Montse Romero Font
Fotografia cedida
10è VOLUM. Biografies rellevants de les nostres emprenedores

Sra. Montse Romero Font

Albiral Display Solutions, S.L.

Texto del 12/09/2018

Entraron una treintena de consejeros de Mitsubishi a su recién estrenada sala de reuniones, en Manhattan. Estaba impecable, ordenada, y sin cables a la vista. Tomaron asiento y, al pulsar el botón de su mesa, quedaron atónitos: los monitores Arthur Holm, de Albiral Display Solutions, S.L., aparecieron, como por arte de magia, del interior del mobiliario, y los micrófonos también se situaron, por sí solos, en su lugar idóneo. No pudieron más que arrancar en aplausos: la tecnología pasaba a ser un aliado de su creatividad. De hecho, los monitores personalizados, interactivos y domóticos de esta empresa catalana ya han conquistado a clientes de todo el mundo.

 

Estoy orgullosa de mi pueblo, Sant Hipòlit de Voltregà

Aunque en la actualidad vivo con mi familia en Barcelona, nací y pasé buena parte de mi infancia y de mi adolescencia en Sant Hipòlit de Voltregà, perteneciente a la comarca de Osona. Es un pueblo pequeño pero muy especial para mí: los santhipolencs son gente luchadora y con personalidad. De hecho, esta localidad es conocida porque, desde hace años, suele llenar los titulares de la prensa deportiva: es habitual oír hablar del equipo de hockey masculino Club Patí Voltregà, ganador de tres Copas de Europa y cinco Copas del Rey. El equipo femenino tampoco se queda atrás: el año pasado se llevó a casa la Copa de Europa y la Copa de la Reina. En Sant Hipòlit también nació  mi hermana, la piloto de motos Rosa Romero, que asimismo es licenciada en Telecomunicaciones y una de las tres españolas que han participado en el Rally Dakar. Por otro lado, tengo dos hermanos mayores: Enric, que es ingeniero de Telecomunicaciones y ha fundado su propia empresa de montajes electrónicos, y Josep Maria, que es veterinario y vive en Galicia.

El primer televisor en color de Catalunya lo tuvimos en casa

Mi padre, Josep Maria Romero, se dedicaba a la fabricación de televisores,  así que fue el primero en traer esta gran novedad tecnológica a casa. Tendría tan solo unos seis años, pero recuerdo que todos los vecinos venían a verla y exclamaban: «¡Qué maravilla!». El televisor en color creó una gran expectación. Teníamos el satélite conectado y pudimos ver la programación de la cadena rusa, que también transmitía en color. Me acuerdo de que había una presentadora vestida de militar, con numerosas condecoraciones colgadas de su chaqueta que, al moverse, chocaban entre ellas y producían un sonido metálico. Y a pesar de que no entendíamos nada de lo que decía, todo el mundo se quedaba con la boca abierta, sorprendido, y exclamaba: «¡Oh!». Era muy gracioso.

Siempre disfrutábamos con los inventos de mi padre

Mis dos progenitores no pudieron completar los estudios académicos, pero se preocuparon de que todos sus hijos tuvieran la oportunidad de entrar en la universidad. Mi padre fue una persona autodidacta, enamorado de la tecnología y muy innovador; su mente siempre estaba activa. A menudo, nos reíamos con sus numerosos inventos. De pequeña, admiraba su capacidad creativa: llegó a desarrollar una marca de autorradios llamada Belson. Comenzó su carrera produciendo aparatos para los dentistas, pero luego decidió dedicarse a fabricar televisores. Mientras mi madre se ocupaba de la casa y de sus cuatro hijos, mi padre, que ahora ya está jubilado, asumía el papel de emprendedor. Pasaba todo el día fuera del hogar, trabajando, y viajaba mucho.

