Cristina MArtínez Flores
Fotografia cedida
11è VOLUM. Biografies rellevants de les nostres emprenedores

Sra. Cristina Martínez Flores

Copropietaria de Arual

Texto del 29/10/2018

Con su hermano Luis y su primo Jordi, dirige una firma de cosmética profesional modernizada y transformada en multinacional a raíz de la crisis. Luis es el director y coordinador en el área de exportación; Jordi, el director de operaciones comerciales en el ámbito nacional, y Cristina, directora ejecutiva. El equipo directivo se completará con la incorporación a tiempo completo de su hermana Mariona, que actualmente estudia Derecho, y compagina sus estudios encargándose de las redes sociales de la compañía.

 

Miembro de una saga de emprendedores optimista y comprometida

Pertenezco a una familia de emprendedores muy unida y con un carácter posi- tivo, perseverante y entusiasta; tal vez por ello guardo muy gratos recuerdos de mi niñez, que evoco como plena y feliz; sea como fuere, las dos primeras imágenes de infancia que aparecen en mi memoria están ligadas al fútbol y al mar. Nuestra familia es muy «perica», y me acuerdo de la emoción y el cúmulo de sensaciones de haber ido a ver un partido del Espanyol contra el Barça, en el que jugaba un Maradona ya consagrado. Otro recuerdo también muy gráfico de esa misma época es el momento de dejar atrás el chupete, y con ello la primera infancia, en el rompeolas del puerto de Comarruga.

Los antecedentes y los comienzos de Arual, el proyecto empresarial familiar

Antonio Martínez, mi bisabuelo paterno, se formó y ejerció como peluquero en París; en la capital francesa adquirió reconocimiento profesional y aprendió a formular artículos para el cuidado capilar. Al regresar a la Ciudad Condal, aprovechó la experiencia acumulada para establecerse por su cuenta como fabricante y distribuidor de productos de peluquería en la calle Hospital, en el corazón del centro histórico de la ciudad. En honor a la mascota de la familia, escogió Pin como nombre comercial para su establecimiento; esta anécdota ilustra como, para los Martínez, los proyectos empresariales son una extensión, un miembro más, de nosotros mismos y de nuestra propia familia. Mi bisabuelo inculcó a sus cuatro hijos, a través del ejemplo de su propio establecimiento, su carácter extremadamente emprendedor y la pasión por la creación y distribución de los cosméticos de cuidado y belleza capilares. Uno de sus cuatro hijos, mi abuelo Lluís Martínez Clemente, fallecido en el año 2003, fundó Arual en 1949 junto con mi abuela, la peluquera Laura Virgili. De hecho, la denominación de la entidad también tiene un origen familiar curioso. Mi abuela había estudiado peluquería en una academia de la calle Diputació, en el barrio barcelonés de L’Eixample; como broma juvenil interna, las estudiantes de su promoción solían denominarse por su nombre de pila leído al revés, de ahí que, en vez de Laura, la llamasen Arual. Aprovechando los conocimientos de formulación de artículos cosméticos que mi abuelo había adquirido de su padre y los que había aprendido mi abuela durante su período de aprendizaje como peluquera, y partiendo de un capital de cinco mil pesetas prestado por la familia de mi abuela, comenzaron a formular, a manufacturar y a distribuir productos capilares. El primer cosmético capilar que idearon fue la tintura líquida, que con gran éxito se situó en los mejores salones de peluquería de la ciudad. A este artículo le acompañaban champús, lacas y lociones. Posteriormente, mi abuelo formuló el famoso Eterno, que era una réplica de los plises que había en el mercado, pero más fuerte y muchísimo más barato. Ello hizo dar a Arual el primer gran salto, ya que era raro no encontrar en los salones de peluquería en España ese famoso Eterno, las peluqueras no podían estar sin él. En un principio estaban en la calle Salinas para después instalarse en la calle Llúria, 24, junto al hotel Ritz.

