Sra. Forcadell
Sra. Forcadell
TH, 8è VOLUM. El Procés, Destacada

SRA. CARME FORCADELL LLUÍS

Presidenta del Parlamento de Catalunya

Text del 16/01/2017

CARME FORCADELL LLUÍS

Barcelona

Aceptó concurrir a elecciones y estar en primera línea política debido a la excepcionalidad del momento. Actualmente, está siendo investigada por hacer cumplir la ley y el reglamento del Parlamento de Catalunya. Lo vive con serenidad y firmeza, con la tranquilidad de haber actuado en conciencia. Aunque se siente muy querida por la gran familia del independentismo, lamenta no poder dedicarle más tiempo a la suya propia. Su vasta cultura y su poder de comunicación contrastan con su sencillez.

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Aprendiendo a ser Presidenta

Me considero una persona normal y corriente que lucha por la libertad de su país. Antes de ser Presidenta del Parlamento de Catalunya, desarrollaba mi carrera profesional en el Departamento de Enseñanza de la Generalitat y dedicaba mis horas libres a trabajar por un país mejor desde el activismo político no profesional. Afortunadamente, en nuestro país hay miles y miles de personas que hacen lo mismo. El asociacionismo y el voluntariado son dos de las grandes riquezas de Catalunya. Cuando estaba en la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC) tenía un papel activista. Ahora, tengo un papel institucional. Estoy aprendiendo a presidir el Parlamento, una responsabilidad que, gracias al personal de la institución, de gran nivel técnico y humano, se me está haciendo más fácil. Las personas aprendemos durante toda la vida, y esta etapa presente es una estación más de ese camino que recorremos.

El mérito es de los ciudadanos y las ciudadanas

Se me suele considerar filóloga, pero en realidad me licencié en Filosofía y en Ciencias de la Comunicación, aunque también hice un máster en Filología Catalana. Además, me gusta mucho leer, y ya desde la facultad se convirtió en una de mis aficiones. Mi salto a la primera línea política se vincula a haber estado en el momento y lugar oportunos en una determinada coyuntura histórica. Si alguien tiene algún mérito en los éxitos de convocatoria de la Assemblea es la ciudadanía, que durante tanto tiempo ha trabajado para impulsar el cambio sociológico que ha hecho posible el proceso independentista. Yo me he limitado a hacer lo que habría hecho cualquiera en mi lugar; y si lo he hecho bien, ha sido por lo mucho que me ha arropado la gente ilusionada de mi entorno.

Un movimiento popular transversal

A instancias de Miquel Strubell, estuve entre las doce primeras personas que formamos la ANC. Strubell es un buen amigo, con el que ya había coincidido en la Plataforma por el Derecho a Decidir, de la que yo era Vicepresidenta, apoyando las consultas por la independencia que se celebraron en todo el país entre los años 2009 y 2011. También coincidimos en la Plataforma por la Lengua. Miquel me expuso que la ANC tenía que ser una organización transversal, y que contaba conmigo para participar en la redacción de un documento que recogiera las diversas sensibilidades ideológicas de la sociedad catalana. Al principio fue muy importante que los cuarenta impulsores no supiéramos quiénes éramos, precisamente por ese propósito de transversalidad. Solamente nos conocimos una vez que el texto fue consensuado y aprobado vía correos electrónicos. Poco tiempo después, ya se habían formado muchos núcleos territoriales. La fuerza de la ANC está en su implantación territorial. Cada barrio de Barcelona tiene su asamblea territorial, también hay una en cada pueblo de cierta entidad, cada capital de comarca y cada ciudad. Y luego, toda esta organización confluye en un Secretariado Nacional.

Dos millones de personas manifestándose

No sé de ninguna otra nación sin Estado que tenga esta base social o que cuente con un movimiento social tan potente como la ANC. Movilizaciones de dos millones de personas en países de siete millones y medio de habitantes es un dato difícil de extrapolar a cualquier otro contexto. Ello se explica porque la reivindicación catalana no es coyuntural, tiene una base histórica centenaria y constantemente renovada. Además, nos beneficiamos de toda la logística que representó la organización de las consultas. No voy a restar importancia, tampoco, a la muy humillante sentencia contra el Estatuto del año 2006, que hizo que muchos ciudadanos llegasen a la conclusión de que no es posible encontrar para Catalunya un marco de respeto y prosperidad dentro del Estado español. El Tribunal Constitucional dejó muy claro que no le importaba que el pueblo catalán hubiera refrendado en las urnas la norma por la que se quería regir: un maltrato sin precedentes en tiempos de democracia.

