Orlando De Urrutia
Fotografia cedida
TH, 9è VOLUM. Biografies rellevants dels nostres arquitectes

Sr. Orlando De Urrutia

Entrevistado el 21-02-2018.

Una mente despierta e innovadora, forjada en los patios de Chile, acabó aterrizando en Barcelona para seguir su carrera profesional en España. Profundamente interesado en la integración de la arquitectura en el medio ambiente, acuñó en su día el término «diseño ecocibernético», que constituye un avance en los objetivos de la sociedad, la economía la sostenibilidad. En su horizonte, se halla ver culminado su proyecto Water Building Resort, el primer edificio que convierte el aire en agua.

 

Mi alma rebelde siempre halló apoyo en mis padres

Hijo único de un matrimonio establecido en Chile, si bien con raíces en el País Vasco, nací en Talca, a doscientos cincuenta kilómetros de la capital, Santiago. Aun así, más de la mitad de mi vida ha transcurrido en España, pues llegué a Barcelona en 1983. La condición de hijo único te convierte en un ser diferente, sin posibilidad de término medio. Mientras algunos buscan o hallan sobreprotección materna, otros disfrutan de gran independencia. Desde la infancia me caractericé por ser un alma rebelde y siempre encontré apoyo por parte de mis padres. Entre mis aficiones se hallaba la construcción de casas colgadas de los árboles. Eran refugios íntimos de adolescencia, pues tendría trece o catorce años cuando las construí con la ayuda de unos pocos tablones. Ahí me reunía con mis amigos, incluso para fumar mis primeros pitillos. En ellos guardábamos nuestras revistas y era nuestro espacio de conversación y de confidencias.

Ocasionales episodios de indisciplina escolar

Mi abuelo era enólogo y disponía de viñas. Mi padre continuó con dicha tradición, y eso comportó que viviéramos en una finca; una casa de grandes dimensiones que tenía tres patios, lo que acabaría influyendo en mi carrera profesional. Mi madre tocaba el piano e intentó que siguiera sus pasos; pero yo no mostraba albergaba esas virtudes musicales. En cambio, sí exhibía condiciones para la pintura, una de las pocas disciplinas en las que destacaba en el colegio, donde me revelé como un estudiante regular. De niño, presentaba bastantes problemas de atención. Estudiaba en La Salle, un centro donde se observaba una estricta disciplina y, si bien en el ámbito doméstico me caracterizaba por ser muy introvertido, en el entorno escolar me manifestaba de manera más abierta; lo que, en ocasiones, comportó episodios de indisciplina que se resolvían con una llamada a mi madre y la consiguiente regañina propinada por su parte.

Me trasladé a vivir a Santiago en una gran casa junto con un amigo

Finalicé mis estudios en Santiago. Mi padre se preguntaba cuál sería mi trayectoria en la capital si apenas estudiaba bajo su cercana tutela… Aun así, depositó su confianza en mí. Era la época del ascenso de Salvador Allende a la presidencia de Chile, una etapa turbulenta en el país; causa que propició una gran emigración: primero por razones económicas y, más tarde, por motivos políticos. Cabe recordar que Allende se erigió en el primer presidente socialista de la historia mundial elegido democráticamente, hito que logró una monumental repercusión internacional. Mi familia había decidido comprar una gran casa en Santiago, como inversión. Y yo me trasladé, junto con un amigo, a esa enorme vivienda, que incluso disponía de piscina. Ahí las fiestas se sucedían, en unos años en los que, entre la juventud, proliferaba el ambiente hippy. Pese a las fiestas y a la época políticamente turbulenta, acabé los estudios mejor de lo que pensaban mis padres.

Sin el karate, no habría llegado a ser arquitecto

Otra gran influencia en mi trayectoria vital y profesional es el karate. Empecé a practicar esta disciplina a los diez años y sin ella no habría llegado nunca a ser arquitecto, porque me transmitió la seguridad, la confianza y la autodisciplina que necesitaba, además de la capacidad de saber decir «no». Junto a mis profesores, adquirí mucho más que técnica y condición física. En el karate, la clave no reside en atacar, sino en prepararse para la defensa. Toda pelea evitada se convierte en una victoria. Si te perciben seguro, sin miedo, ya no te atacan. Mi talante disperso, con muchos temas que simultáneamente se me cruzan en la cabeza, encontró en el karate la base para centrarme y concentrarme. Al trasladarme a Santiago, seguí practicando este arte marcial y alcancé el cinturón negro primer dan; incluso llegué a ser campeón de combate libre. Mi carácter indisciplinado se vio neutralizado por este deporte, que te imprime autodisciplina.