Dos emprendedores de éxito natos

En el rápido crecimiento de la compañía fue sin duda determinante el arrojo, el aplomo, el carácter y la calidad humana de mi abuelo, que propició la confianza de trabajadores, clientes y proveedores. Tenía extraordinarias dotes comerciales y era un hombre muy persuasivo, pero ello no obstaba para que mantuviese en todo momento sus firmes principios éticos; en este sentido, destacaba el valor que concedía a la palabra y a las promesas dadas, por lo que resultaba muy atractivo trabajar y hacer negocios con él. Y su esposa, Laura, no le andaba a la zaga. De hecho, mis abuelos fueron emprendedores natos, personas honestas, muy constantes, enérgicas y dotadas de una enorme habilidad comercial; su dedicación profesional les motivaba enormemente y sabían estimular a su equipo y a sus clientes. No cabe duda de que su labor empresarial fue admirable: en un contexto socioeconómico especialmente difícil, partiendo solo de un pequeño capital y de sus dotes para la formulación y venta de productos, supieron crear, consolidar y expandir Arual de forma continuada durante toda su trayectoria empresarial. Y, como mi bisabuelo Antonio, inculcaron a través de su ejemplo el amor hacia la elaboración y distribución de artículos cosméticos a la generación siguiente.

Dificultades de la formulación de productos en los años cincuenta

Aunque idear y crear nuevos artículos siempre entraña ciertos riesgos y dificultades, en la actualidad las herramientas informáticas y digitales, que facilitan el acceso y procesamiento de la información, así como las sofisticadas instalaciones de los laboratorios modernos, permiten desarrollar cosméticos de forma mucho más rápida y eficaz que en la época de los precarios inicios de mis abuelos. Entonces no se podía acceder fácilmente a las bases de formulación, por lo que el método más común para crear y perfeccionar nuevos cosméticos pasaba por el ensayo-error. Mis abuelos demostraron no solo una actitud admirable al sobreponerse a los inevitables contratiempos de la tarea de crear nuevos cosméticos, sino sobre todo una habilidad para la formulación remarcable, que se vio compensada con su rapidísima aceptación en el mercado de los cosméticos para profesionales.

La crema de manos Arual, producto estrella de la marca desde su creación

Mi abuelo ideó en 1952 una crema pensada específicamente para el cuidado de las manos de las peluqueras. En aquel momento los productos que utilizaban las profesionales del cabello eran muy agresivos y no existía en el mercado ningún cosmético que reparase de forma eficaz su piel dañada. En principio, la crema se pensó como un cosmético que se regalaría en cada pedido a las clientas como muestra de agradecimiento y fidelización; sin embargo, la elevada demanda determinó que enseguida resultase necesario comercializarla; fue así como la crema de manos Arual se convirtió en un éxito de ventas y en el emblema de nuestra marca. Actualmente, se siguen vendiendo más de un millón de unidades al año en establecimientos especializados o mediante los canales digitales. Su prestigio y probada eficacia, restaurando las manos castigadas por el uso de productos químicos o por los factores climáticos y mejorando los síntomas de las irritaciones cutáneas, constituyen una magnífica tarjeta de presentación de Arual en los nuevos mercados como marca de artículos cosméticos de calidad de uso profesional.

