Volumen 16. Biografías relevantes, empresarios de cosmética y belleza

Maria Àngels Fernàndez Cejudo – Serigofer

Barcelona

1974

Directora general y segunda generación de Serigofer, S.L.

 

14-11-2023

 

Belleza para la belleza. Esta firma presta servicio al sector cosmético mediante la serigrafía y la estampación de los envases, contribuyendo a realzar el valor del producto. Su directora, segunda generación de la empresa familiar, ha imprimido a la compañía un nuevo estilo de liderazgo, manteniendo, eso sí, la honestidad heredada de su padre y aportando soluciones a las compañías de este mercado en todo lo relativo al ciclo logístico, desde el envasado hasta el manipulado o la envoltura en celofán.

 

 

Aunque mi padre desconocía el entorno de la serigrafía, su determinación le llevó a sumergirse en la actividad y a adquirir una empresa del sector

Guardo un entrañable recuerdo de mi infancia, íntimamente ligado a la escuela de las Germanes Dominiques, en el barrio de Sant Andreu de Barcelona. Ahí transcurrió mayoritariamente mi escolaridad y todavía conservo en la memoria la imagen de una compañera que el primer día de colegio se me acercó en el patio para hablar conmigo, en lo que fue el inicio de una larga amistad. En este centro tuve la oportunidad de disfrutar tanto de los juegos compartidos con las amigas como de los estudios, revelándome siempre como una alumna aplicada además de exhibir un carácter sociable. Esa personalidad, más madura, la mantuve en el Jesús, Maria i Josep, colegio donde cursé el Bachillerato, y que hasta el momento se había hallado exclusivamente reservado a los chicos. Eran unos años en los que solía prestar ayuda a mi padre, Agustín, quien había iniciado una nueva etapa profesional y agradecía la asistencia que la familia podíamos ofrecerle en sus cometidos. Hasta entonces había estado adscrito a la empresa Graines, caracterizada por desarrollar juguetes en torno a la célebre Señorita Pepis, muy popular en la segunda mitad del siglo pasado. El fallecimiento del dueño de la compañía supuso el cierre de la misma y que mi padre tuviera que buscar una alternativa laboral para contribuir a la economía familiar, compensada con las aportaciones de mi madre, María, quien trabajaba en una empresa del sector metalúrgico. La condición de mando intermedio de mi padre en aquella firma le había proporcionado varios contactos en el entorno de la juguetería y del manipulado, lo cual propició que conociera a una señora que disponía de un pequeño taller de serigrafía y que barajaba jubilarse. Aunque él desconocía por completo aquel entorno, su determinación le llevó a sumergirse en la actividad y a quedarse con el negocio.

 

El rigor y la vocación de servicio exhibido por mi padre propiciarían la llegada de otros clientes atraídos por las buenas recomendaciones recibidas

El negocio de serigrafía adquirido por mi padre era una pequeña empresa cuyos únicos activos quedaban reducidos a un local, una máquina y una empleada. Hombre voluntarioso y trabajador, aprendió el oficio, decidido a labrarse una carrera en ese nuevo sector, donde inicialmente contaba con pocos clientes. La satisfacción de estos, gracias al rigor y a la vocación de servicio exhibido por Agustín, propiciaría la llegada de otras firmas, atraídas por las buenas recomendaciones recibidas. También para mí constituyó una figura ejemplar y quien me marcó notablemente, tanto a nivel profesional como personal, convirtiéndose en toda una referencia. Nunca escuché de su boca una palabra mal sonante ni detecté una subida de tono, ni en nuestro hogar ni en la compañía. Siempre exhibió un talante muy positivo, entregado por completo a su trabajo y muy preocupado de que el resultado obtenido fuera el óptimo para alcanzar la máxima satisfacción del cliente. A su lado asimilé el valor del esfuerzo y el sacrificio para levantar una empresa, a lo cual contribuyó, asimismo, mi madre, una persona que, si por algo ha destacado a lo largo de su vida, es por su tenacidad, alcanzando cualquier objetivo que se propusiera. Pocas cosas puedo agradecer más a la vida que la educación recibida por parte de mis padres, quienes también me inculcaron el deber de tratar a los demás con respeto. Eso me ha convertido en una persona sincera y transparente, capaz, también, de encajar de buen grado cualquier crítica constructiva de la que pueda hacerme acreedora.