Agnóstico y apolítico

La práctica del karate me aportó ciertas influencias del budismo que se mezclaron con la herencia católica adquirida en La Salle. Pese a todo, soy bastante agnóstico y me considero más bien apolítico. He estudiado libros de varias religiones y he visitado por trabajo países con tantos conflictos religiosos como Israel. Todas las religiones persiguen unos objetivos ideales y nobles, pero, como ocurre con la política, el problema reside en las personas que lideran estos movimientos. Por la misma razón, nunca me ha gustado comprometerme en política; lo cual, en ocasiones, puede haber perjudicado mi carrera profesional. En mi memoria persiste, por otra parte, la expropiación a mi familia de una finca de casi mil hectáreas de viñas; una decisión especulativa y política, tan injusta como inútil, pues hace dos años las visité y comprobé que, cuatro décadas después, continuaban abandonadas. Si al menos hubiera servido para repartir las tierras entre los campesinos que las trabajaban… Solo lograron que se quedaran sin empleo y sin casa, pues vivían en la finca.

Adquirí popularidad en televisión

Además de la carrera de Arquitectura, también estudié Dirección de Cine y Televisión en la Pontificia Universidad Católica de Chile. En esa época se emitía en televisión un programa musical juvenil en el que, a diario, se pinchaban los discos de Estados Unidos y en el que yo aparecía bailando y haciendo playback. Dado que en esa época había una única cadena en el país, la repercusión era enorme y adquirí gran popularidad. Incluso ahora cuento en Facebook con muchos seguidores que proceden de esa etapa. Recuerdo que, en su época, se comentaba que ese espacio resultaba alienante para la juventud, pues si aparecías vistiendo de una determinada manera, al día siguiente todos los jóvenes querían vestir igual.

Sin curiosidad, no puedes ser arquitecto

Hubo un momento en que pensé en dedicarme al mundo de la comunicación, pero finalmente me decanté por la Arquitectura, que desde mi punto de vista se halla en la misma línea artística. De hecho, muchos profesores de Cine y Televisión eran también arquitectos. Todas estas disciplinas forman parte de la pirámide del arte, en la que adquiere protagonismo el concepto del todo; como el concepto de la Bauhaus, la escuela de arte, diseño y arquitectura, porque el arquitecto tiene que saber de todo un poco; un mar de conocimiento, pero de poca profundidad, para después especializarse en lo que le apasione de verdad. En arquitectura, la vocación es importante; pero si no tienes una mínima curiosidad y una formación ecléctica, no puedes cultivar esta disciplina. Por mucho que estudies no llegarás nunca a ser mejor arquitecto, porque un proyecto es el resultado de un proceso creativo y no un examen que hay que superar. En matemáticas, el resultado es unívoco, pero en arquitectura, no; y la capacidad de comprensión espacial hay que tenerla.

Un arquitecto es como un sastre que hace trajes a medida

En arquitectura, tan importante es el resultado como el proceso. Si tienes que realizar un edificio público, puede haber varios proyectos válidos pese a ser diferentes soluciones. Una prueba de la validez de los distintos enfoques podemos encontrarla en un concursos de arquitectura, ejemplo la construcción del nuevo estadio del Fútbol Club Barcelona. Cada despacho presentó un proyecto y solo uno pudo ser seleccionado… sin que se cuestionara la idoneidad de las propuestas alternativas. Ahí también juega un papel esencial la capacidad de adaptación del arquitecto, que éste tenga la suficiente habilidad de interpretar lo que desea el cliente. Porque, en el fondo, un arquitecto es como un sastre: tiene que hacer un traje a medida de quien reclama sus servicios pero con su propio estilo o sello profesional. No sirve hacer arquitectura para uno mismo. Si se proyecta una vivienda, ésta tiene muchas variables; y la más importante es cubrir las necesidades de quien va a habitarla. Por eso, lo más difícil para un arquitecto es proyectar una casa para una familia, porque reclama cierta complicidad entre cliente y arquitecto.