Crecimiento y consolidación nacional de Arual

Tras un inicio rápido en el barrio de Gràcia, trasladaron la empresa a la calle Llúria, 24, en el céntrico barrio de L’Eixample barcelonés, donde también se encontraba una de las tres academias de peluquería que pertenecían a la familia; las otras dos estaban en L’Hospitalet de Llobregat y en Badalona. Hoy esta última todavía continúa formando nuevas generaciones de peluqueros, aunque ya no está vinculada a la familia Martínez. Cuando las instalaciones del centro de Barcelona quedaron pequeñas, la fábrica se trasladó a la calle Legalitat, de nuevo en el popular barrio de Gràcia. En este edificio histórico, actual patrimonio de la ciudad, se manufacturaron durante cuarenta años nuestros artículos. Posteriormente se incorporarían al proyecto mi tío y mi padre. Ambos consolidarían la marca Arual en todos y cada uno de los territorios nacionales, gracias a un esfuerzo titánico de ambos, en el que empujaron codo con codo durante varias décadas. También emprenderían los primeros pasos hacia la internacionalización a través de delegaciones en países tan diversos como Hungría, Paraguay, Guatemala y Portugal. La prioridad en aquel momento era la consolidación en el mercado nacional, por lo que los nuevos mercados se obtuvieron de forma más o menos casual a través de los contactos personales de los gestores; de ahí que la empresa solo se estableciera en aquellos países en los que la segunda generación conocía a profesionales o comerciales de confianza.

Arnamar, la empresa cosmética venezolana creada por José Martínez

Paralelamente, y de forma totalmente independiente a Arual, mi recientemente desaparecido tío José, Pepe para sus familiares y amigos, creó en 1967 en Venezuela la empresa de productos cosméticos Arnamar, una de las más importantes del sector en Sudamérica, dirigida en la actualidad por mi prima, que también se llama Cristina Martínez. Arnamar es una prueba más de que los Martínez llevamos la cosmética capilar y el sentimiento emprendedor en la sangre.

Con el apoyo incondicional de mi madre en todos los ámbitos

Mi madre ha sido siempre mi referente vital y profesional; desde la perspectiva personal, me ha ayudado a crecer a través de su amor, su confianza, sus consejos y su apoyo incondicional. Desde la perspectiva profesional, ha sido un modelo de implicación, lucha y estima hacia la empresa familiar, a la que ella se ligó por matrimonio. Durante muchos años fue una de las comerciales de la compañía, lo que le permitió conocer y transmitir de primera mano al equipo de investigación las carencias y necesidades reales del sector; después se le encargó dirigir el Centro de Peluquería Técnico Profesional de la empresa, situado en la calle Legalitat, donde Arual forma y especializa a los peluqueros en técnicas y cuidados capilares y en el uso de determinados cosméticos.

Enriquecedora relación con mi padre

Mi padre y yo tenemos caracteres muy parecidos, por lo que a veces nos cuesta ser compatibles. De él puedo destacar que es una persona tenaz, un gran pedagogo, y que ha sido siempre extremadamente generoso con sus hijos. Pese a que no siempre hemos coincidido en la forma de organizar, dirigir y expandir Arual, tuvo en 2011 la grandeza de cedernos a la siguiente generación la gestión plena de la sociedad. Para mí supone una gran tranquilidad y un apoyo moral saber que, aunque está completamente desvinculado de la empresa, puedo en la actualidad acudir siempre que lo necesite a pedirle orientación sobre cualquier cuestión relacionada con la compañía, y recibir su honesto consejo formulado desde su rica experiencia en el sector.

Una maravillosa experiencia académica en el centro American School de Barcelona

Mis padres deseaban que recibiese una educación académica cosmopolita, basada en los valores humanos y en la convivencia y el respeto de las otras culturas, y que además fomentase la autonomía e iniciativa personales. Por ello, en un momento en el que no era habitual, se decantaron por que me formase en el centro American School, una institución escolar internacional que sigue el currículo americano. Estudié allí Educación Infantil, Primaria y Secundaria durante quince años maravillosos. Recibíamos una atención académica y emocional muy personalizada, ya que la ratio por clase era de quince alumnos, y disfrutábamos de la innegable ventaja de aprender el inglés de manera natural, tal como lo hace un nativo. El sistema educativo americano es más experiencial que el del Estado español, y su calendario contiene más celebraciones escolares (la de Halloween, la del día del Deporte, la del día de Acción de Gracias…), que permiten abordar transversal y conjuntamente las distintas áreas del currículo y, sobre todo, formar a los alumnos en los valores del interés, el respeto, la tolerancia, la apertura y la valoración de las otras culturas.

