía permitir. Al cumplir los siete años, por ejemplo, cuando la clase entera se preparaba para la primera comunión, yo decidí que no iba a hacerla porque no conseguía creer en lo que me explicaban. Mis padres apoyaron mi decisión. Y es que, algo que puede parecer lógico en la actualidad, entonces era totalmente anómalo. Sin ninguna duda, una de las cosas que marcaron más mi infancia y adolescencia fue la absoluta libertad que mi madre me dio de leer cualquier libro que hubiera en casa, lo que me aportó una curiosa mezcla de aprendizajes. Los libros me han acompañado siempre en todos los momentos de mi vida, tanto en los buenos como en los malos.

En plena Transición, cursando la carrera, días de crecimiento y libertad

He sido una buena estudiante, siempre me ha apasionado aprender, es quizá una de las cosas que más me gusta en la vida. Esa pasión por aprender me ha llevado, y me sigue pasando, a tener múltiples intereses. Así que desde bien pequeña tuve que aprender a tomar decisiones… el tiempo es limitado y es tan importante decidir qué hacer como qué no. Dudé sobre qué carrera cursar. Finalmente, me matriculé en Derecho a propuesta de mi padre. «Aprenderás muchas cosas y te servirá para todo», me dijo. La verdad es que fue una gran experiencia. Disfruté de unos años fantásticos, coincidí con un grupo de gente inteligente y profundamente reflexiva, con quienes compartíamos aquel increíble momento que nos tocaba vivir, en plena Transición. Creo que la sociedad nunca ha vuelto a disfrutar de un nivel de libertad y de ilusión como en aquella época, donde las normas existentes eran caducas y las nuevas estaban por nacer. Teníamos interminables debates sobre temas hasta entonces prohibidos como el divorcio, el aborto, la igualdad de género, la pena de muerte… En ese momento resultaba factible pensar en crear una nueva sociedad, la ilusión era algo que se palpaba en el ambiente. Los profesores también gozaban de una gran libertad, la libertad de cátedra se esgrimía como un derecho largamente reivindicado y las opciones eran múltiples. Cursé muchas asignaturas en catalán, algo totalmente novedoso y muy atractivo porque el número de alumnos en el aula era más reducido y las clases tenían un carácter más próximo y personal. No hace falta decir que ese modelo convivía con profesores que seguían explicando las leyes de principios fundamentales del movimiento… Eran las contradicciones inherentes al momento histórico.

«Que se case con quien quiera»

Mi padre era un feminista convencido, aunque quizá no fuera ni consciente (¿sería porque tenía dos hijas?), pero nos inculcaba algo básico para la igualdad: la necesidad de que fuéramos independientes económicamente. Licenciado en Derecho y funcionario, siempre dio una importancia máxima a que todos estudiáramos. Insistía en decirnos que ese era nuestro trabajo. Hay una anécdota que siempre tengo en la mente… Bajábamos juntos las escaleras de casa y coincidimos con una vecina un tanto quisquillosa que preguntó qué estaba yo estudiando. Al responderle que cursaba Derecho, nos dijo: «Muy bien. A ver si encuentra un buen notario y se casa». No se esperaba la respuesta de mi padre: «Lo que tiene que hacer es ser notaria ella y que se case con quien quiera». En aquella época no resultaba habitual que los padres respaldaran las aspiraciones de sus hijas. Recuerdo varios casos de amigas y compañeras a las que se les restringían sus aspiraciones intelectuales simplemente por ser mujeres, prohibiéndoles estudiar determinadas carreras e incluso ir a la Universidad.