Tras un año como colaborador en un despacho, me convertí en asociado

Todavía estaba estudiando Arquitectura cuando un compañero me dijo que su padre buscaba a alguien para trabajar en su despacho. Fue así que comencé a trabajar en RAU Arquitectos Asociados. En ese momento, atravesábamos una época de crisis, la primera de las tres que me ha correspondido vivir. Desarrollaban un montón de proyectos pero apenas prosperaba ninguno. No obstante, pasamos de no tener ningún trabajo en perspectiva a recibir el encargo de levantar varios edificios en altura con más veinte plantas. Y esa etapa fue fructífera, porque participaba en la arquitectura y en la promoción y puede establecer interesantes contactos sobre el terreno. Asimismo, podía aportar al despacho otros contactos fruto de mis relaciones familiares o de amistad. Todo ello me fue reconocido, al cabo de un año, y me invitaron a convertirme en socio del despacho.

Profesión que obliga a convivir con la incertidumbre

Cuando te planteas estudiar Arquitectura debes hacerte a la idea de que tendrás que emplearte con mucha flexibilidad. Es una profesión que te obliga a convivir con la incertidumbre, pues puedes alternar etapas en las que se acumulan los proyectos con otras en las que no se concreta ninguno. Y hay que estar preparado para asumir cualquiera de estas circunstancias, porque puedes pasar de cero a cien de un día para otro. No solo se trata de saber encajar los momentos aciagos y mantener la confianza en el futuro, sino que también implica asumir que, para crecer, es necesario disponer de experiencia. Para acometer proyectos de envergadura necesitas colaboradores de confianza, y eso no se puede improvisar. Es la experiencia la que te aporta esa capacidad para adaptarte a los distintos escenarios y para afrontarlos sin temor.

Un proyecto final de carrera innovador y osado

A la hora de plantear el proyecto final de carrera me decidí por una propuesta de futuro: diseñar un barrio autosuficiente en las inmediaciones de Santiago. Antes de acometer el proyecto, viajé a California, donde contacté con Paolo Soleri, de Arcosanti, con quien estuve colaborando en el desarrollo de una aldea ecológica en el desierto de Arizona. Esa experiencia resultó vital para mi proyecto de final de carrera, en el que me propuse, más allá de dar con una idea tradicional y económicamente rentable, optar por la innovación. Por eso, cuando el tribunal del proyecto me inquirió sobre los motivos por los que planteaba esa propuesta, fui muy sincero. En ese momento estaba asociado a un despacho de arquitectura convencional que aprovechaba la época de auge económico. Si hubiera tenido que ofrecerle el proyecto a ese despacho le habría aconsejado que conservara el solar y esperara a que aumentara de precio, que no lo llevara a cabo porque la plusvalía superaría el beneficio de la construcción. Lo osado de la respuesta y del proyecto presentado se resolvió con un 6,9 sobre una escala de 7. Esa décima para alcanzar el grado sumo no me la pudieron otorgar porque el proyecto era tan futurista que no resultaba factible tomarlo como referencia, pero obtuve el título de arquitecto con la máxima distinción.

La flexibilidad en la vivienda permite adaptarse a los cambios de la familia

Hasta entonces no se había producido ningún planteamiento de comunidad autosuficiente urbana integrada con el medioambiente como aquella. Era un concepto totalmente nuevo y flexible, a semejanza de lo que ocurre en una familia, que comienza con la pareja y evoluciona con un primer que inicialmente plantea unas necesidades pero que va creciendo y experimentando cambios; y posteriormente, con la llegada de sus hermanos, esa familia va aumentando y se va transformando. La vivienda debe ir adaptándose a esos requisitos cambiantes y revelarse flexible. Por ello, en el proyecto planteaba baños y una cocina de tipo modular, que permitían desconexiones y cambios de la distribución según las necesidades. Este concepto flexible para las viviendas es perfectamente viable. Incluso Coderch había contemplado en alguno de sus proyectos la posibilidad de que las viviendas pudieran crecer de manera vertical y horizontal si era necesario. Son conceptos factibles y que pueden ensayarse, por ejemplo, a la hora de proyectar viviendas para la juventud, que tiene menos aversión al cambio.

