Volumen 16. Biografías relevantes, empresarios de cosmética y belleza

Manel Lavega Beltran – Proquimia Cosmetics

Ulldecona (Tarragona)

1942

Accionista fundador de Proquimia Cosmetics, S.A.

23-5-2023

 

Este emprendedor define su compañía como la aportación a sus clientes del 50% de sus necesidades, especialmente en la parte productiva: toda una inmejorable carta de intenciones para transmitir su carácter colaborativo, que se plasma en el servicio que ofrecen a las firmas de los entornos cosmético y perfumista, asumiendo todas o cada una de las etapas del proceso productivo, desde la formulación hasta el embalaje y la entrega. La renuncia a la marca propia es uno de los compromisos adquiridos en su calidad de productores para terceros, así como también su apuesta por la discrecionalidad y la confidencialidad.

 

 

Con el ejemplo de su denuedo y dedicación, mi madre logró transmitirme la cultura del esfuerzo

Nací en la localidad más meridional de Catalunya, Ulldecona, donde mi padre, Camilo, tenía una carpintería que devino mi primer terreno de juegos durante mi primera infancia. Sin embargo, esa felicidad quedó truncada a los cuatro años, como consecuencia del prematuro fallecimiento de mi progenitor. El negocio pasó a manos de su hermano, mientras que mi madre, Pepita, se vio obligada a enderezar su vida con las dificultades que suponía enviudar en plena juventud. Ante aquella adversidad, alquiló un piso donde empezó a ejercer de modista, trabajando día y noche para que pudiéramos salir adelante. Con el ejemplo de su denuedo y dedicación, logró transmitirme la cultura del esfuerzo, que constituye uno de sus principales legados. Aún conservo en la memoria los desayunos que me preparaba para acudir al colegio y que hacían más llevadero ese largo camino hasta el centro, que se hallaba al otro extremo del pueblo. Mi trayectoria académica podríamos calificarla de discreta, pues admito que me esforcé lo mínimo, dado que no me atraía tener que trasladarme a Tortosa para cursar el Bachillerato. Quería adquirir la formación básica y ponerme a trabajar cuanto antes para contribuir a la economía doméstica. De ahí que, ya a los catorce, empezase a obtener algunos ingresos a través de ayudar en sus tareas a un fontanero conocido de la familia.

 

Desembarcar en el sector químico permitió una etapa de profundo aprendizaje sobre el mundo de la cosmética

Quedarme en Ulldecona, sin embargo, no me satisfacía; entre otras razones, porque veía limitadas las oportunidades profesionales. Dado que mis tíos vivían en Barcelona, decidí trasladarme a la capital, donde enseguida hallé empleo en el Departamento de Siniestros de una compañía aseguradora. La condición de ser de Tortosa el director no solo facilitó mi ingreso en la misma, sino que me permitió algunas licencias y ayudas para ingresar en una escuela especializada en seguros. Esos viajes a mi localidad natal, no obstante, se esfumaron enseguida, pues al año de mi aterrizaje en Barcelona mis tíos decidieron realizar el viaje inverso y vivir en Ulldecona, mientras que mi madre se vino a vivir conmigo en la ciudad. En la empresa en la que trabajaba fui adquiriendo formación especializada en seguros, lo cual propició que pudiera incorporarme más adelante a una compañía de mayor entidad: Winterthur. Ese cambio fue la antesala, por diferentes circunstancias, de mi desembarque en el sector químico, pues meses después, cuando rondaba los dieciocho, ingresaría en Laboratorios Ferrer, trabajando en el Departamento de Exportación, junto al mismísimo Carlos Ferrer Sala, quien posteriormente se convertiría en presidente de la CEOE y del Comité Olímpico Español. Dicha etapa se caracterizó por un profundo aprendizaje del entorno de la cosmética/farmacia, además de abrirme las puertas para iniciar una carrera internacional, dado que la compañía se estaba expandiendo y seleccionaba gerentes para el mercado exterior. Ya me estaba preparando para emprender la aventura sudamericana cuando a mi madre le diagnosticaron un cáncer de mama que me hizo reconsiderar mis planes y permanecer junto a ella.