Grandes profesoras y grandes amigas

Además de la fantástica formación académica polivalente recibida en la institución American School, me gustaría enfatizar el espíritu práctico, luchador y emprendedor que en él se inculca, clave en la formación ética de los futuros emprendedores. Desde la perspectiva personal, por añadidura, me resulta inolvidable el estrecho contacto que mantuve con los profesores, en especial con las docentes Linda Macnamee, Rosa Ruiz, Magda Montesinos, Montse Pérez e Isabel Poyuelo, que se implicaron mucho conmigo y me ayudaron siempre en mi formación académica y en mi crecimiento como ser humano; por otro lado, y aunque después, obviamente, se ha ido ampliando mi círculo de amistades, para mí siempre ha sido un apoyo esencial la pandilla de amigas que conocí allí y con la que sigo muy unida. Entre ellas, mi amiga de la infancia, de la cual guardo grandísimos recuerdos ya que hemos crecido juntas, Elena Bonafonte, oftalmóloga e involucrada también en su empresa familiar, la prestigiosa Clínica Oftalmológica Bonafonte, situada en la Ciudad Condal. También me gustaría destacar a Aida Candeal, una ingeniera emprendedora y sumamente luchadora, que siempre me ha brindado excelentes consejos profesionales en los momentos difíciles.

Me formé como psicóloga en la Universidad de Barcelona

En principio, no tenía intención de integrarme en la empresa familiar al acabar mis estudios superiores, y no recibí ningún tipo de presión del entorno durante mi adolescencia para que me preparase y me implicase en la gestión de Arual. Durante el Bachillerato decidí estudiar Psicología, y deseé formarme en una universidad pública del país porque sentía interés por conocer otros métodos didácticos y abrirme al mundo; finalmente, opté por la Universidad de Barcelona. Fue, sin duda, un cambio radical: pasé de un entorno sumamente protegido y amigable, en el que todos los alumnos se conocían y en el que la relación con los profesores era cercana y entrañable, a un sistema masificado, donde los estudiantes mayoritariamente no se conocían entre sí y donde la relación con los docentes era, de existir, muy distante. El primer año me costó adaptarme personal y pedagógicamente, pero lo logré; el paso por la universidad pública propició que aprendiese a organizarme y a estudiar de forma autónoma.

La psicología, una titulación muy conveniente para los empresarios

Ser emprendedor implica, por un lado, poseer una actitud positiva, abierta, dialoganteycompetitivay,por el otro, hacer gala de una gran constancia, cualidades que no se aprenden en la universidad. Estar al frente de una empresa conlleva saber crear, coordinar, dirigir y liderar un equipo de confianza, además de delegar en él, porque es imposible que el emprendedor pueda hacerlo y supervisarlo todo. Para la viabilidad y el crecimiento de la compañía es fundamental contar con el trabajo y la ilusión constantes de su equipo humano: sin empleados motivados, realizados profesionalmente, difícilmente podrá crecer un proyecto empresarial. En el caso de Arual, la dirección implica gestionar y potenciar el trabajo interno y la colaboración entre los departamentos comercial, de investigación, de producción, de contabilidad y finanzas, de administración y de gestión de almacén y logística. Es necesario saber organizar, potenciar y motivar a los diversos equipos, esto es, habilidades propias de los psicólogos.

Implicación y amor por la cosmética capilar desde la adolescencia

Desde muy joven empecé a colaborar como ayudante en la peluquería de las primas de mi madre, Carmen y Mari. De hecho, como anécdota, puedo explicar que las clientas siempre destacaban mi habilidad a la hora de lavar el cabello. Durante aquellos años tuve la suerte de que Richard Jara, excelente profesional y actual colaborador, me formase como técnica en peluquería, lo que después ha sido de gran ayuda en mis incursiones profesionales como asesora técnica de producto, ya que ha permitido que explicase con rigor las propiedades de los productos y que asesorase desde el conocimiento de la formulación y las especificidades del oficio.