Mi familia, gente que mira siempre hacia delante

Conservo muchos recuerdos de mi abuela materna porque vivió un tiempo con nosotros; sin embargo, murió cuando yo era pequeña. Tuve más contacto con mis abuelos paternos: mi abuela tenía una mercería ubicada en el centro de Sant Hipòlit. Y mi abuelo, procedente de Albacete, era pastor de ovejas. En casa, nunca se habló demasiado de la Guerra Civil. En ocasiones, mi madre nos había contado algunas historias de su infancia, cuando jugaba   con sus amigos en el campo. Alguna vez se habían llegado a encontrar, por casualidad, bombas de la contienda sin explotar. De hecho, a mi tío, cuando era pequeño, le alcanzó la onda expansiva de uno de estos artefactos, lo que le ocasionó diversas quemaduras en todo el cuerpo. De todas maneras, estas conversaciones sobre el conflicto eran anecdóticas e infrecuentes. Como muchas otras personas, los miembros de mi familia sufrieron épocas de hambruna y escasez, pero no se detenían demasiado en su recuerdo: son  gente que siempre ha optado por mirar hacia delante.

Ocho años viviendo entre Llinars del Vallès y la Garriga

Cuando tenía seis años, mis padres decidieron mudarse a otro pueblo.   Mi hermano mayor, que padecía asma, necesitaba un clima menos extremo. La humedad de la llanura de Vic no sentaba bien a sus pulmones, así que nos fuimos a vivir a Llinars del Vallès. De hecho, mi padre creó su empresa, Electrónica Albiral, dedicada al diseño y fabricación de televisores, en Les Franqueses. Estuvimos residiendo allí una temporada hasta que repetimos mudanza y nos fuimos a vivir a la Garriga. Cuando mi hermano ya era más mayor, pudimos volver por fin a nuestro querido pueblo natal. Entonces, ya tenía quince años. Mi padre optó también por trasladar su negocio de televisores y ubicarlo en Sant Hipòlit.

Fui campeona de España de los seiscientos metros lisos en pista

De pequeña, me entusiasmaba correr y me apunté a practicar atletismo. Tenía doce años cuando gané este campeonato. Lo intenté con diversas modalidades de pruebas: cross, media distancia, cuatrocientos metros y ochocientos. Era una buena corredora. Después, llegó la adolescencia y mis intereses cambiaron. Sin embargo, aún conservo el hábito de ir a correr siempre que tengo un poco de tiempo libre. Aunque esté de viaje, me calzo las zapatillas y me voy a recorrer unos cuantos kilómetros. Fue una pasión de juventud que hoy en día es uno de mis hobbies preferidos.

Tocando el cielo desde el santuario de Nuestra Señora de Bellmunt

Nuestra Señora de Bellmunt es uno de mis lugares preferidos del mundo y nunca me importa volver a visitarlo: no solo fui allí diversas veces cuando era pequeña, sino que también he llevado a mis tres hijos en diferentes ocasiones. Desde las cimas de la sierra  de Bellmunt puedes contemplar  toda  la Plana  de Vic, las cadenas montañosas de Rasos de Peguera y la sierra del Cadí; así como las cimas del Pedraforca y el Puigmal. Las vistas son espectaculares: te sientes como si fueras un pájaro. Estás tan cerca del cielo y a la vez te ves tan pequeño… Es inevitable que se te quede grabada en la retina la silueta de las imponentes montañas escarpadas y su preciosa gama de colores.