 

Inicié mi andadura empresarial con un negocio de envasado de aerosoles para terceros

Durante mi trayectoria en Laboratorios Ferrer, compatibilizaba otro trabajo por las tardes, acudiendo al despacho de un abogado a quien prestaba servicios auxiliares de pasantía e informes. Este despacho había establecido relación con unos italianos que fabricaban máquinas para llenar aerosoles. Dado que tenían la intención de introducirse en España, me propusieron convertirme en su representante en ese mercado, comercializando los componentes y la maquinaria que los fabricaba. Pude comprobar que además de la venta de las máquinas podía ser interesante instalar alguna de las mismas en Barcelona y ofrecer también el servicio de fabricación de los productos a estos clientes cuando no quisieran hacer la inversión de adquirir dicha maquinaria. Fue así como, en compañía de un químico que colaboraba conmigo, Josep Llobet, decidí alquilar un pequeño local e importamos un par de unidades para envasar también aerosoles para terceros. Resultó interesante asumir esa responsabilidad, pues me dio la oportunidad de entrar en contacto con grandes firmas de la cosmética, como eran en aquel momento Puig, Legrain o Myrurgia. Sin embargo, no era fácil conquistar a los compradores, profesionales expertos que me aventajaban en el conocimiento de los productos que les ofrecía. Debo subrayar que esas personas exhibieron una gran humanidad y me ayudaron, tanto o más que los italianos que me habían contratado, a descubrir las virtudes y propiedades de este sector.

 

Siempre he sido prudente y nunca he querido correr excesivos riesgos

Muy pronto, ante la positiva evolución de la actividad, le propuse a Llobet convertirse en socio y decidimos trasladarnos a Ripollet, donde compramos una nave de 500 m2 en el Polígono Industrial Cadesbank, junto al río Ripoll, y muy cerca de la población. Asumimos una hipoteca razonable; y es que admito que prefiero ser prudente y no exponerme más de la cuenta. Iniciamos nuestra andadura empresarial en 1972, bajo el nombre de Aeroquimia, dedicándonos a la venta de máquinas y a la fabricación de aerosoles para terceros. Sin embargo, unos años más tarde nos vimos obligados a transformar nuestra actividad, pues los gases freón que utilizábamos (clorofluorocarburos no inflamables) fueron prohibidos a causa de los daños que infligían a la capa de ozono. Como sustitutivos se podía recurrir al uso de gases inflamables, para los que no contábamos con las instalaciones pertinentes. Ante ese escenario, optamos por dedicarnos a la cosmética, aprovechando que nuestras instalaciones estaban adaptadas para ello. De este modo, en 1982 fundábamos Proquimia Cosmetics y conservábamos Aeroquimia como patrimonial. Cuatro años más tarde, adquirimos una empresa radicada en Sant Esteve Sesrovires que se dedicaba a producir aerosoles con butano, a la que rebautizamos como Envasadores Reunidos (ERSA) y, posteriormente, para que fuera más parecida a la nuestra, Proersa Cosmetics. Once años después, Llobet y yo nos desprenderíamos de Proersa, que fue adquirida por un tercer socio, lo que nos permitió a Josep y a mí concentrarnos en la cosmética y reforzar la planta de Ripollet. Durante este tiempo me había incorporado a la empresa Comercial Química Massó, a su Departamento de Ventas, muy importante en la comercialización de materias primas para diferentes sectores, entre los que estaban los de la cosmética y la farmacia. Quiero agradecer la confianza y ayuda que recibí de los excelentes profesionales de esta entidad y, especialmente, de su presidente (ya fallecido), José Luis Massó, y de su hijo, Isidro Massó (actual presidente de la empresa), con los que compartí tantos años y mantengo aún una entrañable relación. La imagen de representar a esta empresa fue, indirectamente, lo que me facilitó entrar completamente en el sector de la cosmética, la perfumería y la farmacia.