Primeros pasos profesionales en Arual

Cuando estaba estudiando el primer curso de la licenciatura de Psicología, mi hermano y yo nos implicamos plenamente en el día a día de Arual. Compatibilizar estudios y trabajo fue sacrificado, pero me aportó una gran capacidad logística, de compartimentación y, sobre todo, de autodisciplina. Además, el trabajo diario y prolongado en la compañía me permitió analizarla en profundidad y contribuyó a que se intensificase el sentimiento de que era una extensión de mí misma. Durante aquellos diez años iniciales, organizativamente hablando, fui conociendo las particularidades de los diferentes departamentos, junto con su personal, de manera que tomé conciencia de nuestras fortalezas internas, pero también de los aspectos que había que mejorar. Paralelamente, desde el punto de vista comercial, me di cuenta de nuestra relevancia en el ámbito español, pero también de la necesidad de adaptar el catálogo a las nuevas necesidades del público y de abrirnos a nuevos mercados. Sin embargo, esta valoración empresarial, compartida con mi hermano, chocaba con la de la segunda generación, que no solo no preveía la urgencia de adaptarse a los cambios que se avecinaban en el sector (la globalización, el incremento de la competitividad, la necesidad de aportar un valor añadido y la especialización), sino que también minimizaba los riesgos de depender casi prácticamente del mercado interior.

11-11-11: el comienzo de una nueva etapa en Arual

En 2008 se inició en el Estado español una profunda crisis económica que redujo drásticamente el consumo interno; las empresas cosméticas se vieron especialmente perjudicadas por esta recesión, y Arual no fue una excepción, por lo que los márgenes de beneficio de la compañía decrecieron. Esta crisis de demanda, además, coincidió con la gran inversión que se acababa de realizar para desplazar la planta de producción de la calle Legalitat a las nuevas instalaciones de Sant Esteve Sesrovires. Ante ello, mi hermano y yo, tras una década implicados en el día a día de la entidad, considerábamos que, apar- te de la negativa coyuntura económica global, había otros factores que estaban debilitando la compañía, hasta el extremo de que podían poner su viabilidad en peligro a medio plazo. Era menester, por tanto, ampliar, modernizar y especializar el catálogo de productos en respuesta a las demandas cada vez más concretas de los clientes, y había que revisar la organización y todos los procesos internos para mejorar la eficiencia de la compañía y adaptarnos a las nuevas necesidades del sector. Dado el parón de la demanda interna, también pensamos que era el momento de apostar por la internacionalización y abrirnos de manera sistemática a los mercados emergentes. La generación an- terior, educada y acostumbrada a operar desde el paradigma conservador de la estabilidad dentro del mercado interior, y que consideraba las relaciones personales como motor de internacionalización, no asimilaba la rápida transformación que se estaba viviendo en el entorno productivo. En cualquier caso, la segunda generación tuvo la clarividencia de vislumbrar los cambios de modelo empresarial que se avecinaban y demostraron la inmensa sensatez de ceder el testigo, oficialmente el 11 de noviembre de 2011, a la tercera generación para adecuar el rumbo de la empresa al nuevo contexto. En un país en el que los emprendedores muchas veces se aferran obstinada y peligrosamente al proyecto empresarial familiar como a algo exclusivamente propio, la decisión tomada por la segunda generación fue muy generosa.

Ampliando nuestro catálogo

Una de las primeras decisiones que adoptamos al tomar las riendas de la empresa fue la de ampliar y especializar el catálogo. En la actualidad cuenta con más de trescientas referencias, divididas en la sección de artículos estéticos y en la de productos y tratamientos capilares; en esta última destacan los champús, las mascarillas y las cremas. Tratamos de dar respuesta a las demandas que recogen directamente nuestros comerciales a través de nuestro departamento de investigación. Fruto de esta estrecha colaboración entre ambos han nacido, por ejemplo, líneas específicas de tratamiento para la caída, caspa y grasa del cabello y tratamientos para alisarlo y teñirlo, entre muchos otros.