 

El baloncesto resultó muy edificante en lo que a asimilación de valores de trabajo en equipo se refiere, sobre todo si debes liderar una empresa

Asimismo han sido decisivas en mi crecimiento personal las actividades deportivas. Si en mi infancia y adolescencia el baloncesto y la gimnasia rítmica se convirtieron en mis principales disciplinas, más tarde abrazaría el tenis y la natación. El deporte de la canasta resultó muy edificante en lo que a asimilación de valores de trabajo en equipo se refiere, tan útiles en el entorno empresarial, sobre todo si tienes que liderar un colectivo. Al alcanzar determinada edad, sin embargo, era difícil reunir un grupo para seguir practicando esa modalidad, lo que me llevó a decidirme por deportes individuales para seguir manteniéndome en forma. Al mismo tiempo, cultivé otras aficiones que todavía conservo, como son escuchar música, acudir al teatro y, sobre todo, viajar. Es esta una faceta que inicié a los diecisiete años, cuando le expresé a mi madre el deseo de trasladarme a Gran Bretaña para consolidar mi inglés. Siempre he exhibido un carácter independiente y creo haber heredado la determinación de mi padre, de ahí que, poco después, ya me hallaba en Inglaterra, conviviendo con una familia y estudiando la lengua de Shakespeare por las mañanas. Se trata de una experiencia muy recomendable para cualquier joven, porque significa abandonar el caparazón protector de tu hogar, viéndote obligado a espabilarte para hacer frente a cualquier imprevisto, como la pérdida de un vuelo, la desorientación en un determinado enclave, saber manejarte con una moneda distinta, resolver una situación compleja en un idioma ajeno al materno… Todos esos retos se convierten en aprendizajes y hábitos adquiridos de gran utilidad para el futuro.

 

Una vez finalizada la carrera, los jóvenes acumulan muchos conocimientos teóricos pero no saben aplicarlos a la vida ni al ámbito empresarial

Poder ayudar a mi padre cuando era una adolescente, o en mi juventud, resultó satisfactorio, pero, sobre todo, edificante, porque tomaba contacto con la realidad de una empresa. Por eso entiendo deseable para la juventud que pueda compatibilizar sus estudios con alguna experiencia laboral, o que realice prácticas. Es una magnífica fórmula para asumir responsabilidades, aprender a trabajar en equipo o saber que, en una organización, uno adquiere determinados compromisos, como son el respeto a un horario, la realización de las labores encomendadas, el cumplimiento de los plazos establecidos o el atenerse a unas directrices. Todo eso no se enseña en la universidad, un hecho que provoca que, una vez finalizada la carrera, algunos jóvenes acumulen muchos conocimientos teóricos pero que, en realidad, lo ignoren casi todo, porque no saben cómo aplicarlos ni a la vida ni al ámbito empresarial. En mi caso, tras haber superado el COU, cursé una diplomatura en Ciencias Empresariales en la Universidad Autónoma de Barcelona que, cuando menos, me sirvió para disponer de ciertas nociones técnicas, las cuales, posteriormente, me resultarían de utilidad para mis cometidos profesionales. Me habría gustado incorporarme a la empresa familiar una vez finalizada la carrera, pero en ese momento la dimensión de la compañía todavía era muy modesta y no hubiera sido razonable forzar la creación de un puesto artificial en la misma. Aun así, siempre seguí prestando asistencia, de manera externa, a mi padre en determinadas labores contables y de oficina.