Nunca he dejado de estudiar

Cursé la Primaria en el colegio Belloc, situado en la Roca del Vallès, cuando ya vivíamos en Llinars del Vallès. Después, estudié primero y segundo de BUP en Vic, en el colegio Sant Miquel. Cuando regresamos a Sant Hipòlit de Voltregà, acabé el BUP y el COU en el colegio Alpe de la Garriga, un centro educativo fantástico, ubicado en un bosque y rodeado de naturaleza. Al acabar COU, no sabía qué rumbo debía tomar. Al final, opté por empezar Turismo. El paso del instituto a la universidad fue motivador: no sentía temor, me encantaba emprender algo nuevo y sabía que debía esforzarme por conseguir estar a la altura. Hay asignaturas de aquellos años, como la de historia del arte, que me han sido muy útiles en mis viajes; siempre guardo un hueco en mi agenda para las visitas culturales. Superé los tres primeros cursos de Turismo, pero terminé por darme cuenta de que no era mi vocación; no me veía trabajando en la recepción de un hotel, así que decidí matricularme en Administración de Empresas. Cursé los dos primeros años en la ciudad francesa de Montpellier. El tercero lo realicé en Estados Unidos, y el cuarto, en Barcelona. Desde muy joven, he sentido la necesidad de estudiar y nunca he dejado de hacerlo. Más adelante, con treinta años, me inscribí en un posgrado en Estados Unidos, en la Universidad de Riverside. Soy una persona inquieta y curiosa; siempre encuentro un motivo para realizar una formación, aunque sea de idiomas. Creo que es una magnífica manera de mantener la mente creativa y entrenada.

Un mundo demasiado grande como para quedarme en Barcelona

Fui afortunada: tuve la oportunidad de viajar de joven a Francia y Estados Unidos, y esto me enriqueció personalmente. Viajar te abre la mente, no solo porque aprendes y practicas otros idiomas que luego te serán muy útiles en la vida laboral, sino porque también conoces otras culturas, y se cruzan en tu camino personas muy interesantes. Estudiantes procedentes de todo el mundo, de otras razas, que profesan otras religiones y tienen una mirada sobre el mundo diferente a la tuya. Hice muy buenos amigos en los dos países; había mucho compañerismo. Recuerdo que, en Montpellier, me alojé en una residencia del campus en la que tenía mi propio cuarto, con una pequeña cocina. Los estudiantes españoles enseguida hicimos piña, teníamos un imán que nos juntaba: los mediterráneos tenemos un carácter muy social. Más adelante, fui haciendo amigos de origen francés. Las primeras semanas me sentí algo desubicada, sobre todo por el idioma: aunque había estudiado francés, no lo había practicado nunca, pero los profesores fueron muy amables y me ayudaron mucho. En Estados Unidos también tuve mucha suerte. Allí la sensación de multiculturalidad fue mucho más acusada, y me sentí muy a gusto con esa mezcla. Siempre tuve claro que quería salir de mi ciudad; el mundo era demasiado grande para quedarme en Barcelona. Había mucho por conocer.

Del rigor francés al pragmatismo estadounidense

Cuando me fui a estudiar a Montpellier, una ciudad universitaria que cuenta con un gran prestigio en todo el país, la exigencia académica era muy alta. En los exámenes tenías que ser capaz de expresarte con mucha corrección: debías exponer los contenidos aprendidos en el aula con un orden establecido: planteamiento, nudo y desenlace, y la información debía estar correctamente estructurada. Sin embargo, en Estados Unidos no se escribía tanto: todos los exámenes eran tipo test; el enfoque de las materias era mucho más práctico, y valoraban sobre todo la eficiencia, la efectividad y tu capacidad de organización. Me gustó conocer el contraste entre estas dos culturas, tan semejantes en algunos aspectos pero tan distanciadas en otros.

Estados Unidos, el país de las oportunidades

La nación multicultural que domina el mundo, Estados Unidos, se caracteriza por el hecho de que en ella no importa tu origen o procedencia; todo el mundo tiene la posibilidad de prosperar. Esta característica me sorprendió y me atrajo enseguida, porque siempre he pensado que cualquier persona tiene derecho a recibir las mismas oportunidades. Aunque, actualmente, en nuestro país las diferencias no están tan marcadas, el origen familiar ha determinado mucho el futuro de los niños: no hace tantos años, solo podían ingresar en la universidad los hijos de las familias adineradas. Hoy en día, empero, los padres siguen teniendo que pagar dinero por los libros y las matrículas universitarias, cuando en otros países son gratuitas. En materia de educación, pues, aún nos falta mucho camino por recorrer.