 

Nuestra idea siempre ha sido que los clientes nos consideren el 50% de la parte productiva de su empresa, al ofrecerles un servicio integral y de confianza

En aquel momento, 1996, Proquimia Cosmetics contaba con una veintena de trabajadores. Igualmente, como hacían otros competidores, nos planteamos la posibilidad de crear nuestra propia marca, pero finalmente convinimos que resultaba preferible dedicarnos a trabajar solo para terceros, con objeto de evitar que nuestros clientes pudieran interpretar que actuábamos con poca ética al convertirnos en sus propios competidores. Al mismo tiempo, entendimos que debíamos poner en valor el siguiente espíritu: «Considerarnos parte de su empresa en toda su problemática productiva». Hoy en día tenemos capacidad para desarrollar y fabricar productos cosméticos y perfumes de todo tipo, envasarlos, embalarlos y entregarlos, con la posibilidad de asumir el proceso de manera total o parcial. Para el cliente somos el partner que puede llevar a cabo, desde nuestro laboratorio, una formulación a su medida, cuando desee lanzar al mercado un determinado producto. Estudiamos conjuntamente sus necesidades específicas y elaboramos una propuesta que sea competitiva en el mercado. Y si el cliente la aprueba, no le cobramos por ese servicio si nos encomienda su producción. Normalmente, también le hacemos sugerencias de nuevas líneas si detectamos un artículo que pueda ajustarse a su ámbito productivo; le ayudamos en el diseño del embalaje, en función de las tendencias que advertimos en el mercado, e incluso en el diseño y el marketing. Pensando en el mutuo interés de ayudar a nuestros clientes y, en este caso, favorecer a la prosperidad de mi pueblo, tuve la oportunidad de colaborar con un cliente y amigo, Pedro Murillo, a que pudiera trasladar su empresa Maverick al polígono industrial de Ulldecona, ya que, como interproveedor de Mercadona, precisaba ampliar su empresa con un espacio mayor. Así, pasó de ocupar 7.000 m2 a las instalaciones actuales, superiores a los 40.000 m2. La buena disposición de mi amigo Lluc Raga, en aquel momento alcalde de Ulldecona, facilitó que Pedro Murillo pudiera instalar allí su entidad, con el beneficio añadido que representó para el pueblo.

 

Nuestra política de comunicación comedida garantiza la confidencialidad a los clientes

Obramos con absoluta discrecionalidad y confidencialidad, por lo que en el momento de establecer contacto con un cliente le suministramos un protocolo que deben firmar, donde se estipula un compromiso de actuación, ya que, por respeto a cualquier cliente, no resulta procedente que alguien ajeno a nuestra organización se nutra de un know how que corresponde a otros. Esa misma cultura nos lleva a observar una política de comunicación comedida, omitiendo las menciones de cualquier marca y siendo muy discretos con la difusión de nuestra tarea. Recientemente, por ejemplo, hemos anunciado una novedosa crema para una empresa que ha sido contrastada por una destacada alpinista en su ascensión al Everest. En este caso, no hemos revelado ni el nombre de la entidad ni la marca, pero sí hemos dado a conocer este hito, ya que nos permite que algún cliente interesado en desarrollar una crema para situaciones extremas como las bajas temperaturas, la humedad, el viento… acuda a nosotros para que podamos formularle una alternativa similar. Desarrollamos en torno a trescientas referencias distintas al año, además de envasar cerca de trece millones de unidades de productos.

