Volumen 16. Biografías relevantes, empresarios de cosmética y belleza

Dr. Josep Allue Creus – Apdena Consult y OhMyGod

Krivói Rog (Ucrania)

1952

Doctor en Farmacia
Fundador de Apdena Consult, S.L. y OhMyGod

 

19-9-2023

 

Familiarizado desde niño con la Farmacia, en esa disciplina ha forjado una prolífica carrera, ejerciendo como docente, doctorándose en la materia y regentando hasta dos oficinas. Sensibilizado con las plantas medicinales, su inquietud le llevó a poner en marcha una firma de servicios para ayudar a las empresas a lanzar al mercado productos naturales innovadores. Sin embargo, no es esa la única compañía que ha fundado, ya que a través de OhMyGod brinda cosméticos con los mismos orígenes naturales.

 

 

 

Ya desde niño, prestaba apoyo en la farmacia de mis padres, realizando recados e, incluso, participando en la elaboración de las fórmulas

Mis orígenes están vinculados a Ucrania, el lugar donde nací. Ahí ubico mi primer recuerdo de infancia, junto a mi hermano Jordi, tirando de un trineo en una imagen feliz como lo fue, en general, mi infancia, a pesar de que los avatares de la vida comportaron que acabara creciendo y desarrollando mi trayectoria en Barcelona. Eran tiempos complejos y, tras mi llegada a la capital catalana, cuando tenía algo más de cuatro años, me quedé al cuidado de mi abuela paterna, Maria, quien residía en dicha ciudad. Yo seguiría viendo con frecuencia a mis progenitores, Josep y Maria, militar y enfermera de profesión, respectivamente. La abuela Maria era una mujer con gran empuje, que había quedado huérfana de padre a los nueve años y que había cuidado a su familia en Santa Coloma de Farners. Invertía mucho tiempo con ella, dado que mis padres adoptivos, Antonio y Maria, dedicaban la mayor parte del día a la farmacia que regentaba él. Pese a que, al llegar a Catalunya, yo solo hablaba ruso, muy pronto nos entendimos y ella fue convirtiéndose enseguida en una figura capital y en mi principal referencia. A su lado asimilé los valores que me han conformado como persona, apreciando la búsqueda de la perfección, la determinación para hacer las cosas y la importancia de no procrastinar. Esa actitud contrasta, en general, con la que observo entre la juventud actual, más proclive a aplazar sus quehaceres, como si les atenazara la pereza. Detecto en algunos de ellos cierta desorientación, en ocasiones fruto de la falta de motivación; algo que a mí nunca me faltó, pues desde niño prestaba apoyo a la farmacia de mis padres, realizando recados e, incluso, participando en la elaboración de las fórmulas.

 

El deporte es beneficioso para la salud si se realiza con moderación, pero un exceso de actividad deportiva puede conllevar problemas

En aquellos tiempos, las soluciones farmacológicas no acostumbraban a expedirse como en la actualidad, dado que la oferta de medicamentos era mucho más limitada. Normalmente, el médico prescribía una fórmula que el farmacéutico debía preparar de manera específica. Todo aquello no solo me cautivó, sino que la familiarización con ese entorno me empujaría más adelante a estudiar Farmacia, para disgusto de mis padres, empeñados en que cursara Medicina. A pesar de que mis calificaciones me habilitarían para matricularme como futuro galeno, haría caso omiso de su deseo y acabaría siguiendo los pasos de mi padre adoptivo. Previamente, mi escolaridad transcurrió en los Escolapis de la calle Balmes, donde practicaba el hockey sobre patines. Había alimentado la afición por el patinaje en Ucrania, donde nos deslizábamos sobre el hielo; aunque, en cualquier caso, el deporte siempre constituyó una de mis actividades favoritas. Rugby, fútbol, balonmano o atletismo fueron algunas de las disciplinas que cultivé en mi juventud, con el simple ánimo de divertirme, nunca en la alta competición. El deporte es beneficioso para la salud si se realiza con moderación, ya que nuestro cuerpo está concebido para el movimiento. Pero un exceso de actividad deportiva puede conllevar problemas, como ocurre con algunos practicantes de voleibol o de baloncesto, cuyos frecuentes saltos y correspondientes impactos contra el suelo acaban dañando sus rodillas y articulaciones. Realizar ejercicio sí es aconsejable para una vida sana, junto con una alimentación saludable, sin abusar del alcohol y evitando el tabaco. Los farmacéuticos suelen recomendar andar tres cuartos de hora diarios, una práctica que permite reducir la presión sanguínea, los niveles de azúcar en sangre, el colesterol… En última instancia, efectuar ejercicio repercute positivamente en la salud mental, al liberar endorfinas, hormonas que producen una sensación de bienestar y felicidad.