Empecé a trabajar como analista de riesgos bancarios

En la carrera, escogí especializarme en finanzas. Al finalizar mis estudios, encontré empleo en el Banco Santander: debía  analizar  los  riesgos  y  decidir si era conveniente otorgar o desestimar los  créditos  que  las  empresas solicitaban. A pesar de que siempre me habían gustado mucho los números, era un trabajo muy poco creativo y acabé cansándome. Tenía otras inquietudes en la vida, así que, cuando en el año 1994 me surgió la oportunidad de empezar a trabajar en Electrónica Albiral, la empresa de mi padre –que estaba pasando por una fuerte crisis–, no me lo pensé dos veces: quise ayudarle a dar un enfoque que le permitiera revertir la situación, ya   que se estaba planteando cerrar su negocio. Finalmente, conseguimos darle   la vuelta a la crisis y salimos a flote.

Albiral Display Solutions, S.L.: apuesta por la especialización

A principios de la década de los noventa, los fabricantes de televisores asiáticos pisaban fuerte y era imposible competir con ellos. En el sector de   la televisión todo estaba prácticamente inventado. La única característica   que marcaba la diferencia no era tecnológica sino económica: los costes de fabricación en Taiwán y Corea, países que eran capaces de producir grandes cantidades de aparatos televisivos, eran mucho más baratos, por lo que los precios finales de sus productos también resultaban más ventajosos para el consumidor. La empresa de mi padre, en la que habían llegado a trabajar doscientos trabajadores, tuvo que ir reduciendo, año tras año, el personal. La situación ya era insostenible. Cuando entré a trabajar, comenzamos a analizar la coyuntura y las posibles salidas que podíamos tomar. Sabíamos que teníamos la tecnología, porque el diseño de las placas electrónicas era nuestro; así que nos dimos cuenta de que, en lugar de apostar por un producto de gran consumo, debíamos centrarnos en producir un artículo profesional. En 1996, Albiral lanzó  su primera gama  de monitores  CRT de vídeo, y en 1997 ya comenzamos a exportarlos. Un año más tarde, ya trabajábamos para proyectos específicos, con firmas de prestigio. Aeropuertos, estaciones de trenes y centros comerciales, entre otras ubicaciones, empezaron a instalar nuestro producto, valorado en el mercado por su calidad y su gran capacidad de customización. Cada año procurábamos mejorar e introducir alguna novedad, como el LCD Videowall, los monitores CRT y LCD para exteriores, o los nuevos tamaños de veinte, veintitrés y treinta pulgadas. Debíamos esforzarnos por estar continuamente al día, ya que los avances tecnológicos en este sector eran, y son, imparables, van a un ritmo vertiginoso.

En 2004, diseñamos y patentamos nuestro primer monitor retráctil

Recuerdo que un cliente nos comentó que le gustaría contar con un monitor que, si apretaba un botón, fuera capaz de moverse para cambiar de posición. La frase estuvo unos días rondándonos en la cabeza hasta que decidimos que valía la pena desarrollar la idea: nunca nadie había fabricado algo parecido. En 2004, sacamos la patente de nuestro primer monitor retráctil con capacidad para integrarse en el mobiliario de salas de reuniones y conferencias. Al año siguiente, patentamos un nuevo producto: un monitor retráctil con una cámara incorporada con aplicaciones para videoconferencias. A estas dos primeras patentes les han seguido veintitrés más. En 1996, la empresa fue galardonada con el Premio de Innovación Tecnológica de la Cámara de Comercio de Barcelona. En poco tiempo, conseguimos especializarnos en tecnología integrada en el mobiliario de salas de reuniones, conferencias, auditorios, parlamentos y congresos de todo el mundo.