Un juego de vacío y volumen

Me doctoré en la Universitat Politècnica de Catalunya (Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona) en 1992, con la calificación de cum laude. Mi tesis doctoral versó sobre La casa patio: análisis bioclimático, muy probablemente influida por la vivienda familiar que ocupé en mi infancia. El patio, en la arquitectura, constituye el vacío. Pero no en el sentido de vacuo, porque el patio genera un microclima en la vivienda. Si la informática se basa en el sistema binario de ceros y unos, la arquitectura lo hace en vacío y volumen. Con el patio y los elementos y sistemas ecocibernéticos juegas en función de la latitud en donde debes desarrollar un proyecto. Las primeras casas patio surgen en las ciudades de Harappa y Mohenjo-Daro, en el valle del Indo hace más de 5.000 años (3300 aC). Son una muestra del saber integrar al ser humano con la naturaleza y atender sus necesidades. En países del norte de Europa, por ejemplo, las casas son más cerradas, con cristaleras para aprovechar la luz del sol y fabricadas con madera porque disponen de materia prima para ello. En cambio, las viviendas de zonas de clima mediterráneo suelen presentar patios con proporciones equilibradas, que permiten que el sol, que en invierno traza un recorrido más bajo, pueda penetrar con mayor facilidad. En cambio, en verano aportan sombra a través del uso de espacios de transición y contribuyen a refrigerar la casa.

En el clima mediterráneo, la ventilación cruzada es esencial

En la tesis doctoral estudié el patio a través de la Historia. Las civilizaciones antiguas como la hindú o la griega tuvieron en cuenta el patio central, al igual que los romanos, que la exportaron a España. Posteriormente, la influencia árabe incorporó el agua en movimiento y contribuyó a la refrigeración del espacio. Ese concepto se trasladó a Sudamérica, con la casa colonial. Hay que entender que los climas son distintos y que, a medida que la latitud es más próxima al ecuador, el patio tiene que ir reduciéndose. En el desierto, los patios son minúsculos y protegidos con telas para que circule el aire y proporcione aislamiento ante el calor. En cambio, en zonas frías, el patio da paso al atrio: grandes espacios acristalados que permiten captar el sol. En el clima mediterráneo resulta muy importante contemplar la ventilación cruzada a través de la doble fachada. Antes de que proliferara el aire acondicionado, la manera natural de refrigerar una vivienda era abriendo las ventanas y permitiendo la circulación del aire. En la actualidad, las casas son tan herméticas y se obvian tanto esos conceptos que la refrigeración artificial resulta casi imprescindible.

El espacio intermedio es lo que otorga carácter al clima mediterráneo

La gran característica arquitectónica del clima mediterráneo es el espacio intermedio. En las casas de mi infancia uno de los espacios importantes era el parrón, una parra que se usaba como pérgola y que constituía ese paso intermedio, semejante a las funciones que ejerce el corredor o el patio. No se trata solo del confort y del aprovechamiento climático que puede aportar, sino que también constituye un punto de encuentro, un lugar de convivencia que fomenta la socialización de las personas y un espacio en el que los niños comparten juegos. Este concepto de patio está muy presente en las manzanas de ciudades que responden a un proyecto de cuadrícula, como el Eixample de Barcelona. Son estructuras que favorecen la ventilación natural y estaba en las Leyes de Indias para fundar las ciudades en Iberoamérica.

La arquitectura vernácula permite dar respuesta adecuada a cada entorno

Los criterios de rentabilidad económica han obrado en contra de los patios especialmente en el Eixample de Barcelona y han provocado que algunos se cerraran. Es una lástima porque todos estos edificios, con jardines interiores, disfrutarían de ventilación cruzada y temperatura controlada. Los proyectos arquitectónicos deben resultar rentables y aportar beneficios, pero hay que evitar la pura especulación y optar por un equilibrio. La arquitectura vernácula da respuesta a las necesidades del entorno y sus usuarios. La buena arquitectura es la que perdura en el tiempo. El diseño es importante, pero debe estar orientada a mejorar el hábitat. Por eso, al iniciar un proyecto el lugar debería sobrevolarse y verlo como un pájaro y escuchar lo que dice el terreno bajo nuestros pies; integrarnos con el entorno natural y urbano conviviendo con la gente del lugar. Y en ese escenario descubriremos cómo se han levantado el resto de construcciones, muy probablemente teniendo en cuenta cuáles son las condiciones climáticas del entorno. La arquitectura vernácula nos permite saber cuáles son las respuestas arquitectónicas a través del tiempo, analizar su funcionamiento y resultados y rescatar los conceptos que han perdurado en el tiempo.