 

Disponer de experiencia en un entorno ajeno al de la empresa familiar es muy positivo, porque te obliga a desenvolverte como uno más

Completé mi formación superior realizando un postgrado en Administración y Dirección de Empresas y, posteriormente, con una licenciatura de Investigación y Técnicas de Mercado. Formada también como asesora financiera por EFPA España. A lo largo de mi trayectoria profesional he ido enriqueciendo mi capítulo académico, puesto que empecé a trabajar en banca, una labor que reclama una permanente actualización sobre la materia, en especial si se desea brindar un servicio óptimo a los clientes. En esa faceta fui adquiriendo mayores responsabilidades y tras mi primera etapa como gestora comercial pasé a ocupar la subdirección de una oficina para convertirme, más tarde, en gestora de banca personal, realizando gestión y asesoramiento de carteras de inversión y fondos. Disponer de experiencia en un entorno ajeno al de la empresa familiar resulta muy positivo, toda vez que, al alejarte del círculo paterno, pasas a depender de una jerarquía que no te brinda la misma protección, lo cual te obliga a superarte y a desenvolverte como corresponde en cualquier compañía. Por otra parte, el trato que puede recibir un integrante de la familia empresaria por parte del resto del equipo humano no suele ser tampoco el mismo. Más allá de la colaboración externa que brindaba a Serigofer, acabé asumiendo la dirección de la firma tras fallecer mi padre, en 2021. Decidí dar continuidad al proyecto que él había fundado en 1990 porque esa era su ilusión y porque ni mi madre ni yo deseábamos que se perdiera su legado. Al mismo tiempo, éramos conscientes de la responsabilidad que pesaba sobre nosotras, ya que de la empresa dependían muchas economías domésticas de los trabajadores, lo que constituía otra razón más de peso para desestimar su cierre.

 

Raramente la clase política y los medios de comunicación ponen en valor la labor de los empresarios

Para mí habría resultado más cómodo y fácil desentenderme de la empresa familiar, pero comprendí que debía hacer frente a ese desafío, por responsabilidad y cariño. Lo afronté con una mezcla de ilusión y de quebraderos de cabeza. La sociedad, en general, no es consciente de lo que supone ponerse al frente de una compañía. Raramente la clase política y los medios de comunicación ponen en valor la labor de los empresarios, quienes, en definitiva, somos los que creamos empleo y contribuimos a generar riqueza y a nutrir las arcas públicas para sufragar los servicios sociales que, como Estado de Bienestar, todos queremos tener a nuestro alcance. Ponemos en riesgo nuestro capital, teniendo que avalar con nuestro patrimonio un préstamo necesario para que el negocio salga adelante y poder garantizar así unos puestos de trabajo. La imagen del empresario aparece frecuentemente desvirtuada, porque nadie sabe que no nos regimos por un horario, sino que nos llevamos a casa las preocupaciones y la mayoría de las obligaciones. Yo misma me veo en la tesitura de tener que responder muchos correos electrónicos cuando ya llegado a casa o de repasar estados contables durante el fin de semana. Me gustaría poder disfrutar de la conciliación familiar, que por supuesto considero necesaria, pero sería deseable contar con el respaldo de gobiernos, el poder judicial y la opinión pública, los cuales deberían mostrar mayor consideración hacia la figura del emprendedor y las empresas. Es necesario poner en valor la figura del emprendedor como agente positivo e importantísimo en nuestra sociedad y dejar de pensar que las empresas y empresarios son los malvados de esta sociedad en que vivimos. No todos los empresarios son malos por el hecho de ser empleadores, como tampoco todos los trabajadores son buenos por el único hecho de ser empleados. Hay de todo en ambas partes.

 

Tengo la suerte de contar con colaboradores muy implicados

Cuando de lo que se trata es de incorporar a una persona a la compañía, lo que principalmente valoro es que tenga ganas de trabajar y mejorar. Si un candidato presenta ciertas carencias formativas, siempre podemos instruirle al respecto, o si no funciona en un determinado puesto podemos asignarlo a otro alternativo. Sin embargo, en los últimos tiempos se detecta falta de personal con ganas y ambición. Nos encontramos con personas que, al interesarse por una oferta de empleo, muestran como prioridad los horarios, las vacaciones y el sueldo. Afortunadamente, todavía queda gente responsable con la que se puede contar. En nuestro equipo, integrado por cerca de veinte personas, dispongo de una coordinadora que constituye mi mano derecha, así como de un responsable del Área de Serigrafía y otro del Departamento de Envasado y Manipulación. Bajo su tutela respectiva se hallan el resto de operarios. Asimismo, tenemos una licenciada en Químicas que es la encargada de supervisar que los productos que envasamos se ajusten a las directrices que dictamina la Agencia Española del Medicamento. Tengo la suerte de contar con colaboradores muy implicados, que derrochan ilusión en el proyecto, al que he querido imprimir un nuevo enfoque, siguiendo la línea de mi padre, pero adaptado a la nueva modernidad. Él siempre se reveló como una persona brillante, pero a menudo lo veía desbordado de trabajo, intentando llegar a todo y sin poder contar con algún mando intermedio en quién poder delegar. He optado por delegar mucho y establecerme unas pautas de comportamiento. Rodearme de profesionales competentes y capaces de hacer funcionar cada departamento y de una persona que me filtra la información sensible es suficiente para que la compañía desarrolle su actividad a la perfección.