Expertos en el diseño y la fabricación de una tecnología que desaparece

Nuestros productos son visibles cuando se necesitan, pero cuando no se requiere de ellos, disponen de mecanismos para quedar ocultos en el mobiliario. De esta manera, en el Parlamento, por ejemplo, un diputado puede usar la totalidad de su mesa cuando necesita colocar sus papeles; sin embargo, en el momento en el que le urge consultar la orden del día, dispone, con tan solo apretar un botón, de una pantalla plana táctil con toda la información requerida.

Arthur Holm, nuestra marca con huella escandinava

Conocí a mi pareja, Henrik Holm, en una feria de audiovisuales celebrada en Madrid. Él trabajaba en una empresa danesa que fabrica micrófonos, y yo había asistido en representación de Albiral. Actualmente formamos un buen tándem: su profesión de diseñador se combina a la perfección con mi perfil financiero y comercial. En el año 2008, decidimos crear nuestra propia marca: Arthur Holm. Nos dimos cuenta de que en Albiral habíamos evolucionado hacia productos que combinaban la tecnología con el diseño. De hecho, ya no solo nos recomendaban las empresas instaladoras, sino también los profesionales vinculados a la arquitectura, el interiorismo o el mobiliario. Como mi pareja, que es danés, se dedica al diseño, bautizamos la marca con un nombre escandinavo; queríamos combinar la flexibilidad y la pasión mediterráneas de nuestra empresa con el prestigio del diseño escandinavo. En definitiva, somos una unión entre la calidad y pureza de las líneas del norte con la adaptabilidad y creatividad característica del sur.

No producimos productos, creamos experiencias

Cuando los asistentes entran en una sala de reuniones, queremos que exclamen: «¡Guau!». No solo porque disfruten del contenido de la presentación o la conferencia, sino porque queden sorprendidos con lo que se encuentren. Trabajamos para que en su memoria quede grabado un recuerdo singular de su experiencia. Lo primero que perciben es la decoración de la sala, en la que no se ve ni un solo cable; la tecnología queda absolutamente integrada y oculta en el mobiliario. Conseguimos, además, que la sala refleje el carácter y el estilo de cada empresa. Y cuando se sientan en su butaca  y pulsan un botón, aparecen los monitores retráctiles, que incluso pueden llevar impreso el logotipo de la compañía. A través de ellos, acceden a toda la información en red que necesitan. Asimismo, pueden llevar incorporada una pantalla táctil, una cámara y unos micrófonos retráctiles motorizados. Cuando explicamos a los clientes lo que podemos ofrecerles, siempre me viene a la memoria la imagen de aquellos primeros emprendedores que apuntaban sus ideas sobre cualquier servilleta que tenían a mano. Los tiempos han cambiado; gestionamos una ingente cantidad de datos y requerimos un soporte tecnológico eficaz. En definitiva, nuestros productos permiten a los asistentes relajarse, vivir una jornada inspiradora y, sobre todo, ser más creativos. Siempre decimos que no producimos únicamente artículos tecnológicos: también creamos experiencias. Se trata de soluciones limpias, sencillas, ergonómicas, elegantes e inteligentes, que permiten al público concentrarse en lo realmente importante: el mensaje.

Monitores con un baño en oro de veinticuatro quilates

Proporcionamos pantallas LCD de alta calidad que satisfacen los requisitos de los clientes. La filosofía de Albiral Display Solutions se basa en el compromiso de ofrecer a nuestros distribuidores una solución de visualización profesional, pero asimismo no nos olvidamos del diseño. En nuestra empresa, tecnología y estética van unidas de la mano: todos nuestros productos pueden personalizarse completamente. Para los Emiratos Árabes, por ejemplo, creamos monitores con un baño en oro de veinticuatro quilates. Nos comprometemos a desarrollar artículos de gama alta, innovadores y flexibles, así como a proporcionar soporte para desarrollar en poco tiempo productos específicos. En los artículos estándar no suelen estar disponibles los requerimientos que nos demandan algunas empresas, como puedan ser, por ejemplo, pantallas para adaptarse a necesidades arquitectónicas y decorativas especiales, o a ambientes difíciles a causa  de elevadas vibraciones o humedad. En estos casos, también ofrecemos productos cien por cien personalizados, incluso para pequeñas series.