 

Nos caracterizamos por la versatilidad y flexibilidad de nuestra oferta, adaptada a las necesidades del cliente

Nuestra versatilidad nos permite adaptarnos a las diferentes necesidades de los clientes, pues tenemos distintos reactores con turbo-hélice y vacío para la producción en caliente de emulsiones con viscosidades variadas, que abarcan desde los 150 kg a los 1.500 kg. Igualmente, contamos con depósitos de acero inoxidable de hasta 3.000 litros, que nos capacitan para fabricar en frío otro tipo de cosméticos. Esta flexibilidad también la podemos aplicar al ámbito del llenado de los envases, ya que disponemos de tres secciones diferenciadas, donde rellenamos botellas, tarros, tubos de plástico y laminados, así como otras clases de envases, en líneas automáticas y semiautomáticas. Esto nos permite atender a los clientes desde las producciones iniciales más pequeñas hasta las más automatizadas. Dicha adaptabilidad nos obliga, por supuesto, a llevar a cabo una inversión constante, a fin de ajustarnos a las tendencias del mercado y a los requisitos de los clientes. En este proceso podemos encargarnos del full-service o utilizar los materiales que nos entrega el cliente.

 

Contamos con seis naves y tres más en alquiler, con un total de más de 5.000 m2 de superficie ocupada, siendo considerados como una empresa referente del sector

Lo dicho explica que hayamos experimentado una importante evolución en la fabricación para terceros y que desde hace más de tres años hayamos incorporado también la perfumería como línea de negocio, una actividad que nos exige espacios adaptados para la maceración de los perfumes y los principios activos con el alcohol. Asimismo, desarrollamos ambientadores líquidos en distintas modalidades, excluyendo los sólidos de evaporación. Y también hacemos productos zoosanitarios, orientados a los animales domésticos. Para llevar a cabo todo ello, hemos adaptado las diferentes naves a cada actividad. Igualmente, todo nuestro equipo se ha ampliado en sus diferentes secciones hasta disponer de una plantilla superior a las cuarenta personas. La versatilidad de nuestra estructura y el conocimiento cercano de nuestros clientes son los dos puntales para intentar comprender sus necesidades y poderles atender con la rapidez que en cada momento requieran.

 

Compatibilizar el estudio con el trabajo es la mejor forma de entusiasmar a las nuevas generaciones

Considero interesante que los estudiantes compatibilicen su formación con el trabajo, tanto para descubrir si esa profesión hacia la que se orientan es realmente la que se ajusta a sus expectativas, como para nutrir a las empresas con ideas que, por atípicas, pueden provocar innovadoras sacudidas en las organizaciones. De hecho, estoy convencido de que es la mejor manera de entusiasmar a las nuevas generaciones hacia su cometido laboral de futuro, pues no todo el mundo encuentra su vocación en el ámbito académico. Otro tanto puede decirse de las dificultades que tenemos para encontrar mano de obra cualificada, seguramente debido al desprestigio social de la Formación Profesional: un hecho que no deja de ser irónico, puesto que las personas que opten por oficios especializados de tipo manual (carpinteros, fontaneros, mecánicos…) tendrán asegurada una carrera estable y lucrativa; eso sí, siempre actualizándose en el uso de las nuevas tecnologías.

 

Los controles sanitarios en cosmética son incluso más exigentes que en alimentación

La crisis de 2008 apenas nos afectó. Me atrevería a decir que, incluso, nos acabó beneficiando, dado que en aquellos momentos las empresas no tenían capacidad para acometer inversiones, ni aumentar sus plantillas, y podían contar con la colaboración de compañías como la nuestra para externalizar la producción. Algo similar ocurrió con la pandemia del 2020, con el añadido de que aprovechamos para desarrollar gel hidroalcohólico, consiguiendo que 2020 se erigiera en uno de nuestros mejores ejercicios.