 

Realizar trabajos pequeños durante la juventud proporciona aprendizajes muy útiles para adquirir autonomía y ser capaz de adoptar decisiones

Al margen de la ayuda que prestaba en la farmacia de mis padres, durante mi etapa estudiantil también me dediqué a vender libros a domicilio, después de que un amigo me pidiera que le ayudara en ese cometido. Este tipo de experiencias resultan muy enriquecedoras para los jóvenes, que en ocasiones viven ajenos a la realidad diaria. Siempre defiendo que los adolescentes deberían llevar a cabo actividades como voluntarios o como ayudantes, de cualquier índole. Esas facetas de la vida proporcionan aprendizajes muy útiles para adquirir autonomía y ser capaz de adoptar decisiones. No obstante, en la actualidad la mayor parte de la juventud acostumbra a crecer entre algodones, fruto de una sobreprotección, que les hace desarrollar un miedo casi patológico a equivocarse, cuando es del error de donde se extraen las lecciones más edificantes. También viajar y salir al extranjero aporta un buen bagaje. Para mí fue muy beneficiosa una estancia de 2 semanas realizada en París a los dieciséis años, justo después del Mayo del 68. Aproveché que tenía unos primos en la capital gala para descubrir la Ciudad de la Luz. Siempre he mostrado facilidad para los idiomas, y el francés, que había estudiado en la escuela, lo practicaba con frecuencia con familiares que vivían en Ceret o en Montpellier. En comparación con la España franquista, París era otra galaxia. En ocasiones, acudía a almorzar a la sede del Parti Communiste Français, donde se pagaba la voluntad. Ahí coincidía con estudiantes que expresaban sus inquietudes políticas en un ambiente que desbordaba libertad. Afortunadamente, yo contaba con cierta madurez mental, puesto que la mentalidad soviética de mis padres biológicos quedaba contrarrestada por la más conservadora de mis padres adoptivos y la formación, bastante ponderada, que recibí en los Escolapis.

 

Acostumbra a ocurrir con muchos estudios universitarios que la adecuación con el entorno empresarial presenta deficiencias

Guardo un grato recuerdo de la carrera universitaria. La mayoría de quienes han pasado por esa experiencia suelen asociarla a una de las mejores etapas de su vida. A la juventud del momento se le añaden las oportunidades de establecer contacto con muchas personas y de asomarte al conocimiento. Disfruté mucho en la Facultad de Farmacia de la Universitat de Barcelona, a pesar de que el primer curso se torció e, inusualmente, suspendí dos asignaturas, lo cual constituyó un capítulo dramático en la familia, que ya había asistido con desazón a mi oposición a estudiar Medicina. Pero a partir de segundo curso, recuperé mi habitual rendimiento académico y, en 1974, alcanzaba la licenciatura. Una de las ventajas de los estudios de Farmacia reside en que, pese a su complejidad, es una carrera muy polivalente, pues aporta una valiosa base que sirve tanto para atender una oficina de Farmacia como para operar en un hospital, en la industria farmacéutica, en la alimentaria, en la cosmética… Ahora bien, como acostumbra a ocurrir con muchos estudios universitarios, la adecuación con el entorno empresarial presenta deficiencias. En la Facultad disponíamos, por ejemplo, de una pequeña máquina para fabricar comprimidos, infinitamente lejos de la que hallaron un par de compañeros que ingresaron en Ferrer, la cual producía dos millones de comprimidos por hora.