Inspiración en el propio contexto natural

A menudo la propia naturaleza ofrece soluciones a lo que deseas plantear. A partir de la observación puedes descubrir técnicas aplicables a los proyectos que tienes en mente. Por ejemplo, cuando un cliente me planteó construir dos islas ecológicas en Zimbabue, al visitar las islas me percaté de la interesante arquitectura desarrollada por las termitas. Son seres que levantan montañas de barro y que hallan en estas estructuras orgánicas un sistema óptimo de ventilación y de aislamiento a través de la propia tierra. Frecuentemente, los inputs los proporciona el propio entorno natural.

Las masías son un ejemplo de aprovechamiento energético

La orientación de las masías hacia el Sur es un perfecto ejemplo de integración en el entorno. Estas viviendas fueron construidas buscando el aprovechamiento máximo del sol, a fin de lograr un ahorro de energía. Otro ejemplo son las casas enterradas en Túnez, que aprovechan la inercia del terreno y que optimizan lo que hoy denominaríamos la «sostenibilidad» de la construcción. A partir de la idea primaria, podemos implementar soluciones tecnológicas para mejorarla, como incorporar conductos interiores que faciliten la ventilación de la vivienda de manera natural, independientemente del apoyo tecnológico.

El arquitecto debe saber vender sus ideas

En ocasiones tienes que ser honesto con el cliente y hacerle desistir de un proyecto en el que se había obcecado porque no resultaba razonable llevarlo a cabo o va contra tu idea. Reconozco que mis dotes comerciales son muy limitadas, pese a haber cursado dos másteres (en Dirección de Empresas Constructoras e Inmobiliarias, en ETSAM-Universidad Politécnica de Madrid, y en Dirección de Empresas, en ESADE Business School de Barcelona), precisamente para complementar la faceta comercial. Pero la arquitectura, si no hay negocio, no es rentable; salvo los proyectos públicos, donde los objetivos son otros. Como en toda profesión liberal, el producto eres tú y tus ideas, que se reflejan a través de los proyectos y construcciones que realizas. Y hay profesionales que consiguen más difusión y reconocimiento mediático. También es importante difundir las ideas en congresos y mediante las nuevas tecnologías de la información.

Un elemento icónico puede contribuir decisivamente a la expansión de un área

Con el objetivo de promocionar determinadas áreas, a menudo los organismos públicos optan por arquitectos estrella para revitalizarlas; razones políticas y de marketing que llevan a recurrir a profesionales de renombre internacional para acometer algunos proyectos que podrían ser llevados a cabo por arquitectos locales. Algo similar ocurre con los centros comerciales, que para atraer público ubican grandes tiendas ancla en los extremos para dinamizar el recorrido natural de los visitantes. Con un par de enseñas así (por ejemplo una multinacional de ropa y en el otro extremo un enorme supermercado), favoreces la actividad económica del centro. En un barrio nuevo ocurre lo mismo. Si deseas provocar su expansión, resulta interesante dotarlo de un edificio icónico de alcance internacional. El ejemplo de Bilbao es enormemente ilustrativo, pues levantar el Museo Guggenheim supuso proporcionar a una zona que iba a experimentar una profunda transformación el elemento icónico clave para esa proyección mundial. Un arquitecto vasco, o español, seguramente habría sido tan capaz como Gehry de desarrollar una propuesta interesante para ese entorno. Pero la reputación de Gehry  permitió dinamizar esa área de manera más fácil y efectiva… y su intervención permitió que arquitectos locales se beneficiaran de ese dinamismo y pudieran levantar otros proyectos en ese mismo entorno.