 

Si hay una virtud que define a nuestra compañía es el compromiso contraído con los clientes

En una empresa como la nuestra, que se basa en el servicio al cliente, el orden y la sincronización resultan elementales para que el resultado sea eficiente. Si hay una virtud que define a nuestra compañía, es el compromiso contraído con quienes depositan la confianza en nosotros, pues nuestra transparencia nos empuja, en caso de ser necesario, a desestimar un pedido cuando no podemos dar un cumplimiento satisfactorio por razones de saturación. En esos casos, preferimos obrar con honestidad e intentar buscar una solución que resulte adecuada para nuestros clientes. Estos saben que en nuestra empresa pueden hallar un servicio integral o que pueden confiarnos una parte de su logística. Trabajamos para un amplio abanico de compañías, entre las cuales se encuentran muchas pymes del sector cosmético, pero también primeras marcas internacionales que cuentan con subsidiarias en nuestro país. Lo que no resultaría ni rentable ni razonable, por razones logísticas, sería prestar servicio a aquellas firmas radicadas en el extranjero. Hay entidades que simplemente están interesadas en la decoración de sus envases, o tal vez en el rellenado de los mismos. Pero, en cualquier caso, disponemos de capacidad para cubrir todo el proceso de principio a fin. Los envases a decorar nos los puede proporcionar el cliente o bien se los podemos aportar nosotros. Una vez decorados, si la firma en cuestión lo desea, procedemos al envasado con el producto facilitado por los laboratorios. Igualmente, podemos completar el servicio con el packaging, la envoltura encelofanada. Todo eso reclama una gran coordinación, para disponer en todo momento de los elementos que intervienen en cada fase del proceso y garantizar la entrega al cliente en el plazo prometido.

 

La reputación de la marca tiene gran influencia en la decisión de compra, pero el packaging constituye la primera imagen detectada en el lineal del punto de venta

El packaging juega un importante papel en los productos cosméticos, dado que se trata de una industria cuya atracción en buena medida se produce a través del impacto visual. El interés del consumidor, por tanto, se despierta con una caja bonita, de ahí la importancia de la decoración y la creatividad que podamos imprimirle. Una de las soluciones más efectivas reside en el stamping, un recurso muy llamativo, mediante bellos elementos dorados o plateados que se revelan muy efectivos. Bien es verdad que es una técnica que acarrea un coste añadido respecto a la serigrafía, pero los clientes que desarrollan cremas o productos de alta gama prefieren invertir en esta opción ante el retorno que acostumbran a obtener. Si estamos tratando con productos de belleza resulta lógico que se recurra a la belleza en el envoltorio, generando una mayor confianza entre el público. La reputación de la marca tiene gran influencia en la decisión de compra, pero el packaging constituye la primera imagen detectada en el lineal del punto de venta por parte del comprador, quien busca realzar su aspecto, ya sea disimulando las arrugas del rostro y rejuveneciendo su piel u otorgando un aspecto sedoso a su pelo. Esas mejoras físicas también tienen su repercusión en la faceta anímica, pues quien percibe que ha optimizado su apariencia se siente mejor consigo mismo, y esa seguridad le permite afrontar de manera más favorable cualquier compromiso.