Ya no tenemos cabida en la Constitución

Una parte significativa de la sociedad catalana ha dejado de ver la Constitución española como un marco aceptable. No olvidemos que es una norma superior que se redactó sin participación ciudadana, a puerta cerrada, con el ruido de sables de fondo. Durante un tiempo en Catalunya se consideró que podía ser una herramienta válida para continuar siendo catalanes dentro del Estado español. Hoy ya no es así, porque se ha visto que el texto, desde el Estado, siempre se interpreta de forma restrictiva y en contra de Catalunya. No olvidemos, además, que el Estatuto que fue impugnado por la sentencia del Constitucional, previamente ya había sido laminado en el Congreso, hecho del que se jactó Alfonso Guerra en términos muy poco respe-tuosos. Una importante parte de la sociedad catalana considera que el Estado español no nos permite ser catalanes. Y tiene la voluntad de constituir un Estado propio.

Muriel Casals era el seny

La muerte de Muriel Casals, Presidenta de Ómnium Cultural, fue muy cruel, tan repentina. Un duro golpe que nos dolió a todos a nivel humano y que ha repercutido en el Procés, porque hoy su liderazgo nos sería muy necesario. Muriel aportaba tranquilidad, inteligencia y compromiso inquebrantable con el país. A ella se le había atribuido el papel del seny o sentido común y a mí, el de la rauxa, su contrario; por eso nos compaginábamos y nos ayudábamos mutuamente a tomar decisiones. Cuando me propusieron como Presidenta del Parlamento, Muriel me dijo que en adelante debíamos intercambiarnos los papeles, porque ahora, a mí, por el cargo, me tocaba encarnar el seny, y a ella, encarnar la rauxa. Apenas tuvimos ocasión de hacerlo, pues murió poco después.

Hacia un nuevo referéndum, esta vez con carácter vinculante

El objetivo ahora es trabajar para celebrar el referéndum y para que los ciudadanos decidan libremente su futuro. Es la única respuesta válida en estos momentos. No tengo ninguna duda de que el referéndum se hará. Y no será una reedición del 9-N, tendrá garantías, podrán hacer campaña tanto los partidarios del «Sí» como los del «No» y, sobre todo, será vinculante, porque el Gobierno catalán se ha comprometido a que sea así.

Quieren poner coto al debate de las ideas

Lo verdaderamente grave de la situación es que se está persiguiendo penalmente el debate de las ideas, la libertad de expresión. No se trata de si hay independencia o no, sino de hasta qué punto hay democracia. Hasta ahora, el Tribunal Constitucional, a instancias del Gobierno español, actuaba una vez el Parlamento catalán había aprobado una ley. Últimamente, se han propuesto que no lleguemos ni a debatir, coartando así la libertad de expresión y la iniciativa de los diputados y las diputadas. Quieren, incluso, que sea la Mesa del Parlamento la que se autocensure. Obviamente, no vamos a abrir la puerta a la censura, va contra la esencia misma del parlamentarismo. Una cámara de representantes en la que no se pueda debatir cualquier tema es ornamental, y no permitiremos que ese sea el destino del Parlamento de Catalunya, que como cualquier otra cámara legislativa del mundo debe acoger todas las inquietudes del país. Si la ley permite que un ciudadano en la calle pueda hablar de independencia, o de cualquier otro asunto, en el Parlamento se debe poder hablar de ello aún con más razón. Para mí el único límite está en el respeto a los Derechos Humanos.

Es el pleno del Parlamento el que decide qué se debate

La investigación que se ha abierto en contra mía como Presidenta del Parlamento de Catalunya, solamente por haber permitido un debate y una votación a petición de dos grupos parlamentarios, refleja que el poder ejecutivo del Estado español está utilizando al poder judicial para frenar al Legislativo, en este caso al poder legislativo del Parlamento catalán. Se me está investigando porque, según el Estado español, yo debería haber impedido lo que autoricé siguiendo lo estipulado por la ley y el reglamento. Dicho en otros términos: según el Gobierno español, yo tendría que haberme extralimitado en mis funciones y haber cometido la ilegalidad de prohibir el debate. Durante la sesión plenaria, la Mesa del Parlamento que presido tiene solo la función de ordenar el debate y dar la palabra. Es el pleno, el órgano supremo del Parlamento, que es soberano, quien decide sobre lo que se debate o no. Esta es la base del funcionamiento parlamentario, aunque ahora el Estado pretenda ignorarlo.

No estamos ante un estadista como David Cameron

Que me investiguen expresa, también, una clamorosa dejación de responsabilidades y una muestra de incapacidad de negociación política por parte del Gobierno español que hace que, de facto, no exista la separación de poderes establecida por Montesquieu más de dos siglos atrás. Es evidente que no estamos ante estadistas del talante democrático de David Cameron, quien sí tuvo la valentía de afrontar el problema y de convocar un referéndum en Escocia.
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President of the Catalan Parliament

Carme Forcadell agreed to stand for the elections and be present in the front line of politics because of the exceptional nature of the moment. She is currently under investigation for enforcing the law and regulations of the Catalan parliament but remains calm and firm, and is convinced that she acted in accordance with her conscience. Although she feels loved by the large family of independent supporters, she wishes she had more time for her own life. Her knowledgeability and power of communication are in contrast with her simplicity.