El valor de la verdad y de actuar correctamente

Disfruté de una familia extensa muy numerosa, sobre todo por parte materna, y recuerdo como tema recurrente las historias sobre la guerra y la posguerra. A través de esas historias, que intentaban mantener al margen de los niños (sin mucho éxito, por cierto), ibas tejiendo una idea del pasado reciente que mostraba un mundo muy difícil de entender, donde los eufemismos y los hechos dramáticos se mezclaban con sucesos de excepcional calidad humana. Mis abuelos maternos fueron un matrimonio moderno, de ideologías distintas, pero que se caracterizaron por un profundo respeto mutuo y por dispensarse un extraordinario amor. Mi abuelo, Francisco Fernández, conocido como Pachín, era uno de los quince hermanos de una familia gallega. Era un republicano convencido, que se convirtió en empresario y fue víctima, como tantos otros, de lo que se llamaba «el paseíllo»: fueron a buscarlo para ejecutarlo. Ya de mayor, y como muchos miembros de la familia, hice una ruta por el norte siguiendo la huella de mi abuelo. Nunca olvidaré lo que me dijo una vecina con quien coincidí: «A tu abuelo lo mataron por haber dicho la verdad». El valor de la verdad y de actuar correctamente es algo que siempre me ha marcado. Algo que cuesta la vida tiene que ser muy importante.

Las familias y las personas son lo más importante

Mi abuela, Etelvina Amado, era asturiana. Nacida en una familia rural, las circunstancias le permitieron trasladarse a la ciudad, estudiar, aprender idiomas y convertirse en empresaria. Curiosamente, y a diferencia de su marido, era de talante conservador. Eso no fue un impedimento para ellos. Esa manera de entender la vida produjo algunos efectos curiosos como, por ejemplo, los nombres que ponían a sus hijos. Mientras la abuela imponía nombres de santos, mi abuelo optaba por otros ajenos a la Iglesia. Así, tengo una tía llamada Argentina y comparto nombre con mi madre, Argelia. Yo no conocí a mi abuelo, aunque sí a mi abuela, que era increíblemente amorosa con sus nietos. Todos sus hijos, mis tíos, han cultivado siempre esa idea de que lo que importa son las personas y la familia, y que las ideas son algo que las personas tienen, pero no lo más importante. Creo que eso me ha marcado profundamente. Para mí, la concordia y un buen ambiente donde todo el mundo se sienta incluido son algo esencial.

Del mundo de la abogacía al ámbito empresarial

Después de estudiar Derecho, el camino lógico era ejercer como tal. Y así fue como mi vida profesional empezó trabajando como abogada. No me gustó, descubrí que el mundo judicial estaba muy limitado y me fui interesando por el entorno empresarial. Amplié mis estudios al mundo de las finanzas y me inicié en auditoría externa en Bové Montero, donde aprendí el rigor y los valores de los números bien hechos, poniendo las bases de mi futura carrera profesional. Allí conocí al que sería mi marido y compañero vital, Miquel Carrió. Tengo que agradecer a Josep María Bové, el socio principal de la firma, que confió de forma extraordinaria en mí desde muy pronto. Allí me di cuenta de que trabajar duro y comprometerse tenía recompensa. Decidimos que, siendo pareja, iba a ser complicado trabajar en la misma firma, y los dos hicimos un cambio profesional. Miquel se unió a KPMG y yo me incorporé como auditora interna en una multinacional, Agfa-Gevaert, entonces parte del grupo Bayer. Formar parte del equipo de una multinacional me facilitó una experiencia internacional amplia, interesante y enriquecedora. Trabajé dieciséis años en la compañía, en la que llegué a asumir la máxima responsabilidad del área financiera para España y Portugal, dirigiendo más de treinta personas en distintos países. La evolución del negocio me permitió gestionar absorciones, fusiones, ventas, procesos de reingeniería, hasta llegar a trabajar en una plataforma europea con modernos sistemas informáticos y servicios compartidos. A su vez, también me enfrentó a duras situaciones en el momento en que la empresa se vio impactada por el cambio tecnológico que produce la digitalización. La verdad es que conservo un gran recuerdo de aquella época porque tuve la suerte de contar con grandes compañeros y recursos que me permitieron desarrollarme profesionalmente. Sin embargo, llegó un momento en el que seguir evolucionando ya no era posible. Aunque tuve la oportunidad de asumir la dirección mundial de contabilidad de las fábricas en China, Estados Unidos y Europa, eso me obligaba a viajar permanentemente mientras mi familia tenía que vivir en Bélgica. Una situación que no resultaba una propuesta muy conciliadora para una vida familiar plena.