 

En el ámbito empresarial se suele valorar más la actitud que la aptitud

Bajo mi punto de vista, lo deseable reside en el modelo universitario europeo, con grados de tres años para adquirir una amplia base y másteres de dos como especialización. España, por la presión política de las pequeñas universidades, que se veían incapaces de poder impartir formaciones de máster de un lustro, incurrió en su día en el error de establecer programas de grado de cuatro años. En cualquier caso, no se puede aspirar a que los licenciados salgan con la preparación específica que desea el empresario. Carreras como Farmacia o Ingeniería suelen tener la ventaja de que los alumnos trabajan con compañías para acabar el proyecto. Incluso en Farmacia se realizan prácticas tuteladas en oficinas de Farmacia o en la industria. Creo que los estudios universitarios deberían contemplar un mínimo de seis meses de prácticas obligatorias, para que los estudiantes se pudieran familiarizar con el entorno real de las organizaciones. Hoy muchos jóvenes desembarcan en una empresa y no muestran ni siquiera empatía con las personas a quienes deben atender. Siempre recomiendo incluir en el currículum cualquier experiencia, como la de haber trabajado como camarero, dado que, si alguien ha ejercido como tal, demuestra capacidad de adaptación; algo muy apreciado por las empresas, que suelen valorar más la actitud que la aptitud.

 

«Usted servirá mejor a la patria realizando el doctorado en Farmacia que perdiendo el tiempo aquí…»

Finalicé la carrera en 1974, elaboré la tesina y me trasladé a Ceuta para cumplir el servicio militar. Pese a que la fortuna me había resultado adversa con ese destino, tuve la suerte de coincidir con un capitán médico que demostró inteligencia y sensibilidad, al observar: «Usted servirá mejor a la patria realizando el doctorado en Farmacia que perdiendo el tiempo aquí…». De este modo, en septiembre abandonaba el Ejército por supuesta inutilidad total. Me incorporé, entonces, en la Universitat de Barcelona en calidad de profesor no numerario, figura que asistía a los docentes del centro a razón de 14.170 pesetas mensuales: una absoluta miseria que provocó que, cuando en casa anuncié mi disposición a contraer matrimonio, mi padre acogiera con escepticismo ese propósito. «¿Piensas vivir con el sueldo de PNN?», me espetó. Pese a todo, mantuvimos los planes y, en 1976, contraía matrimonio con Joana. A ello contribuyó que mis padres se trasladaron a vivir a Matadepera, desalojando la vivienda de Barcelona a la que fuimos a vivir con mi esposa, quien, por su parte, estaba trabajando y aportaba unos ingresos más generosos que los míos, al margen de contar con cierto apoyo de nuestros progenitores en esos inicios de independencia familiar. Procedí a la lectura de la tesis doctoral en octubre de 1981, lo que significa que el Golpe de Estado del 23 de febrero me sorprendió en plena redacción de la misma, recurriendo a una máquina de escribir y disfrutando del lujo de una calculadora Hewlett Packard programable para realizar estadísticas.

 