 

Obligado y triste cambio en la sociedad

Tras el triste fallecimiento de mi amigo y socio fundador, Josep Llobet, en 2012 continuó su legado su hija, Marina, farmacéutica de profesión y que ha asumido la Dirección Técnica de la compañía, además de ser una perfecta aliada al frente de la sociedad. A ello hay que añadir la incorporación de Joan Serra, nuestro actual Gerente, que cuenta con una sólida formación profesional como Ingeniero Industrial, y nos garantiza una excelente gestión, contribuyendo también a nuestra expansión tanto en el mercado nacional como en el internacional. Y es que, por su experiencia profesional, conoce perfectamente el sector cosmético y de perfumería. Nuestro laboratorio de I+D, dirigido por mi socia Marina Llobet, siempre convierte las diferentes coyunturas en oportunidades para innovar. En él, aparte de estudiantes en prácticas a los que animamos a decantarse por nuestro sector, disponemos de media docena de técnicos que se encargan del desarrollo del producto, de la homologación de las materias primas y del control de calidad. Se requieren seis meses para lanzar una nueva propuesta al mercado y superar los test de compatibilidad. Los controles sanitarios en cosmética son más exigentes que en alimentación. Se nos obliga a unos requisitos muy estrictos en las diferentes fases de los procesos a fin de garantizar que el producto final no pone en riesgo la salud de las personas. Aplaudo la implantación de esas exigencias, aunque debo decir que son consecuencia de las presiones que las autoridades han recibido por parte de las multinacionales, interesadas en erradicar del mercado a algunos competidores, de forma que las pymes nos hemos visto obligadas a adaptarnos al escenario deseado por esos gigantes del sector.

 

De la contribución de cada uno de los miembros de nuestro equipo depende el éxito colectivo

El equipo humano es esencial en nuestra estructura, pues de la contribución de cada uno de sus miembros depende el éxito colectivo. Nuestra entidad se estructura entre la parte de administración, el laboratorio, la zona química y de fabricación, el área de envasado y los almacenes, donde tenemos todos los productos, nuestros y de los clientes, debidamente codificados y clasificados. Los responsables máximos de todas estas secciones son piezas clave en nuestra entidad, y de nuestra absoluta confianza. No olvidemos, asimismo, la labor del resto de la plantilla; por ejemplo, siempre resaltamos la importancia de la imagen que tiene que dar la persona que recibe las llamadas, pues ella se convierte en el primer punto de contacto con los clientes, revelándose como la tarjeta de presentación de la firma. Esa atención inicial prestada es clave en la impresión que se llevan quienes acuden a nosotros, aunque es cierto que contamos con acreditaciones oficiales que avalan la excelencia de nuestra actividad y que transmiten una imagen de prestigio, garantía y confianza. A la ISO14001, que reconoce unos procedimientos respetuosos con el medioambiente, le unimos la ISO 22716, que certifica la observación de buenas prácticas como fabricantes de productos cosméticos. Ese mismo aspecto lo avala la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, que nos ha concedido la certificación GMP (Good Manufacturing Practice). Igualmente, contamos con el Innovative Pyme, que supone el reconocimiento al carácter innovador de una pyme.

 