Learning to be a President

I consider myself an ordinary person who is fighting for the freedom of her country. Before being the President of the Catalan parliament, I worked in the Department of Education of Generalitat de Catalunya and spent my free time working for a better country through political and not professional activism. Here in Catalonia, we are fortunate to have so many thousands of people who do the same. Associacionsm and volunteer work are two important characteristics of Catalonia. When I was in the Catalan National Assembly (ANC) I played an activist role. Now I play an institutional role. I am learning to be the President of the Parliament, a responsibility that I find easy to assume thanks to the staff of the institution and their enormous technical and human qualities. People learn all their lives, and this stage is just another one along our path.

The merit belongs to the citizens

People consider me a philologist but I have a Bachelor’s degree in Philosophy and Communication Sciences. I also have Master’s degree in Catalan philology. I enjoy reading, and since I was a student, reading has been one of my passions. My jump to the political first line was due to being in the right place at the right time in a specific historical context. The success of the demonstrations called by the Assemblea is due to the merit of the citizens, who have worked for so long to promote a sociological change that has made the independence process possible. I only did what any other person would have done in my place, and if I have done it well, then that is because I received the support and the many enthusiastic people around me.

A mainstream popular movement

Miquel Strubell asked me to be one of the first twelve people to sit on the ANC. Strubell is a close friend of mine, and I had already worked with him on the Platform for the Right to Decide, of which I was the vice-president, supporting the consultations on independence that were organised throughout the country between 2009 and 2011. We also coincided on the Platform for the Catalan Language. Miquel explained to me that the ANC had to be a mainstream organisation, and that he was relying on me to take part in drafting a document describing the different ideological sensitivities of Catalan society. At first, it was important for the forty persons promoting it not to know each other, precisely because of that mainstreaming purpose. We met only after the text had been agreed on and approved by e-mail. Shortly afterwards, many territorial groups were formed. The strength of the ANC lies in is territorial implementation. Each neighbourhood of Barcelona has its own territorial assembly, and there is one in each major town, each district capital and each city. Then the entire organisation converges in a National Secretariat.

Two million people took part in the demonstration

I know of no other stateless nation with this social base or such a powerful social movement as the ANC. Demonstrations attended by two million people in a country with seven and a half million inhabitants is difficult to extrapolate to any other context. The explanation is because the Catalan demand is not the result of the current situation, but has a centenary historical basis and is continuously renewed. We have also benefitted from the logistics used by the consultation organisation. I should also refer to the importance of the humiliating ruling against the Catalan Statute of 2006, which led many citizens to the conclusion that Catalonia would not be able to find a framework of respect and prosperity in the Spanish state. The Constitutional Court made it very clear that it did not care that the Catalan people had endorsed this statute with their votes, which was an unprecedented insult in times of democracy.

We no longer have a place in the Constitution

A large number of Catalan citizens no longer regard the Spanish Constitution as an acceptable framework. We should consider that it is a superior law, drafted without citizen participation, behind closed doors and in a climate of conflict. For a time, the people of Catalonia thought it might be a valid tool to allow them to continue being Catalans in the Spanish state. Today, this is not so, because we have seen that the state always interprets the text in a restrictive manner, contrary to the interests of Catalonia. We should also not forget that the Statute challenged by the Constitutional Court had already been mutilated by the Congress, as commented on by Alfonso Guerra in a very disrespectful manner. A large part of Catalan society considers that the Spanish state does not allow us to be Catalans, and we want to create our own state.

Muriel Casals embodied the Catalan seny

The death of Muriel Casals, President of Ómnium Cultural, was especially cruel and unexpected. It came as a great shock and affected us all, and the Procés, because we could benefit from her leadership. Muriel contributed calm, intelligence and an undying commitment to our land. She would have embodied the seny or level-headedness while I would have contributed the rauxa, (the drive), and for this reason, we got on well and helped each other take decisions. When I was asked to occupy the position of president of the Catalan parliament, Muriel told me that our roles would now be reversed, because now, due to my position, I would have to exercise the seny, while she took care of the rauxa. We barely had the chance to do so, as she died shortly afterwards.

Towards a new referendum, this time a binding one

Our next objective is to hold the referendum, to allow the Catalans to decide on their future. It is the only valid response right now. I have no doubt that the referendum will be held, and it will not be a re-edition of the 9-N plebiscite, there will be guarantees, with the parties in favour of “Yes” and those in favour of “No” participating on an equal footing. Above all, it will be binding because the Catalan government has promised that it will.