Exportamos nuestros productos a todos los continentes

En el Palacio de Diputados de San Lázaro, en México, instalamos un total de quinientos monitores: ha sido la ocasión en la que hemos acomodado un mayor volumen de pantallas. Asimismo, en Kuwait, hemos llegado a colocar un total de mil quinientos  monitores,  como  en la Universidad  de Kuwait o en su Asamblea Nacional, situada en el emblemático auditorio de Majlis Al-Umma, obra del arquitecto Jorn Utzon. Los monitores elegidos para la Asamblea Nacional fueron diseñados y fabricados especialmente por nuestra marca Arthur Holm, que suministró bonitas pantallas de aluminio, pequeñas y ultracompactas. Cada monitor es táctil y posee filtro de privacidad, que asegura una visión frontal mientras se limita la visibilidad lateral y, por consiguiente, garantiza la confidencialidad de uso. Asimismo, Arthur Holm está presente en los cuatro continentes: en el Port House de Amberes de Bélgica, en el Banco de España, en Repsol, en la Caisse Primaire d’Assurance Maladie (CPAM) y en la Sede Central Leem Pharmaceutical Organisation de Francia; en el Consejo de la Unión Europea y en el Tribunal de Justicia Europeo; en el Gabinete de Ministros de Ucrania, en la Asamblea Nacional de Gales, en el Tribunal Supremo de Omán, en la Agencia Marroquí de Energía Solar, en un edificio gubernamental de Nigeria, en las oficinas generales de MacDonald’s y en la sala de reuniones de Microsoft Office, entre otras muchas destinaciones. Igualmente, también hemos trabajado para pequeños despachos de abogados, en los que hemos instalado una menor cantidad de pantallas, así como en importantes notarías y juzgados, como el complejo de Tribunales Jahra & Farwaniya de Kuwait. Allí, los jueces y los abogados utilizan los monitores retráctiles cuando necesitan visualizar vídeos de pruebas o documentos en línea. Y cuando requieren un mayor espacio para colocar sus papeles o bolígrafos, los retiran para disponer de toda la amplitud de la mesa.

Treinta consejeros de Mitsubishi arrancaron en aplausos

Samsung, Mitsubishi y Hewlett Packard han instalado nuestras pantallas. Estas tres importantes empresas han contratado nuestros servicios, a pesar de que también fabrican monitores. Cuando presentamos nuestra oferta a los clientes, muchos nos preguntan por qué tienen que instalar  un monitor  Arthur Holm si un Samsung les cuesta diez veces menos. La respuesta es simple: Samsung tiene en su sala de reuniones una pantalla Arthur Holm. ¿Por qué? La razón es que nosotros no vendemos solo monitores, sino una solución de comunicación interactiva personalizable, ergonómica y flexible, que además te ayuda a crear experiencias y a tomar decisiones. Este es nuestro valor añadido. Recuerdo el día en que inauguramos la sala de reuniones de Mitsubishi, ubicada en Manhattan. Cuando entraron los treinta consejeros y observaron cómo aparecían los monitores y subían los micrófonos, se pusieron todos a aplaudir. Conseguimos provocar el efecto de asombro que siempre perseguimos. Fue emocionante.

No lidiamos con grandes competidores

Aunque hay industriales chinos que pretenden imitarnos, nuestro producto  está demasiado personalizado para los fabricantes asiáticos, que suelen buscar artículos estándar que puedan producir en grandes cantidades. Por eso son imbatibles en precios. Sin embargo, Albiral Display Solutions, S.L., fabrica series cortas, de diez o veinte unidades, y muy personalizadas. Este es nuestro punto fuerte, y, al mismo tiempo, también es nuestro talón de Aquiles: producir en pequeñas cantidades hace que la gestión de las existencias o de las compras sea más complicada. Para nosotros, cada venta representa un proyecto.