Superar un cáncer es un máster en el terreno personal

En 2005 me diagnosticaron un cáncer de mama. Durante nueve meses viví lo que cualquier persona familiarizada con la enfermedad conoce: quirófanos, pruebas, quimioterapia y sus efectos secundarios. De la experiencia se aprende, es un máster en el terreno personal, te conoces mejor, reflexionas y te planteas los auténticos valores de la vida. Te das cuenta de lo importantes que son tus recursos personales, los libros, la música, escribir, la actividad física y, por supuesto, tu familia y tus seres queridos. Aprendí a mirar el cielo y a apreciar lo increíblemente bello que es. Cuando hablo de ello con otras personas que han pasado por experiencias similares todas sonríen. Y es que esa capacidad de apreciar las cosas buenas de la vida nace de los momentos adversos. Una vez superado el cáncer, tenía claro que no quería recuperar el frenético ritmo de vida consistente en viajar a menudo a Mechelen, donde se hallaba el Share Service Center de Agfa-Gevaert, tomando el vuelo de las 6.40 y regresando con el de las siete de la tarde. O a Lisboa, Copenhague… Comprar la ropa de mis hijos en el aeropuerto se había convertido en una rutina habitual. Era el momento de efectuar un importante giro en mi vida.

Acercar lo mejor de la Dirección Financiera a las pequeñas y medianas empresas

Así fue como, una vez recuperada, a finales de 2006 fundamos con Miquel External Financial Management. Queríamos hacer llegar lo mejor de lo que habíamos aprendido en nuestras carreras profesionales a las empresas de cualquier dimensión, cuyas áreas de dirección financiera estratégica, control de gestión y contabilidad podían enfocarse al crecimiento de forma más sólida incorporando los métodos y las soluciones de las grandes empresas con un servicio externalizado que permitía que el coste fuera asequible. Así nace el concepto de Dirección Financiera Externa, que hoy está am- pliamente implantado. Poco después de iniciar nuestra actividad profesional vivimos la crisis económica de 2008, una de las más devastadoras. Fue un aprendizaje más duro de lo que hubiéramos esperado, pero realmente fue una escuela impresionante, ya que tuvimos que aprender a poner en valor nuestro trabajo y a conseguir resultados si queríamos sobrevivir. Y así lo hicimos. No dejamos de crecer cada año. Ser consultores de ACCIÓ (agencia catalana para la competitividad de la empresa ) nos ayudó a acceder a un gran número de negocios, lo que nos permitió dinamizar el autoconocimiento de las empresas, ayudándolas a tomar decisiones y a obtener y gestionar recursos de forma rápida y efectiva para lograr su supervivencia y crecimiento. Hoy la empresa tiene su sede en ESADECREAPOLIS, centro de innovación impulsado por ESADE. Fue también durante esa época cuando, llevada por la necesidad imperiosa de comunicar los beneficios de una gestión económica enfocada al crecimiento, y gracias a las facilidades de Libros de Cabecera, escribí Tres preguntas para una gestión económica inteligente, que recoge la esencia de cómo podemos conocer y dirigir nuestra empresa de forma óptima si enfocamos bien la organización económica. A partir de 2014 nos dimos cuenta de que, como asesores financieros, si deseábamos brindar al cliente un servicio completo, debíamos incluir orientación fiscal, mercantil y laboral. Fue así como empezamos a colaborar con ECONOMIND, con cuya socia principal, Àngels Tadeo, siempre hemos compartido los mismos valores de enfoque al cliente, trato exquisito y rigor. Con el paso de los años, la colaboración de Àngels se fue haciendo paulatinamente más estrecha y, con el tiempo, se convertiría en mi socia imprescindible.