They want to limit a debate of ideas

The worst thing about the situation is that they are criminally pursuing a debate of ideas and freedom of expression. It is not a question of whether or not Catalonia becomes independent, but of democracy. Until now, the Constitutional Court has always taken action whenever the Catalan parliament passed a law, at the request of the Spanish government. Recently, they have even tried to stop us from putting the issue to debate, thus curtailing freedom of expression and the initiative of the members of the Catalan parliament. What is more, they are trying to get the parliamentary assembly to censure its own actions. We will not open the door to censorship, which goes against the essence of all parliamentary activity. A house of representatives in which it is not possible to debate any issue is worthless and we will not allow this to happen to the Catalan parliament, which, like any other international legislative body, must debate all the concerns of its country. If the law allows a citizen to speak about independence or any other topic on the street, then clearly the parliament should be able to speak about it. I consider that the only limitation in this regard is ensuring respect for human rights.

The parliamentary plenum is responsible for deciding the issues debated

The enquiry in progress in relation to my actions as the president of the Catalan parliament just because I permitted a debate and a vote at the request of two parliamentary groups, is a clear reflection that the executive power of the Spanish state is using the courts to put an end to legislative power, in this case, the legislative power of the Catalan parliament. I am being investigated because, according to the Spanish state, I should have prevented what I authorised in accordance with the law and the legal provisions. In other words, according to the Spanish government, I should have exceeded my functions and committed the illegal act of prohibiting the debate. In the plenum, the parliamentary assembly that I preside only has the function of organising the debate and granting the floor. It is the plenum, the supreme parliamentary body that has sovereignty and decides on the issued debated. This is the basis of all parliamentary activity, even though the Spanish state’s aim is to ignore it.

We are not dealing with a politician with the stature of David Cameron

The fact that I am under investigation also denotes an utter abandonment of responsibilities and an example of the Spanish government’s incapacity to conduct political negotiation, leading to the elimination of the separation of powers established by Montesquieu more than two centuries ago. It is clear that we are not dealing with a politician with a democratic temperament such as David Cameron, who had the courage to face the problem and hold a referendum in Scotland.
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Présidente du Parlement de Catalogne

Elle a accepté de participer aux élections et d’être en première ligne du front politique en raison de l’exceptionnalité du moment. À l’heure actuelle, elle est accusée de faire appliquer la loi et le règlement du Parlement de Catalogne. Elle le vit avec sérénité et force, avec la tranquillité d’avoir agi correctement. Même si elle se sent très appréciée au sein de la grande famille de l’indépendantisme, elle regrette de ne pas pouvoir consacrer plus de temps à la sienne. Sa vaste culture et son pouvoir de communication contrastent avec sa simplicité.

Apprendre à être présidente

Je me considère une personne normale et courante, qui lutte pour la liberté de son pays. Avant d’être présidente du Parlement de Catalogne, je travaillais au département de l’enseignement de la Generalitat de Catalogne et j’employais mes heures libres à travailler pour un meilleur pays, au sein de l’activisme politique non professionnel. Heureusement, dans notre pays, il y a des milliers et des milliers de gens qui en font de même. Le monde associatif et le bénévolat sont deux des grandes richesses de Catalogne. Lorsque j’étais à l’Assemblée nationale de Catalogne (ANC) je jouais un rôle activiste, aujourd’hui, j’ai un rôle institutionnel. J’apprends à présider le Parlement, une responsabilité que le personnel de l’institution, d’un grand niveau technique et humain, me rend plus facile. Les personnes apprennent tout au long de leur vie et cette étape est une station de plus sur le chemin que nous parcourons.

Le mérite revient au citoyens et citoyennes

On me considère souvent comme philologue, mais en réalité je suis diplômée en philosophie et en sciences de la communication, même si j’ai aussi un master en philologie catalane. En plus, j’adore lire et c’est une véritable passion depuis la faculté. Mon arrivée sur le front politique est liée au fait de m’être trouvé au moment et à l’endroit opportuns dans une conjoncture historique déterminée. Or, le mérite du succès de la convocation de l’Assemblée revient aux citoyens, qui pendant tant de temps ont travaillé en faveur du changement sociologique qui a rendu possible le processus indépendantiste. Moi, je me suis limitée à faire ce que tout autre aurait fait à ma place ; et si je l’ai fait correctement, c’est grâce à l’énorme soutien des gens enthousiastes qui m’entourent.