Internacionalización como vía de superación de la crisis y de crecimiento empresarial

A consecuencia del estancamiento de las ventas en el país, mi hermano y yo éramos conscientes de que la continuidad y el crecimiento de Arual pasaba sobre todo por el asentamiento, planificado y pautado, en nuevos mercados. Para ello elaboramos una línea de negocio mediante la cual percibimos que el mercado con más posibilidades era el asiático; por ello decidimos empezar por estos territorios. En nuestros inicios en el proyecto de expansión internacional, yo ayudaba a mi hermano dando soporte en el área técnica de producto. Es decir, mi hermano gestionaba toda la parte comercial y yo me desplazaba hasta el país para explicar in situ las propiedades del producto Arual, al cliente final o a la red de comerciales del distribuidor. Gracias a la ayuda de las entidades estatales y autonómicas España Exportación e Inversiones (ICEX), de la Agència per a la Competitivitat de l’Empresa (ACCIÓ) y de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (STANPA), que impulsan la búsqueda y consolidación de las empresas del país en nuevos mercados, pudimos planificar e iniciar una serie de viajes para buscar y distribuir nuestros productos en diferentes países asiáticos. El primero que realicé fue a la India, donde estuve en Nueva Delhi, Bombay y Chennai, pero la distribución en este gigante asiático no acabó de fructificar. Sin embargo, en las siguientes salidas al exterior sí conseguimos establecer una distribuidora en Arabia Saudí, país en el que actualmente seguimos creciendo de forma exponencial, y posteriormente nos pudimos asentar en Irán, Dubái, Kuwait, Omán, Catar, Irak, Palestina y Baréin. Una vez abiertas dichas distribuciones, ampliamos nuestros retos, y establecimos distribuidoras en países del este de Asia, Europa, norte de África y Centroamérica. Actualmente tenemos activas más de treinta y cinco distribuciones en el mundo y seguimos creciendo.

La complejidad del mundo árabe

Oriente Medio fue el inicio de nuestra expansión, por ello viajé frecuentemente a varios de sus países y puedo decir que conozco la cultura y las peculiaridades de las relaciones empresariales en el mundo árabe. A pesar de que soy consciente de las limitaciones culturales de relación e interacción de los hombres con los hombres, creo que ser mujer me ha beneficiado en las relaciones y los intercambios comerciales. En Oriente Medio mi hermano siempre es considerado «el jefe», mientras que yo ocupo un discreto segundo plano; pero soy yo quien tiene acceso y comunicación directa con la mujeres y consumidoras finales del producto para explicarles y mostrarles las propiedades de nuestros cosméticos. Trabajo desde el respeto a sus costumbres, por lo que, cuando es necesario, como en Irán, me cubro con un velo. Mis viajes me han servido para superar tópicos y tabúes y no asimilar determinados atuendos al inmovilismo cultural. No todas las mujeres viven lo de tener que cubrirse con un velo de la misma manera. Algunas consideran que solo es un símbolo de su identidad cultural y que no las constriñe; y, de hecho, doy fe de que se pueden mantener conversaciones sumamente enriquecedoras con mujeres que visten de pies a cabeza un burka. Otras sí experimentan el hecho de llevar velo de forma traumática, pero el contexto social las obliga a seguir con la tradición. Un tercer grupo, las más jóvenes y viajadas, incluso se plantean abandonar su país para poder vestir y vivir de manera más libre. En definitiva, en gran parte, la actitud hacia su género, la amplitud de miras y la autoestima de las mujeres en esos países dependen del tipo y grado de educación que hayan recibido.