Àngels Tadeo: Me descartaron en un proceso de selección por ser mujer

Seguramente estaba predestinada a orientar mi vida profesional a la empresa. En casa lo había respirado desde pequeña. Recuerdo que mi padre, ingeniero y empresario, siempre me explicaba anécdotas de su trabajo. A pesar de mi corta edad, disfrutaba escuchando esas historias en las que me contaba cómo ayudaba a que las empresas optimizaran sus recursos y obtuvieran resultados excelentes. Desde joven ya me percaté de que el mundo empresarial me apasionaba. Y así fue como, prácticamente por inercia, dirigí mis pasos hacia los estudios que me facultaban para ponerme al frente de una compañía, pensando que el día de mañana trabajaría en una multinacional. Me decanté por la rama de las finanzas para, posteriormente, especializarme en el área fiscal. Una vez finalizada mi trayectoria universitaria, inicié mi carrera laboral como adjunta financiera en una empresa del sector del material eléctrico, que acabaría siendo absorbida por BJC. La absorción supuso que prescindieran de mí. Tenía veintiséis años. Empecé a buscar una alternativa profesional y me sometí a varios procesos de selección de personal para puestos análogos al que había ocupado. En uno de ellos, correspondiente a una plaza de dirección financiera de una empresa multinacional, concurrimos tres candidatos en la fase final: dos hombres y yo. A través de la propia firma de selección pude saber que me descartaron por mi condición femenina. Durante la entrevista me preguntaron si quería ser madre y asentí. En la actualidad no se permite indagar sobre aspectos relativos a la maternidad en una entrevista laboral. Entonces, sí. Quedó claro que mi sinceridad a la hora de admitir que, entre mis aspiraciones personales, a largo plazo, se encontraba ser madre actuó absolutamente en mi contra. Salí de aquel despacho muy deprimida, pero determinada a no sufrir ninguna otra injusticia como aquella.

Cuando surge un problema, busco una solución alternativa

Aunque entonces todavía no lo sabía, la resolución de aquel proceso de selección acabó haciéndome un gran favor, porque a raíz de ello tomé la determinación de emprender. Empecé asesorando a un cliente, después incorporando a un segundo y en poco tiempo me convertí en directora financiera externa de un pequeño grupo de empresas. No tenía estructura alguna, pues era yo y mis circunstancias, trasladándome al domicilio social de cada una de las compañías ubicadas en diferentes puntos de Catalunya. Eso me obligaba a recorrer muchos kilómetros al hallarse muy distantes las unas de las otras. En contrapartida, una de las ventajas fue que, siendo dueña de mi propio destino profesional, pude decidir cuándo quería ser madre, sin estar supeditada a lo que dijera nadie, y menos mis superiores. Paradójicamente, los obstáculos, en esta ocasión, me los quiso poner la naturaleza, pues fue entonces cuando descubrí que no podía tener hijos biológicos. Pero era tal mi determinación que, dos minutos después de que el ginecólogo me hubiera comunicado la triste noticia, llamé a mi marido para transmitírsela y anunciarle que, de inmediato, formalizaríamos la solicitud a la Generalitat para iniciar un proceso de adopción. Siempre he actuado así en la vida: cuando surge un problema, busco rápidamente una solución alternativa. Creo que, en esta vida, lo importante es tener claro cuál es tu objetivo y entonces buscar el camino que te lleve a él, aunque este camino no siempre sea ni el más corto ni el más sencillo.