Un mouvement populaire transversal

La demande de Miquel Strubell, je me suis retrouvée parmi les douze premières personnes qui ont formé l’ANC. Strubell est un grand ami, avec qui j’avais déjà travaillé sur la plate-forme pour le Droit à Décider dont j’étais vice-présidente, en soutenant les consultations pour l’indépendance qui se sont célébrées dans tout le pays entre 2009 et 2011. Nous avions également travaillé sur la plate-forme pour la Langue. Miquel m’a expliqué que l’ANC devait être une organisation transversale, et qu’il comptait sur moi pour participer à la rédaction d’un document qui recueille les différentes idéologies de la société catalane. Au début, il était très important que les quarante promoteurs ne sachions pas qui nous étions, en raison justement de la transversalité. Nous nous sommes connus lorsque le texte a été adopté et approuvé, via courriels. Peu après, de nombreux noyaux territoriaux existaient déjà. La force de l’ANC réside dans son implantation territoriale. Chaque quartier de Barcelone possède son assemblée territoriale, et il y en a une aussi d’une entité déterminée dans chaque village, chaque capitale de région et chaque ville, puis toute cette organisation converge vers un Secrétariat National.

Deux millions de personnes se manifestent

Je ne connais aucune autre nation sans État qui possède cette base sociale ou qui dispose d’un mouvement social aussi puissant que l’ANC. Des mobilisations de 2 millions de personnes qui comptent 7,5 millions d’habitants sont une donnée difficile à extrapoler à tout autre contexte. Cela s’explique par le fait que la revendication catalane n’est pas conjoncturelle, elle a une base historique centenaire, en constante rénovation. En outre, nous bénéficions de toute la logistique qu’a impliqué l’organisation des consultations. Je ne vais pas non plus ôter de l’importance à la décision très humiliante contre le Statut de 2006, qui a poussé de nombreux citoyens à conclure qu’il est impossible de trouver un cadre de respect et de prospérité pour la Catalogne au sein de l’État espagnol. Le Tribunal Constitutionnel a démontré combien il était indifférent au fait que les catalans aient ratifié dans les urnes la norme selon laquelle ils voulaient être régis : une maltraitance sans précédent au sein d’une démocratie.

Nous n’avons plus notre place dans la Constitution

Une partie importante de la société catalane a cessé de voir la Constitution espagnole comme un cadre acceptable. N’oublions pas qu’il s’agit d’une norme supérieure qui a été rédigée sans la participation des citoyens, à porte close, avec les sabres en bruit de fond. Pendant un certain temps, la Catalogne a pensé qu’elle pouvait être un outil valide pour continuer à être catalans au sein de l’État espagnol. Ce n’est plus le cas aujourd’hui, car l’État interprète toujours le texte de façon restrictive et contre la Catalogne. Il ne faut pas non plus oublier que le Statut a été contesté par la décision du Tribunal Constitutionnel, qui avait déjà été laminée » au Congrès, un fait dont Alfonso Guerra s’est vanté dans des termes très irrespectueux. Une partie importante de la société catalane considère que l’État espagnol nous interdit d’être catalans et veut former son propre État.

Muriel Casals était le seny

La mort de Muriel Casals, présidente d’Ómnium Cultural, fut très cruelle et inattendue. Un coup dur que nous avons éprouvé au niveau humain et qui s’est répercuté dans le Procés, car aujourd’hui, son talent de leader nous serait très utile. Muriel apportait sa tranquillité, son intelligence et son compromis inébranlable en faveur du pays. On lui avait attribué le rôle du seny ou sens commun et moi celui de la rauxa, son opposé ; nous nous complétions et nous aidions mutuellement à prendre des décisions. Lorsque ma candidature a été proposée au poste de présidente du Parlement, Muriel m’a dit qu’à l’avenir nous devions échanger nos rôles, car désormais, le poste m’obligeait à incarner le seny, et elle la rauxa. Nous avons à peine eu l’occasion de le faire, car elle est décédée peu de temps après.

Vers un nouveau référendum, qui cette fois soit contraignant

Désormais, l’objectif est de travailler pour célébrer le référendum et pour que les citoyens décident librement de leur futur. C’est la seule réponse valable à l’heure actuelle. Je ne doute pas un seul instant que le référendum sera mené à bien, et qu’il ne s’agira pas d’une réédition du 9-N, il aura des garanties, les partis en faveur du « oui » et du « Non » pourront faire campagne et il sera contraignant, car le Gouvernement catalan s’y est engagé.