 

Para los envases, cada vez se observa mayor tendencia a recurrir a material reciclado y ecológico, dada la sensibilidad de los consumidores en materia sostenible

Una de las ventajas de nuestra compañía es que nos adaptamos a las necesidades del cliente en cuanto a volúmenes, pudiendo asumir el servicio para pequeñas partidas, lo cual supone un alivio para muchas pymes. Nuestro servicio de artes gráficas desarrolla distintas técnicas: serigrafía, stamping, termograbado… No importan las características del envase, que puede ser cilíndrico, cuadrado u ovalado, al igual que tenemos capacidad para trabajar tanto en vidrio como en aluminio o en plástico. A pesar de que el vidrio tiene un coste más elevado, hay muchos clientes que optan por esta materia prima, sobre todo para alojar los productos más sofisticados. El aluminio y, sobre todo, el plástico, resultan más económicos, si bien cada vez se observa mayor tendencia a recurrir a material reciclado, siguiendo las tendencias del sector, dada la sensibilidad que muestran los consumidores en materia sostenible. Lo mismo ocurre con las cremas y los productos cosméticos, donde se detecta mayor inclinación a optar por fórmulas naturales y ecológicas, existiendo firmas que incluso renuncian a la presencia de ingredientes químicos. También podemos sumarnos a esas exigencias del mercado utilizando tintas ecológicas si así lo desea el cliente. Asimismo, realizamos envasado para productos farmacéuticos. Disponemos de tres salas blancas que garantizan unos óptimos procesos de manipulado, lo que evita cualquier eventual contaminación del producto.

 

El crecimiento de la compañía se basa en la satisfacción de los clientes, porque son los propios laboratorios, proveedores y otros clientes quienes nos recomiendan a terceros para la serigrafía y envasado

En la actualidad nos encontramos en plena mudanza. Aunque me apena abandonar las instalaciones donde mi padre dio inicio en 1990 a esta empresa, la evolución experimentada por la compañía no nos deja otra alternativa que trasladarnos a Montcada i Reixac. Soy una enamorada de Barcelona y me habría gustado continuar en la ciudad, pero los precios de las naves industriales presentan una gran diferencia respecto a los que existen a apenas una decena de kilómetros a la redonda. El cambio obedece al crecimiento que hemos experimentado en estos últimos años y que nos ha obligado a buscar un alojamiento óptimo. En el barrio de Poblenou, en la actualidad contamos con un par de pequeñas naves propias, que en su día tuvimos que complementar con otros dos recintos que alquilamos enfrente. A las dificultades de espacio se le añade la dispersión de los locales, que ahora resolveremos con la concentración en una única y nueva nave de mil doscientos metros cuadrados, donde centralizaremos todas nuestras operaciones. Nuestra idea es continuar creciendo, incrementando volúmenes en las distintas líneas de negocio que tenemos. La visión de mi padre, de no limitarnos a unas pocas empresas clientes, sino de diversificar nuestra actividad, resultó clave para esta expansión, que en el futuro reclamará optimizar los procesos e incorporar tecnología. Como en cualquier compañía, el crecimiento estará supeditado, por supuesto, a lo que permita la financiación, ya sea a través de fondos propios o apoyada por las entidades financieras. En todo caso, lo llevaremos a cabo de modo controlado, para evitar riesgos innecesarios. En nuestro caso, el progreso de la compañía se basa en una labor constante a lo largo de más de tres décadas, asentado en la satisfacción de los clientes, porque han sido ellos quienes nos han traído nuevas firmas que han requerido nuestros servicios. No disponemos de promotores comerciales, sino que son los propios laboratorios los que nos recomiendan a terceros, tras haber contrastado nuestra eficacia, algo que constituye un verdadero orgullo. Tampoco participamos en ferias profesionales porque entendemos que no es un foro donde podamos proyectar adecuadamente la actividad de nuestra compañía.