Tecnología e innovación resultan elementos clave en el entorno productivo

Siempre me he sentido fascinado por la tecnología y sus gadgets. Recuerdo que, en 1981, disponíamos en la Universitat de Barcelona de un ordenador que funcionaba con cinta, un artilugio que ahora se nos antoja lentísimo, pero que entonces despertaba mi curiosidad… En el entorno productivo, la tecnología resulta clave y hay que intentar estar a la última para gozar de competitividad. Y lo mismo sucede con la innovación, que es menester incorporar a todos los procesos de cualquier compañía. En la última fase universitaria, compatibilicé mis labores como docente con la de farmacéutico, cuando abrí una oficina de Farmacia en un suburbio de Terrassa, atendiendo a la demanda de un líder social de ese barrio que, al conocer mi formación, y ante las carencias de su entorno, me lanzó ese reto. Tras consultar con el Ayuntamiento egarense, comprobé que, por normativa, era posible la apertura de una farmacia en ese enclave y, con veintiocho años, en el año 1980, inauguraba mi propio negocio. No resultaba fácil para un joven, por aquel entonces, poner en marcha un proyecto empresarial. Tampoco lo es en la actualidad, salvo que lo hagas de la mano de una universidad. Existe algún recurso técnico, como Barcelona Activa, pero, en general, falta cultura para promover el espíritu emprendedor.

 

Importante el papel social de la oficina de Farmacia, dado que descongestiona el sistema de salud pública y, en algunos países, sus funciones son incluso más amplias

Simultáneamente, y tras agotar el límite temporal de cinco años como PNN, continué como investigador universitario, compaginando esa labor con la gestión de la farmacia, lo que devino experiencia muy interesante, que entre otras cosas me permitió ganarme la confianza de la vecindad, puesto que la gente, cuando tiene un problema menor de salud, suele acudir como recurso de primer auxilio a ese establecimiento. El papel social de una oficina de Farmacia es importante para descongestionar el sistema de salud pública, mientras que en otros países asumen funciones incluso más relevantes. En Francia, por ejemplo, los farmacéuticos suelen administrar vacunas, y en Gran Bretaña perciben una remuneración del sistema sanitario por la atención que prestan, dado que en los centros de asistencia primaria no atienden a los pacientes si previamente no han pasado por una farmacia. En el establecimiento que dirigí me llegaron a preguntar de todo y, por primera vez, fui testigo de enfermedades como la sarna o la tiña, que solo había visto en libros.

 

Aunque el conocimiento es poder, en la actualidad se genera demasiada información, la mayoría de calidad muy pobre

En 1989 creé Apdena, acrónimo de Aplicaciones y Desarrollos Naturales, una empresa especializada en plantas medicinales y orientada a la elaboración de informes de dos clases: unos de tipo legal, para obtener el registro correspondiente de parte de la que sería la Agencia Española del Medicamento (en ese momento inexistente, pero cuyas competencias estaban atribuidas al Ministerio de Sanidad), y otros de carácter divulgativo, para las presentaciones en congresos o con fines comerciales. A través de Apdena ofrecemos servicios técnicos en torno a las plantas medicinales, como conferencias, charlas a profesionales o asesoramiento. En ocasiones hay quien nos solicita una nueva formulación y, en función de las necesidades, le orientamos acerca de las plantas a las que podría recurrir. Puedo asistirles, asimismo, en la búsqueda del fabricante más adecuado para ese producto, o sugerirles quién puede realizarles el control de calidad; y es que la experiencia me ha permitido satisfacer todas las facetas en este entorno y ser capaz de hallar todo tipo de recursos. El conocimiento es poder, ya que, gracias al bagaje acumulado, mantengo contactos con profesionales de toda la cadena de suministro y sé a quién puedo acudir para que asuma con garantías cualquier etapa del proceso. Muchos se sorprenden de la información que reúno. Dedico un mínimo de veinte horas semanales a la lectura y la documentación. Los contenidos a nuestro alcance cada vez son más amplios… pero más deficientes. Vivimos en una época en la que se genera mucha información, pero de calidad muy pobre; con titulares muy llamativos, pero con textos sin fundamentos básicos, priorizando el marketing cuando no, directamente, el engaño. Y, por desgracia, en el entorno cosmético eso suele ser muy común.