Ils veulent empêcher le débat des idées

La gravité de la situation réside dans le fait que le débat des idées, la liberté d’expression, sont poursuivis pénalement Il ne s’agit pas d’indépendance ou non, mais jusqu’à quel point on peut parler de démocratie. Jusqu’à présent, le Tribunal Constitutionnel, à la demande du Gouvernement espagnol intervenait une fois que le Parlement catalan avait approuvé une loi. Dernièrement, ils ont décidé de nous empêcher de débattre, en bridant ainsi la liberté d’expression et l’initiative des députés et députées. Ils veulent même que ce soit la Mesa del Parlamento qui s’autocensure. Évidemment, nous n’allons pas ouvrir la porte à la censure, cela va contre l’essence même du parlementarisme. Une chambre des représentants où l’on ne peut pas débattre n’importe quel sujet, est purement décorative et nous ne permettrons pas que le Parlement de Catalogne soit voué à ce destin, car à l’instar de toute autre chambre législative du monde, elle doit aborder toutes les préoccupations du pays. Si la loi permet qu’un citoyen puisse parler d’indépendance dans la rue, ou de tout autre sujet, le Parlement doit pouvoir en parler lui aussi, à plus forte raison. Pour moi, la seule limite est marquée par le respect des Droits de l’Homme.

C’est l’assemblée du Parlement qui décide de ce qui est débattu

L’enquête dont je fais l’objet en qualité de présidente du Parlement de Catalogne, pour le seul fait d’avoir permis un débat et un vote, à la demande de deux groupes parlementaires, indique que le pouvoir exécutif de l’État espagnol utilise le pouvoir judiciaire pour freiner le pouvoir législatif, et dans ce cas, le pouvoir législatif catalan. Je suis accusée car, selon l’État espagnol, j’aurais dû empêcher ce que j’ai autorisé en obéissant à la loi et au règlement. Autrement dit : d’après le Gouvernement espagnol, j’aurais dû m’extralimiter à mes fonctions et avoir interdit illégalement le débat. Durant la séance plénière, la Mesa del Parlamento que je préside a pour unique fonction d’ordonner le débat et de donner la parole. C’est l’assemblée, l’organe suprême du Parlement, qui est souverain et décide de ce qui se débat ou non. C’est la base du fonctionnement parlementaire, même si l’État cherche à l’ignorer.

Nous ne sommes pas face à un homme d’État comme David Cameron

L’accusation dont je fais l’objet indique aussi, un abandon retentissant des responsabilités et une preuve de l’incapacité de négociation politique du Gouvernement espagnol, qui, de facto, annule la séparation des pouvoirs établie par Montesquieu il a plus de deux siècles. Il est évident que nous ne sommes pas face à des hommes d’État avec le talent démocratique de David Cameron, qui a eu le courage d’affronter le problème et de convoquer un référendum en Écosse.

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Präsidentin des Parlaments von Katalonien

Angesichts des außergewöhnlichen Moments war sie einverstanden, sich zur Wahl und an die politische Front zu stellen. Momentan läuft gegen sie ein Untersuchungsverfahren, da sie sich für die Erfüllung des Gesetzes und der Verordnung des Parlaments von Katalonien eingesetzt hat. Im Bewusstsein, nach bestem Wissen und Gewissen gehandelt zu haben, lässt sie sich jedoch nicht aus der Ruhe bringen. Obwohl sie sich von der großen Familie der Unabhängigkeitsbewegung geliebt fühlt, bedauert sie, ihrer eigenen Familie nicht mehr Zeit widmen zu können. Ihre umfangreiche Allgemeinbildung und Kommunikationsfähigkeit kontrastieren mit ihrer Einfachheit.

Ich musste lernen, Präsidentin zu sein

Ich sehe mich selbst als eine normale und gewöhnliche Bürgerin, die sich für die Freiheit ihres Landes einsetzt. Vor meinem Amt als Präsidentin des Parlaments von Katalonien war ich beruflich im Bildungsministerium der Generalitat tätig und widmete meine freien Stunden dem Engagement für ein besseres Land. Glücklicherweise gibt es in unserem Land Abertausende Personen, die dasselbe tun. Das Verbandswesen und die Freiwilligenarbeit sind zwei der großen Reichtümer Kataloniens. Während meiner Zeit in der ANC (Katalanische Nationalversammlung) war ich als Aktivistin tätig. Jetzt ist meine Rolle eher institutionell. Ich lerne gerade, dem Parlament vorzustehen, eine Verantwortung, die mir dank der technisch und menschlich sehr versierten Mitarbeiter dieser Institution erleichtert wird. Wir lernen niemals aus und diese Etappe ist eine weitere Station auf meinem Lebensweg.

Der Verdienst gilt den Bürgerinnen und Bürgern

Allgemein hält man mich für eine Philologin, obwohl ich meinen Abschluss in Philosophie und Kommunikationswissenschaften gemacht habe. Allerdings habe ich auch einen Master in katalanischer Philologie. Ich lese sehr gerne. Bücher sind seit meiner Studienzeit eines meiner Hobbys. Mein Wechsel an die politische Front verdanke ich dem Umstand, in einer bestimmten historischen Situation zur richtigen Zeit am richtigen Ort gewesen zu sein. Wenn irgendjemandem ein Verdienst an den Erfolgen der ANC zusteht, dann den Bürgern, die sich unermüdlich für einen soziologischen Wandel eingesetzt haben, um den Unabhängigkeitsprozess möglich zu machen. Ich habe mich auf das beschränkt, was jeder in meiner Lage getan hätte. Wenn mir dies gelungen ist, dann nur dank der Unterstützung der begeisterten Menschen um mich herum.

