Dr. César Nombela Cano
Fotografia cedida
Pròleg, TH, 4t-5è VOLUM. El crac del 2008. La crisis que cambió el mundo.

Dr. César Nombela Cano

Rector de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo

Texto del 18/02/2013

“Es indispensable que los centros educativos superiores se sometan periódicamente a evaluaciones externas que mejoren sus procesos internos y que las encaminen hacia la excelencia”

“El progreso humano carece de sentido si obvia el valor de la persona, de la verdad y de la tradición bien entendida”

En el presente contexto económico y de transformación de las estructuras productivas y sociales, la universidad ha de intensificar su responsabilidad de trabajar desde la implicación, la flexibilidad y la excelencia. Con los medios de que dispone ha de esforzarse por dotar a los ciudadanos de conocimientos individuales y a la sociedad de descubrimientos científicos y avances tecnológicos indispensables para prosperar económicamente y evolucionar como sociedad.

Para garantizar la materialización del compromiso anterior –y teniendo en cuenta el déficit previo de centros universitarios–, en los últimos 25 años se han creado numerosas instituciones académicas superiores en España, lo que ha dado lugar a nuestro controvertido mapa universitario actual. En este sentido, cabe reconocer que en algunos casos la proliferación de nuevos centros se ha llevado a cabo sin una adecuada planificación; por ende algunas nuevas instituciones han optado por sistemas de organización y de autogestión poco eficientes que no propician ni la excelencia académica ni investigadora. Es indispensable que los centros educativos superiores se sometan periódicamente a evaluaciones externas que posibiliten la mejora de los procesos internos y las encaminen hacia la excelencia.

La consecuencia fundamental de este rápido y poco planificado crecimiento es la heterogeneidad de niveles y de resultados de nuestras universidades: frente a docentes y grupos de trabajo de elevada excelencia se hallan otros con logros didácticos e investigadores menos brillantes, y esta diversidad no solo se produce entre diferentes instituciones sino también entre facultades y departamentos de una misma universidad. La superación de este mosaico académico pasa por la búsqueda de formas de organización y gestión más eficientes y autocríticas, que permitan una mayor especialización de los centros universitarios y que promuevan la implicación y la mejora continua de los equipos investigadores y docentes.

El último de los grandes retos de la universidad española es la internacionalización, que enriquecerá la perspectiva y los resultados formativos y científicos. En esta salida al exterior tiene un papel crucial Iberoamérica, adonde podemos proyectar nuestra tecnología y nuestros descubrimientos científicos, y con cuyos centros formativos superiores podemos trabajar de forma cooperativa en la preservación de nuestro idioma y cultura comunes.

En este collage académico, la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, como universidad de universidades, integra a los profesores e investigadores de las diversas instituciones del país, lo que nos proporciona una vasta riqueza profesional y académica y nos permite poder satisfacer las necesidades formativas de nuestra heterogénea comunidad universitaria.

Para acabar, como hombre de ciencia e investigador, siento un especial interés por las cuestiones éticas y una acentuada responsabilidad por la promoción de los valores en la sociedad. No obstante, la recesión ha evidenciado la necesidad de debatir y reformular el código ético tradicional enriqueciéndolo y adaptándolo al contexto socioeconómico presente sin caer en relativismos. En definitiva, los nuevos descubrimientos y el progreso humano carecen de sentido si obvian el valor de la persona, de la verdad y de la tradición bien entendida.