 

Más sostenible no equivale a más efectivo; y lanzar un producto que no sea eficaz no tiene sentido

La cosmética está incorporando progresivamente más ingredientes naturales. Porque la sostenibilidad se ha convertido en un criterio prioritario a la eficacia, a lo cual ha contribuido el REACH, que evalúa, autoriza y restringe las sustancias que considera tóxicas. Ya son más de seis mil las que han sido apartadas del mercado cosmético, como el bisfenol, un conservante que constituye un riesgo para la salud. La sociedad cada vez reclama componentes más naturales, con lo que la cosmética se esfuerza en publicitar las bondades de sus fórmulas cuando incorporan dichos componentes. Lamentablemente, parte de esa información que se divulga es falsa. Tampoco podemos alcanzar una absoluta pureza, pues incluso el petróleo está presente en ciertos cosméticos. Debemos aspirar, eso sí, a lograr que esos productos sean lo más sostenibles posible, pero sin obsesionarnos en que sean totalmente naturales; entre otras razones, porque más sostenible no equivale a más efectivo, y lanzar un artículo que no sea eficaz no tiene sentido. Con ese doble espíritu, el de proporcionar productos naturales y eficaces, creé con dos socios en 2008 OhMyGod, entidad orientada a la elaboración de cosméticos naturales para uso en zonas genitales femeninas con activos con acciones fisiológicas, lo que los convierte en una opción beneficiosa para el organismo.

 

Buena parte del éxito de un cosmético reside en los beneficios psicológicos que aporta a quien lo usa

La confusión deliberada de determinados laboratorios perjudica el reconocimiento público del carácter terapéutico del cánnabis, una planta tradicionalmente usada por su carácter medicinal y que, en 1961, al ser incluida entre las sustancias estupefacientes, vio impedido su progreso como medicamento. Los cambios en las normativas han permitido, no obstante, que ahora se puedan realizar desarrollos clínicos, por lo que en breve asistiremos al lanzamiento de medicamentos fabricados con extracto de esa planta y con indicaciones terapéuticas de mayor o menor consideración. En OhMyGod hemos lanzado Yonic, una fórmula con CBD, pero que no presentamos como tratamiento para el dolor, sino como solución de higiene íntima, acorde con lo que es un artículo cosmético. Se trata de una formulación surgida en 2010 para la aplicación vulvovaginal, a partir de información científica expuesta ese mismo año en una conferencia que se impartió en la Sociedad Española de Estudios de la Menopausia, en Granada. Ya entonces aludí a la neurocosmética, un concepto que ahora está en boga y que alude a la sensación de bienestar que provoca el uso de un producto cosmético. El área vulvovaginal es una zona muy delicada y que tiene muchas implicaciones para la mujer, tanto a nivel físico como mental, y, en cambio, existen pocos productos en el mercado para cuidarla y atenderla. Buena parte del éxito reside en los beneficios psicológicos que, como otros productos cosméticos, aporta a las usuarias.

 

Nuestro equipo goza de un extraordinario reconocimiento en el mercado gracias a su competencia, versatilidad y elevado nivel de compromiso

La vocación de Apdena reside en ayudar a otras empresas a poner en el mercado productos innovadores. Eso reclama un profundo conocimiento científico, la actualización permanente, la participación en congresos, la redacción de artículos, la capacidad de mantenerse en contacto con los distintos actores de la cadena de suministro y la habilidad de estar atento a los frecuentes cambios regulatorios. Un buen producto empieza por disponer de buenos ingredientes, y en torno a las plantas y los productos naturales existen muchas posibilidades de innovar, porque aún hay mucho desconocimiento. A partir de ahí, se requiere buscar seguridad en lo que se refiere a su fabricación, es decir, que el producto sea estable, que disponga de controles de calidad y garantías sanitarias, y que además se pueda documentar científica y técnicamente. Trabajamos con algunos de los mayores y más prestigiosos laboratorios, a quienes proporcionamos un amplio abanico de servicios, pese a ser un equipo muy reducido de cuatro personas, pues me acompañan un farmacéutico (Albert), una química (Romina) y una bióloga (Eva). Eva fue mi alumna en la Universitat de Barcelona y hace quince años que colabora conmigo, siendo una pieza clave en la compañía, puesto que también es el nexo de unión con la Administración y quien controla los aspectos normativos. Por su parte, Romina cursó el máster en Fitoterapia que sigo impartiendo y es mi mano derecha en muchos cometidos, especialmente en lo que a desarrollo de producto se refiere. Albert es muy polivalente y atesora el alma más comercial. Ahora está inmerso en el desarrollo de algunos productos sanitarios que no son medicamentos, entre ellos un innovador chicle que someteremos a la FDA para su introducción en el mercado estadounidense. La competencia y la versatilidad, así como el alto nivel de compromiso, propician que nuestro equipo goce de un extraordinario reconocimiento en el mercado.