 

Detectamos importantes carencias en lo que a disponer de profesionales debidamente formados se refiere

La expansión de cualquier compañía está supeditada al desarrollo tecnológico y a contar con la mano de obra cualificada correspondiente. En nuestro caso en particular, y en el mercado laboral en general, detectamos importantes carencias en lo que a disponer de profesionales debidamente formados se refiere. Se constata la falta de personal de oficios. Hallamos serias dificultades para reclutar técnicos serigráficos, a lo cual se le une el hecho de que los pocos que encontramos presentan algunas lagunas en cuanto a conocimientos prácticos, lo que obliga a invertir tiempo y recursos en formación para conseguir la deseable aptitud operativa. Ello evidencia la necesidad, a nivel social, de potenciar los estudios de Formación Profesional, pues hasta ahora han venido arrastrando un aura de desprestigio frente a la opción universitaria, circunstancia que conduce a los jóvenes a decantarse por carreras que, en muchos casos, no presentan tantas oportunidades de empleo. Ahí, desde luego, también tiene peso la intervención de los padres, que aspiran a que sus hijos cursen estudios superiores por un malentendido sentido del progreso social, sin percatarse de que la presión a que los pueden someter puede acabar revelándose contraproducente. Por otra parte, y aun admitiendo que desconozco la realidad actual de la FP en profundidad, tengo la impresión de que sus programas están faltos de una vertiente práctica más eficiente, ya que aquellos jóvenes que han completado los estudios no muestran la suficiente competencia cuando aterrizan en las empresas y tienen que hacer funcionar una máquina.

 

No hay motor más potente que la ilusión que inviertes en los proyectos

Es importante que los jóvenes asimilen que los recursos para afrontar los gastos del hogar y los caprichos que podamos permitirnos no llueven del cielo, sino que son consecuencia de esa dedicación. En mi caso, lo que me impulsa es la pasión por este negocio. No hay motor más potente que la ilusión que inviertes en los proyectos, y yo me levanto cada mañana con un espíritu muy positivo, dispuesta a superar cualquier reto. Para ello, es importante encontrar un buen equilibrio, lo cual pasa por un descanso de calidad, combinado con actividades que contribuyan a nuestro bienestar. La práctica deportiva me ayuda mucho en ese sentido, por lo que estoy convencida de que la juventud debería también dedicarle mayor atención, en detrimento del uso de los dispositivos electrónicos. Ahora existe mucho debate en torno a la idoneidad de que niños y adolescentes dispongan de esos recursos. No creo que en la prohibición se halle la solución, sino que todo radica en la educación, al igual que ocurre con la sostenibilidad, un aspecto que ha adquirido cada vez mayor protagonismo en la sociedad. Pero no basta con la sensibilidad y con las medidas que se puedan adoptar en nuestros hogares. Se trata de un problema global en el que todos los países del planeta deberían estar implicados. Si aspiramos a un mundo mejor, debería exigirse a todos los países adaptar sus procesos productivos a los estándares que estamos adoptando en las áreas más desarrolladas.

 

Sería una satisfacción para mí ver que mi hija sigue mis pasos profesionales

Me siento muy orgullosa de contar con un gran equipo, pero aún más de poder decir que en nuestra empresa los puestos de mayor responsabilidad están ocupados por mujeres. Hace unos años, este hecho hubiera sido poco probable, pero hoy es una realidad. Los mandos intermedios y el almacén están ocupados por hombres, mientras que en producción, contamos tanto con hombres como con mujeres de manera indistinta. Así, cumplimos con una paridad justa. Seguiremos trabajando con ilusión y mejorando en sostenibilidad, que es lo que nos mueve, para dar la mejor atención y servicio a nuestros clientes. Albergo la esperanza que tras mi paso por Serigofer, el negocio continúe. No dudo que sería un orgullo para mi padre ver que la empresa que consiguió levantar alcanza la tercera generación, como también lo sería para mí ver que mi hija sigue mis pasos profesionales. Bien es verdad que, en la actualidad, ella muestra mayor interés por el sector sanitario, lo cual es un consuelo, teniendo en cuenta las afinidades que existen con nuestro mercado y que nuestra firma también presta servicio al entorno farmacéutico. A ella tengo que agradecerle la infinita comprensión que exhibe, pues soy consciente de que invierto mucho tiempo en el trabajo y de que, incluso en el ámbito doméstico, destino muchas horas a resolver cuestiones vinculadas a la empresa. Considero que, para ella, esta experiencia también constituye un aprendizaje, al comprobar el esfuerzo y el sacrificio que reclama pilotar una compañía.