Eine übergreifende Volksbewegung

Auf Bitten von Miquel Strubell befand ich mich unter den zwölf Gründern der ANC. Strubell ist ein guter Freund, mit dem ich bereits in der „Plataforma por el Derecho a Decidir“ zusammengearbeitet hatte. Damals stand ich dieser Plattform als Vizepräsidentin vor, die sich für die Unabhängigkeitsbefra-gungen der Jahre 2009 und 2011 einsetzte. Außerdem hatten wir gemeinsam in der „Plataforma por la Lengua“ gearbeitet. Miquel erklärte mir, die ANC müsse eine übergreifende Organisation sein und ich solle ein Dokument verfassen, das die unterschiedlichen ideologischen Empfindlichkeiten der katalanischen Gesellschaft zusammenfasste. Zu Beginn war es aus diesem Grund sehr wichtig, dass wir untereinander nicht wussten, wer zu den vierzig Initiatoren gehörte. Dies erfuhren wir erst nach einvernehmlicher Verein – barung des Textes per E-Mail. Kurz darauf hatten sich bereits zahlreiche örtliche Zentren gebildet. Die Stärke der ANC ist deren territoriale Implementierung. Jedes Stadtviertel von Barcelona, jedes Dorf ab einer gewissen Größe, jede Kreisstadt und jede Stadt besitzt eine örtliche Versammlung. Diese gesamte Organisation fließt dann in einem nationalen Sekretär zusammen.

Zwei Millionen Bürger auf der Straße

Mir ist keine andere staatenlose Nation mit einer derartigen gesellschaftlichen Basis oder einer derart starken sozialen Bewegung wie die ANC bekannt. Mobilisierungen von zwei Millionen Bürgern in einem Land mit einer Bevölkerung von 7,5 Millionen ist eine Zahl, die sich nur schwer auf einen anderen Kontext extrapolieren lässt. Dies liegt daran, dass die katalanische Forderung nicht konjunkturell bedingt ist, sondern eine jahrhundertelange historische und ständig erneuerte Grundlage besitzt. Außerdem profitierten wir von der zur Durchführung der Volksbefragungen erforderlichen Logistik. Ich möchte auch nicht die Bedeutung des sehr demütigenden Urteils gegen das Autonomiestatut 2006 herunterspielen, das viele Bürgern zu dem Schluss gelangen ließ, dass Katalonien innerhalb des spanischen Staats keinen Respekt und keinen Fortschritt erzielen wird. Das spanische Verfas-sungsgericht signalisierte sehr deutlich, dass ihm die vom katalanischen Volk an den Wahlurnen bestätigten Regeln egal waren. Eine Beschimpfung ohnegleichen in Zeiten einer Demokratie.

Wir haben in der spanischen Verfassung keinen Platz mehr

Ein erheblicher Teil der katalanischen Gesellschaft sieht die spanische Verfassung inzwischen nicht mehr als akzeptablen Rahmen an. Es darf nicht vergessen werden, dass es sich dabei um ein oberstes Gesetz handelt, das ohne die Beteiligung der Bürger hinter verschlossenen Türen und mit Säbelrasseln im Hintergrund verfasst wurde. Eine gewisse Zeit wurde diese Verfassung in Katalonien als ein gültiges Werkzeug angesehen, um weiterhin Katalanen innerhalb des spanischen Staats zu sein. Heute ist dies nicht mehr der Fall, da erkannt wurde, dass der Staat diesen Text immer restriktiv und gegen Katalonien auslegt. Nicht vergessen werden darf außerdem, dass das Autonomiestatut vor der Anfechtung durch das Verfassungsgericht bereits im spanischen Kongress ausgedünnt worden war, ein Umstand, mit dem Alfonso Guerra nicht gerade respektvoll prahlte. Ein wichtiger Teil der katalanischen Gesellschaft ist der Ansicht, dass der spanische Staat es uns nicht erlaubt, Katalanen zu sein; und ist gewillt, einen eigenen Staat zu bilden.