Producimos internamente todos nuestros artículos

Nos hemos decantado por formular, manufacturar y embalar todos los productos cosméticos que comercializamos porque deseamos que sean genuinamente nuestros, así que la externalización no forma parte de nuestro plan de negocio. Solo compramos los embalajes, porque estos artículos se salen de nuestra línea empresarial de especialización, pero el diseño de los recipientes y envoltorios también es nuestro. Como compañía creemos en la manufacturación y el control interno de todo el proceso, y los consideramos unos valores añadidos de nuestros productos, fruto de un óptimo trabajo colaborativo entre los diversos departamentos de la empresa.

Hoy Arual es dirigida por la tercera generación de los Martínez

En estos momentos, estamos al frente de la empresa mi hermano, mi primo y yo, mientras que mi hermana realiza una colaboración a tiempo parcial. Mi hermano quiso implicarse y dirigir desde joven el proyecto empresarial familiar. Por ello, tras finalizar los estudios de Secundaria, se licenció en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Internacional de Catalunya (UIC). En Arual se ha especializado en las relaciones comerciales internacionales. Mi primo, Jordi Martínez, se ha incorporado recientemente a la empresa; estudió también en el American School y posteriormente se licenció en Económicas por la Universidad de Barcelona; dirige y coordina las relaciones comerciales nacionales, y actualmente está liderando y desarrollando un proyecto para la futura pero inminente expansión de la marca en los países iberoamericanos, un mercado en el que solo nos habíamos introducido testimonialmente. Es un proyecto ambicioso en el cual tenemos prevista una gran expansión en un plazo de cinco años. Yo me encargo de dirigir y organizar el área administrativa, de producción y de investigación. En unos años se incorporará a jornada completa mi hermana Mariona, que ahora está estudiando Derecho. En la actualidad colabora a tiempo parcial, cuando los estudios se lo permiten, gestionando las redes sociales y algunas tareas relacionadas con el marketing de producto; de alguna manera, ya empieza a estar ligada al equipo Arual. Es una persona sumamente sensata, madura y con unos principios muy claros, y su incorporación completará el equipo gerencial. La esperamos con mucho entusiasmo. Creemos que nuestros abuelos estarían orgullosos de que la tercera generación haya contribuido a la expansión e internacionalización de la compañía con un crecimiento exponencial de las exportaciones en los últimos diez años.

Con personalidades y actuaciones diferentes y complementarias

Luis es una persona abierta, optimista, con una gran inteligencia comercial y ambicioso empresarialmente. Yo, en cambio, soy más escéptica, poseo menos arrojo comercial, pero soy más disciplinada y creativa. Aunque he contribuido a la expansión comercial internacional de la marca, me siento más cómoda organizando el trabajo interno de la firma. Conociéndonos, cada uno de nosotros se especializó en un área. La llegada de Jordi ha enriquecido la fórmula de dirección familiar, ya que posee las habilidades comerciales de su padre, que coordinaba las ventas de la compañía y fue el alma mater imprescindible para la consolidación de la segunda generación, y tiene muy buen carácter, con lo cual resulta muy fácil trabajar con él. Además, ha conllevado la profesionalización de la toma de decisiones en el negocio, de modo que ha permitido deslindar los espacios y tiempos de nuestra relación personal de los de la gestión empresarial.

Personas de confianza

Buena parte de los logros empresariales que he conseguido son consecuencia de haberme sabido rodear de un equipo de colaboradores muy competente y fiel; a todos ellos les estamos muy agradecidos. Me gustaría destacar sobre todo a Álex Echevarría, del departamento de contabilidad y administración; a Manuel Pina, director comercial y mano derecha de mi hermano, y a la química Silvia Albelda, la directora técnica de Arual, que ha tenido un papel fundamental en la ampliación e internacionalización del catálogo.