Es importante para un país cuidar su industria y velar por su buena salud

Mantenemos un estrecho vínculo con distintos colectivos empresariales. Estamos asociados a PIMEC, utilizamos los servicios de ACCIO, formamos parte de la Asociación Nacional de Perfumerías y Cosmética (STANPA) y de la Sociedad Española de Químicos Cosméticos y también estamos asociados al Beauty Cluster Barcelona. Resulta interesante la adhesión a estas entidades por la información que se obtiene, permitiéndonos estar al corriente de todas las novedades que surgen, tanto a nivel normativo como de desarrollo de producto. Estas asociaciones impulsan iniciativas enriquecedoras y constituyen un valioso recurso al que acudir con consultas profesionales. Es importante para un país cuidar su industria y velar por su buena salud, ya que, a diferencia de lo que puede ocurrir con algunas actividades del sector primario o de los servicios, mantiene la estabilidad de los puestos de trabajo a lo largo del año. Catalunya ha sido históricamente un motor industrial en Europa, si bien en los últimos tiempos posiblemente ha perdido empuje debido a la fuerte competencia de países con bajo coste de la mano de obra. También la cosmética y la perfumería han notado esta situación, después de haberse erigido en referencias internacionales, con firmas relevantes, cuyos productos gozaban de un gran reconocimiento en Europa, el continente americano u Oriente Medio, siendo sinónimos de garantía de calidad. Hemos acusado cierta falta de apoyo por parte de las instituciones. Y ello es vital; por ejemplo, gracias a los Fondos de Desarrollo Europeos hemos logrado una subvención que nos ha permitido centralizar toda la actividad de nuestros almacenes en nuestro ordenador central, facilitando la localización de los productos y la información del movimiento continuo de los mismos. Creo que la UE tendría que fomentar cierto proteccionismo de nuestra producción, no tanto a nivel arancelario, sino garantizando que cualquier producto que se importe de países no comunitarios tenga que cumplir los mismos estándares de calidad, seguridad y normativa exigidos aquí.

 

Tanto la cosmética como la perfumería creemos que generan adicción entre algunas personas debido a que depositan una gran confianza en las marcas de estos productos

El olfato responde a un aspecto muy personal, en el que hay que buscar consensos con el cliente a la hora de elaborar una fragancia específica. A partir de las esencias puras que nos facilitan los proveedores, mezclamos las proporciones adecuadas con alcohol para obtener una determinada formulación que responda a las expectativas del mercado. En los países árabes suelen triunfar los aromas intensos, mientras que en el norte del Mediterráneo priman las colonias más frescas. Sí resulta vital garantizar que el olor sea compatible con el resto de la fórmula, para evitar una reacción que enmascare un aroma básico. El color del producto alberga una importancia relativa, de carácter psicológico, por lo que, pongamos por caso, se suele optar por naranjas y amarillos para aquellos productos asociados al elemento solar. Aun así, no es un factor relevante y solo es orientativo para el consumidor respecto a las características del artículo en cuestión. En ocasiones responde a estrategias de marketing, que también se aplican en los envases. La capacidad de los mismos a veces excede el del contenido, con el propósito de llamar visualmente la atención del público, pero el etiquetado reclama que se informe sobre el volumen real de producto. Al mismo tiempo, este debe aportar sus propiedades verídicas publicitadas, es decir, que las virtudes de un producto cosmético deben ser demostrables, ya que hay personas que depositan una gran confianza en ellos, tanto para conseguir unos determinados beneficios (reducción de arrugas, adelgazamiento…) como por su identificación con una fragancia concreta.

 

Con mi esposa Neus llevamos ya 51 años de matrimonio y ha sido un gran apoyo emocional y de colaboración

Hemos procurado generar un buen ambiente en el hogar y mantener una excelente unión familiar. Contamos con dos hijos, Óscar y Víctor, quienes colaboran a distinto nivel y dedicación en Proquimia. El primogénito cursó Psicología y complementó sus estudios con un máster en Dirección de Empresas. Ahora colabora con Joan Serra y Marina Llobet en el Departamento Comercial de la compañía. Por su parte, Víctor estudió Diseño Gráfico y fundó su propia empresa de creatividad, a la que recurrimos frecuentemente para distintos encargos. A ellos les hemos transmitido unos valores y les hemos educado para saber desenvolverse en la vida, al igual que procuramos hacerlo con nuestros cinco nietos, que conforman la tercera generación, aún muy jóvenes para tomar la decisión de formar o no parte de nuestro negocio. En mi caso, he ido soltando lastre y mi esposa me «ha prohibido» acudir a la empresa por las tardes, con lo que aprovecho para disfrutar con ella de las aficiones que compartimos; de todos modos, cuesta mucho no estar en contacto con la empresa que ha sido parte de tu vida.