El Water Building Resort: un edificio inteligente y autosuficiente

De entre los múltiples proyectos que he desarrollado, uno de los que me resulta más interesante es el Water Building Resort; un edificio proyectado en Arabia Saudí en 2008 y que aún no ha visto la luz. En Estados Unidos hay personas muy interesadas en él. Ese país de Oriente Medio, rico en yacimientos de petróleo, sufre problemas de escasez de agua, un elemento que será crucial en la civilización en el futuro, pues las guerras serán provocadas no por el petróleo, como en los últimos tiempos, sino por el control del agua. Cuando me hablaron de la existencia de equipos capaces de transformar el aire en agua me di cuenta de lo interesante que sería diseñar un edificio inteligente, capaz de autoabastecerse y de regularse desde el punto de vista energético. En lo que respecta a su estética, lo he concebido con la forma de una gota de agua, pues creo que ese momento estático de la gota es el que mejor refleja el concepto del líquido elemento. La mimética en la arquitectura también es válida para reforzar una idea y crear un landmark. La fachada es interactiva con su entorno a través de cristales fotovoltaicos semitransparentes. El edificio tiene la capacidad de captar la energía solar sin sacrificar la luz que ilumina los espacios interiores. Los laterales donde no incide el sol contemplan entradas de aire que, convenientemente canalizado, alimentarían un aerogenerador para convertir el aire en agua. El edificio, además, es capaz de reciclar y reaprovechar el agua; elemento clave para el perfecto funcionamiento del Water Building Resort, que incluso cuenta con un acuario en la parte inferior a través del cual se puede ver el exterior.

La autoconstrucción programada puede erradicar la pobreza

Otro interesante proyecto desarrollado tiene que ver con la erradicación de la pobreza. Se trata de un proyecto que resultó premiado por la Unión Internacional de Arquitectos y la Unesco y que presenta varios niveles: desde el núcleo bioclimático con uso de energías alternativas, con baños y cocina, hasta el desarrollo urbano sostenible a través de patios. Es una casa como unidad base que va creciendo en torno a patios; un proyecto basado en la experiencia en países en vías de desarrollo donde pude comprobar que muchas de las viviendas responden a un modelo de autoconstrucción. Si ésta la programamos y canalizamos adecuadamente, puede experimentar una evolución muy interesante. Es ahí donde quise incidir, con viviendas dotadas de un núcleo bioclimático como eje central energético y de distribución, y con el resto de la vivienda que va creciendo en función de las necesidades de la familia con una autoconstrucción programada en torno a un patio. Ese concepto, perfectamente implantado, contribuye a erradicar la pobreza. El gobierno no puede promover favelas y núcleos de población que crezcan de manera caótica y descontrolada aumentando la huella ecológica de las ciudades. En cambio, un urbanismo controlado permite expandir los barrios y, a la vez, preservar la identidad de cada hogar; lo cual es muy importante, pues los edificios no pueden ser todos iguales sino que, además de adaptarse al entorno y al clima, deben cuidar el sentimiento de identidad con colores, formas y elementos diferenciadores de la familia que las habitan.

Unir Badalona y Barcelona transformando el Besòs en un río navegable

En el concurso internacional The Self Sufficient City al que me presenté en Barcelona, propuse un proyecto consistente en unir la zona del Fòrum, al final de la Diagonal de Barcelona, con Badalona y convertir el río Besòs en navegable. Los ríos que albergan las grandes ciudades suelen ser navegables, lo cual constituye un eje dinamizador. Quise hacer lo propio con este proyecto, en el que el río, lejos de constituir una frontera, se convertía en una bisagra de conexión entre ambas ciudades. Un río puede llegar a ser un límite infranqueable o devenir un punto de conexión entre ambas orillas. Y ése era el objetivo.

Me avancé a la sostenibilidad y acuñé el concepto de «diseño ecocibernético»

Siempre he tenido gran sensibilidad por el aprovechamiento de los recursos y la energía. Incluso antes de que surgiera con fuerza el concepto de sostenibilidad, ya había proyectado una ciudad sostenible en Bulgaria basada en estas premisas. La atención que presté a todos estos componentes sostenibles de economía sociedad y medioambiente me llevó a acuñar un nuevo concepto en el proceso arquitectónico y urbanístico: el  «diseño ecocibernético». Éste se adapta a esta época trepidante de revolución tecnológica, que reclama una flexibilidad en el ámbito de la arquitectura y del urbanismo. En De Urrutia Partners disponemos de una asociación de oficinas de arquitectura y urbanismo sostenibles, en el ámbito internacional, que constituye una red global que nos permite ofrecer el mejor servicio con profesionales de cada país. Dada la integración en el lugar y su relación con la naturaleza, el diseño con calidad arquitectónica de los proyectos consigue reducir la «huella ecológica» provocada por el consumo de combustibles fósiles y el crecimiento descontrolado de las ciudades. Nuestros proyectos arquitectónicos y urbanos ecocibernéticos se orientan a crear las nuevas smart cities.