Por la especialización futura en los aspectos creativos

Después de unos años de formación y reconversión del equipo y de revisión y optimización de todos los procesos internos, en la actualidad, afortunadamente, el futuro de la empresa parece garantizado, gracias sobre todo a la exponencial expansión internacional. La próxima incorporación de mi hermana Mariona cerrará el círculo de la administración y gestión. Entonces, si es posible, pasaré a dedicarme a la realización y coordinación de las parcelas más creativas, relacionadas con el marketing, la presentación y comercialización (el diseño de los recipientes y embalajes de los artículos, las vías de comercialización y difusión de los productos, las campañas comerciales…), por las que siempre he sentido un especial interés. De hecho, hoy en día ya me encargo del diseño de los embalajes y de todo el grafismo de la marca, que luego un profesional ejecuta bajo mi supervisión.

Cuidar y potenciar el cuerpo, la mente y el espíritu

Mis padres me inculcaron la importancia de la vida sana y la práctica del deporte desde pequeña. De niña jugaba a tenis, pero no me gustaba. Como curiosidad, llegué a ser campeona de tenis de Catalunya por equipos, aunque lo hice sin jugar. Dado que demostraba tan poco interés en los partidos, mis entrenadores me pusieron como suplente en uno de los equipos que jugaba el torneo, y este equipo finalmente obtuvo el galardón autonómico. Años más tarde descubrí la danza oriental, de la mano de mi maestra Munique Neith, una actividad que aúna una parte de ejercicio y control físico con otra de desconexión mental a través de la música y el movimiento. Esta afición me ha facilitado los contactos comerciales en el mundo árabe, porque comentar mi interés y amor por esta danza con mujeres de esos países supone una forma de entablar y distender la relación con ellas. También me entreno regularmente en el gimnasio. Viajar es otra de mis grandes aficiones, y una vía de enriquecimiento cultural y personal. Finalmente, soy una apasionada del mar, y me gusta disfrutarlo en familia. Pasamos los veranos en Menorca, y me encanta y me ayuda a desconectar que salgamos todos juntos a navegar.

La tía «molona» de Claudia y Valentina

Gestionamos la firma tres emprendedores muy jóvenes, y por ahora solo mi hermano ha tenido hijos. A mí me encanta pasar mi tiempo libre «malcriando» a mis sobrinas, Claudia y Valentina, para que me consideren la tía «molona», porque el rol educativo de los padres y el del resto de familiares es totalmente diferente. Mi hermano ha formado una familia fantástica junto a su mujer, Mir, que ha sido y es un apoyo incondicional y clave para mi hermano.

Somos una empresa concienciada con el medio ambiente

Cada vez más el mercado tiene una fuerte demanda de productos eco-friendly, ecológicos, naturales, libres de tóxicos y sostenibles; en definitiva, productos que respeten tanto nuestra salud como el medio ambiente. No solo somos conscientes de esta demanda, sino que la apoyamos y estamos plenamente involucrados en proyectos de desarrollo en esta línea. Es por ello que nuestro equipo de investigación está constantemente formulando siguiendo los parámetros nece- sarios para crear cosmética saludable y sostenible. Estamos convencidos de que, si todas las empresas siguen esta filosofía, lograremos poner nuestro grano de arena y conseguir entre todos respetar el medio ambiente y a nosotros mismos.

Inmigración, el gran reto pendiente

Los seres humanos no podemos decidir dónde nacemos, sino, como mucho, dónde residimos. Mis viajes de placer y, sobre todo, las estancias por motivos comerciales en Oriente Medio me han enseñado que las aspiraciones vitales de los seres humanos son las mismas en cualquier país del mundo, y que las diferencias culturales son a menudo solo un velo que nos impide ver y apreciar a los demás. La inmigración es inevitable mientras existan enormes desigualdades entre los países del Primer Mundo y los que se encuentran en vías de desarrollo. Para corregirlas, los países ricos deberían cooperar con los estados pobres. La respuesta no puede partir de iniciativas individuales o empresariales porque los particulares y las compañías trabajan muy duro a diario para asegurar su propia prosperidad, y porque, asimismo, solo los estados tienen los recursos, los profesionales y la capacidad para corregir los desequilibrios que explican los actuales fenómenos migratorios.