La fiscalidad es la compañera perfecta de las finanzas

Adoptamos dos hijas preciosas, que además constituyeron un punto de inflexión en mi carrera profesional, pues justo entonces di un giro a mi trayectoria profesional. Dejé de centrarme en el ámbito financiero y me orienté a la fiscalidad. Detecté un nicho de mercado y consideré que era el momento oportuno para tomar esa decisión y convertirme en una especialista en la materia. Me formé como especialista en tributación en el Col·legi d’Economistes de Catalunya, busqué un despacho y me postulé para asesorar a las empresas en aspectos fiscales. Se trata de un área que no resulta atractiva para la mayoría de personas. Aunque a pocos empresarios les gusta tener como socio a la Agencia Tributaria, es de suma importancia concienciar a la sociedad de que, para que esta salga adelante y funcionen las políticas de bienestar, se necesita recaudar de forma consciente. Desde mi punto de vista, la fiscalidad es la compañera perfecta de las finanzas, ya que estas requieren un rigor absoluto en la elaboración de presupuestos y en los cierres contables, y para ello deben estar ajustados a unas leyes que, en última instancia, facilitan que dispongamos de dotaciones para disfrutar de una satisfactoria sanidad, una adecuada educación, unas pensiones dignas… Los políticos gestionarán con mayor o menor acierto esos recursos, pero en suma son los que hacen posible el Estado de Bienestar. Como miembro de la Asociación Española de Asesores Fiscales, he tenido la oportunidad de conocer a admirables fiscalistas que, como yo, invierten su tiempo y sus fuerzas en dar a sus clientes las herramientas para optimizar la carga tributaria, siempre dentro de la legalidad y la transparencia.

Argelia García: mi compañero vital, Miquel Carrió

A Àngels la tuvimos muy en cuenta cuando, junto a Miquel Carrió, mi socio y marido, consideramos que nuestra compañía era susceptible de ser franquiciada. Teníamos claro que ella tenía que formar parte de este proceso, que íbamos a arrancar en 2017, creando una nueva sociedad. La vida se interpuso y Miquel fallecía el 1 de septiembre de ese año, inesperadamente, por las complicaciones de una intervención quirúrgica. Todavía me cuesta explicar lo que significa una pérdida así en la vida de cada uno de los miembros de una familia. Recuerdo los días y meses siguientes como un esfuerzo continuo por seguir adelante de la mejor manera y no dejarnos vencer. Tanto mis hijos como yo volvimos a nuestras ocupaciones dispuestos a seguir adelante, echando mano de todos nuestros recursos personales. Acababa de perder a mi compañero vital, mi socio de aventuras personales y profesionales, mi mejor amigo, el padre de mis hijos. Era una persona muy especial, de esas que dejan huella. Siempre estaba allí cuando lo necesitabas. La gente lo apreciaba por su entereza y sus firmes convicciones, se ganaba la confianza de todo el mundo, tanto porque actuaba con honradez como porque era riguroso y metódico. «¿Qué haré ahora yo sin él?», llegó a decirme uno de nuestros principales clientes. Comprometido e implicado como pocos, Miquel era un profesional resolutivo y una persona que brindaba seguridad en cualquier momento y situación, a la vez visionario y siempre ilusionado por los nuevos proyectos. Pese a proceder de una familia clásica, gozaba de un alma aventurera que le permitía sumarse a cualquiera de mis esporádicas locuras. Tras un par de segundos de desconcierto, Miquel reaccionaba con entusiasmo; el mismo entusiasmo que invertía en toda celebración… le encantaba celebrar todas las ocasiones. Es algo que, tras su despedida, mis hijos y yo hemos seguido manteniendo con dedicación.

