Los empresarios españoles necesitan un Gobierno que esté a su altura. Un Gobierno comprometido con las aspiraciones de quienes crean empleo, invierten en riqueza social y son nuestro mayor foco de innovación y desarrollo. Grandes o pequeñas, nuestras empresas han sido y son ejemplo de excelencia dentro de nuestras fronteras y abanderados de la Marca España fuera de ellas. Por eso, el impulso reformista que caracteriza la labor de mi Gobierno se ha plasmado en un buen número de medidas de apoyo inequívoco al sector privado. Porque las empresas son la línea de vanguardia del objetivo común de los españoles: volver a ser un país que crece y crea empleo.