Con mucho camino por recorrer

Contactamos con nuestros clientes en ferias internacionales de tecnología. Pero también es verdad que nos funciona muy bien el boca a boca. No es infrecuente que alguien que acude como asistente a una sala de reunión que cuenta con nuestra tecnología y diseño, decida llamarnos para pedirnos un presupuesto. Sin embargo, aún tenemos mucho camino por recorrer; hay muchos empresarios que todavía no nos conocen. Por ello, también contactamos, no solo con nuestro cliente final, sino también con nuestros prescriptores; es decir, con quien tiene capacidad para recomendar el producto. Arquitectos, interioristas o fabricantes de muebles. A estos últimos, normalmente les atemoriza la tecnología, creen que va a ser   muy complicado instalar  nuestros  monitores  retráctiles;  se  preguntan  si funcionarán nuestros productos en los  muebles  que  comercializan. Por este motivo, desarrollamos material didáctico y audiovisual para mostrarles el sencillo proceso de instalación. Queremos que entiendan  que nuestros productos son capaces  de  ayudarles  a  subir  sus  ventas. En realidad, nuestra empresa quiere contactar con el gran público, es decir, aportar soluciones tecnológicas a despachos particulares. Actualmente, nos movemos en un nicho de mercado muy pequeño, pero, en un futuro cercano, nos planteamos ampliar nuestro punto de mira. Creemos que podemos tener posibilidades en esta franja de mercado.

Como exportamos a todo el mundo,trabajamos con una red internacional de integradores audiovisuales

No comercializamos nuestros productos directamente con el cliente final; somos una empresa pequeña, así que procuramos trabajar en red. Por regla general, vendemos nuestros artículos a compañías audiovisuales, especialistas en integrar e interconectar nuestra tecnología con la técnica domótica y los equipos informáticos de cada empresa. No lidiamos con la informática, sino que contamos con profesionales expertos que suman este valor añadido a nuestros artículos. Como exportamos a todo el mundo, contamos con una red de integradores audiovisuales en cada país.

Una parte importante de nuestro trabajo es saber escuchar

Es vital estar atento a lo que ocurre a tu alrededor y mantener tu oído bien entrenado para captar cualquier comentario o sugerencia sobre nuestros productos: es la mejor manera de detectar nuevas oportunidades. La continua revolución tecnológica en nuestro sector nos obliga a innovar en todos los aspectos, tanto en nuestros productos como en su funcionalidad y su diseño. Últimamente, hemos integrado las presentaciones de nuestros artículos en 3D. Trabajamos con algunas compañías encargadas de proporcionarnos los prototipos de mecanismos que diseñamos para clientes específicos.

Historias creativas que conectan con el cliente

Procuramos innovar hasta en el modo en que nos expresamos. Durante las presentaciones de nuestros productos, no hablamos de tecnología sino del mejor modo de conseguir activar la creatividad o de atrapar la inspiración. Aplicamos técnicas de marketing como el storytelling –el arte de contar historias aprovechando la atmósfera mágica que se crea a través del relato–, para captar la atención del posible cliente, y seducirlo con la emotividad de las palabras, conectando emocionalmente con él.

Hay que atreverse a salir del marketing tradicional

Es importante conocer las diversas técnicas que existen para incrementar las ventas de tu compañía. He realizado diversos cursos sobre Marketing y también he ido aprendiendo sobre la marcha con la práctica diaria. La experiencia siempre te enseña mucho. Sin embargo, lo más importante es ser creativo y atreverse a salir de las pautas que marcan los libros. Nuestro objetivo actual es estrechar la distancia que nos separa del cliente final, así que hemos optado por habilitar una furgoneta con nuestros productos  para realizar presentaciones in situ a posibles compradores. Colocamos una alfombra roja en la entrada y les invitamos a entrar. De este modo, contactamos con los representantes del Parlament de Catalunya y con diversas empresas en Madrid. Esta modalidad de presentación causa un gran efecto y suele producir muy buenos resultados.