En apenas un mes ya contamos con varios candidatos como franquiciados

Tras la muerte de Miquel, le pregunté a Àngels si estaba dispuesta a sumarse a ese proyecto. Por prudencia, me pidió veinticuatro horas para reflexionar sobre ello, aunque sé que estaba convencida desde el primer instante, porque entre nosotras siempre había habido una especial sintonía. Así pusimos en marcha ToGrowfy, la marca que habíamos elegido para dar a conocer al mundo nuestro proyecto de Dirección Financiera Externa enfocada al crecimiento. Nuestros respectivos equipos se integraron rápidamente y han sido, y son, determinantes en el éxito del proyecto. Han demostrado tanto compromiso y buen hacer que solo puedo tener palabras de entusiasmo cuando hablo de ellos. Contamos con Top Ten Expansión, consultoría dirigida por Noelia Hurtado y especializada en franquicias, en este proceso laborioso de desembarcar en el mercado con un proyecto de franquicia, desde la evaluación inicial, el proceso de naming, la elaboración del manual de procedimientos, la imagen corporativa, hasta los aspectos legales. El despegue oficial de ToGrowfy lo situamos el pasado mes de abril, cuando asistimos como expositores a Expofranquicia y la presentamos oficialmente. Apenas transcurrido un mes desde el nacimiento de la firma, ya contamos con candidatos interesados en Valencia, Madrid, Barcelona, Girona y Alicante.

Es muy grave que parte de la población no perciba que defraudar es un comportamiento poco solidario

Conocer cómo funciona nuestra empresa y saber cuáles son los puntos clave que generan la rentabilidad de nuestro modelo exige transparencia en la gestión económica. Por eso nuestro servicio requiere de prácticas honestas y claras por parte de las empresas. Un crecimiento sólido se basa también en la reducción de riesgos y, para ello, es importante cumplir la legalidad vigente. Nuestra filosofía de crecimiento empresarial implica analizar, conocer y mejorar los puntos clave de éxito en la generación de rentabilidad, de forma que las empresas produzcan más beneficios para invertir en innovación, remunerar a los equipos y, por supuesto, a la propiedad, así como para generar un impacto social positivo en el entorno, de forma que configure un círculo virtuoso y no un crecimiento especulativo salvaje. Por eso cada vez estamos más comprometidas con filosofías como la que recoge el Capitalismo Consciente, donde los valores, el bienestar y el crecimiento personal forman parte ineludible de las prácticas diarias de las empresas. En nuestro equipo, formado en la actualidad por dieciocho profesionales, uno de los valores irrenunciables reside en la honestidad. Lamentablemente, existen todavía algunos empresarios que la obvian. En una ocasión, tuve que dejar sin iniciar un proyecto tras detectar, en la primera sesión de trabajo, que utilizaban un sistema informático paralelo para defraudar. Lo chocante fue que el cliente se enfadó conmigo, tratándome de ingenua, como si acabara de aterrizar en la profesión. «¡Esto lo hacen todas las empresas!», aseguró. Pero lo cierto es que, afortunadamente, no es así, y un gran número de empresas están comprometidas con las buenas prácticas que incluyen el cumplimiento de la normativa legal.

Queremos crecer y hacer llegar la Dirección Financiera Externa a todas las empresas

Prevemos un crecimiento que, a medio plazo, tiene que permitirnos dis- poner de presencia en todas las ciudades relevantes de España. Tras una primera implantación en todo el país, deseamos iniciar un proceso de internacionalización apoyándonos tanto en nuestra experiencia de trabajar con empresas multinacionales como en aquellos franquiciados más diná- micos. Entendemos que la escalabilidad de nuestro concepto de servicio, asimilable al controlling que se desarrolla de igual modo en Estados Unidos, en el resto de América o (en menor medida) en China, constituye una oportunidad que debemos aprovechar, lo que aconseja una expansión rápida. Latinoamérica se erige en una opción de futuro, pero también lo es Europa. Ya hemos establecido contactos muy interesantes en México que, junto a Uruguay y Chile, se perfila como uno de los países a los que prestaremos inicialmente mayor atención. Los distintos perfiles de nuestra comunidad de franquiciados y la localización de socios locales acabarán de determinar el plan de internacionalización.