Tener en cuenta quién va a usar el edificio

Mientras que la sostenibilidad se basa en tres pilares (sociedad, economía y medio ambiente), en la ecocibernética añado otros dos conceptos: la especie humana y la infraestructura de conexiones del hombre y de las ciudades. Es muy importante tener en cuenta quién usará el edificio, pues las costumbres no son las mismas según los pueblos y sus latitudes. La comunicación que se establece entre los habitantes, el intercambio social que provoca, son sumamente relevantes en arquitectura y urbanismo. Un proceso lineal de diseño sería similar a lanza una flecha a una diana y no dar en el blanco; no podemos redirigirla. El input nos permite percibir cuáles son las necesidades específicas en un determinado escenario. El feedback del proceso de diseño ecocibernetico de la arquitectura y el urbanismo nos permite rediseñar y reconducir  el proyecto, desde el output para alcanzar el objetivo previsto de autosuficiencia y confort. Pero no nos engañemos: la ecocibernética no pretende darle un apellido a la arquitectura. La arquitectura no tiene apellido; siempre ha sido, es y será simplemente arquitectura.

En el conflicto que vive Catalunya ha faltado comunicación

La política siempre me ha generado escepticismo, y el proceso seguido por Catalunya no es una excepción. Casi todos los políticos son individualistas y egocéntricos. Al llegar al poder, cambian sustancialmente de planteamientos y velan por sus intereses. A menudo, los problemas surgen de la falta de comunicación en el seno de la sociedad. La comunicación es la base de la civilización. En el conflicto que vive Catalunya también ha faltado comunicación; y la independencia creo que no es el camino. Solo hace falta recordar el caos económico que se produjo en Chile en la década de los setenta, cuando la llegada a la presidencia de Salvador Allende provocó un caos y una fuga económica para que, a continuación, la irrupción de la dictadura de Pinochet generara una emigración política. La economía, como ocurre con la arquitectura, requiere estabilidad y confianza. Un clima de incertidumbre económica deriva en fugas de empresas. Para Catalunya, recuperar una identidad y sus raíces es muy importante y respetable. Me pregunto si este sentimiento tan loable solo esconde la intención de administrar dinero. En este caso sería un problema económico, cuya resolución requiere una negociación.

Creador de la primera televisión urbana

En plena era digital quise impulsar la primera televisión urbana, denominada Canal Kiosk porque usábamos un lateral de los quioscos de prensa de Barcelona; un cambio importante para este colectivo ante el declive de la venta de periódicos. Barcelona habría sido la primera ciudad del mundo con una televisión urbana interactiva con el ciudadano y más de 1,5 millones de metros cuadrados de wifi en la ciudad. Este proyecto tenía que ponerse en marcha en 2008 pero el Ayuntamiento no permitió las pantallas en la vía pública. Abortó el proyecto por una decisión política pero permite publicidad dinámica en las calles y pantallas en escaparates de tiendas.

Proyección internacional del urbanismo y la arquitectura ecocibernéticos

El reconocimiento del diseño ecocibernético en la arquitectura y el urbanismo a nivel internacional ha permitido acometer varios proyectos conjuntamente con arquitectos de reconocido prestigio como Mario Corea y Jorge Iglesias en la explanada del Mapocho, en el centro de Santiago de Chile; en Gerónimo Spring Ecocity, en Texas; y otros como el Eco Ensanche, en Barcelona, o la Ecociudad Sostenible, en Bulgaria. Estos proyectos se adaptan a los continuos cambios del entorno urbano y natural que retroalimentan este proceso de diseño para obtener una autosuficiencia sostenible de la construcción y del hábitat, creando las nuevas smartcities, que reducen la huella ecológica provocada por el desarrollo insostenible de las ciudades.