Los premios nos inspiran a seguir creando

Hemos recibido numerosos reconocimientos por nuestra inventiva. Además de llenarnos de orgullo, son un motor que nos inspira a seguir creando. Sin ir más lejos, en 2018 hemos sido distinguidos con dos galardones. Por un lado, ganamos el InAvate Award, en la categoría de Tecnología para Grupos de Reunión de menos de veinte personas. El producto premiado fue nuestro DynamicX2/BarConnect, una ingeniosa combinación de monitor retráctil motorizado con una barra de conexionado, también motorizada y flexible, que integra diferentes tipos de conectores personalizados, como enchufes, HDMI, USB de carga o controladores de pantalla táctil. También llegó a nuestras manos el prestigioso Best of Show Award, concedido por la revista AV Technology. Recibimos pletóricos este reconocimiento porque no fue por uno, sino por dos nuevos productos: el DB2Share y el DB2 de 24” con resolución 4K. La solución DB2Share, por ejemplo, incorpora sistemas inteligentes de selección y distribución de señales HDMI, así como un elegante e innovador cable HDMI retráctil y motorizado. El diseño distintivo del DB2 y la calidad de sus materiales, combinados con la nueva funcionalidad DynamicShare, consiguen una solución única, que facilita aún más poder compartir información en salas de reuniones, conferencias y auditorios.

No por dedicar muchas horas al trabajo eres una mala madre

Hace diecisiete años que comparto mi vida con Henrik Holm y tenemos tres hijos: dos varones y una niña. Reconozco que he tenido mucha suerte: mis embarazos fueron muy buenos y mis tres hijos son encantadores. Si pudiera repetir la experiencia, lo haría. La maternidad te llena de fuerza y creatividad: te das cuenta de que eres capaz de sacar adelante todo lo que te propongas. También es cierto que no asumo todo el peso de la empresa. En Albiral Display Solutions somos un equipo de profesionales muy competentes. Sin la contribución de todos y cada uno de ellos, no podríamos haber alcanzado nuestras metas. Por otro lado, mi marido siempre me ha apoyado en todo y mis padres me han ayudado mucho en la crianza de mis hijos. A menudo, tanto mi marido como yo tenemos que viajar y ausentarnos por unos días, pero no supone un problema. Sé que, por dedicar muchas horas al trabajo, no voy a convertirme en una mala madre. Ahora bien, si una mamá no puede contar con un entorno que la sustente, será difícil que consiga compaginar el ámbito profesional y el familiar. A mis hijos les encanta que trabaje, se sienten orgullosos de los proyectos que desarrollamos y siempre que pueden les encanta venir a la fábrica. Aprenden mucho. Mis hijos también son mis maestros: a veces, los adultos tendemos a convertir los problemas en montañas insalvables, pero los niños te las suelen desmontar con tres sencillas palabras. Su lógica y su sinceridad son aplastantes.

Algún día acabaré mi novela

Soy una persona con muchas inquietudes. Me encanta estudiar idiomas, viajar, leer y escribir. Hace poco he empezado a estudiar italiano; trabajamos con muchos fabricantes de Italia y sé que compartir un idioma común puede acercarnos a ellos. También he escrito algún relato y sigo añadiendo capítulos a una novela; espero poder acabarla algún día.

Nunca debemos perder el respeto a la diversidad de opiniones

Cuando viajo, mucha gente me pregunta por Catalunya; quieren saber de primera mano qué está ocurriendo. Considero que debemos procurar no perder nunca el respeto hacia el que piensa diferente. Cada persona es libre de opinar de una manera o de otra. Me parece un error que a alguien lo califiquen como facha o independentista; ante todo, somos personas. Hasta que no podamos hablar los unos con los otros sin faltarnos al respeto, no encontraremos una solución. Se ha perdido la postura del centralismo y los extremos han ganado adeptos. Es necesario, más que nunca, ser empático, entender la opinión del otro.