«Gestión Económica Inteligente» o cómo adoptar decisiones acertadas

Hemos construido un concepto que ya es un método, al que llamamos la «Gestión Económica Inteligente», que es la que nos permite adoptar decisiones acertadas. Los directivos tienen como misión la supervivencia y el crecimiento de sus empresas, para lo que necesitan tomar decisiones y acertar. Tomar decisiones correctas es imposible si no se dispone de información completa, fiable y a tiempo. Tan importante como saber lo que pasa en una empresa, es establecer una visión de futuro, cuantificarla y saber si lo que estamos haciendo coincide con lo que queríamos hacer. Por eso una Gestión Económica Inteligente requiere tanto disponer de información del presente, cierre mensual, tesorería o rentabilidad segmentada, como del futuro, estableciendo herramientas como el plan estratégico y el presupuesto. Para llegar a ese futuro es importante establecer un plan que incluya los recursos financieros y organizativos necesarios. Todos esos puntos se plantean en Tres preguntas para una gestión económica inteligente, Libros de Cabecera, 2016, de forma accesible para un lector no profesional.

El 70 % de las empresas no superan los cinco años de vida

Ayer mismo tuve una entrevista con un emprendedor que había impulsado su negocio en 2009. Le pregunté por la rentabilidad que estaba obteniendo, y no la podía concretar: solo la intuía. La intuición es una herramienta muy valiosa para tomar decisiones rápidas cuando es necesario, pero no es suficiente. Es más, mejoramos nuestra intuición y podemos tomar mejores decisiones rápidas cuando nos acostumbramos a analizar sistemáticamente la actividad con números bien hechos, verificados e investigados. Ese conocimiento profundo de la realidad nos permite improvisar de forma más acertada cuando solo ese mecanismo es posible. La realidad es que las estadísticas de diversas fuentes establecen que en torno al 70 % de las empresas no superan los cinco años de vida. Los motivos son diversos, pero todos pasan por decisiones erróneas que suelen acaban con la tesorería de la compañía y/o con su generación de margen. Por eso es tan importante disponer de un sistema de seguimiento y monitorización que nos explique de forma clara qué está pasando para, a posteriori, poder compararlo con lo que queríamos que pasara, y así saber de forma rápida qué tenemos que cambiar.

Partners locales en el exterior para brindar una respuesta óptima

A la vez que iniciamos la expansión del modelo de Dirección Financiera Externa, crecemos en el número y la calidad de los servicios que prestamos tanto a nuestros clientes directos como a los de nuestros franquiciados. Un ejemplo es la práctica línea de fiscalidad internacional en la que ha estado trabajando Àngels para atender a nuestros clientes que realizan actividad internacional, cada vez más frecuente, ya sea para determinar la carga impositiva, como para aquellas empresas que desean posicionarse en el extranjero y, tal vez, necesitan saber si es preferible para ellas hacerlo a través de una sucursal, de una filial o de una agencia; o que disponen de personal desplazado a un determinado país y que precisan conocer las peculiaridades de su sistema laboral. En ese sentido, buscamos partners locales en el exterior que nos permitan resolver determinadas necesidades que, en ciertos momentos, los clientes pueden demandarnos para, así, brindarles una respuesta satisfactoria.

Me gusta implicarme con la sociedad civil

Desde hace tres años soy patrona de Fidem, fundación que realiza una gran tarea por la igualdad efectiva de género, especialmente otorgando visibilidad a emprendedoras y empresarias. Creo que todos tenemos la responsabilidad de implicarnos en causas y contribuir poniendo nuestro granito de arena para dejar un mundo mejor. Fidem impulsa, entre otros, el proyecto Copersona, que promueve la igualdad entre hombres y mujeres a través del compromiso y la acción de la sociedad civil. Me siento muy feliz colaborando con Fidem, una organización que, desde el primer momento, me dispensó una enorme calidez y donde prima el trato humano. Asimismo, coopero con la Fundación Ship2B dirigida al emprendimiento social, muy cuidadosa con una política de inclusión de género. El valor de las personas en las organizaciones y el concepto de que estas deben estar al servicio de la sociedad, me hace también sentirme muy cercana al movimiento de Capitalismo Consciente por su filosofía humana de la economía.