Muriel Casals war die Vernunft

Der Tod von Muriel Casals, Präsidentin des Vereins Ómnium Cultural, was grausam und sehr plötzlich. Ein harter Schlag, der uns menschlich getroffen, sich jedoch auch auf den Procés ausgewirkt hat, da ihre Führung heute sehr notwendig wäre. Muriel brachte Ruhe, Intelligenz und ein unermüdliches Engagement für das Land ein. Ihr wurde die Rolle der Vernunft zugesprochen, auf Katalanisch als Seny bezeichnet, und mir die des Rausches bzw. Rauxa. Daher ergänzten wir uns sehr gut bei der gemeinsamen Entscheidungsfindung. Als ich zur Präsidentin des Parlaments ernannt wurde, sagte mir Muriel, wir müssten jetzt die Rollen tauschen, da ich aufgrund meines Amtes Vernunft walten und sie den Rausch verkörpern müsse. Leider hatten wir dazu nur kurz Gelegenheit, da sie kurz darauf verstarb.

Für ein neues Referendum mit bindendem Charakter

Ziel ist jetzt, auf die Abhaltung eines neuen Referendums hinzuarbeiten, damit die Bürger frei über ihre Zukunft entscheiden können. Dies ist derzeit die einzig gültige Antwort. Ich hege keinerlei Zweifel, dass das Referendum durchgeführt wird. Und es wird keine Neuauflage der Volksbefragung vom 9. November sein, sondern Garantien bieten. Sowohl die Anhänger des „Ja“ als auch des „Nein“ werden zu Wort kommen. Vor allem jedoch wird es bindend sein, das sich die katalanische Regierung dazu verpflichtet hat.

Der Debatte von Ansichten soll ein Ende gemacht werden

Wirklich schlimm ist die strafrechtliche Verfolgung der Debatte von Ansichten und der freien Meinungsäußerung. Es geht nicht darum, in welchem Grad wir eine Unabhängigkeit erreichen, sondern darum, in welchem Grad wir noch in einer Demokratie leben. Bisher handelte das spanische Verfassungsgericht auf Wunsch der spanischen Regierung erst dann, nachdem das katalanische Parlament ein Gesetz verabschiedet hatte. Neuerdings hat man sich jedoch zum Ziel gesetzt, schon die Debatte zu verhindern und so die freie Meinungsäu-ßerung und die Initiative der Abgeordneten zu unterbinden. Es wird sogar gefordert, das Parlamentspräsidium solle Selbstzensur üben. Natürlich werden wir der Zensur nicht die Türen öffnen, die sich gegen den eigentlichen Kern des Parlamentarismus richtet. Eine Abgeordnetenkammer, die bestimmte Themen nicht diskutieren darf, ist rein dekorativ. Wir werden dies im Parlament von Katalonien nicht zulassen, das wie jedes andere Gesetzgebungsorgan der Welt sämtliche Anliegen des Landes aufgreifen muss. Wenn es das Gesetz erlaubt, dass Bürger auf der Straße über die Unabhängigkeit oder andere Themen reden, dann gilt dies insbesondere auch für ein Parlament. Die einzige Grenze ist für mich die Achtung der Menschenrechte.

Das Plenum des Parlaments entscheidet, worüber debattiert wird

Das Untersuchungsverfahren, das gegen mich als Präsidentin des Parlaments von Katalonien eingeleitet wurde, da ich auf Antrag zweier parlamentarischer Gruppen eine Debatte und eine Abstimmung zugelassen habe, beweist, dass die Exekutive des spanischen Staats die Judikative nutzt, um die Legislative, in diesem Fall die gesetzgebende Gewalt des katalanischen Parlaments, zu bremsen. Gegen mich wurde eine Untersuchung eingeleitet, da ich laut dem spanischen Staat das hätte verbieten müssen, was ich unter Einhaltung der Gesetze und der Verordnung genehmigt habe. Anders ausgedrückt: Laut der spanischen Regierung hätte ich meine Befugnisse überschreiten und das Unrecht begehen müssen, die Debatte zu verbieten. Während der Plenarsitzungen hat das von mir geleitete Parlamentspräsidium lediglich die Aufgabe, die Debatte anzuordnen und das Wort zu erteilen. Was debattiert wird oder nicht entscheidet jedoch allein das Plenum, das oberste Parlamentsorgan und Souverän. Dies ist die Grundlage der parlamentarischen Funktionsweise, auch wenn der spanische Staat dies gerne ignorieren möchte.

Wir haben es nicht mit einem Staatsmann wie David Cameron zu tun

Die gegen mich eingeleitete Untersuchung drückt zudem eine eklatante Vernachlässigung der Verantwortung und einen Beweis der politischen Verhandlungsunfähigkeit seitens der spanischen Regierung aus, sodass de facto die von Montesquieu vor mehr als zwei Jahrhunderten eingerichtete Gewaltenteilung nicht mehr existiert. Es liegt auf der Hand, dass wir es nicht mit demokratischen Staatsmännern wie David Cameron zu tun haben, der den Mut bewies, sich dem Problem zu stellen und in Schottland ein Referendum anzuberaumen.

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