 

Sin plantas, nuestra existencia sería imposible

La cosmética tiene muy distintos significados para cada persona. La industria intenta con sus productos satisfacer unas expectativas, y estas se ven colmadas cuando se comprueba que dichos artículos se comercializan. Hay firmas que han sabido colmar perfectamente los deseos del público, como Nivea, que desde hace décadas viene triunfando con sus cremas y cuenta con fieles entusiastas, gracias a su efectividad. En algunos casos, se invierte mayoritariamente en el desarrollo de las fórmulas, mientras que en otros se apela a lo emocional y se destinan generosos presupuestos para convencer al consumidor de que con ese producto va a ofrecer su mejor versión y, con ello, conseguirá mejor bienestar. Nos gusta pertenecer a este sector y colaborar con él, de ahí que formemos parte de distintas asociaciones, como el Cannabis Hub (que estudia el cánnabis tanto desde el punto de vista industrial como médico) o el Beauty Cluster, que fomenta el networking, lo cual es de agradecer porque nuestro país adolece de esta cultura de colaboración y de compartir información, especialmente entre las pymes. Siempre me ha gustado nutrirme de conocimiento y de disciplinas afines. El año pasado, cuando ingresé en la Reial Acadèmia de Farmàcia de Catalunya, aludí a la importancia absoluta de las plantas; y no solo en el sector farmacéutico, porque, sin ellas, nuestra existencia sería imposible. Acabé refiriéndome a la biotecnología, rama que asistirá a un gran desarrollo en el futuro, pues la industria se nutrirá de vegetales para fabricar «carne» y medicamentos. Alimentarnos de animales es insostenible, tanto para nuestra salud como para el planeta, y deberemos recurrir a aplicaciones de biotecnología a partir de la flora. No tardaremos en ver naves de generación de nutrientes, controladas, libres de insectos y plagas, que garantizarán nuestra alimentación de manera más sostenible.

 

Es importante contar en el hogar con alguien que te comprenda y te brinde respaldo en los momentos más complejos

Sin Joana, mi vida no habría sido igual. Compartimos cuarenta y siete años de matrimonio y se ha convertido en la compañera imprescindible en un viaje que se ha ido enriqueciendo con el paso de los años y con la incorporación de nuevos miembros a nuestra familia. Primero fueron nuestros hijos, Pol y Nil, que en la actualidad suman cuarenta y dos y treinta y ocho años, respectivamente. Ninguno de los dos quiso seguir mis pasos en la farmacia, lo que, en 2005, me llevó a vender la que conservaba de mi padre, como ya había hecho años atrás con la de Terrassa. Ambos disfrutan de una vida estable en el ámbito profesional y, también, conyugal, pues han demostrado una gran inteligencia a la hora de seleccionar sus parejas. Es importante contar en el hogar con alguien que te comprenda y te brinde respaldo en los momentos más complejos. Yo he tenido esa fortuna, dado que Joana siempre ha sido comprensiva con mis abundantes compromisos profesionales, además de haber mostrado una empatía enorme cuando tuve que enfrentarme a un cáncer. Ahora nuestra felicidad se ha visto ampliada con la llegada de Berta y Quim, nuestros nietos, de tres años y dieciocho meses. Dado que residen a apenas quinientos metros, compartimos numerosos momentos con ellos, constituyendo, también, unos buenos alumnos a quienes instruirles acerca de las bondades de las plantas y de su importancia en nuestras vidas.